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La terapia matrimonial podrá ayudarte a mantener tu relación saludable y sólida. Para determinar si es adecuada para ti, deberás tener en cuenta el estado de tu relación y evaluar los problemas de comunicación. Esta podría ser una opción si estás afrontando una crisis de salud, económica o familiar. También tendrás que incluir a tu cónyuge en la decisión.

Método 1
Método 1 de 4:

Evaluar tu relación en general

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  1. Anota lo que sientas cuando pienses en tu cónyuge. Determina si sientes furia, frustración, desesperanza o falta de interés en tu matrimonio. Podrías necesitar terapia si respondes de manera afirmativa a las siguientes preguntas: [1]
    • ¿Sientes de forma constante que tu pareja te da por sentado?
    • ¿Sientes que te descuida o ignora de forma frecuente o constante?
    • ¿Te hace sentir furioso o molesto a diario?
    • ¿Sientes celos de sus amigos o su profesión?
    • ¿Sientes tristeza, desesperanza o un “estancamiento” en tu matrimonio?
  2. La confianza será vital para que una relación tenga éxito. Si tu cónyuge y tú no pueden confiar en el otro, necesitarán ayuda profesional. Estos son algunos signos de los problemas de confianza: [2]
    • controlar las llamadas telefónicas, los mensajes de texto, los correos electrónicos y las redes sociales de tu pareja;
    • rehusarse a que el otro salga o socialice con amigos;
    • acusarse de haber engañado al otro sin tener pruebas apropiadas;
    • guardarse secretos.
  3. Todas las parejas pueden atravesar periodos de menor actividad sexual, pero estos deberán ser temporales. Si tu pareja o tú pierden el interés en el sexo por un periodo prolongado, deberán acudir a un consejero. [3]
    • Lleva un control de la frecuencia con la que hayan tenido sexo en los últimos 2 o 3 meses. Las expectativas de cada pareja serán diferentes, pero deberás determinar si estás satisfecho con este patrón. Si no es así, tendrás que acudir a terapia.
    • Asimismo, si tu pareja parece estar insatisfecha con su vida sexual, no deberás ignorar sus quejas. Incluso si estás feliz con ella, deberás abordar sus inquietudes.
    • Algunos problemas en la alcoba se podrán solucionar al comunicarse y llegar a un acuerdo . No obstante, si no solucionas nada al hablar con tu cónyuge sobre el problema, tendrán que acudir a un consejero.
  4. Esto quiere decir que uno o ambos se consideran mejores que el otro. En una relación, lo ideal es que ambas personas consideren a la otra como su igual. Contempla la opción de acudir a un consejero matrimonial si respondes de manera afirmativa a las siguientes preguntas: [4]
    • ¿Sueles enfurecerte con tu pareja por hacer las cosas “mal”?
    • ¿Tu pareja te grita por hacer las cosas de una determinada manera?
    • ¿Tu pareja o tú creen que son más inteligentes que el otro?
    • ¿Olvidas con frecuencia el motivo por el que estás casado con tu cónyuge?
    • ¿Tienes dificultades para pensar en sus cualidades?
    • ¿Tu pareja o tú se rehúsan a asumir la responsabilidad de sus acciones en la relación?
  5. Si la respuesta es sí, la terapia matrimonial puede ser de utilidad para fortalecer la relación, sin importar lo difícil que pueda ser en este momento. Si no estás seguro, la terapia podría ayudarte a identificar tus sentimientos. [5]
    • Si la respuesta es no, deberás determinar con seriedad si la terapia te ayudaría a volver a amar a tu pareja. Si sería de utilidad, deberás estar dispuesto a esforzarte por salvar tu matrimonio .
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Método 2
Método 2 de 4:

Abordar los problemas de comunicación

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  1. Si parece que todas las conversaciones terminan con una discusión, tu relación podría necesitar ayuda, en especial si tus argumentos se vuelven cada vez más negativos, agresivos o de tono amargo. [6]
    • En los matrimonios saludables, por lo general las discusiones no deberán cruzar el límite y convertirse en críticas o insultos desagradables. Si tal parece que este no es su caso, definitivamente será una buena idea que acudan a un consejero.
    • Asimismo, en los matrimonios saludables, las parejas se recuperan de las discusiones y no las continúan en el futuro.
  2. Si los desacuerdos con tu pareja se centran en los mismos problemas una y otra vez, esto significa que no los habrán resuelto. Quizás necesiten ayuda profesional para comunicarse entre sí y solucionar los problemas subyacentes. [7]
    • Por ejemplo, si parece que no pueden llegar a un acuerdo en torno a las responsabilidades del hogar y discuten sobre ello con frecuencia, un consejero matrimonial podrá ayudarlos a solucionar el problema de comunicación subyacente.
    • Guardar rencores en un matrimonio puede ser un signo de problemas. Si han tenido una discusión o una pelea hace más de un mes y todavía no pueden superarla, quizás sea el momento de acudir a terapia.
  3. Si nunca pelean, esto podría significar que hay problemas de los cuales no hablan. Si sueles sentir que finges que todo está bien o suprimir tus emociones, un consejero matrimonial podrá ayudarte a expresar estos sentimientos de formas saludables. [8]
    • Por ejemplo, si te frustra su hábito de fumar, podrías dudar de mencionarlo. Un consejero matrimonial podrá ayudarte a abordar este problema.
  4. Cuando las parejas tienen prácticas o creencias diferentes, podrían tener dificultades para comunicarse y hacer que el otro entienda sus sentimientos. Un consejero matrimonial podrá ayudarte a lidiar con muchos de estos problemas, incluidos los siguientes: [9]
    • Sistemas de valores diferentes. Por ejemplo, un cónyuge podría creer que el otro debe renunciar a su profesión al tener hijos, mientras que la otra persona podría querer conservar su trabajo.
    • Creencias religiosas diferentes. Por ejemplo, uno de ustedes podría querer criar a los niños en una religión específica, en contra de los deseos del otro.
    • Intereses diferentes que podrían causar tensión. Por ejemplo, si uno de ustedes es adicto a los videojuegos, la terapia podría ser de utilidad.
  5. Si eres víctima de alguno de estos abusos, no será recomendable que acudas a terapia matrimonial. Esta no solucionará el problema de abuso y podría retrasar la solución. En su lugar, contempla la opción de abandonar la relación . [10]
    • Si usas la fuerza física contra tu cónyuge y te gustaría cambiar tu comportamiento, ten en cuenta la opción de acudir a un programa de intervención para el comportamiento abusivo. Conversa con un terapeuta especializado en el control de la furia o comunícate con una línea contra la violencia doméstica. [11]
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Método 3
Método 3 de 4:

Afrontar las crisis y los conflictos

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  1. Será el momento de evaluar su relación con seriedad cuando uno o ambos empiecen a mencionar el divorcio o la separación. Si ambos quieren que las cosas funcionen, deberán acudir a un consejero lo más pronto posible. [12]
    • Este consejo también será útil si las discusiones se intensifican hasta el punto en el que uno de ustedes abandona la casa, lo que crea una separación a corto plazo no planificada.
  2. La infidelidad no siempre conduce al divorcio, pero puedes requerir mucho tiempo y compromiso para superar una ruptura tan grave de la confianza. La ayuda profesional será recomendable en estas situaciones. [13]
    • Si las parejas se sienten distantes, podrían iniciar una “aventura emocional” en la que desarrollen sentimientos por otra persona, incluso si no tienen una relación física. Esta será una advertencia de que tu matrimonio requiere mucho esfuerzo.
  3. Su relación podría verse afectada si uno de ustedes sufre un caso grave de depresión, ansiedad u otra enfermedad mental. Además de la terapia individual para la persona enferma, deberán acudir juntos a un consejero matrimonial. [14]
  4. En ocasiones, las personas que sufren una experiencia traumatizante notan que su matrimonio se ve perjudicado por ella. También podría requerirse terapia individual. Acude a un consejero matrimonial si tu relación se ha visto afectada por lo siguiente: [15]
    • la muerte de un padre, hijo u otro familiar cercano
    • una enfermedad grave
    • una violación, un ataque u otra experiencia violenta
    • un robo o un incendio en casa
    • la pérdida de un trabajo
  5. Iniciar una familia es un cambio importante que puede afectar a la relación. Un consejero matrimonial podría ser de utilidad si ocurre lo siguiente: [16]
    • Tu cónyuge y tú tienen hijos de un matrimonio o una relación anterior, los cuales tienen dificultades para adaptarse.
    • No pueden estar de acuerdo con la posibilidad de tener hijos o no (o tener más).
    • No pueden coincidir en la manera de criar a los niños.
    • Están en desacuerdo sobre la religión, la disciplina o la educación de sus hijos.
    • Sientes que permaneces casado “por tus hijos”.
  6. Si tu pareja y tú discuten sobre sus hábitos de gasto o los presupuestos, un consejero matrimonial podría ser un buen recurso. Esta terapia también podrá hacer que la relación resista las dificultades económicas, como las deudas, la compra de una casa o la universidad de su hijo. [17]
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Método 4
Método 4 de 4:

Conversar con tu pareja

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  1. La decisión de asistir a terapia matrimonial deberá ser mutua. Busca un momento en el que ninguno de ustedes esté ocupado. Conversen en privado, lejos de los niños y los demás familiares. [18]
    • Indícale a tu cónyuge que quieres hablar de algo serio. Asegúrate de que no esté distraída con la televisión o la computadora.
    • Podrías decirle algo como “Hey, ¿podemos tomarnos una hora esta noche para hablar de nuestra relación?”.
  2. Será importante que consideres los sentimientos de tu pareja al decidir si vas a solicitar terapia matrimonial. Tal vez ella también haya sentido tensión en su matrimonio, o quizás no crea que algo anda mal. [19]
    • Cuando tu pareja hable, deberás escucharla. Podrías ponerte a la defensiva o alterarte a causa de sus comentarios. En lugar de discutir con ella, dile algo como “Este podría ser un buen motivo por el cual deberíamos acudir a terapia matrimonial”.
  3. Dile a tu cónyuge que crees que esta sería una buena idea. Concéntrate en desarrollar y fortalecer tu relación. [20]
    • Brinda tu opinión en primera persona, así no le echarás la culpa ni discutirán. Por ejemplo, en lugar de decirle “Me fastidias por todo”, podrías decir algo como “Cuando recibo críticas por todo lo que hago, esto me hace sentir que no me valoran”.
    • Recuérdale a tu pareja los aspectos positivos y fantásticos de su relación. Podrías preparar 5 frases positivas sobre el motivo por el cual valga la pena salvar su matrimonio.
  4. Tu pareja podría recomendarte que pruebes otras opciones antes de recibir terapia matrimonial. Considéralo como una buena señal. Puedes desarrollar tu propio plan en lugar de acudir a terapia. Si este no funciona, podrán acudir a un consejero. [21]
    • Por ejemplo, podrían optar por implementar una cita nocturna una vez a la semana a fin de restablecer su intimidad, o podrían adoptar nuevas responsabilidades en la casa.
    • Tu pareja podría preguntarte si te quieres divorciar. Tendrás que responder esta pregunta con sinceridad. Si ambos están totalmente de acuerdo con el divorcio, la terapia matrimonial no podrá salvar su relación.
  5. Para que esta terapia funcione, ambos deberán comprometerse a esforzarse lo más que puedan. Ten en cuenta que el consejero podría hacerles preguntas difíciles o darles tarea para la casa. Pregúntale a tu pareja si está dispuesta a intentarlo con seriedad. [22]
    • Si quieres solicitar esta terapia, pero tu pareja se rehúsa, la mayoría de los terapeutas también atenderán a las personas de forma individual.
  6. . Un doctor general, líder religioso, tus amigos cercanos o un terapeuta personal podrán derivarte a consejeros matrimoniales. También podrás buscar uno en internet. Tu pareja y tú deberán estar de acuerdo al elegir al más adecuado para ustedes. [23]
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Consejos

  • Ten en cuenta que los conflictos y las discusiones son normales y saludables en todo matrimonio. No esperes tener una relación libre de conflictos. Sin embargo, podrás cambiar el tono y la eficacia de tus argumentos, y ambos podrán esforzarse por respetar más al otro.
  • Lo mejor será que acudan a un consejero matrimonial tan pronto como piensen que tienen un problema grave, en lugar de esperar demasiado y dejar que la relación se deteriore.
  • Si deciden acudir a terapia matrimonial, abórdenla con la mente abierta y una actitud positiva. En general, esto les ayudará a mejorar su relación con éxito.
  • Incluso en una relación sólida, este tipo de terapia puede ser de utilidad para fortalecer sus estilos de comunicación o sobrellevar los acontecimientos importantes en la vida.
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