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Aunque el baklava es originario del Medio Oriente, ha conquistado el paladar de las personas de todo el mundo con sus capas de masa filo unidas por miel o jarabe. Y con su vida útil relativamente larga, puedes guardarlo y disfrutarlo meses después de hornearse. Ya sea que quieras almacenar las sobras de baklava o congelarlo antes de hornearlo, existen algunas formas de asegurarte de que conserve todos sus sabores deliciosos.

Método 1
Método 1 de 3:

Guardar el baklava horneado a temperatura ambiente

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  1. Retira el baklava del horno y ponlo en un recipiente ancho poco profundo sin tapar. Es importante enfriarlo sobre todo cuando el clima es lluvioso o húmedo. [1]
    • Durante el verano, enfría el baklava en el refrigerador inmediatamente después de hornearlo. Esto le dará tiempo de enfriarse antes de exponerlo a las condiciones de temperatura ambiente.
    • No lo guardes a temperatura ambiente por más de 5 días. [2]
  2. Colócalo en una tabla de cortar y córtalo en cuadrados o rectángulos. Después, corta cada trozo en diagonal para crear trozos triangulares. [3]
    • Vierte tu jarabe favorito sobre el baklava después de cortarlo. También puedes hacerlo cuando estés listo para comerlo.
    • Déjalo reposar por 5 minutos antes de comerlo.
  3. Coloca 2 trozos de baklava en papel manteca. Luego, coloca otra capa de papel manteca por encima y añade otros 2 trozos de baklava por encima. Por último, completa la tanda con otros 2 trozos de baklava y coloca una capa final de papel manteca por encima.
    • Limita las tandas a 4 a 6 trozos de baklava de modo que no tengas que descongelarlos todos a la vez.
    • Siempre separa cada capa con un pedazo de papel encerado o papel manteca.
  4. Coloca con cuidado las capas de baklava en un recipiente. Si utilizas un recipiente como una lata de galletas, envuelve una capa de papel aluminio alrededor de los trozos de baklava para evitar dañarlos. No llenes el recipiente. Si el baklava no entra, saca 1 o 2 trozos o prueba con otro tipo de recipiente. [4]
    • Marca la fecha en el recipiente o bolsa.
    • Evita los recipientes de cerámica, ya que su naturaleza porosa deja entrar el aire, lo que acelera el deterioro del alimento.
  5. Después de asegurarte de que el recipiente esté cerrado por completo, guárdalo en un lugar frío de la cocina o en el refrigerador. Prueba el baklava de forma regular utilizando un termómetro para alimentos. Asegúrate de que no supere la temperatura ambiente. [5]
    • Mantén el baklava horneado a temperatura ambiente si deseas una textura crujiente.
    • Guárdalo en el refrigerador si deseas una textura masticable.
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Método 2
Método 2 de 3:

Congelar el baklava sin hornear

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  1. Forra una bandeja para hornear con un pedazo de papel manteca del mismo tamaño. Coloca cuidadosamente el baklava en la bandeja. Ten cuidado de no romperlo. [6]
    • Si no tienes papel manteca, engrasa la bandeja para hornear con 1/2 a 1 cucharada de aceite de oliva.
  2. Coloca la bandeja para hornear sin tapar en el congelador. Revisa el baklava cada hora. Tócalo suavemente con el dedo para determinar si está congelado. Una vez que esté descongelado por completo, retira la bandeja del congelador.
  3. Retira la bandeja del congelador. Levanta suavemente el baklava del papel manteca y envuélvelo en 4 capas de papel film. Colócalo en la bandeja y mételo en el congelador hasta por 4 meses. [7]
    • Tira el papel manteca después de retirar el baklava.
  4. Cuando estés listo para cocinar el baklava, retíralo del congelador y quítale la envoltura. Luego, ponlo en la bandeja y mételo en el refrigerador por 1 hora. [8]
    • También puedes dejar que el baklava se descongele en la encimera a temperatura ambiente por 1 hora. Sin embargo, esto es menos ideal, sobre todo en condiciones de humedad.
  5. Hornéalo a 165 °C (325 °F) por 30 a 35 minutos. Después de descongelar el baklava, toma una brocha de cocina y unta con mantequilla los lados y el fondo de una bandeja para hornear. Luego, coloca el baklava en la bandeja y unta la parte superior con mantequilla. Córtalo en cuadrados o rectángulos y luego córtalos en diagonal para crear triángulos. [9]
    • Vierte tu jarabe favorito sobre el baklava después de retirarlo del horno.
    • Déjalo reposar por 5 minutos antes de comerlo.
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Método 3
Método 3 de 3:

Guardar el baklava horneado en el congelador

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  1. Coloca el baklava horneado en un recipiente ancho poco profundo justo después de sacarlo del horno. Luego, mete el recipiente sin tapar en el refrigerador para que se enfríe. Si colocas el baklava directamente en el congelador, reducirá la temperatura de otros alimentos, lo que arruinará su sabor y textura. [10]
    • Las bolsas aptas para congelador también funcionan. Solo ten cuidado de que otros alimentos no aplasten el baklava en el refrigerador.
  2. Coloca 2 trozos en el fondo del recipiente. Luego, pon una capa de papel manteca por encima. Continúa con este proceso hasta que el recipiente esté lleno y cúbrelo con un último pedazo de papel manteca.
    • Limita las tandas a 4 a 6 trozos de baklava. Esto te permitirá descongelarlos en tandas pequeñas en vez de hacerlo todos a la vez.
    • Asegúrate de mantener cada capa separada con un pedazo de papel encerado o papel manteca.
  3. Coloca la tanda de baklava en el congelador hasta que desees recalentarlo. Una vez que llegue el momento de comerlo, ponlo en el refrigerador para descongelarlo de 4 a 6 horas o durante toda la noche. [11] .
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Cosas que necesitarás

  • recipientes herméticos
  • recipientes aptos para congelador
  • papel manteca
  • un termómetro para alimentos
  • una bandeja para hornear
  • aceite de oliva
  • etiquetas

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