Descargar el PDF Descargar el PDF

La tos persistente puede ser molesta e incómoda. Además de ser inquietante, también puede molestar a quienes te rodean. Tu cerebro te obliga a toser siempre que detecta un irritante o bloqueo en la garganta. Si quieres calmar la tos, tendrás que calmar la irritación o eliminar el bloqueo. Con suerte, es bastante sencillo, sin importar dónde te encuentres. Los ataques de tos ocasionales son absolutamente normales, pero visita a tu médico si la tos dura más de tres o cuatro semanas, o si desarrollas síntomas agudos como fiebre o sibilancia.

Método 1
Método 1 de 3:

Calmar la tos en público

Descargar el PDF
  1. Ten un vaso con cubitos de hielo contigo y chúpalos siempre que necesites algo de alivio. Chupar una pastilla, un caramelo duro o una pastilla para la tos también puede calmar la garganta y la tos persistente al no estar en casa. [1]
    • Las pastillas hechas con miel real pueden proporcionar efectos calmantes adicionales, pero generalmente las pastillas costosas para la tos con sabor no son mucho mejores para proporcionar alivio que las pastillas o los caramelos duros baratos. [2]
    • Puedes comprar pastillas y caramelos para la tos en los supermercados y las farmacias.
    • Jamás les des pastillas a los niños menores de cuatro años para prevenir el ahogamiento.
  2. El solo hecho de tomar un poco de agua puede ayudar a reducir la tos persistente, en especial en entornos secos, dado que calma a medida que viaja por la garganta. Los líquidos también evitan la resequedad del revestimiento de las fosas nasales y la garganta, y mantienen la mucosidad húmeda para que te resulte más fácil deshacerte de ella. [3]
    • El agua es la mejor opción, pero los jugos de fruta sin endulzar, los tés de hierbas descafeinados y las bebidas deportivas son aceptables, siempre que se beban con moderación.
    • Evita las bebidas con cafeína como el café, el té negro y los refrescos, como así también las bebidas alcohólicas.
  3. Limítate a los tés descafeinados y los tés de hierbas sin cafeína. Simplemente prepara tu té favorito y disfruta una buena taza con la frecuencia que desees a lo largo del día. Si no sueles tomar té, puedes probar otras variedades herbales como menta, jengibre o manzanilla. [4]
    • Toma caldos calientes también puede proporcionar alivio. [5]
    • La cafeína es deshidratante y puede empeorar la tos.
    • Agregar un poco de miel o jugo de limón fresco puede proporcionar un alivio adicional. Además, su sabor es delicioso en una taza caliente de té.
  4. Evita los cigarrillos y otros irritantes de garganta para reducir la tos. La exposición al humo, el polvo, los gases y otros contaminantes puede irritar la garganta y los pulmones. Evita fumar cigarrillos, el tabaquismo pasivo y procura no estar en lugares donde es muy posible inhalar contaminantes. [6]
    Anuncio
Método 2
Método 2 de 3:

Reducir la tos en casa

Descargar el PDF
  1. Coloca una o dos almohadas adicionales debajo de la cabeza para que esté levantada durante la noche. Esta posición vertical evita que la mucosidad se deslice por la garganta, que a menudo es el culpable de que la tos te despierte durante la noche. [8]
  2. El vapor de una ducha caliente puede lubricar la garganta y reducir la tos. Toma una ducha caliente e inhala el vapor durante 20 minutos aproximadamente. Asegúrate de respirar lento y profundo. [9]
    • Si no quieres meterte en el agua, cierra la puerta del baño e inhala el vapor que llena el lugar.
  3. Llena el dispositivo con agua destilada y colócalo al menos a 1 o 1,5 metros (3 a 4 pies) de la cama. Puedes encender el dispositivo varias veces al día o durante la noche mientras duermes, pero evita el uso constante. No olvides drenar y limpiar el humidificador o vaporizador todos los días para evitar la acumulación de bacterias en el dispositivo. [10]
    • Encender el humidificador o vaporizador las 24 horas todos los días promueve el crecimiento del moho y los hongos.
    • Evita usar agua del grifo en el humidificador. El dispositivo convertirá los minerales del agua de grifo en un polvo blanco y lo liberará en el aire. La inhalación de este polvo puede causar tos y problemas respiratorios.
  4. Haz gárgaras con agua tibia con sal para aliviar el dolor de garganta. Mezcla entre 1/4 y 1/2 cucharadita de sal de mesa con 120 a 250 ml (4 a 8 onzas) de agua tibia. Inclina la cabeza hacia atrás y haz gárgaras con la solución durante un minuto aproximadamente. Luego, escupe el agua salada en el fregadero. [11]
    • No tragues el agua salada, dado que puede causar molestias estomacales.
    • Las gárgaras con agua salada son seguras para cualquier persona de más de seis años de edad.
  5. Ponte de pie sobre el fregadero e inclina la cabeza hacia abajo. Coloca la punta de la botella en una fosa nasal y rocíala. Rota la cabeza hacia atrás y permite que la solución gotee hacia el fondo de la nariz de forma natural. Repite el proceso con la otra fosa nasal. [12]
    • Deshacerte de la mucosa evita que corra por la garganta, lo que te obligará a toser.
    • Suénate la nariz suavemente para eliminar los restos de la solución salina cuando termines.
    • Puedes comprar gotas nasales salinas de venta libre en la mayoría de las farmacias y los supermercados.
  6. Irriga las fosas nasales con una olla neti para evitar el goteo posnasal. Llena una olla neti con agua destilada y revuelve el polvo salino hasta que se disuelva. Inclina la cabeza hacia un lado y coloca la boquilla de la olla en la fosa nasal superior. Inhala a través de la boca y vierte lentamente la solución en la fosa nasal. El líquido saldrá por la fosa nasal inferior en tres o cuatro segundos. Repite el proceso con la otra fosa nasal. [13]
    • Suénate suavemente la nariz cuando termines para eliminar los restos de la solución.
    • Limpia bien la olla entre los usos para evitar que los gérmenes y las bacterias ingresen en las fosas nasales la próxima vez que la uses.
    • Si tienes que usar agua de grifo, asegúrate de hervirla primero para matar las bacterias y los organismos. Permite que el agua se enfríe antes de usarla.
    Anuncio
Método 3
Método 3 de 3:

Saber cuándo buscar atención médica

Descargar el PDF
  1. La tos crónica puede ser producto de muchos problemas comunes, como alergias, asma, reflujo gastroesofágico u algún tipo de enfermedad subyacente, por lo que es mejor que un médico te evalúe y proporcione un diagnóstico oficial. Es posible que recomiende una radiografía del tórax o funcionamiento pulmonar. [14]
    • Es posible que tengas una infección bacteriana que se puede tratar con antibióticos recetados.
  2. La sibilancia, la fiebre y la tos con flemas espesas de color amarillo verdoso generalmente indican una infección en el pecho o los pulmones. Es mejor visitar a un médico cuanto antes para no prolongar tu recuperación. Es posible que el profesional te recete antibióticos u otros tratamientos. Llama al médico si presentas algunos de los siguientes síntomas graves: [15]
    • fiebre superior a 38 °C (100 °F)
    • tos con flemas verdes o amarillas
    • sibilancia
    • falta de aliento
  3. Si tienes dificultades para respirar, es hora de ir a un centro de emergencias. Infórmale al médico cuánto tiempo hace que tienes tos y dile cuáles son los síntomas que experimentas. Busca atención médica de urgencia si experimentas los siguientes síntomas: [16]
    • ahogo o vómitos
    • dificultades para respirar o tragar
    • flemas de color rosa o con sangre
    • dolor en el pecho
  4. Estos síntomas podrían indicar que tienes una enfermedad más grave, como tos ferina. Pídele al médico un turno para el mismo día o acércate a un centro de atención de emergencia para asegurarte de que estés bien. El profesional identificará la causa de la tos y te ofrecerá el tratamiento correcto. [17]
    • La tos ferina es muy contagiosa y requiere tratamiento médico, así que no dudes en visitar a tu médico si experimentas estos síntomas.
    Anuncio

Acerca de este wikiHow

Esta página ha recibido 22 334 visitas.

¿Te ayudó este artículo?

Anuncio