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Ya sea que vayas a narrar una historia profesionalmente o a leer un poema en voz alta en clase, existen formas adecuadas e inadecuadas de relatar algo. Se debe aprender a sentirse cómodo con el material, a saber qué dejar fuera y qué expresar a los oyentes. Fíjate en al paso 1 y empieza a fascinar a tu audiencia con tu narración.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Técnicas de oratoria

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  1. Esto es muy importante si cuentas una historia o dices un poema leyéndolo de una hoja. También puedes memorizar el texto, lo que ayuda mucho, pero asegúrate de saber cómo leer en voz alta.
    • Léelo más de una vez. Especialmente si vas a presentarte frente a una audiencia, debes practicar varias veces lo que vas a narrar. Así te acostumbrarás a usar las palabras y podrás mantener contacto visual con la audiencia.
    • Entiende el ritmo de las palabras. Notarás que en los poemas y en las historias, incluso aquéllas que son solo verbales, la longitud de las oraciones y las palabras usadas crean una especie de ritmo. Acostúmbrate a tomar el ritmo a través de la práctica y así podrás reproducir la historia o el poema en voz alta muy bien.
    • Trata de evitar leer toda la historia de la página. La narración implica que involucrarse activamente en el relato y capturar la atención de tu audiencia. Levanta la vista mientras lees para hacer contacto visual con el público.
  2. Para contar una historia de manera cautivadora debes usar variaciones en la velocidad, volumen, tono y cadencia de tu voz. Si hablas usando un solo tono (monótonamente), solo conseguirás aburrir a la audiencia aunque la historia en sí sea interesante.
    • Debes hacer que el tono de tu voz sea el adecuado para el relato. Por ejemplo, no hablarás como haciendo una confidencia cuando estás contando un relato épico (como la Odisea). Tampoco usarás una voz épica si vas a narrar un hecho cómico o una historia liviana y romántica.
    • Asegúrate de narrar lentamente. Cuando se lee en voz alta o se cuenta una historia en público, se debe hablar más lentamente que cuando uno conversa. Al hablar lentamente se logra capturar la atención de la audiencia y le posibilita apreciar la historia o el poema correctamente. Es buena idea tener un vaso de agua a la mano cuando uno está narrando y detenerse, tomar un sorbo y hacer una pausa. [1]
    • La idea es proyectar la voz, no gritar. Respira y habla desde el diafragma. Para ejercitar esto ponte de pie y coloca tu mano en tu abdomen. Inhala y exhala sintiendo como tu estómago sube y baja. Cuenta hasta diez mientras inhalas y exhalas. Tu abdomen se empezará a relajar. Querrás hablar desde este estado de relajación.
  3. Mucha gente no habla claro ni con propiedad cuando intenta narrar algo. Tienes que asegurarte de que tu audiencia pueda escucharte y comprender lo que estás diciendo. Evita balbucear o hablar demasiado bajo.
    • Articula los sonidos correctamente. La articulación implica concentrarse en pronunciar los sonidos más que las palabras apropiadamente. Enfatiza la pronunciación de las letras: b, d, g, y, p, t, k, ch. Enfatiza la pronunciación de estos sonidos y tu habla sonará más clara para tu audiencia.
    • Pronuncia las palabras correctamente. Asegúrate de saber el significado de las palabras de tu poema o relato y cómo se pronuncian bien. Si se te hace difícil recordar la pronunciación correcta de alguna palabra, escribe una anotación para ti al lado de la palabra difícil. Así la podrás pronunciar bien en tu narración.
    • Evita muletillas como “este”, “como”. Está bien usarlas en una conversación común y corriente, pero en una narración te harán sonar poco confiado y distraerán al público.
  4. La idea es cerciorarse de que la audiencia comprenda las partes más importantes del poema o historia. Dado que se está narrando en voz alta, se debe destacar esas partes con el uso de la voz.
    • Bajar la voz y usar tonos más bajos junto con inclinarse hacia la audiencia capturará la atención del público en las partes cruciales del relato y es excelente para mantenerlo intrigado. Asegúrate de proyectar la voz cuidadosamente aunque estés hablando en voz más baja.
    • Por ejemplo: si narras Harry Potter y la Piedra Filosofal (el primer libro de la saga), querrás hacer énfasis en el momento en que Harry se enfrenta a Voldemort o cuando gana el partido de Quidditch atrapando la pelota alada o “snitch” con su boca.
    • Los poemas contienen énfasis específicos en su estructura. Debemos entonces prestar atención a la manera cómo se ha formateado el poema (su métrica) para saber qué sílabas destacar en la narración. [2]
  5. No querrás hablar atropelladamente durante el relato. Leer y contar una historia o un poema en voz alta no es una carrera. Más bien, asegúrate de hacer pausas en los momentos apropiados para que tu audiencia se impregne completamente de lo que está escuchando. [3]
    • Haz pausas después de momentos graciosos o emotivos de tu relato y así le darás tiempo de reaccionar a tu público. Evita pasar rápidamente por las partes importantes del relato sin hacer una pausa. Por ejemplo, si estás contando algo gracioso, quizás debas agregar pausas hasta llegar al remate final, así las personas se empezarán a reír cuando se den cuenta de la dirección que está tomando la historia.
    • Muchas veces la puntuación te indica dónde hacer una pausa. Cuando leas un poema en voz alta, asegúrate de no hacer pausas al final de las líneas sino más bien donde la puntuación (las comas, los puntos, etc.) indican que debes dar un respiro.
    • Un buen ejemplo del uso correcto de las pausas es el texto de El Señor de los Anillos . Cuando no se lee en voz alta, hay tantas comas que uno puede llegar a pensar que Tolkien no sabía cómo usarlas. Pero cuando se lee el texto en voz alta, uno se da cuenta de que las pausas calzan perfecto con el relato.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Realiza una buena narración

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  1. Cuando narres algo (una historia, un poema o un chiste), debes crear la atmósfera apropiada. Esto implica establecer el contexto espacial y temporal de la narración, y comunicarlo para que la audiencia sienta que está en ese lugar y momento y así la historia cobre mayor realismo y cercanía [4]
    • Dale un poco de contexto a la historia. ¿Dónde está ambientada? ¿Cuándo ocurrió?, ¿en tu vida o en la vida de otra persona?, ¿hace mucho tiempo? Todas estas cosas le darán solidez al relato y lo harán fijarse más nítidamente en la mente de la audiencia.
    • Comunica el punto de vista de la historia. ¿Se trata de una historia personal tuya?, ¿de alguien que conoces?, ¿es una historia conocida por la audiencia (como Cenicienta, por ejemplo)? Cerciórate de contar la historia desde el punto de vista adecuado.
    • Si estás contando una historia, y especialmente una que te haya ocurrido a ti y no una narración o poema escritos, usa el tiempo verbal presente. Esto le da inmediatez al relato y captura la atención de la audiencia más fácilmente.
  2. Cuando narres una historia, especialmente si es algo que te ocurrió a ti o que se relaciona contigo, cerciórate de que el relato tenga una estructura que lo haga interesante para el auditorio. Los seres humanos hemos estado narrando historias durante miles de años, así que existen algunos parámetros que pueden mejorar tu narración.
    • Tu historia debe seguir la estructura de causa y efecto, sea cual fuere el relato. Esto implica que algo sucede y después hay un efecto que sigue a la causa. Reflexiona sobre esto con la palabra “porque”. “Porque hubo una causa, ocurrió el efecto”.
    • Por ejemplo: tu historia cómica empieza contigo derramando agua en el piso. Esa es la causa y el efecto es que te resbalas en el momento climático de la trama. “Porque derramaste agua en el piso más temprano, te resbalaste cuando estabas jugando al escondite”.
    • Presenta el conflicto tempranamente. El problema y la solución al conflicto es lo que mantiene el interés de la audiencia en la historia. Si te tomas mucho tiempo para presentarlo o te alejas del problema varias veces, el interés de la audiencia se verá reducido. Por ejemplo: si estás contando la historia de Cenicienta, no puedes hablar y hablar de su vida antes de que la madrastra y las hermanastras aparezcan. La madrastra y hermanastras están en el centro del conflicto, así que deben presentarse casi al inicio de la historia.
  3. Los detalles son cruciales en una narración. Si compartes demasiados puedes abrumar a la audiencia o aburrirla. Si incluyes muy pocos, el público no tendrá acceso a la atmósfera del relato. [5]
    • Elige incluir detalles que sean relevantes y estén relacionados con los resultados de la historia. Para continuar con el ejemplo de Cenicienta: no tienes que describir minuciosamente cada labor doméstica que realiza para las malvadas, pero sí debes incluir las labores que la madrastra le asigna para impedir que asista al baile. Estos son importantes porque entorpecen la resolución de la historia.
    • También puedes salpicar algunos detalles interesantes o graciosos durante la narración, pero no abrumes a la audiencia. Unos pocos pueden provocar risas y despertar un mayor interés en el relato.
    • Evita ser demasiado vago en los detalles. En el caso de Cenicienta, si no le dices a la audiencia quién es el que organiza el baile o de dónde provienen el vestido y los zapatos de nuestra heroína, solo causarás confusión en el auditorio.
  4. Tu historia puede incluir dragones y la magia que puede trasladar a una persona de un lugar a otro instantáneamente; si mantienes la consistencia, tu relato tendrá verosimilitud. Ahora, si añades una nave espacial a la mezcla sin antes haber creado una atmósfera de ciencia ficción, tu relato será muy poco creíble. [6]
    • Asimismo, asegúrate de que los personajes de tu relato actúen consecuentemente. Si uno de tus personajes al inicio de la historia es muy tímido, no es muy probable que pueda confrontar de inmediato a un padre vago sin antes haber desarrollado considerablemente el personaje.
  5. Es difícil determinar la extensión correcta de un relato o un poema. Esto es algo que debes decidir tú mismo, pero hay algunos elementos que debes considerar acerca de la extensión. Aquí te ofrecemos alguna ayuda para decidir qué tan larga debe ser tu historia.
    • Un cuento corto es más fácil de sacar adelante, especialmente si uno se está iniciando como narrador. Aun así, toma un tiempo cerciorarse de que los detalles son los precisos y que se usa el tono y el ritmo adecuados.
    • Si vas a narrar una historia más larga, verifica que el relato tiene razones para ser largo y que no aburrirá a la audiencia. En ocasiones, algunos detalles se pueden eliminar para acortar la historia, facilitar el relato y así aumentar el interés del público.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Evita errores comunes

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  1. Dos de los problemas más comunes de los narradores son hablar muy rápido y ser monótonos. Ambos problemas van de la mano ya que es bien difícil variar el tono de la voz mientras que se cuenta una historia a 100 kilómetros por hora.
    • Vigila tu respiración y las pausas si quieres evitar hablar muy rápido. Si no respiras lenta y profundamente, lo más probable es que vayas muy rápido. Si no usas pausas, entonces narrarás muy rápido y se le va a hacer difícil a la audiencia seguirte en la narración.
    • Cerciórate de modular la voz en ciertas palabras y sílabas para evitar hablar en un solo tono. Esta es una de las maneras más efectivas de capturar el interés del público aunque la historia no sea de lo más interesante.
  2. Otro de los problemas es desviarse del tema principal y posponer la narración del núcleo de la historia. Desviarse del hilo conductor de la historia ocasionalmente no es un problema, especialmente si se va a añadir un detalle informativo o gracioso. Si no es así, es mejor atenerse a contar la historia principal ya que eso es lo que el público espera. [7]
    • Evita irte por las ramas. Cuando empieces el relato, la introducción del narrador y de la historia deben ser breves. Al público no le interesa escuchar cómo la historia se te apareció en un sueño o algo así. A la audiencia le interesa escuchar la historia misma.
    • No divagues durante el relato. Trata de atenerte a la estructura principal de la historia y no introduzcas recuerdos o temas graciosos que se te ocurran en el momento. Si discurres demasiado, se te escapará la atención del público.
  3. Cuando compartes una narración, ya sea una historia propia o ajena, al público no le interesa tu comprensión de la lección aprendida. Acuérdate de los cuentos de tu niñez (como las fábulas de Esopo). Casi todas tienen una moraleja. ¿Te acuerdas de alguna lección o recuerdas las historias?
    • Las historias se constituyen a partir de los hechos de la narración. La lección o comprensión del mensaje debe provenir del relato de los hechos ya sea que la moraleja se explicite o no.
  4. Este paso, a pesar de ser tan obvio, muchas veces es dejado de lado. Se debe practicar antes de poder narrar una historia de manera efectiva y entretenida, ya sea que se trate de un poema, una historia de otra persona o un acontecimiento personal.
    • Mientras más conozcas tu material, más seguro te verás al narrar. A mayor seguridad en el relato, mayor será el interés que suscitarás entre el público.
  5. Hay personas que se ganan la vida contando historias: los cuentacuentos, los que hacen los doblajes en las películas, los que leen historias para los audiolibros.
    • Observa a los narradores en vivo y fíjate en su lenguaje corporal (su expresión facial y movimiento de manos), cómo usan las variaciones de la voz y las técnicas que usan para capturar la atención del público.
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Consejos

  • Muéstrate confiado cuando estés narrando. Aunque no te sientas tan seguro, si hablas lenta y cuidadosamente te verás confiado.
  • Añade detalles sensoriales para darle mayor realismo al relato y hacerlo más cercano al público. ¿Qué olores se perciben? ¿Qué sonidos se pueden escuchar? ¿Qué es lo que los personajes y tú mismo ven y sienten?
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Advertencias

  • Trata de evitar respirar y hablar desde la garganta o la parte superior del pecho porque forzarás tus cuerdas vocales y te sentirás tenso. Sonarás incómodo y tenso.
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