Descargar el PDF
Descargar el PDF
Estar cerca de una persona controladora nunca es fácil o agradable, ya sea que lidies con un mejor amigo mandón, con un jefe controlador o con una hermana mayor que quiere que todo se haga a su manera. Sin embargo, hay algunas ocasiones en las que simplemente no puedes escapar de esa persona y necesitas aprender a lidiar con su comportamiento para que no termines frustrado. Cuando se trata de lidiar con una persona controladora, es necesario mantener la calma, entender de dónde proviene su comportamiento y evitar la situación siempre que sea posible. Si quieres saber cómo lidiar con este tipo de persona, lee los pasos a continuación.
Pasos
-
Entiende lo que hace que una persona sea controladora. Las personas a quienes se les atribuye esta tendencia tienen una necesidad por controlar los resultados y a menudo a otras personas. Se sienten fuera de control y buscan controlar a alguien más. Le temen al fracaso, especialmente al suyo propio, y a ser incapaces de comprender las consecuencias cuando las cosas salen mal. Existe una esencia de miedo o ansiedad con respecto a sus propias limitaciones (a menudo no exploradas), una preocupación por no recibir respeto y una desconfianza en la capacidad de los demás para hacer lo que se les pide.
- La persona controladora no puede confiar en que alguien haga un mejor trabajo que ella y en una época en la que se nos dice constantemente qué hacer sin explicarnos completamente la razón (piensa en todas las reglas, remordimientos y advertencias con los que vivimos diariamente), a este tipo de persona le gusta cubrir ese vacío y aparentar ser la única figura de autoridad que hay, sin importar si tiene o no un entendimiento adecuado de los hechos (por desgracia, a menudo no lo tiene).
- Las cualidades básicas de una persona controladora o mandona incluyen una falta de confianza en otros, una necesidad de criticar, un sentido de superioridad (arrogancia) y un gusto por el poder. También pueden pensar que merecen las cosas que otras personas no y sentir que no necesitan pasar tiempo o demostrar respeto por los demás.
-
Determina si la persona controladora necesita ayuda profesional. En ocasiones, una persona es simplemente controladora, pero hay veces en las que la necesidad de tener el control va más allá de solo una personalidad irritante. Las personas controladoras o mandonas pueden sufrir de un trastorno de personalidad (posiblemente un trastorno narcisista de la personalidad o un trastorno de personalidad antisocial) que se origina a partir de experiencias en la infancia o a principios de la adultez que no han podido resolver con claridad. Si la persona mandona tiene un verdadero trastorno de la personalidad, entonces la mejor forma de lidiar con eso es conseguir ayuda.
- Si sospechas de que este es el caso, entonces es necesario que un profesional identifique el tipo exacto de trastorno. Sin embargo, debes ser consciente de que hacer que alguien a quien le gusta tener el control acepte que necesita dicha evaluación será complicado. Por último, esta persona debe darse cuenta de sus tendencias controladoras y tener la voluntad de hacer algo al respecto. La mayoría de personas controladoras y mandonas prefieren culpar a otras de sus problemas.
- Asimismo, es posible que no siempre estés en la posición de sugerirle a una persona mandona que busque ayuda profesional. Por ejemplo, si esta persona es tu jefe o un adulto mayor en tu familia, quizás no te encuentres en la mejor posición para sugerirle tal cosa.
-
Entiende la manera en la que una persona controladora afecta a otros. Las personas mandonas o controladoras suenan como un padre constantemente intransigente. Podrían usar términos como “¡Hazlo ahora!”, “Soy el que manda, haz lo que te digo” o “¡Manos a la obra!” sin pedirlo amablemente o usar otros tipos de modales. Si siempre te sientes como un niño al lado de esta persona, es casi seguro que su objetivo sea controlarte a ti o a la situación. Esta persona podría ignorar tus habilidades, experiencias y derechos, optando por enfatizar sus capacidades por encima de las tuyas. Las personas controladoras tienden a pensar que tienen el derecho a mangonear a otros y a estar a cargo. Esto les ayuda a sentirse mejor consigo mismas.
- Incluso en situaciones donde esta persona tiene autoridad sobre ti (como un maestro, un agente del orden o un jefe), las tendencias controladoras se revelan a través de la manera en la que hace uso de ese poder. Si es irrespetuosa, arrogante, prepotente y dictatorial, lo más probable es que busque controlar en lugar de solicitar, negociar y respetar. Las personas en posiciones de autoridad son buenos líderes o gerentes únicamente si respetan a otros bajo su cargo. Esto incluye dirigir con el ejemplo o sugerir, confiar y delegar responsabilidades.
-
Ten en cuenta que incluso las personas “amables” pueden ser mandonas o controladoras. Este es el tipo de personalidad que “irrita” insistiendo en que “si no haces X, las cosas saldrán terriblemente mal”. Es posible que te lo diga con dulzura, esperando que estés agradecido por los recordatorios irritantes. Podrían presentarse a sí mismas como la voz de la razón, haciéndote saber que eres absolutamente irracional. Si notas que esta persona toma decisiones sin consultarte “por tu propio bien” y espera que te sientas a gusto con eso, entonces es posible que seas víctima de un dictador benévolo.
- Una persona controladora carece principalmente de empatía y a menudo es inconsciente (o indiferente) del impacto que sus palabras y acciones tienen sobre los demás. Esto puede ser el resultado de la inseguridad (que se manifiesta como superioridad y poder) y la infelicidad. También podría ser una señal de una arrogancia absoluta.
-
Ten en cuenta que tu valor no proviene de esta persona. Siempre debes verte como su igual, incluso si su comportamiento sugiere lo contrario. Esto es importante para tu bienestar. La persona controladora (en especial si es un familiar) puede afectar tu autoestima cambiándola para peor. Sin importar lo mal que esta persona pueda hacerte sentir, recuerda que su naturaleza controladora es su problema, no el tuyo. Si permites que entre en tu cabeza, entonces te vencerá.
- Recuerda que eres racional y que tienes expectativas razonables para lo que una persona puede y no puede hacer. No permitas que los deseos irracionales de alguien te hagan sentir deficiente de ninguna manera.
Anuncio
-
Imponte. Esto no será fácil si no estás acostumbrado a hacerlo, pero es una habilidad que puedes practicar y la persona controladora es tan buen objetivo como cualquier otro. Es importante que la persona controladora sea consciente de que no tolerarás que te mangonee; mientras más tiempo lo dejes pasar, más se afianza el patrón y la persona asume que lo aceptas.
- Aborda a la persona controladora en privado para explicarle tus preocupaciones. No conviertas esto en un asunto público.
- Mantén la conversación enfocada en la manera en la que el comportamiento controlador te afecta; no insultes a la persona al llamarla mandona. Por ejemplo, si sientes que tu jefe siempre te dice lo que debes hacer sin reconocer tus habilidades, podrías decirle algo como “He trabajado de esta manera durante cinco años y soy bueno en este trabajo. Sin embargo, cuando me pide que le dé los resultados para que pueda revisar todo, siento que ignora mis aptitudes y no valora mi trabajo. Básicamente, creo que no confía en mí para realizar la labor para la cual estoy bien capacitado y que no me respeta. Me gustaría que me hable y me trate con más respeto” .
-
Mantén la calma. Es importante que trates a la persona controladora con calma y paciencia, incluso si tienes ganas de gritar por dentro. Enfadarse no resuelve el problema. También puede ser útil evitar hablar con ella cuando es evidente que está cansada, estresada o indispuesta. Si comienzas a exasperarte, evita utilizar un lenguaje agresivo y mantén tu voz firme y uniforme.
- Si te ves evidentemente irritado o molesto, entonces la otra persona verá que realmente tiene la razón, lo que estimulará su comportamiento.
- Molestarte también hará que la persona mandona te vea como alguien débil e incluso más fácil de controlar. No debes darle esa impresión o serás un objetivo más fácil.
-
Evita a esa persona lo más que puedas. En ocasiones, lo mejor que puedes hacer es simplemente evitar su comportamiento. Si bien hablar con ella acerca de su comportamiento y de cómo te hace sentir puede ayudarle a entenderlo y a llevar a cabo un plan que los ayude a trabajar en conjunto y a llevarse mejor, a veces podrías pensar que lo único que puedes hacer es alejarte de la situación. Por supuesto, eso depende de la persona a la que trates de evitar, pero estas son algunas cosas que puedes considerar:
- Si se trata de un miembro de tu familia, solo trata de mantenerte fuera de su camino. A veces, podría parecer que esta persona no tiene nada de agradable. Te criticará por todo y será muy difícil no tomarlo de manera personal. Puede hacerte sentir furioso y herir tus sentimientos. Lo peor que puedes hacer es pelear con ella porque lo único que lograrás es perder tu tiempo. Esa persona no podrá cambiar (ni lo hará) si no recibe ayuda. Recuérdate que este comportamiento controlador es su mecanismo de afrontamiento y no significa que te menosprecie. Se trata de su problema el cual está profundamente arraigado, no tiene nada que ver contigo.
- Si una relación personal se vuelve abusiva como resultado del comportamiento controlador de la persona, entonces debes apartarte y marcharte. Dile que necesitas un descanso de ella por el momento y sigue adelante con tu vida. Las personas que recurren a la violencia o a estrategias abusivas no mejorarán hasta que busquen una terapia a largo plazo.
- Si eres un adolescente, trata de ser agradable y de mantenerte muy ocupado todo el tiempo. Puedes permanecer alejado y salir de la casa al hacer deportes, estudiar y mejorar tus calificaciones. Dile que te gustaría salir o conversar pero que estás ocupado estudiando, jugando, realizando voluntariado, etc. Inventa buenas excusas. Luego sal y encuentra a personas realmente agradables que te hagan sentir bien contigo mismo. Fíjate metas altas pero realistas y alcánzalas solo por ti.
-
Controla los niveles de ansiedad de la persona controladora. Una persona controladora no tiene habilidades de afrontamiento cuando está estresada y es ahí cuando ataca a los demás. Este tipo de personas creen que nadie puede hacer un trabajo tan bien como ellas. Se enredarán por haber abarcado demasiado para sí mismas y luego atacarán. Intenta estar al tanto de su cambio de humor y mantente alerta. Si estás consciente del incremento en los niveles de ansiedad de la persona mandona, entonces sabrás que estará más propensa a tomar el control.
- Notar activamente que esta persona parece estar fuera de control y ofrecerle tu ayuda con algún trabajo puede ser suficiente para reprimir su actitud mandona. Por ejemplo, podrías notar que cuando tu pareja está estresada, se vuelve muy irritable y controladora. Un día cuando parezca estresada al máximo por una presentación en el trabajo, intenta subirle la moral al reconocer lo cansada y estresada que se ve y tranquilízala al decirle que hará un trabajo excelente. No exageres y ten en cuenta que podría seguir irritada, pero sé consciente de que este pequeño estímulo puede ayudar a aliviar parte de su ansiedad.
-
Busca los aspectos positivos. Esto podría parecer imposible pero puede ser una manera muy útil de retomar el control, sobre todo cuando no tienes más opción que seguir tratando con esta persona todos los días. Podrías pensar “Mi jefa es realmente controladora y exigente pero por el lado bueno, es encantadora con los clientes y realiza una gran cantidad de negocios. También es muy eficiente en X, siempre y cuando logremos mantenerla alejada de Y” . Busca formas de lidiar con los aspectos negativos y encuentra formas en las que puedas hacer lo que se necesita.
- Mirar el lado bueno puede requerir creatividad pero descubrirás que una persona mandona que nota que la entiendes y que sigues pregonando sus atributos positivos dejará de verte como una amenaza dentro de su mente impulsada por la ansiedad.
-
Halaga a la persona controladora cuando se lo merezca. Presta atención cuando la persona controladora exhiba señales de confianza. Si la persona mandona te demuestra su confianza, su respeto o te da una cierta responsabilidad, aprovecha y halágala. Al tener en cuenta lo bueno y reconocerlo abiertamente, tu enemigo controlador podría sentirse lo suficientemente bien por dentro como para querer hacerlo de nuevo.
- Por ejemplo, dile algo como: “Gracias por confiar en mi con este trabajo” . Esto hará que la persona controladora se sienta bien y podría ayudarla a disminuir un poco su actitud.
-
Ten en cuenta que es posible que no te escuche. Si eres una persona de ideas, creativa o un solucionador de problemas, trabajar con una persona controladora puede desalentarte. Podrías sugerir ideas, soluciones o advertir acerca de las posibles consecuencias solo para que te ignore o te menosprecie. Y he aquí los resultados, tu idea o solución es presentada semanas o meses después como “su” logro. De alguna manera, lo que dijiste se filtró, solo que no recibiste el reconocimiento por ello. Por desgracia, este comportamiento frustrante es muy común dentro de las personas controladoras. Si esto te sucede, estas son algunas formas de lidiar con ello:
- Reconoce esto por lo que es. A veces, es mejor plantear la idea o solución que dejar que no ocurra nada en lo absoluto. En este caso, es mejor soportarlo con buen humor por el bien del grupo, de la organización o de la empresa. Apoya el resultado y no lo tomes como algo personal.
- Llama la atención de la persona. Esto puede ser arriesgado y dependerá del contexto, de la dinámica de grupo y de la persona involucrada. Si es muy importante que aclares que la idea fue originalmente tuya, debes usar hechos concretos como “Oh, esa fue la idea de la que hablamos en mayo del 2012 y aún tengo los modelos del prototipo archivados. Tenía entendido que nuestro equipo estaría involucrado en su desarrollo y estoy muy seguro de que notamos eso. Me decepciona un poco que hayamos oído esta idea cuando ya está en la fase de prueba. Pero, dicho eso, ya que ya estamos aquí, somos libres de ayudar a probarlo” .
- Mantén registros muy buenos. Si en verdad necesitas demostrar que la idea fue tuya, guarda registros de voz que puedas usar en tu defensa si se presenta la ocasión.
- Si siguen ignorando tu trabajo o te alejan de él, deja de sugerir ideas nuevas. Solo limítate a estar de acuerdo con lo que se diga para mantener la tranquilidad e intenta evitar que la persona controladora se preocupe por tu accionar. Es posible que necesites reafirmarle constantemente que es el jefe y que valoras tu trabajo. De ser posible, comienza a buscar un trabajo nuevo.
Anuncio
-
Considera tu propio papel en la actitud mandona. A veces, puedes ser la víctima de sus actitudes mandonas o irritantes debido a las cosas que has hecho. Esto no justifica ningún comportamiento controlador y manipulador. ¡En lugar de eso, se trata de mantener las cosas en perspectiva y de reconocer que puede haber veces en las que hayas exasperado a alguien! Sé honesto en tu autoevaluación si realmente quieres llegar al corazón de esa persona. Estas son algunas cosas que puedes considerar:
- ¿Has hecho (o dejado de hacer) algo que puede haber provocado la actitud controladora? Por ejemplo, si no cumples los plazos con regularidad o si nunca limpias tu habitación, no debes sorprenderte si alguien responsable de tu educación o de tu salario se comporta de una manera un poco mandona contigo.
- Las personas mandonas a menudo refuerzan su actitud ante lo que perciben como inútil. En particular, estas personas ven el comportamiento pasivo agresivo de manera similar a como un toro ve a un capote rojo; simplemente hace que se vuelvan aún más controladoras porque se frustran por la respuesta solapada. Es mejor ser honesto con tu descontento y reafirmarte en lugar de tratar de socavar a la persona mandona.
-
Considera tus propias tendencias mandonas. Nadie es un santo cuando se trata de ser mandón; todos nosotros estamos propensos a mangonear a otros a nuestro alrededor en momentos distintos de nuestra vida. Puede producirse cuando sabes algo con gran detalle, cuando tienes una posición de autoridad o cuando te sientes un poco más prepotente de lo normal debido a la ansiedad o a la presión, pero habrá momentos en tu vida en los que te comportes de esa forma. Utiliza tu recuerdo de esta experiencia para ayudarte a entender un poco mejor a la persona constantemente mandona y quizás a ver la razón detrás de su actitud.
- Intenta ser más sensible con las demás personas cuando comiences a sentir que te comportas de forma mandona y piensa en sus reacciones. Al hacerlo, aprenderás mucho acerca del manejo de las emociones que sienten las personas controladoras gran parte del tiempo.
-
Aprende a evaluar honestamente tus propias fortalezas y fracasos. Posiblemente puedas hacer esto al discutir el asunto (en privado) con una tercera persona que no esté involucrada. Asegúrate de elegir a alguien en quien puedas confiarle la información, que entienda cómo lidiar con situaciones similares y que te conozca lo suficientemente bien para darte un comentario certero. Nadie es completamente bueno o malo; todos tienen sus fortalezas y debilidades. Cuando conozcas la verdad acerca de ti mismo (buena o mala), no dejarás que los caprichos y tácticas emocionales de la persona controladora te engañen.
- Tener una mejor idea de cómo comportarte, ya sea en el trabajo o en una relación, puede darte un mejor sentido de lo razonables que realmente son las expectativas de la persona mandona. Si cuentas con alguna otra persona que te apoye, notarás que no tienes nada por lo que estar paranoico y que la persona controladora en realidad está siendo irracional.
Anuncio
-
Ten en cuenta que la vida es importante. Siempre hay otros trabajos y personas con los cuales tener relaciones saludables . Si la situación es intolerable, no te tortures; en lugar de eso, encuentra una salida. Nadie debe tener el poder para “controlar” tu vida. No lo olvides. Incluso si crees que nunca podrás encontrar otro trabajo, si te encuentras en un entorno laboral tóxico, es mejor dejarlo por tu propia salud mental.
- Si eres un adolescente y aún tienes que esperar a tener la edad suficiente para escapar, busca un lugar donde puedas trabajar como voluntario, actividades deportivas, un empleo u otras cosas que te hagan salir de tu hogar. Pídeles a tus padres que te paguen la universidad si tienen el dinero para hacerlo, luego postula a varias que se encuentren fuera de la ciudad. Si discuten por el dinero, explícales que la universidad a la que quieres asistir es la única que ofrece “X” (encuentra algo realista y razonable).
-
Elige perdonar . Las personas controladoras están plagadas de miedos e inseguridades que siempre las dejan insatisfechas e infelices. Exigen perfección de sí mismas, algo difícil y a menudo imposible de lograr. Su incapacidad para comprender que el fracaso es parte del ciclo de la vida perjudica su capacidad para convertirse en seres humanos totalmente competentes y las entorpece emocionalmente; ese es un estado bastante triste en el cual estancarse. Sea cual sea tu propia situación, puedes alejarte y buscar la felicidad por tu cuenta, pero a menos que esa persona decida cambiar su manera de pensar, podría nunca hallar la paz en su vida.
- Encontrar la felicidad no siempre significa alejarte de la persona controladora. Podrías comenzar un pasatiempo que consuma mucho tiempo, incluso podrías encontrar una religión, con la finalidad de pasar menos tiempo con esa persona. Recuerda que su opinión de ti no tiene que disminuir tu autoestima. Concéntrate en ti y recuerda que no eres responsable por la transformación de la persona controladora.
-
Comienza a reconstruir tu confianza. Es muy probable que se haya visto afectada, así que sé amable contigo mismo. Si estás bajo el control de una persona controladora, podría haberte convencido de que no vales nada, ya que lo hace como una manera de evitar que sigas adelante y la abandones. No creas en sus palabras ni por un segundo. A las personas controladoras les gusta hacer que otras se sientan inseguras consigo mismas. No caigas en sus trucos. Comienza a distanciarte gradualmente. Cree en tu valor como persona; está dentro de ti.
- Puedes reconstruir tu confianza con solo pasar el tiempo con personas que te hagan sentir bien contigo mismo y que no tengan la necesidad de controlarte.
- Haz cosas que te hagan sentir valorado y capaz. Es probable que la persona controladora te haga sentir como si no pudieras hacer nada bien. Tómate el tiempo para realizar las tareas que te hagan sentir seguro, ya sea cosas como yoga o escribir un informe anual.
-
Decide lo que harás después. En este caso, elabora un plan para seguir con el trabajo o con la relación romántica, o aléjate pero establece un plazo límite para que puedas sentir que tienes el control sobre el asunto. Si vives con una persona controladora, intenta solucionar las cosas de manera estratégica y con cuidado. No alimentes discusiones; comparte lo que sientes de manera eficaz y tranquila. No necesitas estar bajo control; recuerda que tienes derecho a hacer lo que te plazca.
- Por último, a veces alejarte es todo lo que puedes hacer, sobre todo cuando intentas reafirmarte y afrontar la situación no conlleva a nada mejor para ti.
Anuncio
Consejos
- Una persona controladora puede usar las emociones para controlarte. Por ejemplo, podría entrar en pánico por cualquier cosa sabiendo que eso te pondrá bajo su control al compadecerte de ella.
- Si es posible, procura no involucrarte en una relación o trabajar con una persona controladora. Hay señales de advertencia que indican que una persona es así cuando necesita insistir en que todo se haga a su manera, cuando encuentra errores constantemente en los demás, cuando no es capaz de relajarse y permitirles a otros hacerse cargo de un proyecto. Podría sentir la necesidad de controlar cada acción que realices dentro de una relación personal, y podría ponerse extremadamente celosa y posesiva sin razón aparente.
- Durante una cita, asegúrate de buscar las señales. Los celos y la culpa pueden ser una manera de controlar a las personas . Las personas controladoras también son muy buenas para manipular. ¡Mantén tus ojos y oídos abiertos!
- Para una persona controladora, es más importante sentir que está en lo correcto acerca de algo que la relación que tiene contigo. Si es tu jefe, solo concuerda con él acerca de las cosas pequeñas aún si no lo haces en serio. Sin embargo, no te comprometas al romper la ley o lastimar a otras personas. Mantén tu postura y sé la persona que tiene moral y valores.
- Ten cuidado si una persona mandona quiere hacer todo por ti en una relación, como llevarte en el auto, hacer las compras por ti, etc. Ponla a prueba al decirle que tienes otros planes para el fin de semana. Si no puede dejar de llamarte ni tratar de involucrarse en tu vida, estás al lado de una posible “persona controladora”. Ten cuidado, te diriges hacia un desastre.
- La persona controladora podría decir que se preocupa por ti y que solo hace ese tipo de cosas porque le importas. Esto puede hacerte sentir a gusto con eso y quizás te preguntes si eres tú quien entendías las cosas de la manera incorrecta. De esta manera, caes bajo su control.
- Ten en cuenta que la persona controladora podría tener muchos problemas en su vida. Intenta compadecerte de ella, ya que esto te ayudará a estar más calmado cuando estés a su lado y a no frustrarte con tanta facilidad. Es posible que no sea un comportamiento aceptable, pero esa persona podría verlo como una manera de sentirse mejor consigo misma o como una manera de controlar el estrés. Dicho eso, no necesitas ceder y dejar que haga lo que quiera; simplemente reconoce qué es lo que motiva ese comportamiento, luego trata de lidiar con eso de una manera que te proteja a ti mismo.
- Si eres un adolescente y tu padre es una persona controladora, es importante que le expliques de qué manera te afecta. Su intención podría ser “protegerte” de las malas decisiones, pero necesita darse cuenta de que tienes el derecho a tomar las tuyas propias porque es tu vida y está en tu naturaleza querer controlarla.
- Una persona controladora podría tratar de hacerte pensar que eres paranoico y que eres tú quien tiene el problema (intenta enloquecerte). Esto puede hacer que tu salud mental se vea perjudicada. No eres tú quien tiene el problema, pero esta táctica puede hacerte bajar la guardia, lo que es precisamente lo que quiere la persona controladora.
Anuncio
Advertencias
- No asumas que una persona controladora es alguien con quien no puedas lidiar, especialmente en contextos laborales y sociales. Sí, hay personas dispuestas a la violencia y sí, hay problemas más íntimos con algunas personas que son imposibles de solucionar a menos que te alejes de ellas para bien, pero en general, opta por llevarte bien con todo tipo de gente a lo largo de tu vida. Minimizar el contacto puede ser una respuesta más sana que generar más drama. Mantén su comportamiento en perspectiva mientras abordas cualquier contratiempo que tengas con respecto a la creación de límites con los demás, como aprender a reafirmarte como persona o a comunicarte con mayor claridad.
- Algunos tipos de personas controladoras pueden ser difíciles de tratar y, en ocasiones, incluso peligrosas cuando las rechazan dentro del contexto de una relación personal. Si estás consciente de que esta persona tiende a salirse de control y tiene sentimientos frágiles, ten cuidado de romperlos. Si es posible, dale un motivo para terminar contigo, como no ser lo suficientemente comunicativo, gastar demasiado dinero o cualquier otra cosa que sugiera que eres difícil de controlar. De esa manera, será su idea y encajará mejor con ella. Si esto es demasiado, termina la relación de una forma que te permita irte con una sensación de seguridad, como al hacerlo por teléfono o acompañado de amigos que te apoyen. Puede ser útil demostrar que tienes a un grupo de amigos y familiares que te apoyan antes de que esta persona intente amenazarte de alguna manera.
- Registra cualquier amenaza posible que este tipo de persona te haga para no dejarte escapar de una relación. Luego acude a la policía y obtén una orden de restricción. Asegúrate de que la persona esté consciente del documento y guarda el número de la policía en el discado rápido de todos tus teléfonos. Pídeles a tus vecinos que te vigilen. Si en verdad sientes miedo, múdate a otra ciudad o a un refugio en caso de que estés en peligro y no tengas amigos cercanos con quienes quedarte. Si tienes amigos cercanos o familiares con quienes quedarte, sería sensato asegurarte de que puedan protegerte tanto a ti como a sí mismos. Recurre a alguien con quien te sientas seguro y que esté dispuesto a enfrentarse a la persona controladora y además que sea alguien con quien dicha persona no quiera entrar en una confrontación (específicamente, alguien a quién no pueda controlar).
Anuncio
Anuncio