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La diarrea en los recién nacidos puede ser una causa de preocupación en los padres primerizos. Con frecuencia, dependiendo de la causa subyacente, esta condición se rectifica fácilmente con el cuidado adecuado en casa. Saber qué hacer cuando un recién nacido tiene un episodio de diarrea y comprender cuándo es necesario buscar ayuda profesional puede ayudar a calmar los nervios de los nuevos padres. Si sigues estos sencillos consejos y te informas sobre la diarrea en los recién nacidos, podrás tener la confianza necesaria para ayudar a que tu bebé se mejore cuando tenga diarrea.

Método 1
Método 1 de 4:

Buscar ayuda

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  1. Llama al doctor de tu bebé si tienes preguntas urgentes o dudas sobre el estado de salud de tu bebé.
    • Los recién nacidos son muy frágiles y pueden deshidratarse rápidamente. Llama al pediatra inmediatamente si sospechas que tu bebé está deshidratado o tiene cualquiera de los siguientes síntomas: [1]
      • Fiebre: llama al doctor si tu bebé es menor de dos meses y su temperatura es mayor de 38 °C (100 °F) o si es mayor de dos meses y su temperatura sobrepasa los 39 °C (101 °F). [2]
      • Vómitos: aunque los vómitos y la diarrea generalmente se presentan al mismo tiempo durante las enfermedades bacterianas o virales, los recién nacidos corren el riesgo de deshidratarse, el cual se incrementa cuando se presentan ambos factores.
      • Síntomas de deshidratación: estos incluyen boca seca, menos de seis pañales mojados al día, letargo, ojos hundidos, fontanela hundida (punto blando), ausencia de lágrimas al momento de llorar o piel seca.
      • Diarrea que dura entre 24 horas a más, sangre en el vómito o en las heces.
      • El bebé se niega a comer, se irrita mucho, duerme mucho o tiene dificultades para despertarse.
  2. Pídele a un médico que revise a tu bebé para ver si tiene llagas abiertas en las nalgas que no hayas podido curar con alguno de tus métodos o si la irritación no parece mejorar.
    • Las llagas sobre las nalgas como resultado de la diarrea son muy comunes. No obstante, las llagas abiertas pueden infectarse si no reciben el tratamiento adecuado. El pediatra puede prescribir una pomada para aliviar la incomodidad del bebé, prevenir una infección y ayudar a curar la diarrea para que las llagas no empeoren.
  3. Si te das cuenta de que tu bebé tiene episodios de diarrea recurrentes, incluso si estos no son graves ni están acompañados de otros problemas, es recomendable que programes una cita para hablar con tu doctor al respecto. De esa forma, el doctor podrá ayudarte a señalar la causa subyacente y prescribir un plan para prevenir problemas futuros.
    • Los problemas que se presentan al mismo tiempo que la diarrea podrían ser un síntoma de problemas intestinales, intolerancia a la comida o alergias. Este aspecto, en los recién nacidos, puede incluir sensibilidad a los alimentos que la madre consume (si el bebé se alimenta de leche materna) o una alergia a los ingredientes de la leche en polvo para bebés.
    • Un pediatra también puede ayudarte a aliviar tus preocupaciones si no estás seguro de que tu bebé tenga diarrea. Siéntete libre de guardar un pañal sucio como muestra en una bolsa hermética y llévalo en tu próxima visita al doctor. El pediatra te dirá si el bebé en realidad tiene diarrea.
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Método 2
Método 2 de 4:

Determinar si tu bebé tiene diarrea

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  1. Las heces de los recién nacidos tienen texturas diferentes dependiendo de su edad y alimentación. Además, las heces aguadas no siempre son un indicador directo de que un bebé tenga diarrea.
    • Debido a que los patrones de defecación de cada bebé son ligeramente diferentes, es importante que mantengas un registro de ellos para que puedas reconocer si algo no es normal. La mayoría de hospitales te proporcionará una cartilla para mantener el registro de los patrones de alimentación, micción y defecación de tu bebé. De lo contrario, asegúrate de mantener un registro de estos aspectos en un diario o un cuaderno de apuntes. Simplemente anota la fecha cada mañana y enlista el tiempo de inicio y finalización de todas las sesiones de alimentación, el tiempo en el que cambias solo los pañales mojados y el tiempo en el que cambias pañales sucios con heces a lo largo del día.
    • En los primeros días de vida, las heces de los recién nacidos se conocen como meconio. Estas heces son pegajosas, negras o verdes y tienen una consistencia similar a la del alquitrán. Están compuestas de sustancias que el bebé tragaba mientras estaba en el útero, líquido amniótico que contiene células del cuerpo. [3]
    • A medida que el meconio sale del sistema de tu bebé, este se reemplaza por las primeras heces que resultan de su alimentación. Los bebés alimentados con leche materna y aquellos que se alimentan con leche en polvo para bebés tienen patrones de defecación diferentes, y sus heces tienen una apariencia diferente.
  2. Aunque te parezca preocupante que tus heces sean de color amarillo mostaza o de un color desagradable, las heces aguadas como estas son normales en los recién nacidos.
    • La heces de un recién nacido alimentado con leche materna generalmente son de color amarillo brillante y turbio, similar al color de la mostaza de Dijon o el queso cottage pequeño. El sistema digestivo de cada bebé es diferente, dependiendo en parte de la dieta de la madre y el tono muscular del bebé. Algunos bebés alimentados con leche materna defecan después de cada sesión de amamantamiento, mientras otros solo defecan cada dos o tres días, o con menos frecuencia, ¡incluso una vez a la semana! Esto se debe a que la leche materna se usa de manera muy eficiente en el cuerpo del recién nacido y no hay muchos desechos que eliminar. [4]
    • Las heces de un recién nacido alimentado con leche en polvo para bebés generalmente tienen un color amarillento y son más firmes que las de un bebé alimentado con leche materna. Estas heces generalmente tienen la consistencia suave de la mantequilla de maní. Por lo general, también huelen más. Los bebés alimentados con leche en polvo para bebés generalmente defecan varias veces al día hasta varias veces a la semana.
  3. Si te familiarizas con los patrones de defecación típicos de tu bebé, será más fácil que reconozcas una desviación en la norma. Por lo general, la diarrea en los recién nacidos tiene las siguientes características:
    • Incremento en la frecuencia de las defecaciones (generalmente más de una vez cada vez que lo alimentas). [5]
    • Incremento en la cantidad de líquido o mucosa de las heces. Llama a tu pediatra inmediatamente si ves sangre en las heces. [6]
    • Incremento frecuente en el volumen de las heces.
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Método 3
Método 3 de 4:

Comprender las causas probables

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  1. Aunque es poco frecuente, la dieta de la madre que amamanta puede afectar a su bebé lo suficiente como para causarle un episodio temporal de diarrea.
    • Presta atención a lo que comiste el día anterior al día que tu bebé tuvo un episodio de diarrea. Si el bebé tuvo otro episodio de diarrea después de que consumiste nuevamente el mismo alimento, elimínalo de tu dieta mientras continúes amamantándolo. Espera y observa si la condición mejora. Entre los alimentos que comúnmente causan este problema se encuentran la soya, el trigo o el maní. [7]
  2. Ten en cuenta que cambiar el tipo de alimentación de los bebés (de alimentarlos con leche materna a hacerlo con leche en polvo para bebés) puede causarles diarrea. Debido a que el sistema digestivo de tu bebé aún no se desarrolla completamente, este es sensible a la introducción de alimentos nuevos.
    • Si recientemente has introducido una nueva leche en polvo para bebés en la dieta de tu bebé y desarrolla diarrea poco después de introducir ese alimento, podría tratarse de una reacción a este cambio repentino. Si esto sucede, puedes tomar las siguientes decisiones:
      • Deja de alimentar a tu bebé con leche en polvo para bebés. Espera hasta que el sistema digestivo de tu bebé madure un poco más antes de introducir la leche en polvo nuevamente y amamántalo mientras tanto.
      • Introduce la nueva leche en polvo para bebés poco a poco. Agrega y combina lentamente más leche en polvo para bebés con menos leche materna hasta que tu bebé sea capaz de digerir la cantidad adecuada de leche en polvo.
  3. Aunque no debes alimentar a un recién nacido con alimentos sólidos antes de que cumpla los seis meses, [8] cualquier alimento nuevo que introduzcas en la dieta de tu bebé puede alterar su sistema digestivo durante un período de tiempo corto.
    • Presta mucha atención a la manera en la que tu bebé reacciona a alimentos nuevos y siempre introduce un alimento nuevo a la vez al menos durante tres a cuatro días. Esta podría ser la única forma de determinar si tu bebé sufre de una reacción al alimento nuevo.
    • Asegúrate de conversar con tu pediatra antes de introducir alimentos nuevos en la dieta de tu bebé o antes de introducir cualquier alimento que no sea leche materna o leche en polvo para bebés antes de que cumpla los seis meses.
  4. Presta mucha atención a tu bebé y observa otros signos que podrían indicar una enfermedad.
    • La fiebre y la secreción nasal o el vómito generalmente indican que la diarrea es el resultado de algún tipo de bacteria o enfermedad viral. Debes llamar al pediatra inmediatamente si tu bebé de dos meses o menos tiene fiebre. La fiebre acompañada de diarrea es generalmente peligrosa, ya que un bebé de pocos meses de edad podría deshidratarse rápidamente.
    • Además, si otros familiares también tienen diarrea, es probable que se deba a una infección o, con menor frecuencia, una intoxicación por alimentos.
  5. Un cambio en la frecuencia de la defecación y la textura de las heces es muy probable que se trate de diarrea aunque otros cambios indican otras causas posibles.
    • Es probable que un niño que consume medicamentos, incluyendo vitaminas y suplementos, presente cambios en la textura de sus heces y la frecuencia de sus defecaciones. Los antibióticos, con frecuencia, causan diarrea. Si esta continúa o empeora, probablemente debas dejar de usar ese medicamento y comenzar a utilizar otro.
    • Nunca debes darle agua o jugo a un bebé menor de seis meses porque los bebés de esa edad obtienen toda el agua que necesitan de la leche materna o la leche en polvo para bebés. Si les das demasiada agua adicional, podrías diluir su sangre y dañar sus riñones, lo cual podría resultar en complicaciones graves e incluso la muerte. [9] ). Sin embargo, darle agua o jugo a un bebé también causa un cambio en los patrones de defecación.
    • La dentición también puede causar diarrea, cuya causa probable es la producción excesiva de saliva durante el proceso de dentición. Aunque es poco común, los recién nacidos pueden experimentar dentición temprana, lo cual puede producir diarrea.
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Método 4
Método 4 de 4:

Decidir un plan de acción

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  1. Conversa con tu proveedor de salud si tu bebé recién nacido lleva una dieta de leche en polvo para bebés y presenta diarrea. Es posible que solo sea necesario encontrar una leche en polvo que no le haga daño a tu bebé.
    • Con frecuencia, los padres deben probar varios tipos diferentes de leche en polvo antes de encontrar la que se adecue a su bebé. Aunque la mayoría de los bebés se alimenta de leche en polvo para bebé a base de lácteos, otras leches en polvo para bebés especiales incluyen las leches en polvo libres de lactosa y aquellas que son a base de soya. En general, los bebés que tienen una sensibilidad a la leche en polvo para bebés presentan gases y se vuelven quisquillosos. [10]
    • En el caso de los bebés que tienen un sistema digestivo débil o inmaduro, o una alergia a la leche, existen leches en polvo para bebé específicas desarrolladas para los estómagos sensibles. Estas leches incluyen las leches a base de proteínas descompuestas o una fórmula elemental. Conversa con tu doctor para obtener una recomendación. Algunos medicamentos requieren de una prescripción.
    • Conversa con tu pediatra antes de cambiar de leche en polvo para bebés.
  2. Ya sea que tu bebé se alimente de leche en polvo para bebé o leche materna, es importante que le proporciones más leche mientras está enfermo con diarrea o vomite ya que ambos síntomas pueden causar rápidamente deshidratación en un cuerpo tan pequeño.
    • Si normalmente amamantas a tu bebé o le das el biberón cada tres horas, hazlo cada dos o incluso cada hora. Un recién nacido no puede tomar demasiada leche para bebés en polvo o leche materna, especialmente mientras está enfermo.
    • Si tu bebé vomita, ofrécele cantidades pequeñas de leche cada vez que lo alimentes pero hazlo con mayor frecuencia.
    • No le des agua ni diluyas más la leche para bebés en polvo. Hacerlo es muy peligroso para los recién nacidos, ya que podrías diluir su sangre y causarle una falla renal. [11] Para incrementar su hidratación, debes incrementar las veces en las que lo amamantas o le das solo leche en polvo para bebés.
  3. La diarrea puede hacer que tu bebé se deshidrate rápidamente. Cualquier episodio de diarrea que dure más de 24 horas indica que tu bebé necesita ayuda médica. Cualquier signo de pañales secos durante más de seis horas o la ausencia de lágrimas cuando tu bebé llora son indicadores claros de que tu bebé se ha deshidratado. Busca ayuda médica con prontitud.
    • Conversa con el médico de tu bebé sobre la posibilidad de darle una solución de electrolitos como una forma de rehidratarlo durante este proceso. Algunas marcas de electrolitos son Pedialyte y Enfalyte. Estas sustancias son especialmente útiles si tu bebé vomita.
    • Es posible que el pediatra de tu bebé te sugiera un probiótico para ayudarle a recuperar las bacterias naturales de su sistema digestivo.
  4. No es común que los episodios de diarrea dejen las nalgas de tu bebé literalmente en carne viva o con llagas abiertas. Para evitar que esto suceda, es necesario que le prestes atención adicional.
    • Cubre las nalgas del bebé y el área genital con una crema para escaldaduras espesa o un producto a base de vaselina como los productos de las marcas Vaseline o Aquaphor para evitar que se irriten más.
    • Mantén las nalgas del bebé limpias y secas. A veces, sin importar con cuanta frecuencia cambies el pañal de tu bebé, sus nalgas aún podrían desarrollar escaldaduras o llagas. La diarrea puede lastimar mucho la piel sensible. Retira el pañal y limpia cuidadosamente la diarrea de la piel. Cuanto menos tiempo expongas tu piel a los irritantes, mejor será para ella.
    • Retira el pañal del bebé, limpia sus nalgas y deja que descanse sobre la manta sin el pañal. El aire fresco puede ayudar a mejorar el sarpullido del pañal. Evita limpiar las nalgas de tu bebé excesivamente. Su piel sensible puede volverse blanda cuando la limpias drásticamente.
    • Llama a tu médico si notas que desarrollas sarpullido en los genitales, pliegues de la piel o áreas de los muslos ya que puede ser un signo de hongos de la dermatitis del pañal. Con frecuencia, la dermatitis luce de color rojo y es posible que haya ampollas rojas que se extiendan desde las áreas rojas. Si esto sucede, necesitarás medicamentos para tratar los hongos de la dermatitis del pañal.
    • Evita usar limpiadores innecesarios en las nalgas de tu bebé en ese momento. Compra un limpiador especialmente diseñado para aliviar la piel sensible. Vale la pena que uses productos orgánicos para aliviar la irritación incluso si generalmente no lo haces.
    • Usa paños para bebé muy suaves y libres de químicos mientras dura la diarrea. También puedes remojar los paños en agua clara para quitar algunos ingredientes irritantes antes de limpiar las nalgas de tu bebé con ellos. Además, puedes conseguir cuadrados de tela suave de franela en una tienda de telas y humedecerlos en agua con una cucharada de aceite de coco. También puedes usar un paño limpio con agua tibia para limpiar el área del pañal.
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Consejos

  • Se sabe que amamantar ayuda a tratar la diarrea.
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Advertencias

  • Recuerda que no debes darle ningún medicamento a un recién nacido sin consultar previamente con su doctor.
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