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Cuando alguien te invita a una fiesta, hay mucha presión para asistir. Sin embargo, a veces simplemente no tienes ganas de ir. Quizás estés muy ocupado o sencillamente no tengas los ánimos para estar rodeado de muchas personas. En ese caso, podrías ser honesto con el anfitrión sobre la razón por la que no puedes asistir a la fiesta o podrías mentir. Este artículo te enseñará a librarte de una fiesta poniendo en práctica cualquiera de las dos opciones.

Método 1
Método 1 de 2:

Ser honesto con el anfitrión

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    Responde de inmediato. [1] No te demores en decirle al anfitrión que no podrás asistir a su fiesta. Díselo de inmediato para que no se haga expectativas de tu presencia y se sienta decepcionado cuando canceles a último momento.
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    Comunica tu decisión en persona. [2] Si la fiesta es importante para el anfitrión, como un cumpleaños, un aniversario, un baby shower o una despedida de soltero familiar, sería descortés mandar solo un mensaje de texto o un correo electrónico diciendo que no podrás asistir. Encuentra un momento para hablar con la persona y explicarle el motivo por el que no irás a su fiesta.
    • Si no puedes hablar en persona con el anfitrión (por ejemplo, si viven en ciudades diferentes o sus horarios no coinciden), llámalo por teléfono.
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    Dilo en el tono correcto. Las personas tienen diferentes reacciones frente a noticias decepcionantes, así que no hay una sola forma correcta de decir las tuyas. Sería bueno modificar tu actitud de acuerdo a la personalidad del amigo al que le hablarás.
    • Si crees que la persona se ofenderá o se pondrá triste, adopta la actitud más sentida posible.
    • Si crees que tu amigo intentará presionarte o hacerte sentir culpable hasta que aceptes asistir, mantente firme.
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    Expresa una razón clara para no asistir a la fiesta. Si le dices al anfitrión que simplemente no “tienes ganas”, podrías herir sus sentimientos. La mejor opción es dar una razón específica, ¡a menos que esta sea que el anfitrión no te agrada! Algunos ejemplos de motivos por los que quizás no quieras asistir a una fiesta en particular podrían ser:
    • Tienes un compromiso previo al mismo tiempo
    • Una persona a la que te gustaría evitar asistirá a la fiesta
    • Tienes mucho trabajo o estudio pendiente
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    No te expliques demasiado. Si hablas por mucho tiempo de los motivos por los que no puedes asistir a una fiesta, le darás más tiempo al anfitrión para que intente convencerte de lo contrario. Haz que esta parte de la conversación sea corta y delicada, y después pasa a otro tema.
    • Podrías cambiar de tema por completo o mostrar que sigues interesado en la fiesta si preguntas sobre su organización.
    • Tener interés demuestra que te gustaría asistir pero que en realidad no puedes.
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    Ofrécete a ayudar con la fiesta de antemano. Incluso si no puedes asistir a la fiesta, de todos modos puedes ayudar a que sea un éxito ofreciendo una mano con la planificación y la preparación. Esta actitud le demostrará al anfitrión que valoras su amistad y que irías a la fiesta si fuera posible.
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    Promete que te resarcirás. Si no puedes ir a un evento, haz planes para compensarle al anfitrión cuando tengas más tiempo. Haz que este momento sea lo más próximo posible al otro evento para que puedas mostrar interés en lo que te perdiste. De esta manera harás que el anfitrión sienta que aprecias su esfuerzo por organizar una fiesta y que valoras su amistad.
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    Asiste solo un rato. La manera más honesta de no quedarte mucho tiempo en una fiesta es pasar la menor cantidad de tiempo posible en ella. Asegúrate de saludar al anfitrión para que sepa que fuiste. Trata de divertirte mientras estés ahí, pero hazles saber a todos que tendrás que irte temprano. Incluso si no puedes quedarte, los demás apreciarán que al menos hiciste el esfuerzo de pasar un rato.
    • Si te incomoda anunciar que tienes que irte, tan solo escápate sin decir adiós. Es probable que las personas se estén divirtiendo tanto que ni siquiera se den cuenta de que te has ido.
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Método 2
Método 2 de 2:

Mentir para librarte de un compromiso

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    No seas muy duro contigo mismo por mentir. Hay estudios que muestran que mentir es una parte común de nuestra vida cotidiana incluso en el caso de las personas que consideraríamos como éticas y honestas. [3] Cuando se usa para relajar tensiones sociales en vez del propio interés, una mentira blanca podría ser una mejor opción que la verdad.
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    Haz que tu mentira sea simple. [4] Miente lo menos posible, sin complicaciones. Una historia elaborada sobre por qué no puedes asistir a una fiesta parecerá sospechosa y será más difícil de recordar si alguien te pregunta sobre ella más adelante.
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    Échale la culpa a tu familia. Todo el mundo entiende que las obligaciones familiares muchas veces son más importantes que las fiestas. Dile a tu amigo que tienes que cuidar a un hermano menor o que tus padres te están obligando a cenar en la casa de tu tío la noche de la fiesta. Una excusa férrea es decir que estás castigado: todos entenderán que no hay forma de que puedas asistir.
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    Di que ya tienes planes. Solo el amigo más autoritario intentará hacerte sentir culpable hasta que canceles planes que habías hecho con anticipación con alguien más con el fin de que asistas a su fiesta. Sin embargo, cerciórate de no usar a un amigo que asistirá a la fiesta como excusa. Di que tienes planes con alguien de una escuela diferente o incluso un amigo imaginario.
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    Finge que no te sientes bien. El día de la fiesta, mándale un mensaje de texto a tu amigo diciendo que crees que comiste algo en mal estado y que te has intoxicado. Nadie querrá tener a alguien vomitando en su fiesta. Además, la intoxicación por alimentos pasa muy rápido, así que nadie sospechará cuando al día siguiente te sientas bien.
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    Finge que tienes mucho trabajo por hacer. Seas un estudiante o un adulto que trabaja, todo el mundo sabe y entiende que a veces nos atrasamos y tenemos que ponernos al día con el trabajo.
    • Si el anfitrión sigue tratando de presionarte para que vayas, dile que tus padres o tu jefe están molestos contigo y que tienes que resarcirte.
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    Elabora tu mentira de antemano. [5] Si la fiesta es dentro de dos semanas y en todo momento estás seguro de que no quieres asistir, ¡no esperes al último momento para librarte de ella! Determina cuál será tu mentira con anticipación para evitar sospechas. Algunas opciones que podrías considerer son:
    • Decirle al anfitrión al momento que te invite que tienes un compromiso previo ese mismo día.
    • Decirle al anfitrión que sientes que te estás enfermando uno o dos días antes de la fiesta
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    Acuérdate de tu mentira. Esta es la parte más difícil de mentir. Aunque solo se trate de una mentirita blanca, no querrás herir los sentimientos de alguien dejando que te descubra. Recuerda exactamente a quién se la contaste y qué dijiste en cada momento.
    • Si publicas la mentira en las redes sociales para hacerla más creíble, ¡asegúrate de que nadie te encuentre haciendo algo diferente la noche de la fiesta!
    • Si le dices al anfitrión que te sientes enfermo, no dejes que nadie te etiquete en fotos de una fiesta diferente en esa misma noche.
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