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El oro puro no se ennegrece, pero la mayoría de los artículos de oro no son totalmente puros. Esto significa que muchas piezas de oro pueden ennegrecerse con el tiempo. Por ejemplo, el oro rosa es a menudo oro amarillo mezclado con cobre y el cobre se puede opacar. La buena noticia es que el oro puede limpiarse para que brille como nuevo usando productos básicos de limpieza del hogar. En el caso de que no puedas eliminar el ennegrecimiento con productos de limpieza comunes, también puedes usar amoníaco para eliminar las manchas más difíciles.

Método 1
Método 1 de 3:

Limpiar con jabón lavaplatos

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  1. El oro ennegrecido por lo general puede limpiarse con agua y jabón lavaplatos. Toma un bol pequeño y llénalo con 240 a 480 ml (1 a 2 tazas) de agua tibia del grifo. Luego, vierte unas cuantas gotas de lavaplatos en el agua tibia y mezcla durante 10 a 15 segundos con una cuchara. [1]
    • Lee la etiqueta del jabón antes de usarlo para asegurarte de que no contenga fosfatos, que tienden a ser demasiado abrasivos para el oro.
  2. Coloca delicadamente el objeto en el bol y déjalo reposar durante al menos 15 minutos. Esto aflojará la suciedad y la mugre y hará que el ennegrecimiento sea fácil de eliminar. [2]
    • Si las joyas que vas a limpiar tienen piedras adheridas, puedes correr el riesgo de que el pegamento se disuelva si dejas las joyas sumergidas durante más de unos pocos minutos. [3]
  3. Levanta el objeto y sujétalo firmemente con tu mano no dominante. Usa la otra mano para frotar la superficie del oro con un cepillo de dientes suave. Usa un movimiento lento de ida y vuelta para cepillar la superficie. Evita hacerlo de forma agresiva para no correr el riesgo de provocar daños. [4]
    • El cepillo de dientes es excelente para acceder a pequeñas grietas o hendiduras en el oro, pero también puedes utilizar un cepillo de cerdas suaves común.
    • No limpies las joyas de oro con nada abrasivo, incluyendo las toallas de papel. El oro puede rayarse muy fácilmente. En cambio, usa una tela suave como una camiseta o un paño de cocina.
  4. Coloca un filtro o un colador de espaguetis en el fondo del fregadero. Esto asegurará que las piezas más pequeñas no se vayan por el desagüe si se te caen. Luego, pasa el oro por agua tibia y frota cada sección entre el pulgar y el índice. Hazlo dos veces para asegurarte de que cada sección entre en contacto con el agua. [5]
    • El residuo que deja el jabón hará que el oro se vea sucio si no lo eliminas.
  5. Toma un paño suave con la mano no dominante y coloca el objeto de oro en el centro del mismo. Agarra un borde del mismo paño con la mano dominante y usa el pulgar y el índice para pulir cuidadosamente cada pieza de oro manteniendo el paño entre los dedos y el oro. [6]
    • Las manchas de agua se quedarán si no las limpias a mano.
    • Almacena las joyas de oro en un contenedor de joyas después de que hayas terminado.
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Método 2
Método 2 de 3:

Limpiar con bicarbonato de sodio

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  1. Llena una tetera o una olla con agua del grifo y colócala en la estufa. Ajusta la estufa a la temperatura más alta y espera a que el agua hierva.
    • Este método no funcionará con joyas que tengan piedras preciosas incrustadas, ya que el bicarbonato de sodio puede dañar la calidad de la piedra. [7]
  2. Coloca una hoja de papel de aluminio sobre la parte superior del plato para hornear. Presiona hacia abajo contra los lados interiores opuestos del plato para aplanar el papel de aluminio contra el fondo del recipiente. Usa las palmas de la mano para aplastar el papel de aluminio contra los bordes y el fondo del recipiente. [8]
    • El papel de aluminio debe estar al ras del fondo y los lados del plato de vidrio, con el lado brillante del papel de aluminio hacia arriba.
    • Es mejor usar un plato de vidrio ya que puede soportar fácilmente el calor del agua hirviendo.
  3. Si vas a limpiar una cadena ennegrecida, extiéndela en el plato de modo que los eslabones de oro no estén uno encima del otro. Esparce una o una cucharada y media de bicarbonato de sodio para cubrir cada pieza de oro. [9]
  4. Vierte lentamente 480 ml (2 tazas) de agua hirviendo en el plato. Viértelo sobre el bicarbonato de sodio para que el oro quede completamente sumergido. Déjalo reposar en el fondo del plato durante 5 minutos. [10]
    • No necesitas agitar nada. El papel de aluminio ayudará a que el bicarbonato de sodio y el agua reaccionen y se mezclen automáticamente.
  5. Puedes llenar un bol con agua fría o usar el fregadero con un filtro o colador en el fondo. Retira el oro recogiéndolo con unas pinzas o un tenedor y sumérgelo en el bol o mantenlo bajo el grifo con agua fría durante 30 a 45 segundos. [11]
    • Si usas un tenedor para recoger las joyas, pasa los dientes por debajo de las cadenas para evitar que se rayen o se anuden.
  6. Envuelve el objeto con un paño suave y frota suavemente cada sección del oro entre el pulgar y el índice. Mantén el paño entre los dedos y el oro mientras lo frotas. Revisa cuando termines para asegurarte de que no quede ningún residuo de bicarbonato de sodio. [12]
    • Deja que el oro continúe secándose al aire durante 5 o 10 minutos antes de guardarlo en su contenedor.
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Método 3
Método 3 de 3:

Sumergir en amoníaco

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  1. Cualquier recipiente de vidrio que pueda contener al menos 480 ml (2 tazas) de líquido funcionará. Comienza midiendo y vertiendo el agua tibia en el recipiente. Mézclalo con el jabón lavaplatos agitándolo con una cuchara.
    • El amoníaco puede irritar la piel, así que tendrás que usar guantes de goma para completar este proceso de limpieza. [13]
  2. Vierte cuidadosamente el amoníaco en el recipiente de vidrio y agítalo con una cuchara. El amoníaco tiene un olor fuerte, así que trabaja en un área bien ventilada. Abre una ventana si vas a hacer la limpieza en casa. [14]
    • Si no puedes abrir una ventana o hacerlo en un espacio bien ventilado, considera la posibilidad de usar una mascarilla antipolvo para mantener las emanaciones peligrosas al margen de tus pulmones.
  3. Coloca la pieza delicadamente sujetándola a unos centímetros de la superficie de la solución. Suelta el oro con cuidado para evitar que salpique. Espera 10 segundos y saca el oro con un par de pinzas. [15]
    • Asegúrate de sumergir el artículo de oro por completo en la mezcla de amoníaco.
  4. Sostén el oro sobre el bol y frota cada sección con un cepillo de dientes de cerdas suaves, usando movimientos suaves de ida y vuelta. Mantén tus brazos apuntando hacia el bol mientras lo haces para evitar que el amoníaco se escurra por los guantes y te caiga sobre la piel. [16]
    • Asegúrate de dejarte los guantes de goma puestos mientras manipulas el oro.
  5. Coloca un filtro o un colador en el fondo del fregadero para evitar que pierdas el oro. Colócalo bajo un chorro de agua fría durante 30 a 45 segundos, rotándolo para asegurar que cada sección quede expuesta al agua. Deja que el oro se seque al aire sobre una toalla seca.
    • También puedes tapar el desagüe del fregadero con una toalla gruesa si no tienes un filtro o un colador.
  6. Frota los materiales que hayan estado en contacto con el amoníaco con jabón lavaplatos y una esponja limpia. El amoníaco es peligroso, así que asegúrate de que ha eliminado todo el amoníaco de cualquier material que piense utilizar en el futuro. [17]
    • Lava las piezas aunque pienses meterlos al lavavajillas. ¡Es mejor prevenir que lamentar!
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Consejos

  • Si tienes joyas de oro blanco, estas pueden volverse más amarillas con el tiempo. Eso es porque el oro blanco es típicamente chapado con rodio y este puede desgastarse.
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Cosas que necesitarás

Limpiar con jabón lavaplatos

  • jabón lavaplatos
  • bol
  • filtro o colador de fregadero
  • paño suave

Limpiar con bicarbonato de sodio

  • tetera u olla pequeña
  • bicarbonato de sodio
  • papel de aluminio
  • plato para hornear de vidrio
  • tenedor o pinzas
  • filtro o colador de fregadero

Sumergir en amoníaco

  • guantes de goma
  • recipiente de vidrio
  • agua
  • jabón lavaplatos
  • amoníaco
  • cuchara
  • pinzas
  • cepillo de dientes
  • esponja

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