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Ya sea que relates tu día, escribas un diario o redactes una historia, describir las emociones de forma clara y vivaz puede ser algo muy complicado. Decir que estás feliz no le muestra realmente a los demás cómo te sientes; es necesario que pintes una imagen tan brillante que no se pueda comparar ni siquiera con los tonos de las flores. Vamos a discutir varios modos de describir emociones, cómo acercarse a su fuente y cómo incluirlos en tu escrito. Para empezar a describir las emociones y expresar su significado e intensidad, sigue el paso 1.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Explorando formas de describir una emoción

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  1. Imagínate ver a una persona que experimenta esta emoción. ¿Se le hace un nudo en el estómago o esconde su rostro? ¿Trata de cogerte los hombros y decirte lo que ocurrió? En la narrativa, la forma más íntima de comunicar un sentimiento es describiendo el estado del cuerpo.
    • Imagina que experimentas esta emoción. ¿Cómo está tu estómago? Cuando una persona experimenta una emoción fuerte, la cantidad de saliva en su boca cambia, su frecuencia cardiaca se modifica y se liberan químicos en su pecho, estómago y entrañas.
    • No obstante, debes tener cuidado de no exceder los límites de lo que el personaje sabe. Por ejemplo, su rostro se ruborizó intensamente por la vergüenza no es algo que el personaje sabría. Sin embargo, su rostro quemaba mientras se reían y terminó mirando a otro lado deja el suspenso.
  2. Usar una conversación real puede hacer que el lector se involucre mucho más en la historia que decir, ella frunció el ceño porque él parecía muy distante. Se debe utilizar un diálogo en un momento determinado, en contraposición con la narración de la historia. Hace que la historia fluya y es algo real para el personaje; si el diálogo es correcto.
    • La próxima vez que quieras escribir algo como, él sonrió ante la mirada de ella. Trata de hacer algo como, Me gusta cómo me miras. Se nota que lo has pensado. Se siente personal, genuino y real.
    • También puedes usar pensamientos. ¡Los personajes también pueden hablar con ellos mismos! "Me gusta cómo me mira " tiene un poder similar, aunque el personaje no lo diga.
  3. A menudo no estamos totalmente al tanto de cómo nos sentimos o de lo que estamos haciendo. Asentimos y sonreímos mientras nuestros ojos arden de rabia o tomamos aliento. En vez de referirte a esto directamente, insinúalo. Haz que tu personaje asienta y acepte de forma cortés mientras hace tiras una servilleta. Tu historia mantendrá sus capas intactas.
    • Esto te puede ayudar mucho con los conflictos y la tensión. Además, puede ayudarte con las formas más sutiles de conflicto, como por ejemplo, los personajes que se sienten incómodos con una emoción, indispuestos para abrirse o que esperan una oportunidad para expresarse.
  4. Cuando te sientas emocional, a veces ciertos sentidos se vuelven extra sensibles. Es más probable que te relajes ante la esencia de un amante y que oigas cada chirrido cuando estás solo en casa. Puedes usar estos elementos para expresar emociones sin tener que describirlas.
    • Decir, alguien la estaba siguiendo, así que decidió acelerar el paso expresa la idea, pero no capta la atención. En vez de eso, habla sobre cómo ella podía sentir el aroma de su colonia, cómo despedía un olor a cerveza fría y a desesperación y cómo el sonido de sus llaves se hacía más y más rápido con cada paso.
  5. Al contrario de lo que el nombre sugiere, esta no tiene nada que ver con ser patético. Este término se usa cuando el ambiente refleja las emociones que prevalecen en una escena. Por ejemplo, cuando aumenta la tensión entre rivales, una ventana se rompe (esto debe tener una causa, a menos que una de estas personas tenga poderes telequinéticos). Un estudiante se relaja después de haber dado muy bien un examen complicado y una brisa hace crujir el césped. Es un poco cursi, pero efectivo si no eres torpe ni trivial.
    • Usa esta maniobra con mucho cuidado y de forma selectiva. Si lo haces todo el tiempo, perderá su eficacia. También podría ser difícil de creer.
    • Trata de usar esta técnica literaria sin lidiar con las emociones; tal vez hasta antes de presentar a los personajes. Esto puede configurar una escena y ofrecer un paralelo al lector para que pueda ordenar los hechos una vez que se ha adentrado en la historia, lo cual añade más complejidad.
  6. Intenta esto: piensa en una emoción. Piensa mucho en eso. Piensa en las circunstancias de la última vez que la sentiste. Ahora, empieza a hablar sobre la emoción. Cómo te sentiste y cómo sentiste el mundo. Una vez que domines este ejercicio, observa tu cuerpo. ¿Qué haces con las manos? ¿Con los pies? ¿Con las cejas? ¿Cómo se manifiesta esta emoción en términos del lenguaje corporal?
    • ¿Cuándo fue la última vez que entraste a un cuarto y pudiste saber lo que la otra persona decía después de unos cuantos segundos? Probablemente no hace mucho tiempo; de hecho, ya debes haber pensado en varios ejemplos. Las emociones no tienen que expresarse con palabras ni con pensamientos; nuestros cuerpos lo hacen por nosotros.
    • Pasa los siguientes días atento a las microexpresiones de tus amigos y familiares. Esas pequeñas señales reveladoras que nunca notarías si no prestas atención en serio. Son esos momentos los que pueden hacer que tu narración cobre vida.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Explorando cómo se siente una emoción

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  1. Las emociones son reacciones; tienen causas. Solo vas a describir emociones en el vacío si el sentimiento se debe a algún desbalance hormonal o recuerdo reprimido. Explora los detalles de la situación. ¿A qué parte de esto reaccionas? ¿De qué partes estás consciente?
    • En estos casos, los fenómenos observables como caminar de un lado a otro o colapsar en momentos inofensivos pueden expresar la mentalidad de alguien y forjar una emoción de forma correcta. Úsalos como puntos de inicio para demostraciones mayores; inclusive puedes dejarlos hablar por sí solos.
    • Utiliza imágenes visuales o táctiles. No se trata de lo que la situación presenta, sino de lo que el personaje nota . En caso de que el personaje esté híper atento, solo se deben destacar detalles pequeños.
  2. Si has sentido la emoción que quieres describir, esta es la mejor materia prima. ¿De dónde vino? Piensa en qué fue lo que te hizo sentir la emoción. Cuando la sentiste, no pensabas ¡qué triste me siento! , sino ¿Qué voy a hacer? Te quedaste atrapado sin sentir la urgencia de ser partícipe de lo que te rodea. No te diste cuenta de que tu mano temblaba; sino que te sentiste tan inseguro que no podías dejar de temblar. Esta experiencia te dará los detalles que tu imaginación nunca podría darte.
    • Si fue el efecto acumulado de una situación en particular, es posible que quieras describir esa situación tal y como la experimentaste subjetivamente, como práctica, para encontrar lo que te condujo hacia ese sentimiento o como un fin en sí misma.
    • Si fue un solo momento o una sola cosa, utiliza los detalles de esa imagen para recrear el sentimiento. Si no has sentido la emoción, trata de aproximarte a ella desde sentimientos asociados o ejemplos menos intensos de esa emoción.
  3. Las emociones son conceptos abstractos que distintas personas pueden experimentar de distintas maneras. Mientras que una persona puede recitar un soneto de Shakespeare para expresar su tortura personal, otra podría decir, no quiero hablar de eso mientras rechina los dientes y desvía la mirada. En realidad, las dos podrían estar diciendo exactamente lo mismo.
    • Así, en algunas situaciones, ni siquiera necesitas describir la emoción. Puedes describir la escena, el rostro del otro personaje o los pensamientos siguientes, los cuales podrían "describir la emoción" por ti. Una oración como "El mundo se desvaneció y perdió todo su color, pero él no" señala exactamente cómo se siente el personaje sin decirlo de forma explícita.
  4. En tu trabajo, debes pintarle un cuadro a tu audiencia. Ellos, con base en tus palabras, deben quedarse con una imagen grabada. No es suficiente decir lo que sucede, tienes que mostrarlo .
    • Digamos que hablas sobre los peligros de la guerra. No vas a hablar de fechas ni de estadísticas, ni sobre la estrategia de cada bando. Mencionarás las medias quemadas que ensucian las calles, las cabezas de muñecas apiladas en el bordillo de la acera y los gritos que se extinguen día a día. Con esto lograrás que tu lector termine tanto con una imagen como con un sentimiento sangriento.
  5. En este artículo se menciona que es bueno referirse a una emoción de forma explícita, pero nada es absoluto. Solo debes comunicar de este modo la información nueva y pertinente; sin embargo, un pasaje poco común y simple puede ser mucho mejor para algunas descripciones que todo un párrafo. No tengas miedo de decir poco.
    • Un personaje que se da cuenta de algo y piensa para sí mismo "me siento triste" puede ser algo muy conmovedor. Ese momento de concientización emocional podría golpearlos y condensarse en esas tres palabras. Algunos personajes podrían experimentar emociones en soliloquios, otros lo harán en tres palabras cortas y otros no lo harán. Ninguna de estas formas es incorrecta.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Editando tu trabajo literario

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  1. Cada vez que hablas de un personaje que es "triste", "feliz", "miserable" o "eufórico", córtalo. Sácalo inmediatamente; no lo necesitas. No va a conducir a tu historia a ningún lado y no va a generar ningún impulso. Estas cosas pueden y deben aclararse de otra forma.
    • A menos que esté en un diálogo, tienes que quitarlo. En otras palabras, otro personaje podría preguntarle, "¿por qué estás triste?" pero el personaje al que se le pregunta nunca debe explorar su mundo confinado en los títulos de las emociones. Después de todo, "triste" o "miserable" son solo palabras. Si se llamaran "gobbledegook", significaría lo mismo. Estos términos no tienen resonancia emocional.
  2. Inclusive la frase "ella observó y sonrió" es un buen comienzo para tu primer borrador. Cualquier cosa que sea distinta a "ella estaba feliz" es un paso en la dirección correcta. Esto evolucionará y mejorará a lo largo de tu escrito; ahora solo necesitas algo para juntar todo.
    • Esto consiste solamente en disponer las bases de tu historia. La finalidad es cohesionar y mantener unida la historia. Después puedes cambiar todo, una vez que la historia esté bien unida.
  3. ¿ Por qué observó y sonrió? ¿Qué estaba pensando? ¿Acaso estaba pensando que el chico de la esquina era lindo? ¿Le recordó a alguien? ¿Qué motivó esa emoción?
    • Explora las técnicas que ya se mencionaron. El diálogo, el texto entre líneas, el lenguaje corporal y los sentidos crearán una imagen de 360 grados para tu audiencia, para que se sienta totalmente cautivada por la historia. En vez de "ella estaba feliz" tu audiencia sabrá realmente cómo se siente.
  4. Estas no harán que tu historia avance (son demasiado trilladas). Pocas cosas son menos comunicativas que "moría de la felicidad" o "sentía que el mundo se me derrumbaba". Si tu personaje está tan feliz, haz que abrace a otra persona de forma espontánea y que luego se ría a carcajadas. Si estaba molesto, explica lo que ocurrió. La gente puede entender el impacto emocional de cualquier acontecimiento importante; si lo describiste, sabrán qué provocó en la gente involucrada.
    • Nunca termines la descripción clara e íntima de un acontecimiento emocional con un cliché. Si has hecho el trabajo de comunicar emociones, lo habrás logrado. No sientas la necesidad de resumir.
    • No salgas del personaje. La personalidad con la que estás trabajando podría ser del tipo cliché; solo trata de no terminarla del modo convencional. Lo terrible de los clichés es que las personas en realidad no los dicen cuando tratan de ser originales. Sin embargo, después de explicar cómo se siente tu personaje y después del abrazo espontáneo, si es parte de su personalidad, haz que diga "¡estoy tan feliz que podría vomitar un arcoíris!". Podría ser adecuado, pero solo si coincide con su tipo de personalidad.
  5. Sé tan gráfico y prudente como el resto de tu escrito. Usa metáforas e imágenes que coincidan con el tema del contenido y asegúrate (en especial en primera persona) de que el lenguaje y las imágenes que usas coincidan con los personajes. ¡No hables de velocidades ni de cables cruzados en el viejo Oeste!
    • Si hablas, sé tan franco o confuso como te sientas con tus amigos. No solo debes mantener al personaje en mente, sino también al personaje "en esa situación en particular". Puede haber factores externos que afectan su juicio, sus sentidos e inclusive su habilidad para reaccionar, pensar o procesar las emociones.
  6. Escucha música, lee poesía o historias de autores que escriban sobre temas similares. Cuando estés inmerso en la emoción, regresa y lee tu historia. ¿Coincide con lo que sientes? ¿Hay incongruencias? ¿Algo parece inverosímil? Si fuese así, córtalo y regresa al borrador.
    • Si una emoción en particular te alude, tómate tu tiempo. La siguiente vez que experimentes esa emoción, saca tu cuaderno y toma notas de tus sentidos, pensamientos y cuerpo. Esto podría acercarte más a la verdad de esa emoción. Nada es mejor que una experiencia de primera mano. Tu historia se escribirá sola a partir de ahí.
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Consejos

  • Las sonrisas y los ceños fruncidos son tradicionales. En vez de eso, usa movimientos más inesperados, como "ojos centellantes" o "labios temblorosos."
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