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Los croissants son elementos tradicionales de la repostería francesa, es mejor disfrutarlos a la hora del desayuno frescos y por sí solos, o acompañados con café. Si alguna vez has comido un croissant, ¡sabes el desastre que pueden hacer! Hay muchas maneras de comer un croissant por sí solo para evitar que te caigan migas por todos lados y te queden los dedos llenos de mantequilla, o si quieres una comida más completa, ¡hasta puedes usarlos para hacer un delicioso sándwich de desayuno!

Ingredientes

  • 1 croissant
  • 2 huevos
  • 1 rebanada de jamón
  • 1 rebanada de queso cheddar
  • 1 cucharada de mantequilla o aceite de cocina
  • sal y pimienta al gusto

Rinde 1 porción

Método 1
Método 1 de 3:

Comer croissants simples

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  1. Comer un croissant tostado es tan sabroso como comerlo a temperatura ambiente. Calienta un croissant en casa usando el horno o una tostadora, o cómelos a temperatura ambiente si vas a salir.
    • Pon un croissant en el horno o la tostadora a 180 ºC (350 ºF) por 5 minutos para calentarlo.
  2. Usa una servilleta lo suficientemente grande para que quepa alrededor de todo el croissant. Envuélvelo alrededor de la mitad de abajo del croissant y cómelo de arriba hacia abajo. [1]
    • Los mejores croissants tienen mucha mantequilla y son hojaldrados, así que, para no hacer un desastre ni engrasarte los dedos, usa una servilleta.
  3. Mantén presionados los dos extremos del croissant con los dedos pulgar e índice de una mano. Arranca la capa superior del medio con la otra mano y disfruta de la parte más crujiente del croissant. [2]
    • Si puedes, hazlo en un plato para atrapar las migas.
  4. Busca en donde se divide el croissant naturalmente en 3 secciones y sepáralas en un plato. Come cada pedazo por separado sobre un plato para atrapar las migas. [3]
    • Si no tienes una servilleta, este método funciona bien para no hacer un desastre.
  5. Pon el croissant en un plato. Sostén un tenedor y un cuchillo, cada uno en la mano que prefieras, y corta un pedazo de croissant cada vez que quieras dar un mordisco. [4]
    • Esta es la forma de comer un croissant que hace menos desastre y te ayuda a mantener las manos limpias.
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Método 2
Método 2 de 3:

Comer croissants con rellenos y con untables

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  1. Rompe el croissant y sumérgelo en una taza del café que más te guste, como café negro o capuchino. Come todo el bocado de inmediato. [5]
    • No dejes el croissant en el café por mucho tiempo, o se ablandará y se desmoronará.
  2. Corta o rompe el croissant en pedazos y úntalos con mantequilla antes de cada bocado. La mantequilla con sal mejorará el sabor a mantequilla que tienen los croissants. [6]
    • Aun con la mantequilla, puedes mojar el croissant en café si quieres.
  3. Corta un poco de las frutas que más te gusten como fresas o duraznos. Corta un croissant por la mitad y rellénalo de fruta, cúbrela con crema batida y cómelo. [7]
    • No cortes por completo el croissant. Córtalo como un pan de hot dog, déjalo conectado de un lado para que sea más fácil que contenga toda la fruta y la crema batida.
  4. Corta el croissant por la mitad y úntale Nutella en ambos lados. Vuelve a juntar las dos partes y cómelo como un sándwich.
    • Para variar un poco, también puedes agregar frutas a esta combinación, por ejemplo, fresas.
  5. Prueba el croissant como un sándwich con diferentes quesos como el brie o el cheddar. ¡El queso siempre sabe bien con un croissant y seguramente encontrarás una combinación que te guste! [8]
    • Puedes rociar miel sobre el queso para hacer un delicioso croissant dulce y salado.
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Método 3
Método 3 de 3:

Hacer un sándwich de desayuno con un croissant

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  1. Pon una sartén en la estufa a fuego medio. Agrégale 1 cucharada de mantequilla o aceite de cocina a la sartén. [9]
    • Ten la mantequilla o el aceite a la vista para asegurarte de que no se queme. Si empieza a salir humo, bájale el fuego.
  2. Sazona los huevos con sal y pimienta al gusto. Agrégale a los huevos revueltos todo lo que quieras. [10]
    • Si quieres que el sándwich de desayuno tenga mucho queso, agrégale un poco de cheddar rallado a los huevos.
  3. Revuélvelos con frecuencia para que queden uniformes. Cuando estén completamente cocidos, quita la sartén del fuego. [11]
    • Cambia los huevos revueltos por 1 huevo frito, si quieres.
  4. Usa un cuchillo de sierra para cortar el croissant en dos mitades iguales de arriba y abajo. Colócalas una al lado de la otra en el centro de la bandeja. [12]
    • Si quieres un sándwich de desayuno crujiente y fresco, compra un croissant recién horneado en una panadería.
  5. Primero pon el jamón en la mitad de abajo del croissant. Pon los huevos revueltos sobre el jamón y cúbrelo con la rodaja de queso. [13]
    • No tapes el sándwich con la mitad superior del croissant todavía. Se tostará mejor si no se la pones.
    • Si quieres, puedes ponerle tocino en lugar de jamón.
  6. Cuida el sándwich mientras se hornea. Saca la bandeja del horno cuando el croissant comience a ponerse crujiente y el queso comience a burbujear. [14]
    • Recuerda que el tiempo de cocción puede variar según el horno. Inicia el temporizador a 10 minutos, pero no olvides revisar el sándwich periódicamente para que no se queme.
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Cosas que necesitarás

Para hacer el sándwich de desayuno con un croissant

  • cuchillo de sierra
  • bandeja para hornear
  • horno
  • tenedor
  • tazón
  • estufa
  • sartén
  • espátula

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