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Aprender a cultivar apio a partir de un tallo es una forma divertida, fácil y económica de aumentar tu experiencia en la jardinería. El apio es una planta mediterránea muy conocida por sus diferentes beneficios para la salud, su versatilidad y su irresistible textura crujiente. Si bien puede ser difícil cultivarlo en el exterior en varios climas, es simple hacerlo a partir de un tallo en el interior. Una vez que cultives tu propia verdura a partir de un tallo, podrás usar los nuevos tallos para repetir el proceso y tener apios frescos hechos en casa durante todo el año.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Preparar la base del apio en un recipiente

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  1. Corta los tallos del apio con un cuchillo largo y afilado a 2,5 cm (1 pulgada) o 5 cm (2 pulgadas) de la base. Esto les dará espacio a los nuevos tallos para crecer sin extraer los nutrientes necesarios. [1]
    • Limpia por completo la base con agua, y sécala con una toallita de papel o un paño.
    • Asegúrate de limpiar correctamente la base del apio de modo que no quede sucia, con restos o con bichos.
  2. Coloca la base del apio en un recipiente de 5 cm (2 pulgadas) o 7,5 cm (3 pulgadas) de profundidad parcialmente lleno con agua tibia. El agua tibia fomentará el crecimiento de nuevos tallos. [2] Coloca la base limpia y cortada en un recipiente con la parte inferior de la planta apuntando hacia abajo y la parte recién cortada apuntando hacia arriba.
    • Asegúrate de que el recipiente esté limpio y sea lo suficientemente hondo como para que varias onzas de agua no se derramen.
    • Llena el recipiente con suficiente agua de modo que 2/3 de la base del apio estén sumergidos, aproximadamente 1,5 cm (0,5 pulgadas) o 4 cm (1,5 pulgadas), dependiendo del tamaño de la verdura.
  3. Es fundamental que la base del apio reciba grandes cantidades de luz natural. Para generar la energía que necesita para crecer, deberá recibir entre seis a siete horas de luz natural al día. [3]
    • Si no hay un lugar en el interior que reciba suficiente luz solar, puedes aprender a cultivar con luz artificial . Esto te ayudará a recrear las condiciones necesarias para que el apio crezca.
  4. A medida en que empiece a crecer, la planta absorberá una cantidad significante de agua alrededor. Es importante que repongas el agua para que el apio siga floreciendo.
    • Revisa el nivel del agua en el recipiente diariamente. Llénalo de agua según se necesite, de modo que 2/3 de la planta continúen sumergidos.
    • Cambia el agua cada 2 o 3 días. Esto garantizará que la base tenga el agua limpia que necesita para crecer fuerte y muy alta. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Trasplantar la base del apio al suelo

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  1. Después de 5 o 7 días, la base deberá haber producido nuevos brotes y deberá estar lista para que la transfieras a una maceta con tierra. [5] Existen algunas señales que pueden indicarte si es adecuado trasplantar el apio.
    • La parte externa de la base debe haber comenzado a desintegrarse y a ser de color marrón. Si bien su apariencia puede ser preocupante, es algo normal y parte fundamental de su proceso de crecimiento. El tallo viejo de un apio se desintegra con el fin de crear nutrientes naturales para que el nuevo tallo crezca. [6]
    • Deben aparecer pequeños brotes del nuevo crecimiento. Esta es una clara señal de que el tallo del apio está produciendo un nuevo crecimiento y que está listo para ser trasplantado.
  2. Es mejor que uses tu propio juicio en este caso, ya que la cantidad exacta de tierra necesaria variará dependiendo del tamaño del tallo.
    • El tamaño de la maceta también varía, dependiendo de cuán ancha es la base de la verdura. En promedio, una base mide 10 cm (4 pulgadas) de ancho. Para permitir que el apio tenga suficiente espacio para crecer, es mejor que elijas una maceta que mida al menos 15 cm (6 pulgadas) de ancho y 12,5 cm (5 pulgadas) de alto. [7]
    • El objetivo es llenar la maceta con suficiente tierra de modo que puedas agregar más alrededor y por encima del tallo del apio de modo que solo los nuevos brotes sobresalgan de ella.
  3. Retira con cuidado el tallo del recipiente y colócalo en el centro de la maceta, sobre la tierra. Cubre lentamente la base con más medio de cultivo, añadiendo solo un poco de rato en rato hasta que solo se vean los nuevos brotes.
  4. Si bien es mejor tener cuidado de no regarla en exceso, es fundamental que la planta continúe recibiendo grandes cantidades de agua para que siga floreciendo. Si bien no hay ninguna regla estable sobre cuán seguido se debe regar, existen algunos métodos con los que puedes asegurarte de que la planta reciba el agua necesaria.
    • Revisa si el suelo está seco. Si está ligeramente húmedo al tacto, es probable que la planta necesite agua.
    • Revisa si está deteriorada, si está amarilla o si tiene manchas marrones. Si hay alguno de estos problemas, significará que el apio no ha estado recibiendo suficiente agua. Esta planta requiere grandes cantidades de agua para crecer fuerte. Por lo tanto, si los nuevos brotes se ven decolorados, secos o pequeños, riega con mayor frecuencia o usa una botella en espray diariamente. [8]
  5. Si recibe una cantidad adecuada de luz solar y agua, ¡se convertirá en una planta de apio nueva que podrás cosechar, consumir y disfrutar!
    • Por lo general, un apio se demora 5 meses, desde la primera vez que se ha cortado el tallo original, en crecer completamente. [9]
    • Después de cosechar el apio nuevo, puedes repetir este proceso y cultivar más apio sin ningún costo adicional.
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Cosas que necesitarás

  • un tallo de apio
  • un recipiente
  • agua
  • tierra universal para macetas
  • una maceta

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