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Es difícil ser un estudiante. Cada semana, de lunes a viernes, tendrás que estar en la escuela sin importar si te gusta o no. Algunos días solo necesitas quedarte en casa, sin importar si tratas de evitar correr en la clase de gimnasia, te has peleado con un amigo o tan solo quieres un descanso de la monotonía. Sin embargo, antes de acurrucarte en la cama y dormir durante todo el día de escuela, tienes que convencer a mamá y papá. Si no son del tipo que sienten empatía por tus motivaciones personales para quedarte en casa, fingir que estás enfermo les dará un motivo que no podrán desestimar.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Presagiar que vas a enfermarte

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  1. Tienes que empezar a preparar las cosas la noche anterior al día en el que te enfermes, de modo que no tomes a tus padres con la guardia baja al día siguiente. La ilusión de la enfermedad será más convincente si empiezas a mencionarla por la noche, cuando no haya nada que trates de obtener o evitar. [1]
    • No exageres. Si te quejas de forma dramática la noche anterior, es probable que sospechen algo. Tan solo haz un par de comentarios sobre las náuseas o los cólicos, y sujétate el estómago por si acaso.
  2. Cuando sientes malestar estomacal de verdad, es probable que no tengas mucho apetito. Haz que tu inminente enfermedad sea convincente al fingir que no tienes hambre. Evidentemente, pasarás la noche hambriento e incómodo si no planeas de antemano. Coloca un poco de comida de forma sigilosa en tu habitación para que puedas comer más tarde, sin que tus padres lo sepan. [2]
    • Si tu familia se sienta a cenar junta todas las noches, actúa como si trataras de comer. Mueve la comida de mala gana en el plato y luego diles que sientes muchas náuseas como para comer.
  3. Diles a tus padres que no te sientes bien y que quieres irte a la cama lo más pronto posible. Esto no solo será una manera convincente de mostrarles a tus padres que te sientes mal, sino que también evitará que al día siguiente le atribuyan alguno de tus síntomas a la falta de sueño.
    • Si no estás cansado, vete a la cama de todas formas. Puedes leer un libro, enviarles un mensaje a tus amigos o jugar con tu celular en secreto.
  4. Por ejemplo, no te quejes con tus padres sobre un examen importante o una prueba física de gimnasia al día siguiente. Si saben que quieres evitar algo en la escuela al día siguiente, evidentemente adivinarán el motivo por el que estás “enfermo”. En lugar de ello, actúa como si todo estuviera normal.
  5. Si saben que tienes un examen importante al día siguiente, di algo como “He estado muy nervioso por el examen, pero creo que me irá bien”. Si es algo más, tan solo diles que te sientes preparado, o al menos que ya no te preocupa. Si tus padres no piensan que le tienes miedo, será menos probable que sospechen que tratas de evitarlo.
    • Si planeas fingir tu enfermedad para evitar un examen o una tarea importante, ten cuidado. Si descuidas el estudio o la tarea porque asumes que te quedarás en casa, estarás en grandes problemas si despiertas y no puedes convencer a tus padres de que estás enfermo. Estudia o completa la tarea por si acaso. Si finges la enfermedad con eficacia y consigues el día adicional para evitar el examen o la tarea, ¡esto solo será un beneficio adicional!
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Tener la apariencia adecuada

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  1. Cuando tienes una enfermedad estomacal, tu rostro suele lucir pálido. Una aplicación leve de talco para bebé te hará lucir pálido y enfermo. ¡una cantidad pequeña será de mucha utilidad! Aplícate un poco de talco con suavidad en la piel, solo lo suficiente como para lucir pálido. [3]
    • Si tienes acceso a brochas de maquillaje grandes, úsalas para aplicarte un poco de talco en todo el rostro de manera uniforme. Si no tienes una brocha, puedes usar un pañuelo para frotarlo sobre tu piel.
    • Si puedes evitarlo, trata de no acercarte mucho a tu mamá o papá luego de aplicarte el talco en el rostro. Este tiene un olor inconfundible y no querrás que lo noten.
  2. Déjate el cabello desordenado e incluso exagera los mechones y los cabellos encrespados. Cuando estás enfermo, por lo general das muchas vueltas en la cama toda la noche. El cabello desordenado hará que tus padres piensen que has tenido una noche inquieta y te ayudará a convencerlos de que estás enfermo.
    • Mientras más desordenado luzcas, más enfermo parecerás. El cabello desordenado no es un efecto directo de la enfermedad, pero te ayudará a crear la imagen general de una persona enferma.
  3. La combinación de la loción y la humedad de la toalla hará que tu piel luzca sudada. [4] El sudor es un síntoma de una infección estomacal, pero procura no exagerar. [5] ¡No debes lucir muy pegajoso! Tan solo debes hacer que tu piel tanga la humedad desagradable que va de la mano de muchas enfermedades.
  4. Cuando estás enfermo de verdad, es probable que no sonrías mucho. Debes mantener una expresión facial estoica, incluso si tu hermano dice algo gracioso o si hay algo divertido en la televisión. Recuerda que debes sentirte mal e indispuesto, ¡y no puedes dejar que una sonrisa o una risa te delaten!
  5. Sujétate el estómago y encórvate, como si sintieras dolor. Al recostarte, encógete formando una bola. Cuando tengas que caminar, hazlo con lentitud, como si estuvieras débil. Es fácil decirle a alguien que estás enfermo, pero tienes que cerciorarte de que tu lenguaje corporal también se lo indique.
    • Cuando estás enfermo de verdad, es probable que cabecees por el sueño siempre que estés sentado o recostado por mucho tiempo. Para convencer a tus padres de lo agotado y enfermo que estás, finge estar dormido siempre que vayan a ver cómo estás.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Comportarte como enfermo de forma convincente

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  1. En lugar de decir que tienes dolor de estómago, di en concreto qué anda mal. Diles a tus padres si sientes náuseas o si el malestar se asemeja más a un cólico. Decide si tu enfermedad fingida consiste en un dolor sordo persistente o si va y viene en episodios momentáneos. Mientras más específico seas, más realista lucirá tu enfermedad. [6]
    • Una vez que les digas a tus padres qué te duele, ¡no digas algo diferente! Sé consistente siempre que te pregunten qué anda mal.
  2. Di algo como “Sé que debo quedarme en casa, pero en verdad quiero ir a la escuela porque…” y menciona tu motivo específico. Si tus padres piensan que no ‘’quieres’’ quedarte en casa, será menos probable que sospechen que finges.
    • Incluso puedes hacer un mayor esfuerzo y empezar a vestirte para la escuela, con el cabello desordenado y el rostro pálido.
  3. Si empiezas a alterarte, es probable que tus padres sospechen que estás desesperado por quedarte en casa. [7] No empieces a gritar ni hacer berrinche. En lugar de ello, empieza a alistarte para la escuela con calma. Mientras más agotado y enfermo actúes mientras lo haces, ¡mejor! Con suerte, notarán tu “esfuerzo” y se compadecerán de ti.
    • Si no te ofrecen que te quedes en casa, tan solo pregúntales si puedes hacerlo. Míralos a los ojos y diles que en verdad no te sientes bien, y que no crees que puedas sobrellevar el día escolar. Trata de conmoverlos.
  4. Una vez que llegues a la escuela, espera como mínimo una hora antes de dirigirte a la oficina de la enfermera. Si esperas un poco, tus padres sabrán que has tratado de ir a la escuela, pero que no has podido aguantar. Debes usar las mismas técnicas que has probado con tus padres, pero esta vez con tu profesor y la enfermera, como mantener un rostro triste mientras te encorvas por dolor.
    • Cuando les hables al profesor y la enfermera, coloca la mano en tu boca como si tuvieras miedo de vomitar en cualquier momento. Nadie quiere lidiar con un estudiante que vomite, por lo que lo más probable es que te envíen a casa. ¡Más vale prevenir que lamentar!
    • Si la enfermera escolar te envía de regreso a clase, esto significa que tendrás que hacerle otra visita. De esta forma, hará que te envíen de regreso a casa.
    • Ve al baño varias veces para dar a entender que tienes diarrea. [8]
  5. Nadie quiere comer cuando tiene una infección estomacal, así que no comas un tazón de cereal grande ni una bolsa de papas fritas delante de tus padres. Si te animan a tratar de comer, da un par de bocados y luego rehúsate a comer el resto. Diles que tienes muchas náuseas y que no tienes apetito. [9]
    • Si tus padres se van al trabajo y te dejan solo, asegúrate de desechar todo envoltorio, plato o cualquier otra evidencia de que has comido.
    • Si tus padres se quedan en casa contigo, coloca algunos bocadillos en tu dormitorio de antemano. Puedes comerlos a escondidas a lo largo del día.
  6. Si confías en tus habilidades de actuación, puedes hacer sonidos de vómitos en el baño mientras viertes un vaso con agua en el inodoro. No obstante, si no sabes si podrás vomitar de forma realista, no te arriesgues. En lugar de ello, pasa un tiempo muy largo en el baño y quéjate de otros problemas gastrointestinales, como la diarrea.
    • Si finges tener diarrea, rocía un poco de ambientador en el baño antes de salir, así harás que tu actuación sea más creíble, ya que tus padres pensarán que tratas de encubrir el olor de la diarrea a pesar que en verdad no la tienes.
  7. Solo hazlo si lo sugieren, evidentemente. Si insistes en que no necesitas ir al doctor, tus padres sospecharán que estás fingiendo tu enfermedad. En lugar de ello, ve al doctor con buena disposición y dile los mismos síntomas que le has dicho a tus padres. [10]
    • No digas nada muy grave que pueda alarmar al doctor. Dile las cosas generales, como que sientes náuseas al sentarte o caminar, tienes cólicos o estás agotado y tienes dolor en el cuerpo. Todos tienen infecciones estomacales en algún punto, y lo más probable es que el doctor te envíe a casa con una orden de reposo.
    • El doctor podría tener la intuición de que estás fingiendo, pero nadie podrá probar que no te sientes mal. ¡No existe una prueba que determine si el estómago de un paciente tiene malestar o no!
  8. Este paso solo es vital si uno de tus padres se queda en casa contigo. A pesar de que te hayan dejado quedarte, recuerda que debes seguir comportándote como si estuvieras enfermo todo el día. [11] No vayas a la entrada del auto a jugar baloncesto ni empieces a jugar un videojuego con buen ánimo. Lee un libro, juega en una laptop, mira televisión o toma una siesta. ¡Solo cíñete a actividades de poca energía para el día que finjas estar enfermo!
    • Incluso si ya han pasado las horas de la escuela y has faltado todo el día, no empieces a actuar sano de forma mágica. Si tus padres se enteran de que has fingido estar enfermo, no confiarán en ti en el futuro cuando estés enfermo, sin importar si es cierto o no.
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Consejos

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  • Recuerda cómo comportarte cuando estés enfermo. Será más fácil que te crean si te comportas tal como lo haces cuando estás enfermo de verdad.
  • Quédate despierto hasta tarde revisando tu teléfono o leyendo un libro, y tus ojos tendrán una apariencia enferma por la mañana.
  • Podrías mezclar algo que comas (como cereal, leche y bananas aplastadas) y arrojarlo al inodoro. No jales la cadena. Cuando tus padres lo vean, diles que has olvidado jalar.
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