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Cuando buscas un trabajo o solicitas la admisión a una escuela, es probable que necesites referencias. Conseguir una referencia quizás sea tan fácil como pedirla. Sin embargo, si quieres tener una referencia fuerte (consejo: deberías tenerla), deberás esforzarte un poco más. Para tener una referencia fuerte, debes prepararte con cuidado y comunicarte de forma inteligente con tus posibles recomendantes.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Prepararte

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  1. Existen distintas clases de referencias, según el cargo para el cual te postules. Además, las referencias pueden tener varias formas; entre ellas, llamadas telefónicas, correos electrónicos, cuestionarios y cartas de recomendación. Asegúrate de revisar con detenimiento las instrucciones de las solicitudes para asegurarte de incluir el tipo de referencia correcto.
    • El tipo más común es la referencia profesional. En este caso, el recomendante debe poder avalar tu capacidad para hacer el trabajo.
    • Otro tipo común es la referencia personal. En este caso, el recomendante debe poder avalar tu carácter.
    • También puedes obtener una recomendación de LinkedIn si tienes un perfil en dicha plataforma.
  2. Para los distintos tipos de referencias, necesitarás personas que puedan recomendarte. Asegúrate de que la persona pueda dar el tipo de referencia que necesitas. Pregúntate: “¿Quién está más capacitado para hablar sobre mis aptitudes para este cargo?”.
    • No te limites a tus jefes actuales o anteriores. Algunas buenas opciones podrían ser los compañeros de trabajo, los antiguos maestros y catedráticos, los ministros e incluso tu abogado. [1]
    • Si te postulas para varios cargos, puedes pedirles a distintas personas que sean tus recomendantes. [2]
    • Haz una lista de los motivos por los que le pedirías a una persona determinada que sea un recomendante. Incluye algunos detalles, como la base y el alcance de su relación contigo, sus aptitudes profesionales y las cosas que podrá decir sobre ti. Esta lista no solo te ayudará a reducir el número de recomendantes posibles, sino también te servirá cuando pidas las referencias.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Alyson Garrido, PCC

    Coach laboral
    Alyson Garrido es una coach certificada profesional, facilitadora y oradora acreditada por la Federación Internacional de Coaches. Ella usa un enfoque basado en las fortalezas para apoyar a sus clientes con la búsqueda de empleo y el avance profesional. Alyson brinda asesoría para dirección laborl, preparación de entrevistas, negociación salarial y reseñas de desempeño, así como estrategias personalizadas de comunicación y liderazgo. Es socia fundadora de la Academia de Entrenadores Sistémicos de Nueva Zelanda.
    Alyson Garrido, PCC
    Coach laboral

    Mantén a los contactos profesional a los que podrías recurrir más adelante como referencia. A medida que desarrolles tus relaciones profesionales, dale la prioridad a mantenerte en contacto con estas personas de manera frecuente. Por ejemplo, podrías enviar un correo electrónico anual o visitar su oficina cuando estés en su ciudad. Las mismas personas que te han ayudado en una etapa temprana podrán ayudarte a lo largo de tu carrera, por lo que esta es una manera fantástica de empezar a desarrollar tu red de contactos profesionales.

  3. Actualiza tu currículum . Quizá te parezca obvio, pero debes darles a tus recomendantes potenciales información importante sobre ti. Un currículum actualizado les servirá más que uno desactualizado.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Preguntarles a tus recomendantes

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  1. Si aceptan ser tus recomendantes, te harán un favor, así que dales al menos dos semanas para que se preparen y, si es necesario, redacten una carta de recomendación.
  2. Existe cierto desacuerdo acerca de la mejor forma de pedirle a una persona que sea un recomendante. Si le preguntas a alguien en persona o por teléfono, será más personal, pero corres el riesgo de hacerlo sentir incómodo. [3] Preguntar a través de un correo electrónico es menos personal, pero le permitirás a la persona meditar en la petición. [4] Usa tu mejor criterio.
    • Sin importar si pides una referencia en persona, por teléfono o a través de un correo electrónico, dale al posible recomendante la opción de decir que no. Pregúntale: “¿Crees que podrías dar una buena referencia sobre mí?”. Si la persona dice que no, agradécele. Será mucho mejor que tengas a alguien que en verdad quiera dar buenas referencias sobre ti. [5]
    • Sé amable. Hazles saber a tus recomendantes potenciales lo mucho que agradeces su esfuerzo y diles que estás disponible para aclarar cualquier duda que tengan.
  3. Muéstrales el anuncio del empleo y preséntales tu propia descripción del cargo.
  4. ¿Recuerdas la lista que hiciste para decidir a quién recurrir? Este es el momento de volver a usarla. Esfuérzate por crear conexiones entre las aptitudes del recomendante potencial y el cargo para el cual te postularás. Por ejemplo, podrías decirle: “Debido a que eres el propietario de un negocio exitoso, pienso que la Escuela de Negocios de la Universidad valorará tu opinión sobre mí”.
  5. Diles a los recomendantes de forma directa lo que quieres que digan sobre ti. Podrías decirles algo así: “Debido a nuestro historial, creo que eres la persona indicada para hablar sobre mis aptitudes en estas áreas…”.
    • Puedes darles desde una lista sencilla hasta un borrador completo de una carta de recomendación. Mientras más específico y meticuloso seas, más lo agradecerán tus recomendantes.
    • Diles de forma explícita a tus recomendantes que pueden agregar o quitar partes de la guía según lo consideren pertinente. De esta forma, les harás saber que confías en su criterio. Puedes decirles: “Esta solo es una guía. Puedes hacer los cambios que consideres necesarios”.
  6. Recuerda que un currículum actualizado será mucho más útil que uno desactualizado.
  7. Después de enviar el material de la solicitud, asegúrate de enviarles a tus recomendantes notas de agradecimiento y de mantenerlos informados sobre el progreso de tu búsqueda de empleo. Puedes enviarles un correo electrónico breve que empiece diciendo “Quería actualizarte sobre el empleo que solicité”.
    • Sin importar si obtienes el cargo para el que te postulaste o no, es recomendable que mantengas el contacto con tus recomendantes. Quizás debas llamarlos y pedirles que den referencias para otras solicitudes. También podrían avisarte sobre algunos puestos vacantes.
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Consejos

  • Si la referencia es sobre tu carácter, busca a alguien que te conozca bien. Si la persona tiene cierta reputación en la comunidad o es profesional, como un médico, maestro, empresario, político local, etc., será de mucha utilidad.
  • Si se trata de algo escolar, será mejor que busques a un instructor reciente en cuya clase te haya ido bien o que conozca bien tu trabajo. Un consejero, un jefe o un compañero de trabajo pueden ser recomendantes adicionales, pero debes tratar de tener al menos un instructor para los asuntos escolares (es decir, para las solicitudes de becas, las solicitudes de estudios en el extranjero, las solicitudes de admisión a un postgrado, etc.). Si se trata de algo relacionado con un empleo, debes enfocarte en los jefes o compañeros de trabajo que te conozcan bien y sepan cómo trabajas.
  • Prepárate para recibir un “no” como respuesta. Existen varios motivos por los que una persona podría negarse a dar referencias sobre ti. Si en verdad quieres saber, puedes preguntarle, pero si te responde de forma incierta (te dice, por ejemplo, "Simplemente no doy referencias", "No creo que pueda ayudarte", etc.), acepta su respuesta y no la presiones.
  • Si es posible, no esperes hasta el último instante para buscar a los recomendantes; quizás algunas veces sea inevitable si te dan una fecha límite muy próxima.
  • Si presentarás una solicitud para recibir una beca, una subvención, etc. que incluya el trabajo voluntario o la participación en la comunidad en los criterios de selección, será de mucha ayuda que le pidas a un miembro de la comunidad que te recomiende. Esto incluye a los supervisores de los lugares de voluntariado, a otros voluntarios con quienes hayas trabajado de cerca, a los propietarios de los negocios con quienes hayas trabajado e incluso a alguien a quien hayas ayudado con tu trabajo voluntario (por ejemplo, un anciano de un asilo donde lees cada semana, una persona que acostumbra ir al banco de alimentos con quien conversas cada vez que la ves, etc.). De nuevo, elige a alguien que creas que te conoce bien de forma personal y conoce tu ética laboral.
  • Si solicitarás tu primer empleo, es común pedir referencias en la última escuela, colegio u universidad a donde asististe. Los maestros y los catedráticos tienen previsto dar referencias, pero es de buena educación preguntarles con anticipación. Si terminaste tu carrera académica hace algún tiempo, pero nunca has trabajado, debes pedirle a alguien que te conozca bien que dé una referencia sobre ti.
  • Si una persona acepta dar referencias sobre ti, puedes pedirle también que te haga una carta de recomendación. Quizás sea de utilidad en alguna solicitud futura. [6]
  • Bajo ninguna circunstancia incluyas a alguien que no ha aceptado recomendarte. No solo corres el riesgo de que dé una mala referencia, sino también te arriesgas a enemistarte con un recomendante potencial. [7]
  • No incluyas referencias en la solicitud a menos que te lo pidan de forma explícita. [8]
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