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Las mochilas tienen dos correas para que el usuario pueda ajustar la longitud de sus asas según el estilo o el nivel de comodidad buscado. Con el uso, las correas desgastadas pueden tender a deslizarse a través de su sistema de ajuste, haciendo que el peso de la mochila caiga más sobre un hombro que sobre el otro. Los senderistas con experiencia también pueden considerar la opción de eliminar algo de carga recortando los extremos sobrantes de las correas. Aquí encontrarás unas cuantas formas de ajustar, recortar o esconder las correas para usar la mochila en la escuela, de viaje o en una excursión de senderismo.

Método 1
Método 1 de 3:

Utilizar el mecanismo de ajuste de la mochila

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  1. La parte acolchada de las asas traseras debe quedar cómoda y uniformemente repartida sobre los hombros. La mochila no debe colgar demasiado baja con la base hundida. Lo ideal es que quede paralela a la espalda mientras caminas. [1]
    • Si notas que la mochila cuelga demasiado baja y con la base hundida, es posible que lleves demasiado peso o que necesites una mochila con fondo reforzado para evitar que se deforme.
  2. Puedes medir las correas quitándote la mochila y tensando una junto a la otra para compararlas entre sí. Asegúrate de que ambas correas tengan el mismo largo, ya que si quedan desiguales pueden causar sobrecarga en alguna zona del cuerpo, especialmente en el cuello y los hombros. Además, ajustando bien las correas te asegurarás de que el peso quede uniformemente distribuido cuando lleves la mochila colgada a la espalda.
  3. Tal vez tengas que hacer uno o dos pliegues para esconder los extremos de las correas bajo el mecanismo de ajuste. También puedes cortar el material sobrante, si las correas son demasiado largas y no piensas darles uso en el futuro. Deja entre 5 y 10 cm (entre 2 y 4 pulgadas) de margen para ajustar el largo.
    • Si cortas el material sobrante, derrite el borde con un mechero. [2]
  4. No dudes en reforzar el pliegue con cordeles o gomas elásticas para que las correas se mantengan en su sitio. Puedes atar el cordel alrededor del pliegue y asegurarlo con un nudo, o enrollar gomas elásticas alrededor del pliegue para mantenerlo en su sitio.
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Método 2
Método 2 de 3:

Recortar las correas

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  1. Las asas acolchadas deben caer cómodamente sobre los hombros. Debes ponerte la mochila y ajustar las correas hasta que las asas se te ajusten bien sin que el fondo se hunda hacia abajo.
  2. Tendrás que recortarlas de modo que sobren unos 2,5 cm (1 pulgada) de nailon por fuera del mecanismo de ajuste de plástico. Utiliza unas tijeras de costura o unas tijeras de cocina para realizar un corte limpio en cada correa. [3]
  3. Después, grapa el pliegue unas tres veces. Ten cuidado, ya que esta operación no dejará margen para futuros reajustes. Puedes dejar entre 7,5 y 10 cm (entre 3 y 4 pulgadas) de correa para futuros viajes con mochila.
  4. Asegúrate de hacerlo en el exterior, ya que puede producir un humo de olor muy fuerte y poco adecuado para zonas de interior o espacios cerrados. [4] Sujeta el mechero bajo la correa y muévelo lentamente hacia atrás y hacia delante, de manera que la llama atraviese el extremo plegado varias veces.
    • Las fibras del material se derretirán formando una sola capa más gruesa, demasiado voluminosa para pasar a través del mecanismo de ajuste de plástico. De este modo, evitarás que el resto de la correa se deslice a través de dicho mecanismo.
  5. Utiliza un sacagrapas para evitar pincharte los dedos u otros accidentes. Asegúrate de desechar las grapas inmediatamente después.
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Método 3
Método 3 de 3:

Plegar las correas

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  1. Asegúrate de que la mochila quede paralela a la espalda, sin que el fondo se hunda hacia abajo.
    • Si notas que hay otras correas de la mochila excesivamente largas, puedes utilizar este mismo método para plegarlas y acortarlas.
  2. Necesitarás entre 12,5 y 15 cm (entre 5 y 6 pulgadas) de cinta de velcro por cada correa para asegurarte de envolverla completamente una vez que esté plegada. La cinta de velcro es la mejor opción para este método, pero también puedes utilizar gomas elásticas, bridas o cordeles.
  3. Empieza por el extremo de cada correa y enrolla el material de modo que quede bien liado y aplanado. Una vez que hayas plegado las correas, asegúralas enrollando la cinta de velcro a su alrededor.
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Cosas que necesitarás

  • unas tijeras
  • una grapadora
  • un mechero
  • gomas elásticas, cordeles o cintas de velcro

Consejos

  • Cuando uses la mochila, ponte siempre las dos asas. Si la usas frecuentemente colgada solo de un asa, podrías sufrir daños en el cuello y los hombros.
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Advertencias

  • No grapes ni derritas las correas sin haberlas pasado a través del mecanismo de ajuste de plástico. Si cometes ese error, el resultado serán dos correas inutilizables, por mucho que tengan el largo adecuado.
  • Ten cuidado de no quemarte los dedos al derretir las correas.
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