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Sentirse como si fueras no merecedor puede retenerte y causar que te pierdas de lo mejor que la vida tiene para ofrecerte. Desafortunadamente, los sentimientos de falta de valor son muy comunes. No obstante, puedes luchar contra estos y verte gradualmente como una persona más merecedora y con mucha persistencia.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Identificar el problema

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  1. Sé honesto con la manera con la que te sientes. Es posible que no estés consciente de la manera en que te limitas, pero si te preguntas cómo sentirte más merecedor, se debe a que una parte de ti tiene la impresión de que no eres merecedor.
    • Mírate al espejo y di "Soy una persona que vale la pena y que es merecedora". Tu mentalidad actual puede no tener problemas si puedes decir esa oración con confianza y sin rastros de duda. Sin embargo, es posible que te aferres a la creencia de que no eres merecedor si sientes dudas o desconfianza.
  2. Cuando admitas que te sientes no merecedor, pregúntate qué cualidades o qué características te convierten en una persona que no vale la pena. Estas cualidades pueden no convertirte realmente en una persona no merecedora. En realidad, es muy posible que no lo hagan, pero deberían ser las que te hacen sentir como si fueras una persona no merecedora.
    • Escribe tus respuestas y sé tan honesto como sea posible. Algunas de tus razones pueden ser obviamente poco saludables. Por ejemplo, las que lidian con tu género, raza o clase social. Incluso de ser así, tienes que ser honesto si son temas que te hacen sentir no merecedor.
  3. Después de identificar las características que te hacen sentir como si no valieras la pena, pregúntate por qué estas te convierten en una persona no merecedora. Esto requerirá de mucha más investigación. Normalmente, podrás comprender los incidentes del pasado que están directamente relacionados con la manera en la que te sientes en el presente.
    • Pregúntate a ti mismo cuánto tiempo ha persistido la manera de sentirte como si no fueras una persona que vale la pena. Cuando comprendes cuánto tiempo te has sentido así, puedes rastrear las cosas y comenzar a identificar el origen de esos sentimientos.
    • Averigua dónde se originó tu culpa. La mayoría de estos problemas se suelen relacionar con una fuerza externa. Pudo haber sido algo que una persona en tu vida te hizo sentir o puede tratarse de algo que tu comunidad o tu sociedad te impuso.
  4. Reconoce que el pasado permanece en el pasado. Los errores y las oportunidades perdidas pasan, así que no hay una razón para que permanezcan en tu mente y te impidan avanzar. [1]
    • El compadecerte es necesario si quieres verte como una persona que es tan merecedora como cualquier otra, pero la culpa hace que la autocompasión sea imposible.
    • Algunas veces, desprenderte de los remordimientos pasados significará realizar unas enmiendas por algo que hiciste mal. Otras veces, es posible que no haya una manera para que las hagas; tendrás que simplemente comprometerte con el objetivo de ser mejor en el presente y el futuro.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Desafiar el problema

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  1. Mira de manera realista las vidas de las personas que tienen lo que sientes para las que no eres merecedor. Pregúntate a ti mismo si son de verdad innatamente más merecedoras de lo bueno en comparación contigo. Nadie tiene más valor en el momento de su nacimiento que alguien.
    • En realidad, una mirada rápida a las noticias revelará muchas personas que son exitosas materialmente incluso a pesar de ser unos mentirosos, tramposos o ladrones conocidos. No hay una razón para pensar que no te mereces tu propia felicidad si las personas que son claramente deshonrosas pueden obtener la felicidad. [2]
  2. Vuélvete tu propio mejor amigo en vez de ser tu peor crítico. Imagínate que hablas con un ser querido cuya personalidad es casi idéntica a la tuya. Es posible que notes que tratarías a esa persona mejor de lo que te tratas.
    • Piensa en alguien alentador en tu vida. Pregúntate lo que diría esa persona o lo que haría para apoyarte con el hecho de sentirte no merecedor, luego dite esa misma respuesta o llévala a cabo.
    • De igual forma, piensa en lo que le dirías a alguien que amas o lo que harías por esta persona si lidiara con unos problemas similares y luego dite esa respuesta o llévala a cabo.
  3. Todas las personas tienen diferentes circunstancias, así que los logros de una persona no se pueden comparar justamente con los logros de otra. Tu vida te pertenece y no hay una razón para pensar que lo que alguien ha logrado es lo que también has debido de haber logrado.
    • Compárate contigo mismo en vez de compararte con otras personas. Fíjate en cuánto has avanzado y concéntrate en tus logros en vez de en tus defectos a medida en que reflexiones.
  4. Tus expectativas y las de otras personas en cuanto a ti pueden no ser realistas. Nunca serás perfecto, así que no siempre cumplirás tus objetivos cuando tienes una actitud perfeccionista. Como resultado, siempre te sentirás como si no fueras bueno.
    • Es posible que nunca puedas perdonarte por lo que no has cumplido hasta que aprendas a adaptar tus estándares. De igual forma, esto puede significar que tienes que desprenderte de los estándares que las personas te han establecido.
  5. [3] Es posible que notes que te preguntas qué te hace merecer de algo cuando es posible que alguien nunca pueda tenerlo. Siempre existirá las ganas de conseguir un logro en el mundo; impedirte de algo no cambiará el hecho de que alguien más no lo tendrá.
    • Decirte a ti mismo que mereces algo no implica que las personas no se merezcan lo mismo.
    • Sentirse merecedor no guarda relación con tu perspectiva de las personas. En lugar de ello, solo quiere decir que honras tus necesidades y tus deseos.
    • Asimismo, naturalmente te sentirás más enérgico cuando te sientas tan merecedor como para ocuparte de ti mismo. Esa energía en exceso se puede utilizar para tratar las necesidades de otras personas. De esta forma, permitirte sentir merecedor puede convertirte en realidad en una persona menos egoísta.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Avanzar

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  1. Tan pronto como un pensamiento destructivo o desmotivador se introduzca en tu mente, di que tienes que detenerte. Corrige el pensamiento negativo con una acción positiva e insiste con esta. [4]
    • Los pensamientos destructivos son los que atacan tu valor como ser humano. Este tipo de pensamientos son por ejemplo "Soy muy holgazán", "No tengo talento" y "Soy feo".
    • Verbaliza la orden para detenerte cuando este tipo de pensamientos ingresan en tu mente. Puedes gritar mentalmente "Detente" o puedes escoger otra palabra u otra frase. Por ejemplo, puedes decir "Cálmate", "No sigas" y así sucesivamente.
    • Tan pronto como detengas tu crítico interno, direcciona tu energía a una actividad constructiva para evitar que tus pensamientos regresen.
  2. No podrás dar los pasos necesarios hacia adelante si no puedes motivarte. La falta de movimiento hacia adelante puede hacerte sentir incluso más no merecedor y menos motivado. Rompe el ciclo al aprender lo que te molesta y la manera de aprovecharlo.
    • Trata de recordarte los beneficios de completar ciertas labores. De ser necesario, escríbelos y publica una notificación en un lugar que verás a diario.
    • Considera volver a concentrar tu energía en los objetivos que realmente quieres o en las actividades que realmente disfrutas hacer. Este tipo de labores se pueden realizar más fácil naturalmente, incluso si al principio te sientes no merecedor del privilegio de realizarlas.
  3. Tómate algunos minutos al día para escribir una lista de dos a cuatro cualidades positivas de las que te enorgullezcas. Estas características no tienen que ser grandes. En realidad, una lista extensa de los aspectos positivos menores puede causar un mayor impacto que una lista corta de aspectos positivos mayores.
    • Por ejemplo, un aspecto positivo puede ser tu capacidad de escuchar el problema de un amigo por algunos minutos al principio del día. Otro aspecto puede ser el que tengas la voluntad de escoger un alimento saludable en el almuerzo cuando estás expuesto a tentaciones.
  4. Sin importar cuán difícil sea ser honesto acerca de un tema, trata bien a alguien. De lo contrario, haz lo correcto; tienes que obligarte a hacerlo. Comportarte de una manera que sabes que es la incorrecta causará que tu conciencia te ronde; los sentimientos de culpa te impedirán sentirte merecedor.
    • Tratar a alguien con respeto es una acción muy importante. Cuando puedes reconocer el valor innato de otras personas, puedes comenzar gradualmente a ver cómo la misma sensación de ser merecedor se aplica a tu vida.
  5. Prueba hacer una actividad nueva. Dirígete hacia una dirección positiva pero que sea extraña para ti. Puedes experimentar algunos fracasos, pero es probable que también tengas algunos éxitos. Tener éxito en algo que nunca pensaste que podías hacer puede servir como un incentivador consistente de confianza.
    • Trata de mantener tus expectativas al mínimo cuando te dediques a algo nuevo. Colocar la barra muy alto puede hacerte sentir más no merecedor si fracasas para conseguir tu objetivo, pero descender mucho la barra puede establecer que tu mente crea que eres incapaz de lograr algo mayor. Sin importar lo que intentes, concéntrate en la experiencia que haces y en lo que ves a través de esta, en vez de pensar obsesivamente en lo que puede surgir.
  6. Rodéate de personas que te apoyen y te hagan sentir más merecedor mientras te distancias de las relaciones que te hacen sentir con menos valor.
    • Las personas que te tratan con respeto envían el mensaje de que te mereces ese respeto. En cuanto más estés en ese tipo de entorno, más se asentará dicho mensaje.
    • De igual forma, las personas que no te apoyan siempre enviarán el mensaje de que eres incapaz o no merecedor. Pasar mucho tiempo con estas personas solo fijará tus sentimientos actuales de falta de valor.
  7. Es posible que tengas que dar los primeros pasos antes de creer por completo en ti mismo y en el hecho de que vales. Seguir actuando como si no valieras puede influenciar gradualmente tus patrones de pensamiento, lo cual hace que sea más fácil creer finalmente que eres tan merecedor como tus acciones lo sugieren.
    • Comienza de a pocos al hacer cosas para ti para fomentar sentimientos de valor. Cómprate algo agradable o tómate el día libre para visitar un lugar cercano al que has esperado ir. Cuando te acostumbres a la práctica de ser amable contigo mismo, puedes comenzar gradualmente a hacer actos más significativos de amabilidad para ti mismo.
  8. Tómate un momento al día para decirte específicamente "Soy una persona merecedora de muchas cosas". Acostúmbrate a este sentimiento. La repetición puede hacerte sentir más cómodo; a medida en que te vuelves más cómodo con la práctica de decirte que te mereces buenas cosas, puedes volverte más cómodo con la práctica de creerlo en realidad.
    • Considera expresar este sentimiento verbalmente y en frente de un espejo. Este ejercicio puede parecer tonto al principio, pero en algún momento comenzará a sentirse normal con suficiente práctica.
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