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Conforme tus hijos vayan entrando en sus años de adolescencia, hay muchas cosas que empezarán a cambiar. Si quieres llevarte bien con tu hijo adolescente y ayudarlo a desarrollarse en una dirección positiva, será necesario que cambies tus expectativas y adquieras empatía a la par que estableces límites. Crear un entorno seguro, comprensivo, estructurado y amoroso es tan importante para ti como para tu hijo adolescente.

Método 1
Método 1 de 4:

Adaptarte a su independencia

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  1. Debido a que tu hijo adolescente ya no es un niño pequeño, es importante que adaptes tus expectativas y dejes de tratarlo como un niño. Sin embargo, los adolescentes aún no son adultos, por lo que no se les puede responsabilizar como si lo fueran. El cerebro de un adolescente se encuentra en medio de una etapa fundamental de desarrollo, y los adolescentes necesitan ayuda para superar esta parte de sus vidas, ya que aún no se han desarrollado en cuanto a la toma de decisiones, el razonamiento o el manejo de la impulsividad. No asumas que se comportarán y pensarán como adultos sino, en cambio, debes estar preparado para cierto comportamiento en apariencia irracional. [1]
    • En caso de que estés decepcionado debido a que tu hijo adolescente no deja de cometer los mismos errores, debes tener un poco de compasión y reconocer que sigue aprendiendo mucho y aún no se acerca a ser un adulto. En parte, la adolescencia tiene relación con el aprendizaje a través del fracaso y los errores. Debes plantear las experiencias negativas en sus vidas como oportunidades de aprendizaje.
  2. En caso de que tu hijo adolescente se esfuerce y demuestre su responsabilidad, debes darle una mayor libertad. En caso de que tome malas decisiones, debes ser más restrictivo. En última instancia, debes demostrarle que lo que le otorga libertad o restricciones es su comportamiento y que son sus propias decisiones lo que determina el resultado. [2]
    • Si es que tu hijo adolescente te pide permiso para hacer algo a lo que estés inclinado a negarte, escúchalo. Dile: "No me siento cómodo con esto, pero quiero que me demuestres que eres lo suficientemente responsable como para ir a este concierto con tus amigos".
    • Del mismo modo, debes decir: "Te di libertad y no estabas preparado para ello, así que ahora tendremos que reducirla".
  3. Si bien es cierto que los adolescentes pueden meterse en muchos problemas, no debes enfocar tu atención en las cosas malas que hayan hecho anteriormente o los riesgos a los que podrían enfrentarse. Aunque tu hijo adolescente haya traicionado tu confianza en gran medida, es importante que ambos reparen esa confianza. En caso de que consideres que tu hijo podría estar tramando algo, debes pedirle que te lo explique por completo. No saques conclusiones apresuradas sino, en cambio, hazle preguntas. En caso de que no estés seguro, puedes decirle a tu hijo: "Estoy preocupado, pero estoy tomando la decisión de confiar en ti con esto". [3]
    • Si es que tu hijo llega a romper tu confianza, debes quitarle algún privilegio y hacer que vuelva a ganárselo. Por ejemplo, si regresa a casa mucho después de su hora límite, dile que no podrá conducir durante una semana y que debe ganarse el uso del auto después de ese incidente demostrando que puede ser responsable con el tiempo.
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Método 2
Método 2 de 4:

Imponer reglas y consecuencias

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  1. En caso de que estés enojado, debes tomarte un tiempo para recomponerte. Respira hondo varias veces o retírate y regresa cuando te sientas más tranquilo. Esto hará que sea más probable que las consecuencias que impongas sean justas y razonables. Sobre todo si es que tu hijo adolescente sabe cómo sacarte de quicio, es de particular importancia que mantengas la calma y no lo disciplines motivado por la frustración o la irritación. En caso de que sientas que vas a enojarte o alterarte, debes sintonizarte con tu cuerpo. Observa las partes en donde te sientas alterado: ¿sientes nudos en el estómago, te sientes tembloroso o has empezado a sudar? Presta atención a estas señales y reconoce que es momento de tomar distancia. [4]
    • Lleva un diario sobre la forma como te sientas al estar alterado, lo cual puede serte útil para desahogarte y revelar los patrones en tu comportamiento o el de tu hijo.
  2. Un adolescente debe saber qué es lo que se espera de él. Debes establecer ciertos límites en cuanto a los momentos en los que pueda salir, la hora a la que deba volver a casa y el papel que tenga en el hogar. Debido a que los adolescentes querrán traspasar los límites, debes permanecer firme al establecerlos. [5]
    • Conversa con tu hijo adolescente sobre estos límites y deja que tenga voz y voto en cuanto a la forma como funcionen. Será más probable que siga las reglas que haya ayudado a establecer.
    • Coloca los límites y las reglas por escrito de forma que no haya confusión sobre lo que espere de tu hijo. Pídele que firme las reglas acordadas. Luego, si las rompe, puedes referirte al documento firmado.
    • Por ejemplo, podrías tomar la decisión de que tu hijo no podrá realizar actividades adicionales sin haber terminado con sus quehaceres o tareas. En caso de que tu hijo adolescente te pida algo, puedes decirle: "Eso suena divertido, pero nunca hiciste tus quehaceres esta semana. Lamento mucho que no puedas ir". Debes dejar en claro que podrá ir después de terminar con sus tareas.
  3. Puede ser complicado aprender a navegar los comportamientos problemáticos. Si eres demasiado indulgente, tu hijo podría pensar que no tiene límites o que no te tomas en serio su comportamiento pero, si eres demasiado estricto, es posible que tu hijo llegue a resentirte o que se rebele. Debes imponer las consecuencias con firmeza, sin dejar que tu hijo influya en tu decisión. Si rompe una regla, debes decirle con calma lo que haya hecho y los motivos por los cuales esté en problemas. Al momento de decidirte en cuanto a una consecuencia, debes tener cuidado de que sea proporcional al comportamiento y de no imponerla motivado por la ira. [6]
    • Evita convertirte en un dictador. Esto puede conducir a que tu hijo adolescente se rebele y te resienta. En caso de que haga algo mal, evita criticarlo o insultarlo como persona. Tan solo debes mencionar los hechos y las consecuencias según lo que hayan acordado con anterioridad.
    • Como consecuencia, asígnale más quehaceres a tu hijo o quítale privilegios (por ejemplo, tiempo de televisión o en la computadora).
    • Considera la posibilidad de establecer reglas y las consecuencias correspondientes de antemano para que así, cuando tu hijo rompa una regla, sepa lo que hizo y cuál será la consecuencia.
  4. Evita imponer reglas imposibles. No es razonable decirle a tu hijo adolescente que se vaya a dormir a las 7:30 o que no puede pasar tiempo con sus amigos, ya que los adolescentes quieren tener libertad e independencia. Por tanto, debes ser razonable al permitirle estas cosas. Para ello, una de las mejores formas es escuchar el punto de vista de tu hijo adolescente. Pregúntale la hora a la que le parezca apropiado irse a dormir los días de escuela. Si está en problemas, puedes preguntarle cuál podría ser una consecuencia razonable. Obtén sus aportes y toma en cuenta su punto de vista. En última instancia, tú eres quien debe tomar la decisión. [7]
    • Considera las fortalezas y limitaciones de tu hijo. En caso de que tu hijo adolescente sea desordenado por naturaleza, quizás no sea razonable exigirle que su habitación esté impecable. En caso de que tu hijo necesite un poco de tiempo de descanso después de la escuela, puedes permitírselo antes de que empiece con sus tareas.
  5. En ocasiones, es posible que tu hijo adolescente quiera probarte su valor o poner a prueba su independencia en casa. Debes negarte a pelearte con él. Una forma de evitar los conflictos de gran escala es monitorear tus propias reacciones a tu hijo adolescente, aunque consideres que esté comportándose de una forma indignante. En caso de que tanto tú como tu hijo estén tengan dificultades para manejar su ira, debes contar hasta 10 o respirar hondo unas cuantas veces. En caso de que las cosas se acaloren demasiado, toma un poco de distancia antes de hablar. Luego, habla con tranquilidad y acepten que no están de acuerdo de ser necesario. [8]
    • Transmítele a tu hijo que no vale la pena pelear por cosas insignificantes. Desarrolla comentarios como los siguientes con empatía en tu voz: "Seguro que te sientes así" o "Sé que esto no es fácil para ti".
    • No le grites a tu hijo adolescente. En caso de que tu hijo haya hecho algo que esté prohibido, debes explicarle de una forma tranquila y racional qué es lo que hizo y las razones por las cuales haya roto las reglas.
    • Es posible que los adolescentes necesiten un poco de espacio para manejar los conflictos, sobre todo si están alterados o estresados. Las emociones suelen interponerse en el pensamiento racional. Debes tratar de elegir tus batallas y dejar que tu hijo se tranquilice antes de conversar sobre un conflicto.
  6. Si las líneas de comunicación permanecen abiertas, quizás esto le sea útil a tu hijo para tomar decisiones positivas e informadas o para que acuda a ti cuando necesite ayuda. Debes mantener una vía de comunicación abierta entre ustedes en donde sea posible de forma que tu hijo pueda hacerte preguntas, admitir sus errores y recurrir a ti cuando necesite ayuda. No saques conclusiones apresuradas en cuanto al comportamiento de tu hijo adolescente sino, en cambio, hazle preguntas. Debes tratar de comprender su perspectiva y no asumir que hizo algo malo. [9]
    • Aprende a hacer concesiones con tu hijo. Esto te permitirá retener gran parte del control y ninguno de ustedes terminará sintiéndose del todo insatisfecho.
    • En caso de que tu hijo adolescente no te hable, pueden comunicarse a través de mensajes de texto o notas. No es necesario que te molestes con él sino tan solo que le demuestres que estás a su disposición.
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Método 3
Método 3 de 4:

Demostrarle tu amor

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  1. Debes asegurarte de adjudicar un tiempo para disfrutar de tu hijo adolescente. Aunque a veces te dificulte la vida, deben realizar actividades juntos y con la familia que sepas que vayan a gustarles a todos. Por ejemplo, puedes organizar una noche familiar de juegos de mesa una vez al mes y jugar juegos que le gusten a tu hijo adolescente. En caso de que sea aventurero, puedes llevarlo a conducir karts . En caso de que sea artista, pueden tomar juntos una clase de pintura. Busquen cosas que tengan en común y diviértanse. [10]
    • Aunque tan solo pasen tiempo juntos paseando al perro una vez al día, de todos modos constituye tiempo de calidad con tu hijo que podrías recordar con cariño.
    • Debes comprender que, conforme tu hijo adolescente crezca, es posible que quiera pasar más tiempo con sus amigos y menos con su familia, por lo que no debes obligarlo a realizar actividades en familia. Planifica actividades que él genuinamente quiera realizar y respeta sus límites personales.
  2. En este momento fundamental de su vida, tu hijo adolescente busca que alguien comprenda aquello por lo que esté pasando. En caso de que te cueste trabajo establecer una conexión con tu hijo, debes buscar la forma de identificarte con él. Ponte en su lugar y considera cómo sería vivir un día de su vida. En caso de que tu hijo acuda a ti con un problema, debes escucharlo. Por lo general, no necesitará que le arregles su problema (él mismo encontrará la forma) sino que necesitará que alguien lo escuche y empatice con él. [11]
    • En ocasiones, la soledad (o cualquier otro problema) puede preocupar a los adolescentes y tener un impacto negativo en sus calificaciones en los exámenes. Evita castigarlo de inmediato sino, en cambio, debes comprenderlo y apoyarlo de forma que tampoco sienta soledad, aislamiento ni ninguna otra emoción negativa del lado parental.
    • Evita menospreciar o subestimar los problemas de tu hijo como insignificantes o a causa de las hormonas, ya que, para ellos, sus problemas y dificultades son grandes.
  3. Tal y como tú quieres que tu hijo adolescente te trate con respeto, tú también debes tratarlo con respeto. Debes ser un buen modelo a seguir y mostrarle qué es el respeto aunque tengan una pelea o estén en desacuerdo. Si le gritas a tu hijo de manera constante, esto puede ser perjudicial para sus emociones y ocasionar que se sienta inseguro. Debes respetar sus opiniones y pedírselas.
    • Habla con tranquilidad y escucha a tu hijo adolescente como una forma de mostrarle respeto. Puedes incrementar su independencia y transmitirle que confías en él. Otórgale responsabilidades y deja que te demuestre que puede cumplirlas.
    • Recuerda elogiarlo por las cosas que haga bien. Reconoce sus esfuerzos cuando le vaya bien en la escuela, los deportes, las actividades sociales, los quehaceres o los eventos familiares.
  4. En caso de que le gusten los deportes o las actividades, inscríbelo y asiste a sus eventos. Si tu hijo es musical, puedes pagarle clases y asistir a sus recitales. Involúcralo en las actividades que le gusten y demuéstrale que lo apoyas. De este modo, le muestras que te importa y que apuestas por sus habilidades y su felicidad.
    • En caso de que gane algún premio, debes tomarlo como algo importante y salir a cenar con toda la familia en su honor. Estas son cosas divertidas y fáciles que puedes hacer por tu hijo adolescente y que consolidarán una relación saludable de por vida entre ustedes dos.
    • En ocasiones, es posible que un adolescente quiera celebrar de una forma que no incluya a toda la familia, por lo que debes tener cuidado de que, al celebrar, lo hagas como él elija.
  5. Él busca un lugar en donde pueda pasar tiempo con sus amigos. Debes ser comprensivo y abrirles tu propio hogar. Establece un espacio en donde puedan pasar el rato solos pero por donde puedas pasar de forma casual. Coloca algunos bocadillos saludables a su disposición y déjalos escuchar música, pasar el rato y jugar videojuegos. [12] Tú también debes colocarte a su disposición. Te sorprenderá la cantidad de sus amigos que quizás necesiten alguien que los escuche.
    • Al recibir a los amigos de tu hijo adolescente en tu casa, podrás monitorear de manera casual lo que hagan y tener la certeza de que estén a salvo.
  6. Es posible que los adolescentes no siempre quieran que seas físicamente afectuoso con ellos pero sí querrán tu amor. Puedes mostrarle tu amor a tu hijo adolescente al estar ahí para él. No solo prestes atención a sus logros académicos o su excelencia atlética sino también elógialo por quién es como persona y por sus rasgos. También debes demostrarle tu amor mediante las acciones. Esto podría abarcar asistir a sus encuentros deportivos o empacarle el almuerzo todos los días pero, en cualquier caso, debes decirle que estos son actos de amor. [13] Si bien no todos los adolescentes quieren hablar con sus padres, debes transmitirle que estás dispuesto a escuchar.
    • El mejor regalo que puedes hacerle a tu hijo es el amor y la aceptación incondicionales. Esto no solo incrementará su confianza para enfrentarse a cada nuevo día sino que también orientará tu relación con él en una dirección positiva.
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Método 4
Método 4 de 4:

Lidiar con los comportamientos problemáticos

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  1. . Si bien todos los adolescentes quieren tener privacidad en cierta medida, debes estar atento en caso de que tu hijo sea particularmente reservado. En tu calidad de padre, debes saber con quién pasa el tiempo y a dónde va, así como también asegurarte de que regrese a casa para su hora límite. En caso de que tu hijo oculte lo que haga o lo atrapes mintiendo, debes tomarlo en serio. Evita dejar pasar estos comportamientos. Debido a que los adolescentes quizás no puedan o no quieran expresar sus problemas con palabras, es posible que recurran a cosas externas para lidiar con su dolor o confusión. [14]
    • En ocasiones, comportarse mal puede ser un indicio de una agitación interna que requiera atención.
    • Toma en serio todo consumo de alcohol o drogas. Esto, además de ser ilegal, es más peligroso debido a que su cerebro aún está en desarrollo.
  2. Es posible que sea difícil lidiar con un adolescente enojado, resentido u hostil, pero debes hacer tu mejor esfuerzo por escucharlo y comprenderlo. Todos los adolescentes necesitan sentirse amados. En caso de que tu hijo esté enojado o alterado, debes escucharlo sin interrupciones, dándole espacio si es que no está de ánimo para hablar y transmitiéndole que pueden conversar al respecto después de que se haya tranquilizado. [15]
    • Valida sus sentimientos diciéndole "Veo que estás alterado" o "Vaya, eso de verdad debe haberte lastimado".
    • Ayuda a tu hijo a encontrar formas de tranquilizarse o controlar su ira y sus emociones. Puedes pedirle que escriba en un diario, escuche música, salga a correr o le dé puñetazos a una almohada.
  3. Un terapeuta podría serle de ayuda en caso de que tu hijo adolescente muestre indicios de ansiedad, depresión u otros problemas mentales o emocionales, o si es que se comporta de manera particularmente destructiva o rebelde. Los adolescentes pueden ser particularmente sensibles a los eventos emocionales (por ejemplo, una mudanza reciente, un divorcio, la pérdida, el bullying , una ruptura amorosa u otros factores estresantes). [16]
    • Programa una cita con el consejero o psicólogo escolar. Asimismo, puedes llamar a tu proveedor de seguro de salud o un consultorio local de salud mental para acudir a un terapeuta privado que pueda ayudar a tu hijo adolescente a adaptarse y lidiar con sus problemas.
    • Toma en serio los problemas de tu hijo adolescente. Evita restarles importancia tomándolos como angustia adolescente regular. En muchos casos, los problemas psicológicos vitalicios empiezan durante los años de adolescencia, por lo que lo mejor es buscar tratamiento a una etapa temprana para así evitar que los problemas empeoren.
  4. En caso de que tu hijo adolescente esté en peligro, no dudes en tomar cartas en el asunto. Toma en serio las conversaciones o amenazas de suicidio y de lastimar a los demás. Pide ayuda de inmediato llamando al servicio de emergencias , llevándolo al departamento de emergencias y notificando de inmediato a su terapeuta. [17]
    • En caso de que no estés seguro en cuanto a lo que debas hacer, debes llamar al servicio de emergencias, ya que ellos podrán ayudar a orientarte para obtener el cuidado que sea necesario. Quizás te aconsejen que lleves a tu hijo al departamento de emergencias o que lo monitorees de cerca.
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