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Aunque en algún momento el lichi se encontraba únicamente en los trópicos, ya se ha liberado y ha viajado por casi todo el mundo. La mayoría de lichis enlatados se pueden comer directamente del recipiente. Sin embargo, cuando está fresco, este supera sin problemas en sabor a la versión enlatada y solo requerirá unos cuantos segundos de preparación.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Comer el lichi fresco

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  1. Encuentra una fruta firme que ceda un poco al presionarla sin hundirse ni filtrar. Otra buena señal es que la cáscara esté bastante suave y tenga algunos bultos pequeños en lugar de protuberancias grandes y elevadas. [1] Una fruta dura que no está madura será comestible pero no tendrá un sabor tan intenso. Si está húmeda y suave, estará demasiado madura y podría fermentarse (comestible con un sabor fuerte y diferente) o podrirse (desagradable). Si la cáscara está aplastada o empapada, en casi todos los casos, la fruta se habrá podrido. [2]
    • Cada variedad tiene un color de cáscara diferente, pero la mayoría son rojas, naranjas o amarillentas cuando la fruta está madura. Si está de color marrón, por lo general se habrá pasado.
  2. Sostén la protuberancia del tallo y pela la cáscara rosada o marrón-amarillenta a un extremo. La pulpa blanca semitransparente que está en el interior es la parte comestible de la fruta. Sería bueno que la peles sobre un bol para que contenga el jugo que podría derramarse.
    • Si has dejado el lichi fuera por un tiempo, la cáscara será más difícil y dura de pelar. Haz un pequeño corte con una uña, un diente o un cuchillo. Remojar la fruta también facilitará el pelado. [3]
    • Si la pulpa está totalmente transparente, jaspeada o marrón-amarillenta, quiere decir que el lichi se ha fermentado o podrido.
  3. Un lichi perfectamente maduro tendrá una cáscara suave que se separe con facilidad de la pulpa. Podrás presionarlo suavemente para que salga la pulpa que está adentro. Si esto no funciona, simplemente rasga la cáscara por pedazos pequeños con los dedos. [4]
    • La cáscara no es comestible; por lo tanto deséchala o ponla en el compostaje.
  4. En el centro de la fruta hay una pepa grande. Abre suavemente la pulpa con los dedos, saca la reluciente pepa marrón y deséchala, pues es un poco tóxica.
  5. Los lichis frescos tienen una pulpa dulce, crujiente y jugosa con un aroma característico que no podrás encontrar en los enlatados. Disfrútalo crudo o sigue leyendo para conocer más usos.
    • En el interior de la pulpa habrá una membrana delgada medio marrón en la parte donde estaba la pepa. Puedes comerla con el resto del lichi, pues le agregará una sensación un poco crujiente sin afectar el sabor. Quitarlo suele hacer que se escurra una gran parte del sabroso jugo. [5] [6]
  6. Refrigera el lichi envuelto en un pedazo de papel toalla seco, adentro de una bolsa de plástico perforada o un recipiente sin tapar. De esta manera, te durará hasta una semana, aunque la cáscara podría volverse marrón y dura. Descarta la fruta si se pone de color gris. [7]
    • Si no puedes comerlos todos en ese tiempo, congela en una bolsa hermética el resto de los lichis enteros y sin pelar. Deja correr agua caliente sobre el lichi congelado durante 15 segundos, luego pélalo y cómelo. [8] Cuando está parcialmente descongelado, tiene una textura similar a la de un sorbete. [9]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Utilizar el lichi en recetas

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  1. Esta opción obvia es perfecta para el verano. Como el lichi pierde su jugo rápidamente al pelarse, agrégalo a último minuto.
  2. Pélalo cuidadosamente y quítale la pepa sin romper la pulpa. Después, incorpora nueces molidas, miel o jengibre a un poco de queso suave, como el queso crema o chhenna. Presiona suavemente el lichi con el dedo pulgar para abrirlo y rellénalo con la ayuda de una cuchara o palitos chinos.
    • Incluso puedes rellenarlo con alimentos salados, como un saltado de pollo. Cerciórate de que todos los ingredientes estén finamente picados y asa los lichis durante 2 a 3 minutos después de rellenarlos. [10]
  3. Agrega un lichi sin pepa en un mondadientes a las margaritas o algún otro cóctel ligero. También puedes probar uno nuevo como un martini con sake y lichi o la novedad del martini del ojo loco.
  4. Un lichi suave y dulce añade una dimensión osada a las salsas picantes o ácidas. Prueba una simple salsa de aguacate (palta), lichi y cebolla roja con los ingredientes para decorar salsas que elijas. [11]
  5. Para preparar pollo al lichi o algún otro plato salado caliente, agrega esta fruta a un saltado o asado unos minutos antes de que esté listo. El lichi combina especialmente bien con la canela, el jengibre o la miel. [12]
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Consejos

  • Los lichis que se compran en las tiendas de alimentos generalmente no están bien cuidados o son viejos. Pregunta qué día llega el siguiente envío o encuentra algún agricultor pequeño que haga envíos directamente a los clientes. [13]
  • Si el interior de la fruta no corresponde a la descripción, es posible que tengas una fruta parecida como el rambután, el guayo, el ojo de dragón o el pulasán. [4]
  • Algunos lichis no se polinizan por completo, lo que produce una pepa delgada de “lengua de pollo”. Si encuentras uno así, tendrás suerte porque la fruta llenará el espacio con más pulpa. [14]
  • Puedes conseguir lichis secos o enlatados.
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Advertencias

  • Si el interior del lichi es de color amarillo, estará muy viejo y no estará bueno para comer.
  • La semilla de lichi es ligeramente tóxica para personas y animales, así que no la comas.
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Cosas que necesitarás

  • un cuchillo (opcional)
  • el lavabo o una servilleta
  • un lichi

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