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Los brotes de brócoli están cargados de nutrientes, entre ellos los carbohidratos, las proteínas, la fibra, los antioxidantes y una variedad de vitaminas y minerales. Muchos supermercados y tiendas naturistas venden brotes de brócoli, pero también puedes cultivarlos por tu cuenta. El proceso implica remojar las semillas de brócoli durante toda la noche y luego mantenerlas en un lugar cálido y oscuro durante la próxima semana a medida que germinan. La clave para tener brotes saludables es enjuagarlos y escurrirlos de forma regular, ya que esto evitará el crecimiento de moho y hongos.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Remojar las semillas

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  1. Puedes utilizar un germinador específico para germinar las semillas de brócoli o un frasco de vidrio o plástico transparente. Lo ideal es un frasco de conserva, pero también puedes utilizar un recipiente de plástico para almacenar alimentos. Un frasco de 1 litro (1 cuarto de galón) brindará mucho espacio para el agua y los brotes en crecimiento. [1]
    • Utiliza un frasco o un germinador esterilizado para evitar el crecimiento de patógenos. Puedes esterilizar el frasco pasándolo por el lavavajillas o lavándolo con agua caliente y jabón.
  2. Para hacer 250 g (1/2 libra), debes empezar con 3 cucharadas de semillas de brócoli. También necesitarás agua filtrada y fresca para remojar y enjuagar las semillas varias veces cada día durante los 7 a 10 días necesarios para cultivar los brotes.
  3. Cubre las semillas con 5 a 7 cm (2 a 3 pulgadas) de agua filtrada y fría. El agua debe estar entre 16 y 21 °C (60 y 70 °F). Revuelve el agua y las semillas para saturarlas por completo. Si cualquiera de ellas flotan, empújalas hacia abajo en el frasco. [2]
    • Si no tienes un termómetro, el agua debe sentirse ligeramente fría.
  4. Coloca el paño de queso sobre la boca del frasco y utiliza una banda elástica o un anillo para frasco de conserva para asegurarlo en su lugar. También puedes enroscar una tapa de germinación con una malla incorporada si tienes una. [3]
    • Utilizar un paño de queso o una malla permitirá la entrada del aire en el frasco, pero evitará el ingreso de la suciedad, los insectos y las partículas.
    • También puedes utilizar un paño de cocina limpio en vez del paño de queso.
  5. Esto te permitirá reproducir las condiciones que las semillas experimentan en la tierra y estimulará la germinación. Los lugares ideales incluyen un gabinete de cocina, un armario o una despensa.
  6. Deja las semillas en el agua en la despensa durante toda la noche o de 8 a 10 horas. Esto iniciará el proceso de germinación y permitirá que los brotes crezcan más rápido. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Germinar las semillas

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  1. Una vez que se hayan remojado por 8 horas, retira el paño de queso y trasládalas a un colador de malla fina. Abre el grifo y enjuaga las semillas por 1 minuto para retirar la suciedad o la materia vegetal.
    • Si utilizas una tapa de germinación con una malla incorporada, escurre el agua volteando lentamente el frasco hacia abajo. Añade un poco de agua fresca, revuelve el agua y las semillas en el frasco y luego vuelve a tirar el agua.
    • Después de escurrir el agua, coloca el frasco boca abajo en un ángulo de 45 grados por 30 minutos de modo que toda el agua del frasco se escurra.
  2. Traslada las semillas enjuagadas al frasco de germinación con una cuchara limpia. Vuelve a colocar el paño de queso y asegúralo en su lugar con el elástico. Vuelve a colocarlas en el mismo lugar cálido y oscuro que utilizaste para remojarlas.
  3. Durante los próximos 3 o 4 días, las semillas germinarán y empezarán a brotar. Es importante seguir enjuagándolas y escurriéndolas con frecuencia durante este proceso. Enjuagarlas de forma regular evitará el crecimiento de moho y bacterias que podrían provocar una intoxicación alimentaria. [5]
    • A medida que los brotes crecen, desarrollarán vellos radiculares, que tienen un aspecto velloso y a veces se confunden con moho. Los vellos radiculares ayudan a los brotes a absorber el agua y son completamente normales. Después de enjuagar, ni siquiera los verás. [6]
  4. Cuando los brotes tengan 2,5 cm (1 pulgada) de largo, trasládalos a un lugar iluminado para estimular el crecimiento de la clorofila. Esto cambiará las hojas de amarillo a verde y aumentará la cantidad de nutrientes de los brotes. El lugar ideal para este proceso de reverdecimiento es una zona a temperatura ambiente, como la encimera de la cocina. [7]
    • No expongas los brotes a la luz solar directa, de lo contrario se quemarán.
  5. Los brotes aún son vulnerables al moho en este punto, así que debes seguir enjuagándolos cada 6 a 8 horas mientras los brotes se vuelven verdes. Una vez que los brotes de las hojas se vuelvan de color verde oscuro en 1 o 2 días, significa que están listos para su consumo. [8]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Guardar y utilizar los brotes de brócoli

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  1. Cuando las hojas estén de color verde oscuro, trasládalas a un bol grande. Cubre los brotes con agua y agítalos suavemente con una mano limpia para soltar las vainas. Utiliza la mano o un colador de malla fina pequeño para rozar la superficie del agua y recolectar las vainas.
    • Las vainas de brócoli pueden retener mucha agua y esto da lugar a una descomposición prematura si no las retiras.
  2. Traslada los brotes pelados a un colador de malla fina para escurrir el agua. Enjuágalos con agua limpia y luego déjalos escurrir durante 1 hora. Al cabo de este tiempo, trasládalos a un paño de cocina limpio para que se sequen al natural por varias horas.
    • Secar los brotes antes de guardarlos ayudará a conservarlos por más tiempo. [9]
  3. Una vez que los brotes estén secos, trasládalos a un frasco de conserva u otro recipiente con una tapa hermética. Trasládalos al refrigerador y guárdalos por 1 o 2 semanas.
  4. Los brotes son un bocadillo delicioso y puedes comerlos en una porción de 30 g (1 onza) para disfrutar de un bocadillo saludable y rico en nutrientes en cualquier momento del día. Si deseas, también puedes comerlos con una salsa para mojar, como las siguientes:
    • pasta de garbanzos
    • salsa de verduras
    • salsa de espinacas
    • salsa de yogur
  5. Los brotes son la adición perfecta para cualquier ensalada gracias a su textura crujiente y sabor suave. [10] Una vez que hayas armado tu ensalada, termínala espolvoreando un puñado de brotes de brócoli por encima. Puedes rociar la ensalada con aceite y vinagre o aderezarla con tu aliño favorito, por ejemplo:
    • aliño ranchero
    • aliño César
    • vinagreta frutada
    • aliño de queso azul
    • aliño italiano
    • aliño de semillas de amapola
  6. Como ocurre con las ensaladas, los brotes frescos también son excelentes para los sándwiches, puesto que son suaves pero añaden un poco de textura crujiente. Para un sándwich de verduras rápido y fácil, tuesta dos rebanadas de tu pan favorito y úntalas con mantequilla, añade unas rodajas de tomate, aguacate y cebolla y cubre todo con 30 g (1 onza) de brotes.
    • Para hacer un sándwich un poco más gourmet, no tuestes el pan al principio. En vez de eso, añade algunas rebanadas de tu queso favorito y termina el sándwich en una plancha para panini.
    • Puedes añadir brotes a cualquier tipo de sándwich que desees, como un sándwich Reuben o BLT (tocino, lechuga y tomate).
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Cosas que necesitarás

  • 1 frasco de vidrio de 1 litro (1 cuarto de galón)
  • semillas de brócoli
  • agua
  • un paño de queso
  • una banda elástica
  • un colador de malla fina
  • un bol grande

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