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Para las personas que tienen mucho miedo de nadar, el hecho de aprender a hacerlo puede representar todo un desafío. Prepararte enfrentando tu miedo al agua y a nadar primero, y luego aclimatándote gradualmente a estar en el agua, puede ayudarte a reducir tu miedo y a concentrarte en aprender a nadar.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Enfrentar tu miedo

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  1. Es común experimentar sentimientos de vergüenza con respecto al miedo al agua o a nadar, pero recuerda: ¡no eres el único! Casi la mitad de los estadounidenses adultos reportan tenerle miedo a nadar en aguas profundas. [1] Una vez que reconozcas y aceptes que tu miedo es perfectamente normal, puedes empezar a tomar medidas para corregirlo.
  2. Leer sobre el proceso de aprender a nadar y sobre los principios científicos del agua y la capacidad para flotar es una muy buen forma de prepararte para aprender a nadar. [2] Realizar una búsqueda en línea simple de artículos relacionados con la natación y el miedo al agua te dará muchas opciones de información de dónde elegir. Mientras más aprendas, más llegarás a entender que no hay nada mágico ni complejo con relación a aprender a nadar.
  3. Para evitar abrumarte o entrar en pánico debido a tu miedo a nadar, practica respirar profundamente u otras técnicas de relajación antes de hacer cualquier intento de entrar al agua. Relajarte reducirá tu temor, y hará que seas más receptivo al aprendizaje y a las indicaciones. [3]
  4. Cuando empieces a tener pensamientos de temor o ansiedad relacionados con aprender a nadar, concéntrate en imaginarte nadando sin problemas en un ambiente cómodo y sin estrés. Esto te ayudará a reducir tu ansiedad y a concentrarte en aprender a nadar con más facilidad. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Estar cómodo en el agua

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  1. Ya sea que vayas a tomar una clase de natación o que quieras aprender por tu cuenta, contar con un amigo de confianza puede reducir tu estrés y hacer que te sientas más cómodo. [5]
  2. Practicar en agua con una profundidad que te permita tocar el fondo con los pies sin sumergir el cuello ni la cabeza, te ayudará a sentirte seguro mientras aprendes las bases de la natación. [6] Si empiezas a sentir miedo, simplemente ponte de pie, respira profundo y relájate.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Brad Hurvitz

    Instructor de natación de supervivencia certificado
    Brad Hurvitz es instructor certificado de natación para My Baby Swims, una escuela de natación para jóvenes con sede en La Jolla, California. Brad está entrenado como instructor de recursos de natación infantil (ISR, por sus siglas en inglés) con el programa Self-Rescue® de ISR. Se especializa en entrenar a niños de edades comprendidas entre los seis meses y los seis años de edad, como flotar boca arriba para respirar y nadar hacia la pared, y al mismo tiempo educar a los padres sobre cómo mantener a sus hijos seguros. Tiene una maestría en Administración de Empresas de la Oregon State University.
    Brad Hurvitz
    Instructor de natación de supervivencia certificado

    Nuestro experto señala: si quieres aprender a nadar, pero estás en duda acerca de permanecer en el agua, comienza de a pocos y celebra tus éxitos. Por ejemplo, un día, podrías sumergir la cara en el agua y la próxima vez podrías abrir los ojos debajo del agua. De esa manera, podrás reducir gradualmente tus miedos mientras desarrollas un respeto saludable por el entorno.

  3. Siéntate al borde de la piscina con las piernas colgando y tómate unos minutos para ponerte cómodo. Recuerda, no hay apuro. Tomarte algo de tiempo para relajarte y concentrarte en la tarea que tienes por delante te ayudará a mejorar tu confianza. [7]
  4. Si hay una escalera disponible en la piscina, entra al agua dando un paso a la vez y tómate todo el tiempo que necesites para sentirte cómodo y seguro. Una vez que alcances el fondo de la piscina, tómate un momento para respirar profundo y relajarte. [8]
  5. Uno de los obstáculos más grandes para los nadadores principiantes es superar el miedo de sumergir la cara y la cabeza. Empieza salpicándote agua en la cara, como cuando la lavas. Una vez que estés listo, respira profundo y luego dobla las rodillas para bajar y sumergir la cara hasta una altura con la que te sientas cómodo. Sigue practicando, sumerge más y más la cara hasta que toda tu cabeza esté bajo el agua. [9]
  6. Ahora que ya puedes sumergir la cara y la cabeza, estás listo para flotar. La mayoría de seres humanos tiene una capacidad natural para flotar, así que, aunque parezca un desafío, en realidad no es nada del otro mundo. Simplemente coloca la cara en el agua, tal como ya practicaste, y deja que tus piernas, una primero y luego la otra, se relajen y se separen del fondo de la piscina, a la vez que estiras los brazos sobre la superficie del agua. Cuando estés listo para ponerte de pie otra vez, baja las piernas lentamente hacia el fondo. [10]
  7. Una vez que te sientas cómodo y confiado en el agua, puedes empezar a aprender a nadar. Las lecciones profesionales son una gran opción para los que tienen miedo a nadar, y debido a que este miedo es muy común, siempre hay clases de natación disponibles para adultos principiantes.
    • Una búsqueda simple en Internet de lecciones de natación para principiantes te ayudará a encontrar clases en tu localidad.
    • Otra opción es visitar o llamar a un gimnasio o centro comunitario con acceso a una piscina, o a una piscina pública local, para preguntar por lecciones para principiantes.
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