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La pizza casera es un plato delicioso que se prepara fácilmente, pero ¿qué es lo que supuestamente se hace con la masa que sobra? Afortunadamente, la masa de pizza ya sea fresca o de supermercado puede guardarse perfectamente en el refrigerador o en el congelador. Si quieres refrigerar la masa para preparar pizza durante los próximos días o prefieres guardarla en el congelador por unos cuantos meses, ¡puedes lograr que se mantenga fresca!

Método 1
Método 1 de 2:

Refrigerar la masa

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  1. Asegúrate de que la masa esté completamente unificada antes de almacenarla. Cubre ligeramente el fondo y los costados del envase de plástico con aerosol para cocina, de tal forma que la masa no se pegue. [1]
    • Si quieres puedes moldear la masa en forma de bolas antes de guardarla, pero no es necesario.
  2. Coloca la masa dentro del envase y ciérralo herméticamente con una tapa o utiliza una envoltura de plástico. Mientras la masa esté refrigerada, crecerá lentamente y adquirirá más sabor. Asegúrate de utilizarla en un período máximo de 3 días; de lo contrario, no quedará tan sabrosa. [2]
    • Mientras más tiempo conserves la masa refrigerada, más crecerá y subirá.
  3. Destapa el envase y deja que la masa se entibie antes de hornearla. De esta manera volverá a tomar una temperatura maleable que te permita estirarla y amasarla. [3]
  4. Forma un puño y presiona la masa para disminuir su volumen. Además de ayudar a formar nuevamente una bola, esto permitirá liberar las burbujas de aire que quedan atrapadas en la masa por acción de la levadura. [4]
    • Después de trabajarla con los puños, deja que repose por 15 minutos más.
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Método 2
Método 2 de 2:

Congelar la masa de pizza

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  1. Rocía ligeramente la masa con aerosol para cocina o aplícale una capa delgada de aceite de oliva con las manos asegurándote de cubrir toda la superficie de cada una de las bolas de masa. De esta forma evitarás que se peguen al envase o unas con otras. [5]
    • Resulta más sencillo almacenar la masa en forma de bola, ya que así no será necesario descongelar toda la masa cada vez que quieras una pizza.
    • Si no quieres ensuciarte las manos con aceite, puedes usar una brocha para cocina.
    • Puedes reemplazar el aceite de oliva por el aceite de cocina de tu preferencia.
  2. Envuelve cada una de ellas con un pedazo chico de papel para horno para que se mantengan separadas y no se peguen. [6]
    • Si no tienes papel para horno, puedes utilizar papel manteca.
    • Si vas a guardar las bolas de masa en bolsas separadas, no hace falta que las envuelvas.
  3. Utiliza bolsas con cierre hermético aptas para congelador y quítales todo el aire para que queden más compactas y sean más fáciles de almacenar. [7]
    • También puedes usar recipientes de plástico con cierre hermético.
  4. La bolsa debe mantenerse cerrada herméticamente hasta quieras utilizar una de las bolas de masa. Cada vez que quieras comer pizza solo tienes que sacar una de las bolas. [8]
    • Después de 3 meses, la masa podría presentar quemaduras por congelación, lo cual alterará su sabor.
  5. Retira la masa del congelador, colócala en el refrigerador y déjala allí toda la noche o durante 12 horas como mínimo. De esta manera podrás trabajarla antes de llevarla al horno. [9]
  6. Pon la masa dentro de un tazón sobre la mesa de la cocina para tome temperatura ambiente. Esto hará que sea más fácil trabajarla y volver a darle forma. [10]
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Consejos

  • Estas técnicas funcionan ya sea con masa de pizza casera o de supermercado.
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Cosas que necesitarás

Refrigerar la masa

  • envase de plástico con cierre hermético
  • aerosol antiadherente
  • refrigerador

Congelar la masa para pizza

  • aceite de oliva o aerosol para cocina
  • papel para horno
  • bolsa apta para congelador
  • congelador

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