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A pesar del doloroso escozor que la ortiga fresca puede provocar, cuando la cocinas o la preparas en infusión es segura para consumirse. Incluso puede ser muy nutritiva. Habla con tu médico antes de prepararla en infusión si estás tomando medicamentos o si tienes una condición médica.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Recolectar ortigas

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  1. Planifica tu expedición en primavera antes de que hayan florecido. Algunas personas piensan que las ortigas tienen un sabor amargo y desagradable una vez que han florecido. [1] Otras personas afirman que los cistolitos (unas piedras microscópicas) en las plantas adultas pueden irritar el tracto urinario. Las personas que recolectan ortigas sostienen ambas afirmaciones, sin embargo, la mayoría recolecta las plantas frescas. [2]
  2. Utiliza guantes, mangas y pantalones largos para evitar los pelos urticantes. Lleva un par de tijeras o unas tijeras de jardín para recolectar la ortiga de manera más fácil.
    • Muchos recolectores experimentados recogen las ortigas con las manos desnudas, sin embargo, a menudo se contradicen entre sí al dar consejos. La razón puede ser la variación entre las subespecies de ortigas. La clave está en mirar de cerca de la planta y fijarse dónde están los pelos. Normalmente se encuentran doblados de la misma manera, por lo tanto, puedes evitar el mayor escozor si avanzas por la planta desde la dirección opuesta o si pellizcas las hojas directamente desde arriba y desde abajo.
  3. Las ortigas son malezas comunes en gran parte del mundo y debe ser fácil de encontrar donde hay sombra parcial, como en la línea de una cerca o al borde del bosque. Las plantas son de color verde oscuro, con hojas que crecen en pares opuestos entre sí. Las hojas tienen forma de corazón o de lanza, con una cresta dentada en todo el perímetro. [4]
    • Hay otras plantas comestibles y menos comunes que se conocen como “ortigas” porque causan un escozor similar. Pueden tener un aspecto diferente. [5]
  4. Los brotes son comestibles, sin embargo, no hay razón para ponerlos en el té. Revisa el brote superior y las hojas para ver si tienen huecos o manchas negras, los cuales son signos de plagas. [6] Si las hojas están sanas, córtalas y échalas en una bolsa. Toma el tallo y pasa tu mano hacia arriba usando un guante para sacar todas las hojas a la vez.
    • Para mantener viva las plantas, recolecta solo los mejores dos o tres pares de hojas. Las ortigas son malezas resistentes, por lo tanto, es posible que esto no sea una preocupación.
    • Si cortas la parte superior de una planta muy joven, crecerá hacia un lado y se formará una buena ortiga frondosa que podrás recolectar posteriormente.
  5. Puedes utilizar hojas frescas o secas para hacer té. Cada estilo tiene su propio sabor. Para secarlas, simplemente déjalas en una bolsa de papel en una habitación bien ventilada hasta que se sequen, pero procura que todavía se mantengan de color verde. Las hojas secas por lo general no provocan escozor, pero todavía pueden tener astillas pequeñas o provocar irritación menor. [7]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Preparar té de ortiga

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  1. La ortiga es segura para la mayoría de las personas, sin embargo, es posible que tenga interacciones peligrosas con algunos trastornos y medicamentos. Si bien es necesario realizar más estudios, la mayoría de las organizaciones médicas dan los siguientes consejos: [8] [9]
    • Evita el té de ortiga si estás embarazada ya que puede causar contracciones o aborto involuntario.
    • Los niños y las mujeres lactantes no deben beber té de ortiga ya que no se conocen los efectos en los niños.
    • Habla con tu médico si tienes problemas de azúcar en la sangre (incluyendo diabetes), presión arterial, trastornos sanguíneos o si tomas algún medicamento (incluso un analgésico de venta libre).
    • Empieza con cantidades pequeñas, especialmente si tienes alguna dolencia médica o antecedente de alergias.
  2. Selecciona las hojas y elimina cualquier insecto que esté oculto. Lava las hojas en un colador con agua corriente y saca el polvo u otros contaminantes con las manos usando unos guantes.
  3. Pon las hojas en agua hirviendo durante 10 a 15 minutos o hasta que el agua se vuelva de color verde claro. Una taza con hojas sueltas (240 ml) es suficiente para dos tazas de té, aunque puedes hacer que tenga un sabor más fuerte o más débil.
    • Si no deseas ensuciar tu tetera, simplemente vierte agua hervida sobre las hojas y deja reposar.
  4. Las hojas ya no provocarán escozor. Sin embargo, es posible que todavía quieras colar el té con un colador de malla para hacer que el té sea más fácil de beber.
  5. El jugo de limón o cualquier otro ácido hará que el té de ortiga tome un color rosado. Esto probablemente será más notorio si también hierves el tallo ya que esta parte contiene más cantidad de los productos químicos que cambian de color. [10] [11]
    • Algunas tradiciones de la medicina popular utilizan esta alteración para afirmar diversos beneficios para la salud. No obstante, esto no se ha estudiado científicamente.
    • Los productos químicos que son responsables del cambio son la antocianina y los glucósidos de antocianina relacionados. [12]
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