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En caso de que tu presión sanguínea esté muy baja, se te puede dificultar sobrellevar el día. Asimismo, puede ocasionar varios otros problemas de salud si no abordas el tema y lo dejas sin tratar. Si tienes la presión sanguínea baja, es posible que te sientas mareado, confundido o tengas dificultades para concentrarte en tareas básicas. En líneas generales, una medida de 90/60 o menos indica que tienes la presión baja. Por fortuna, puedes tomar algunas medidas por tu cuenta para ayudar a elevar tu presión sanguínea a un nivel constante. Consulta con tu doctor para conversar sobre tu presión sanguínea y busca atención médica de emergencia en caso de que experimentes algún síntoma grave.

Método 1
Método 1 de 3:

Subir la presión arterial

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  1. Si bien beber agua te hace bien en un principio, puede ayudar a elevarte la presión sanguínea en caso de que esté muy baja. Ten contigo un vaso de agua en todo momento y bébelo con lentitud a lo largo del día. Es posible que esto no tenga un efecto tan pronunciado si tienes menos de 40 años, pero de todos modos constituye una forma saludable y libre de riesgos de elevarte un poco la presión sanguínea. [1]
    • Debes apuntar a beber alrededor de entre 8 y 10 vasos (2 a 2,5 litros) de agua al día. En caso de que estés activo o tengas sed, consume más agua para permanecer hidratado.
    • Tener sed en exceso es un síntoma común de la presión sanguínea baja. Por ende, esto también debe ayudar a aliviar este síntoma.
    • En caso de que te hartes del agua aburrida, puedes exprimir un poco de jugo de lima o de limón en el agua para que tenga algo de sabor.
  2. Consigue unas medias de compresión que te queden ajustadas pero que no sea doloroso usar. Estas medias especiales pueden ayudar a elevar la presión sanguínea evitando que la sangre de tus piernas se acumule en tus pies. [2]

    Advertencia: si bien las medias de compresión conllevan relativamente pocos riesgos, es posible que experimentes algunos efectos secundarios negativos en caso de que estén muy ajustadas. Quítate las medias si experimentas dolor, entumecimiento, hormigueo, espasmos o comezón excesiva. [3]

  3. Consume diversos alimentos, entre ellos las frutas, los vegetales, los productos integrales, el pollo magro o el pescado. Si bien este es un buen hábito en un principio, es de particular utilidad si tienes la presión baja. Una dieta saludable y baja en grasas constituye una forma eficaz de asegurar que tus arterias permanezcan saludables y eficientes, lo cual suele ser un problema para las personas que tengan la presión baja. [4]
    • Es posible que los carbohidratos, el azúcar y las grasas saturadas empeoren la presión sanguínea baja. Evita lo más posible la comida chatarra y las bebidas azucaradas. Consume una cantidad limitada de carne roja y consume en cambio carne blanca magra y pescado. Una hamburguesa de pavo o de salmón puede ser tan buena como una hamburguesa de carne de res.
    • Entre otras excelentes opciones se encuentran el cereal, los huevos y cualquier cosa que contenga lácteos. El queso es un excelente bocadillo en caso de que tengas la presión baja.
    • Un desayuno o almuerzo fenomenal si quieres una opción sustanciosa es la avena con un poco de plátano.
  4. Al comer una comida grande, es posible que tu presión sanguínea se eleve y disminuya con rapidez a medida que tu cuerpo digiere la comida. Si haces comidas más pequeñas con mayor frecuencia, esta es una excelente forma de mantener estable tu presión sanguínea en el transcurso del día. Ten bocadillos a la mano y come porciones más pequeñas para poder hacer más comidas. [5]
  5. Sencillamente, el consenso médico es que demasiada sal no es buena. Sin embargo, en el caso de las personas que tengan la presión baja, un poco de sal adicional constituye una forma eficiente de elevar la presión sanguínea. Conversa con tu doctor para evaluar cuánta sal debes añadir a tu dieta debido a que hay otros factores de salud que determinan la cantidad que puedes consumir de forma segura. [6]
    • No omitas conversar con tu doctor al respecto antes de incrementar de manera significativa la cantidad de sodio que consumas, ya que el exceso de sal puede desencadenar varios otros problemas de salud. Si comes demasiada sal por un periodo de tiempo más largo, esto puede ocasionar enfermedad renal, derrames cerebrales o picos en la presión sanguínea. [7]
    • En caso de que empieces a consumir más sodio para elevar tu presión sanguínea, debes asegurarte de seguir monitoreándote la presión con regularidad.
  6. Es posible que la sangre se coagule en determinadas partes de tu cuerpo al estar sentado, recostado o de pie en una posición por demasiado tiempo. Si quieres evitar que los síntomas empeoren, cámbiate de posición cada 15 a 30 minutos. Incluso los cambios pequeños evitarán de manera radical que te marees o te sientas desorientado. [8]
    • Al ponerte de pie, hazlo con lentitud. Si tienes la presión baja, es más probable que te desmayes o te marees al ponerte de pie.
  7. Aparte de que en general no es bueno para la salud, beber mucho alcohol puede reducir de manera drástica la presión sanguínea. El alcohol es un depresor, lo cual hace que el flujo de sangre se ralentice un poco. No consumas más de una bebida alcohólica por noche para que tu presión sanguínea se mantenga a un nivel seguro. [9]
    • Es de particular importancia que evites los chupitos y las bebidas que contengan una gran cantidad de licor fuerte. Si bebes mucho alcohol con rapidez, esto puede desencadenar una caída repentina en la presión sanguínea.
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Método 2
Método 2 de 3:

Revisarte la presión arterial

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  1. Al hacerte un chequeo regular, el enfermero casi siempre te tomará la presión sanguínea antes de que llegue el doctor. Pídele la medida después de que el enfermero te tome la presión y habla con tu doctor sobre los resultados. Esta constituye la mejor forma de obtener una medida precisa y un asesoramiento médico sólido al mismo tiempo. [10]
    • En caso de que no tengas ningún síntoma de presión sanguínea baja (por ejemplo, mareos o fatiga), es probable que no haya problema con que esperes a tu próximo examen físico para medirte la presión.
  2. Existen muchas farmacias locales en donde hay máquinas con las que puedes revisarte la presión sanguínea de manera gratuita. Tan solo desliza el brazo en la abertura y presiona el botón de inicio para esperar a que la máquina te tome la medida. Esta es una excelente forma de hacerte una idea básica en cuanto a cómo está tu presión sanguínea. [11]
    • En caso de que no haya nadie esperando para usar la máquina, toma asiento por alrededor de 5 minutos antes de tomarte la presión para que así la medida sea más precisa.

    Consejo: estas máquinas no siempre son muy precisas. Rara vez se les hace mantenimiento, y la calibración puede estar un poco mal. Aun así, no hay riesgo con probar estas máquinas para hacerte una idea general en cuanto a cómo está tu presión sanguínea.

  3. Puedes conseguirlos en casi todas las farmacias o supermercados, y pueden costar apenas $20. Estos dispositivos constituyen una excelente forma de monitorear el nivel de tu presión sanguínea desde la comodidad de tu propia casa. Tan solo envuelve la banda alrededor de tu bícep y enciende la máquina para medirte la presión. [12]
    • Siéntate inmóvil y relájate por 5 minutos antes de medirte la presión sanguínea de forma que el esfuerzo físico no tenga un efecto sobre la medida. Asimismo, apoya los pies completamente en el suelo mientras te tomas la presión y evita cruzar las piernas.
  4. Al revisarte la presión sanguínea, la medida sistólica (el número en la parte superior) debe ser de entre 90 y 120. La medida diastólica (el número en la parte inferior) debe ser de alrededor de entre 60 y 80. En caso de que la medida sistólica sea menor a 90 o la medida diastólica sea menor a 60, tienes la presión baja. [13]
    • La presión sanguínea sistólica mide la presión que se ejerce sobre las arterias a raíz de la fuerza de la sangre siendo empujada a través de ellas por el corazón. Considera tu cuerpo como una tubería. La medida sistólica es con cuánta fuerza el agua se presiona contra la tubería cuando fluye.
    • La presión sanguínea diastólica mide la presión en las arterias cuando el corazón descansa entre latidos. En caso de que esto ayude, considéralo como la fuerza con la que el agua empuja sobre la tubería cuando el grifo del lavabo está cerrado.
    • Ten en cuenta que el cuerpo de cada persona es distinto y experimentarás fluctuaciones en el transcurso de cada día. Sin embargo, el nivel de la presión sanguínea debe permanecer lo más cerca posible de estos promedios.
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Método 3
Método 3 de 3:

Cuándo buscar atención médica

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  1. La mayor parte del tiempo, la presión sanguínea baja no constituye un problema a menos que ocasione síntomas. En caso de que experimentes alguno de los síntomas comunes que están asociados a la presión baja, consulta con un doctor para repasar tus opciones. Él evaluará lo que ocurra y te recomendará opciones de tratamiento médico, de ser necesario. [14]
    • Entre los síntomas comunes de la presión sanguínea baja se encuentran los mareos, la fatiga, las náuseas y las dificultades para concentrarse.
    • Los síntomas poco comunes para los que se necesita atención médica más temprano que tarde incluyen desmayos, visión borrosa y vómitos.
  2. En caso de que tu presión sanguínea baje extremadamente, puede desencadenar un problema que pone en riesgo la vida que se conoce como choque. El choque puede dañar el corazón si no se aborda con rapidez, y es posible que corras un riesgo grave si se deja completamente sin tratar. [15]

    Acude a la sala de urgencias en caso de que experimentes los siguientes síntomas:

    confusión

    piel pálida que tenga una sensación fría o sudada

    respiración rápida y superficial

    pulso rápido y débil

  3. La presión sanguínea baja suele ser un síntoma de un problema médico subyacente. Si manejas estos problemas de la forma adecuada, esto puede ayudar a que el nivel de tu presión sanguínea permanezca bajo control. En caso de que tu presión sanguínea esté constantemente baja, consulta con tu doctor para tratar de identificar y tratar la fuente del problema. [16]
    • Es posible que tengas la presión baja si estás embarazada. Hazte una prueba de embarazo para averiguar si esperas un hijo.
    • La presión sanguínea baja puede ser un síntoma de varios problemas cardiacos, problemas con la tiroides, deshidratación, anemia o alergias.
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Advertencias

  • No añadas muchas grasas saturadas o azúcar a tu dieta. Las grasas y el azúcar pueden ocasionar que tu presión sanguínea se eleve y disminuya repentinamente, lo cual hace que tengas periodos de mareos y agotamiento. [17]
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