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Las infecciones bacterianas van de leves a graves y algunas incluso pueden llegar a ser mortales. Pueden afectar la piel, la sangre, un órgano del cuerpo o el tracto gastrointestinal. Cada año aumenta la cantidad de personas que adquieren bacterias resistentes a los antibióticos y la cantidad de muertes a causa de dichas infecciones. [1] Por lo tanto, es importante aprender cómo prevenir las infecciones bacterianas. Si crees que tienes una infección bacteriana, necesitas buscar atención médica de inmediato para recibir tratamiento. Si usas algunas estrategias simples y cambias algunos hábitos, reducirás tus probabilidades de contraer una infección bacteriana.

Método 1
Método 1 de 4:

Usar estrategias básicas para evitar las infecciones

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    Lávate las manos con frecuencia. Lavarse las manos es una medida esencial para evitar la propagación de infecciones bacterianas. Asegúrate de lavarte las manos después de estornudar o toser y varias veces durante el día. Otros momentos en los que debes hacerlo incluyen: [2]
    • antes y después de preparar las comidas
    • antes y después de cuidar de un enfermo
    • antes y después de tratar una herida en la piel
    • después de usar el baño o de cambiar un pañal
    • después de tocar la basura
    • después de tocar y alimentar a un animal o de recoger sus desperdicios
  2. [3] Una buena técnica para lavarte las manos te permitirá asegurarte de tener las manos lo más limpias posibles. Usa un jabón antibacteriano y agua tibia para lavarte las manos.
    • Moja tus manos y luego haz espuma con una pizca de jabón. Frótalas entre sí al menos por 20 segundos. La fricción matará las bacterias de tus manos.
    • Asegúrate de limpiarte por debajo de las uñas y entre los dedos.
    • Luego, enjuágate el jabón con agua tibia del grifo y sécate bien las manos con una toalla limpia.
    • Si necesitas un cronómetro, puedes cantar el “feliz cumpleaños” de principio a fin dos veces y esto te tomará más o menos 20 segundos.
  3. Puedes reducir la cantidad de bacterias en tu ambiente manteniendo limpios ciertos objetos. Dichos objetos son los que tú y los demás miembros de tu casa manipulan con más frecuencia, como el teléfono, los picaportes, los lavabos y las manijas del inodoro. Usa una toallita desinfectante para limpiar estos objetos una vez por semana.
  4. Es imposible saber cuándo alguien solo está resfriado o tiene algo más grave. Por lo tanto, es mejor evitar acercarte mucho a las personas que se ven enfermas. Evita tocar a aquellas que sabes que tienen una infección, una gripe o un resfriado o que dicen tener una enfermedad contagiosa.
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Método 2
Método 2 de 4:

Protegerte de las bacterias transmitidas por los alimentos

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  1. Existen diversas bacterias que pueden crecer en el tracto intestinal y que producen enfermedades de leves a graves y potencialmente mortales. Dichas bacterias incluyen la campylobacter, la salmonella, la shigella, la e. Coli, la listeria y el clostridium botulinum. Cada una provoca un conjunto de síntomas únicos que el doctor puede diagnosticar y tratar, pero es mejor prevenir. [4]
  2. En ocasiones, los alimentos y el agua pueden contaminarse, así que es importante mantenerse informado para evitar ingerir productos contaminados.
    • Escucha las noticias locales para saber si el suministro de agua local está contaminado. Si es así, compra y bebe o cocina con agua embotellada y abstente de bañarte hasta que el suministro de agua vuelva a ser seguro.
    • Escucha las noticias para informarte sobre las retiradas del mercado de alimentos. La contaminación es un problema común, así que es importante mantenerte informado. Si te enteras que cierto tipo de alimento ha sido retirado del mercado, deshazte de cualquier alimento de dicho tipo que esté en tu casa y busca atención médica si consumiste algo del producto antes de enterarte de la retirada.
  3. Lavarse las manos es una medida importante para evitar las infecciones bacterias dentro y fuera de la cocina. Por eso siempre debes lavarte las manos antes y después de manipular alimentos. Sobre todo, es importante lavarse bien las manos después de usar el baño o cambiar pañales y antes de empezar a trabajar en la cocina. [5]
  4. Lavar y cocinar bien los alimentos también permite evitar que las bacterias dañinas entren en tu organismo. Lava todas las frutas y verduras antes de consumirlas y cocina bien los productos de origen animal para matar las bacterias dañinas que podrían estar en la comida.
    • Evita comer carne, aves de corral y huevos crudos y poco cocidos. [6]
    • Evita la propagación de bacterias de un alimento a otro al usar los mismos utensilios para los huevos o la carne cruda y las frutas y verduras frescas hasta que dichos alimentos estén bien lavados. También asegúrate de limpiar bien los fregaderos, las tablas de cortar y las encimeras después de manipularlos, ya que las superficies contaminadas con frecuencia son los culpables de la contaminación cruzada.
  5. No consumas nada que tenga mal olor o que provenga de latas hinchadas. Estos son signos de botulismo, una enfermedad muy grave causada por una bacteria llamada clostridium botulinum. Si consumes dicha bacteria, el botulismo puede ser fatal. El botulismo alimentario se relaciona con los alimentos envasados en casa con bajo contenido de ácido, como espárrago, judías verdes, remolachas y maíz. Sigue estrictos procedimientos de envasado a la hora de envasar tu propia comida en casa. [7]
    • No les des miel a los niños menores de 12 meses de edad, ya que esta puede contener una cepa de clostridium botulinum conocida por provocar el botulismo infantil. [8]
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Método 3
Método 3 de 4:

Evitar las infecciones bacterianas físicas

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  1. La vaginitis o vulvovaginitis son los términos médicos que describen una inflamación de la vagina o la vulva a causa de bacterias, virus o irritantes químicos presentes en las cremas, sopas y lociones. [9] La vaginosis bacteriana con frecuencia se debe al crecimiento a ritmos anormales de las bacterias normales de la vagina. Existen algunas medidas que puedes tomar para reducir tus probabilidades de desarrollar vaginitis.
    • No te hagas lavados vaginales. Estos cambian el pH del ambiente de la vagina y aumentan el riesgo de una infección bacteriana.
    • Limítate a una pareja sexual. Las mujeres con varias parejas sexuales están en mayor riesgo de desarrollar vaginosis bacteriana.
    • No fumes. Fumar se relaciona con el aumento del riesgo de desarrollar una infección bacteriana en la vagina.
  2. Las infecciones bacterianas en la garganta se llaman faringitis. Esto se refiere a la inflamación e infección de la faringe o la parte posterior de la garganta. Existen estrategias específicas que puedes adoptar para reducir la posibilidad de contraer una infección en la garganta. [10]
    • Lávate las manos después de haber estado en público o cerca de personas que sufren de una condición de las vías respiratorias superiores.
    • Lávate las manos después de sonarte la nariz o de cuidar de un niño con la nariz mocosa o dolor de garganta.
    • No compartas utensilios de comer o de beber con los niños o adultos que parezcan tener una infección en la garganta o dolor de garganta. Mantén separados los utensilios de la persona enferma del resto de utensilios y lávalos bien con agua jabonosa caliente.
    • Lava los juguetes que haya usado un bebé con faringitis. Usa agua jabonosa caliente, enjuágalos bien y luego sécalos bien.
    • Tira de inmediato los pañuelos desechables usados.
    • Evita besar o compartir utensilios de comer con alguien que tenga gripe, resfriado, mononucleosis o una infección bacteriana conocida. [11]
    • No fumes y evita exponerte al humo de segunda mano. [12]
    • Usa un humidificador si el aire de tu casa es seco. [13]
    • Mantener abrigado el cuello con una bufanda durante los meses más fríos también puede protegerte gracias a que esto mantiene una temperatura corporal menos hospitalaria para el crecimiento de bacterias y virus.
  3. La neumonía es una infección en los pulmones que puede surgir a causa de bacterias, virus u hongos. Dicha infección es muy grave y puede provocar la muerte. Algunos grupos de personas corren mayor riesgo de desarrollar neumonía y deben practicar con cuidado las medidas preventivas. [14] Toma precauciones adicionales si:
    • fumas cigarrillos o usas otros productos del tabaco;
    • has tenido últimamente una infección respiratoria como gripe, resfriado o laringitis;
    • tienes una condición médica que altera tu capacidad de tragar, por ejemplo, derrame cerebral, demencia o enfermedad de Parkinson;
    • sufres de condiciones pulmonares crónicas como fibrosis quística, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o bronquiectasia;
    • tienes otras condiciones médicas graves como las enfermedades cardiacas, cirrosis hepática o diabetes;
    • te has sometido últimamente a una cirugía o a un trauma físico;
    • tienes un sistema inmunológico debilitado a causa de una condición médica oculta o de ciertos medicamentos.
  4. Si corres el riesgo de desarrollar neumonía, debes hacer todo lo posible por protegerte. Estas son algunas medidas preventivas para la neumonía: [15]
    • Ponte una vacuna antigripal cada año.
    • Vacúnate contra la neumonía nosocomial si eres un adulto en riesgo.
    • Suspende el uso de productos del tabaco, sobre todo los cigarrillos.
    • Lávate las manos después de sonarte la nariz, ir al baño, cuidar de enfermos o antes de comer o preparar la comida.
    • Mantén las manos lejos del rostro y la nariz.
    • La neumonía por aspiración puede ocurrir cuando los alimentos o los líquidos se tragan por el conducto equivocado. Evita comer en la posición prona (boca abajo) o alimentar a alguien que no esté sentado derecho.
    • Cuida de tu salud general, ya que la neumonía puede surgir tras otras infecciones respiratorias.
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    Reduce el riesgo de que tu hijo desarrolle una infección del oído. Los niños son más propensos a sufrir de infecciones del oído interno, las cuales son dolorosas y pueden causar otros problemas de salud. Debes reducir las probabilidades de que tu hijo contraiga una infección del oído medio siguiendo algunas sugerencias simples. [16]
    • No fumes en casa o cerca de niños. Las infecciones del oído son más comunes en los niños que se exponen al humo de segunda mano.
    • Si es posible, da de lactar a tus hijos cuando son bebés. Dar de lactar ayuda a desarrollar un sistema inmunológico más fuerte, lo que reduce el riesgo de contraer infecciones del oído.
    • Nunca dejes que tu bebé tome de un biberón mientras está acostado. Esto aumenta considerablemente el riesgo de contraer una infección del oído debido a la estructura de los oídos y el conducto que drena el oído medio.
    • Reduce la exposición de tu hijo a otros niños enfermos. Mantén limpias y lavadas las manos de tu hijo, ya que los niños con frecuencia disfrutan meter las manos en la boca.
  6. Se trata de una infección en el canal auditivo externo que se debe al agua estancada en el oído externo, lo cual crea un ambiente cálido y húmedo para el crecimiento de las bacterias. Esto también se conoce como otitis externa u otitis externa aguda. [17] Para reducir tus probabilidades de desarrollar la otitis del nadador:
    • Mantén los oídos secos después de nadar y bañarte.
    • Seca el oído externo con una toalla o paño suave. Inclina la cabeza hacia un lado y luego al otro lado para ayudar a drenar el agua.
    • Seca el canal auditivo con un secador de cabello en la temperatura más baja y sostenlo al menos a 30 cm (1 pie) de tu cabeza.
    • No metas objetos extraños en el oído, como hisopos, clips u horquillas para el cabello.
    • Mete motitas de algodón en los oídos cuando te apliques productos irritantes como lacas y tintes para el cabello.
  7. Las infecciones bacterianas también pueden afectar el cerebro. Entre 2003 y 2007, se presentaron 4100 casos de meningitis bacteriana cada año, incluyendo 500 muertes. [18] Los tratamientos con antibióticos mejoran los índices de supervivencia, lo que disminuye el riesgo de morir a causa de meningitis en menos de 15 %, pero la prevención con vacunas es más eficaz. [19] Toma las siguientes medidas para reducir el riesgo de contraer meningitis bacteriana:
    • Lávate las manos con frecuencia.
    • No compartas bebidas, utensilios de comer, protectores labiales o cepillos de dientes con nadie.
    • Mantén un buen sistema inmunológico durmiendo al menos 7 u 8 horas cada noche, tomando al menos 2 litros (64 onzas) de agua al día, realizando 30 minutos de ejercicios al día, tomando un multivitamínico y consumiendo una dieta bien equilibrada.
    • Piensa en vacunarte contra la meningitis bacteriana. Algunas formas de meningitis bacteriana pueden prevenirse con vacunas. Pregúntale al doctor sobre la posibilidad de vacunarte para ayudar a protegerte.
    • La meningitis bacteriana puede propagarse a través de las partículas que transporta el aire, así que si conoces a alguien con meningitis bacteriana, es mejor evitar el contacto cercano y usar una mascarilla.
  8. La septicemia (o sepsis) es una infección bacteriana en la sangre sin controlar. Cuando las bacterias crecen en la sangre también pueden infectar otros sistemas de órganos en el cuerpo, como los riñones, el páncreas, el hígado y el bazo. [20]
    • Diversos tipos de infecciones pueden provocar septicemia, como las que se dan en la piel, los pulmones, el tracto urinario y el abdomen o puede ser una infección primaria en la sangre.
    • Algunas personas corren mayor riesgo de desarrollar septicemia, incluyendo las que tienen un sistema inmunológico débil, los bebés y los niños, las personas mayores, las que padecen de una enfermedad crónica como diabetes, cáncer, enfermedad hepática o VIH o SIDA y las personas que han sufrido un grave trauma físico o una quemadura grave. Toma precauciones adicionales si estás en riesgo.
    • Puedes prevenir la septicemia si previenes otras infecciones bacterianas primarias, fortaleces tu sistema inmunológico y tratas cualquier condición crónica.
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Método 4
Método 4 de 4:

Entender las infecciones bacterianas

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  1. Las bacterias son microorganismos unicelulares que pueden vivir bajo condiciones extremas. Por ejemplo, se han descubierto algunas bacterias en las fuentes termales del Parque nacional de Yellowstone (Estados Unidos) donde el agua se encuentra a temperaturas cerca del punto de ebullición y también en lo profundo del hielo de la Antártida.
  2. Las bacterias requieren ciertos nutrientes para sobrevivir y multiplicarse o algunas hibernan hasta que lleguen las condiciones adecuadas. Muchas bacterias se aferran a los azúcares y almidones presentes en la mayoría de las materias orgánicas, razón por la cual las bacterias con frecuencia se encuentran en los alimentos. Las bacterias se multiplican o hacen copias de sí mismas cuando están bajo las condiciones adecuadas. Por eso es importante evitar dichas condiciones siempre que sea posible. [21]
    • Las películas biológicas en las superficies como los inodoros o los fregaderos también pueden favorecer el crecimiento de las bacterias.
    • Ten en cuenta que no todas las bacterias son dañinas para ti. Muchos tipos distintos de bacterias viven en la piel y en el tracto gastrointestinal y algunas de ellas contribuyen al funcionamiento del cuerpo.
  3. Las infecciones bacterianas pueden ser peligrosas y mortales. Si no has podido evitar una infección, debes saber cuándo llamar al doctor para recibir atención médica. Llama al doctor si tienes: [22]
    • fiebre superior a 38 °C (101 °F) por más de tres días;
    • síntomas que no desaparecen por sí solos después de un par de días;
    • dolor e incomodidad que requieren analgésicos;
    • tos que produce o no esputo (moco que expectoras de los pulmones) que continúa por más de una semana;
    • un tímpano roto con drenaje de pus;
    • dolor de cabeza y fiebre e incapacidad de mantener la cabeza erguida;
    • muchos vómitos e incapacidad de retener líquidos.
  4. Algunas situaciones podrían requerir atención médica de emergencia. Pídele a alguien que te lleve a una sala de emergencias o llama al número de emergencias de tu país. Busca atención médica de inmediato si experimentas: [23]
    • hinchazón, enrojecimiento, fiebre y dolor;
    • debilidad, pérdida de la sensibilidad, cuello rígido, fiebre, náuseas o vómitos, cansancio y desorientación;
    • convulsiones;
    • dificultad para respirar o sensación de que te faltan fuerzas para seguir respirando.
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Consejos

  • Las infecciones bacterianas pueden ser peligrosas. Pueden ocurrir en casi todas partes del cuerpo, desde el cerebro hasta los dedos del pie.
  • Presta especial atención a las medidas preventivas durante los meses de otoño, invierno y primavera y también si estás en un riesgo mayor de contraer una infección.
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Advertencias

  • Sométete tú y tu pareja a una prueba de ETS (enfermedades de transmisión sexual) antes de mantener relaciones sexuales. Usa condones aún después de haber pasado la prueba, para una mayor protección contra las enfermedades y el embarazo.
  • Si contraes una infección bacteriana, acude al doctor para que te administre un antibiótico que mate la bacteria causante de la infección.
  • Si dejas la comida fuera del refrigerador durante toda la noche, esta puede contaminarse para el día siguiente. No comas alimentos perecibles que hayan permanecido a temperatura ambiente durante toda la noche.
  • Si te prescriben un antibiótico, completa el tratamiento aún si empiezas a sentirte mejor. No terminar los medicamentos puede desarrollar resistencia y si tu infección vuelve a aparecer, puede ser más difícil de tratar con los medicamentos existentes.
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