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En términos médicos, tener articulaciones dobles consiste en tener hipermovilidad, y solo significa que tienes un rango de movimiento en algunas o todas las articulaciones mayor al de la mayoría de las personas. Realiza la prueba de Beighton para determinar si tienes hipermovilidad. Si bien la hipermovilidad no es un problema de salud en sí, esta puede generar dolor en las articulaciones y hacer que corras un mayor riesgo de lesionarte. Los ejercicios para estabilizar tus articulaciones pueden reducir estos riesgos. [1]

Método 1
Método 1 de 3:

Usar la prueba de Beighton

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  1. Reposa la palma y el antebrazo en una superficie plana, doblando el codo en un ángulo de 90°. Dobla el dedo meñique hacia arriba con la otra mano en dirección a tu cuerpo. Si supera los 90°, esto significa que tienes dedos hipermóviles en dicha mano. [2]
    • Repite la prueba con la otra mano. Date un punto por cada meñique que puedas doblar hacia arriba por más de 90° (hasta dos puntos en total para esta parte de la prueba).
  2. Mantén el brazo estirado delante de ti, de modo que la palma de la mano apunte hacia abajo. Presiona el pulgar hacia la parte interior del antebrazo con la otra mano. Si puedes empujarlo hacia abajo por completo, de modo que te toque el antebrazo, tendrás pulgares hipermóviles. [3]
    • Repite la prueba en tu otro pulgar. Obtendrás un punto por cada pulgar que pueda tocar la parte interior del antebrazo (hasta dos puntos en total para esta parte de la prueba).
  3. Mantén los brazos estirados, incluso con los hombros. Tus palmas deben apuntar hacia arriba. Desciende la muñeca y el antebrazo para estirar más el codo, de modo que luzca como si estuviera doblado hacia atrás. Si el punto doblado parece superar los 10°, date un punto por cada codo. [4]
    • Si vas a hacerlo por tu cuenta, párate delante de un espejo. También puede parecerte fácil hacerlo con un brazo a la vez en lugar de tratar de evaluar ambos al mismo tiempo.
    • Este nivel de hipermovilidad puede ser difícil de medir por tu cuenta. Si un fisioterapeuta realiza la prueba, es probable que use un instrumento llamado goniómetro para medir el ángulo de las articulaciones.
  4. Párate con las rodillas firmes y estíralas hacia atrás lo más que puedas. Si se estiran más de 10° hacia atrás, agrega un punto por cada lado. [5]
    • Si vas a hacerlo por tu cuenta, párate de costado delante de un espejo de altura completa y evalúa un lado a la vez.
    • Al igual que con los codos, la hipermovilidad en las rodillas puede ser difícil de evaluar por tu cuenta. Considera todo punto hasta el cual puedas doblar las rodillas desde la posición de rodillas firmes como una indicación de hipermovilidad.
  5. Párate con los pies juntos y las rodillas rectas. Si puedes doblarte en la cintura y colocar las palmas planas contra el piso delante de tus pies sin doblar las rodillas, esto significa que tienes una columna hipermóvil. [6]
    • Si puedes hacerlo con las rodillas rectas, date un punto.
  6. Suma los puntos de cada articulación evaluada. Un puntaje de 4 o más indica que tienes una hipermovilidad generalizada. En palabras simples, esto quiere decir que muchas de tus articulaciones tienen un rango de movimiento mayor al que se considera normal. [7]
    • Incluso si tienes un puntaje relativamente bajo, podrías tener hipermovilidad en otras articulaciones que la prueba de Beighton no evalúe, como la mandíbula, el cuello, los hombros, las caderas, los tobillos y los pies. [8]

    Consejo: si has podido hacer alguno de estos movimientos en la infancia o la adolescencia, aun así se considerará que tienes hipermovilidad incluso si no puedes hacerlo en la actualidad.

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Método 2
Método 2 de 3:

Evaluar otros síntomas

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  1. Si tienes hipermovilidad, será muy común que sientas dolor o rigidez en las articulaciones. Esto es probable en especial después de hacer ejercicio físico, y también podría ser más perceptible por las noches. [9]
    • Si sientes dolor en las articulaciones después de ejercitarte, podrías tener que cambiar el tipo de ejercicios que haces. Los ejercicios de alto impacto son muy intensos para las articulaciones hipermóviles. Por ejemplo, si corres, quizás tengas que cambiar a un ejercicio de menor impacto, como manejar bicicleta, y determinar si notas una diferencia.

    Consejo: los baños calientes y los medicamentos antiinflamatorios de venta sin receta (como el ibuprofeno) pueden ayudar a aliviar el dolor y la rigidez en las articulaciones.

  2. Si has experimentado dislocaduras de articulaciones con frecuencia (como un hombro dislocado), este podría ser un síntoma del síndrome de hipermovilidad. Las lesiones recurrentes en el tejido blando (como los esguinces o los desgarros de ligamento) también podrían ser una señal de que tienes el síndrome de hipermovilidad. [10]
    • Los tipos de lesiones que has experimentado también dependerán del tipo de actividades que hayas realizado. Por ejemplo, si juegas fútbol, las lesiones recurrentes en la rodilla podrían no siempre ser un signo del síndrome de hipermovilidad, ya que el fútbol es muy intenso con las rodillas.
  3. Muchos problemas del sistema digestivo (como el reflujo gástrico, el estreñimiento y el síndrome del intestino irritable también están presentes en las personas con el síndrome de hipermovilidad. Los doctores no están del todo seguros sobre la razón, pero se cree que esta se debe a los músculos debilitados en el tracto digestivo. [11]
    • Los problemas digestivos ocasionales no suelen considerarse como un síntoma del síndrome de hipermovilidad, incluso si también tienes articulaciones hipermóviles. Por otro lado, una enfermedad crónica para la cual recibas atención médica podría considerarse como síntoma.
    • La incontinencia urinaria también podría ser un síntoma del síndrome de hipermovilidad.
  4. Muchas personas con el síndrome de hipermovilidad también tienen piel delgada y elástica que es frágil y se daña con facilidad. Si sueles desarrollar hematomas con facilidad o marcas de estiramiento con frecuencia, este podría ser un síntoma del síndrome de hipermovilidad. [12]
    • Las marcas de estiramiento y los hematomas frecuentes también pueden ser síntomas de otras afecciones, no necesariamente del síndrome de hipermovilidad. Por ejemplo, si recientemente has perdido mucho peso o estabas embarazada, podrías tener marcas de estiramiento, pero no se considerarán como un síntoma del síndrome de hipermovilidad.
  5. Si tienes articulaciones hipermóviles y más de un síntoma del síndrome de hipermovilidad, reserva una cita con el doctor. Dile que crees que tienes el síndrome de la hipermovilidad y menciona los diversos síntomas que te hacen creerlo. El doctor podría recetarte medicamentos para aliviar el dolor y la rigidez en las articulaciones, u otros síntomas. También podría recomendarte las actividades que debes evitar o los cambios que debes hacer en tu estilo de vida. [13]
    • El síndrome de hipermovilidad puede ser difícil de diagnosticar, en especial si el doctor no tiene todo tu historial médico. Él evaluará la flexibilidad de tus articulaciones y podría solicitar análisis de sangre o radiografías para descartar otras afecciones antes de realizar un diagnóstico.
    • Si tienes un historial de dislocaduras de articulaciones recurrentes o lesiones en el tejido blando, menciónale al doctor las lesiones que has experimentado y el contexto en el que te has lesionado. Él evaluará si las lesiones son un posible síntoma del síndrome de hipermovilidad.
    • El doctor también podría derivarte a un genetista o reumatólogo para que te hagan evaluaciones más especializadas.
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Método 3
Método 3 de 3:

Estabilizar tus articulaciones

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  1. Determina qué sientes en las articulaciones y adáptalas según lo necesites para mantenerlas en una posición neutral. Esto podría requerir un esfuerzo consciente al principio, pero después de un tiempo, adoptarás el hábito de mantenerlas en la posición neutral (ni dobladas ni estiradas por completo.) [14]
    • Las articulaciones que son hipermóviles suelen estar sueltas. Mantenerlas en una posición neutral evitará un mayor debilitamiento de los músculos cercanos.
    • Si pasas largas horas realizando movimientos repetitivos (como escribir en la computadora o tejer), toma descansos y deja que tus articulaciones reposen.
    • Asegúrate de no mantener firmes las rodillas mientras estés parado. Mantenlas un poco dobladas o suaves.
    • Si corriges tu postura , esto también puede ayudar a reducir el dolor de espalda y cuello, los cuales son comunes si tienes una columna hipermóvil.
  2. Un fisioterapeuta o un terapeuta ocupacional podrá recetarte estiramientos y ejercicios específicos para aliviar el dolor de articulación y fortalecer los músculos que les dan soporte a las articulaciones hipermóviles. Si el doctor te deriva, podrías conseguir una cita más pronto que si trataras de reservar una por tu cuenta. [15]
    • Algunos fisioterapeutas querrán tratarte ellos mismos. Sin embargo, por lo general te darán algunos ejercicios para que los hagas en casa cada día.
    • Si alguno de los estiramientos o ejercicios que el fisioterapeuta te receta te causan dolor, indícaselo tan pronto como puedas, para que pueda evaluar tus articulaciones y modificar tu programa.
  3. Las articulaciones más sueltas que se asocian con la hipermovilidad podrían hacer que los músculos alrededor de ellas sean más débiles que lo normal. Un programa de entrenamiento de fuerza básico puede ayudar a desarrollar estos músculos a fin de reducir el dolor de articulación y el riesgo de lesionarse.
    • Empieza tu programa de entrenamiento de fuerza poco a poco, usando solo tu propio peso corporal como resistencia para las primeras dos a cuatro semanas, en especial si nunca te has ejercitado con pesas. Cuando te sientas cómodo, aumenta la resistencia de forma gradual, empezando con pesas muy pequeñas y aumentando el peso poco a poco.
    • Conversa con tu doctor o fisioterapeuta antes de empezar el entrenamiento de fuerza. Él podrá recomendarte algunos ejercicios que te ayudarán, así como los ejercicios y movimientos que debes evitar.
    • Haz ejercicios isométricos para fortalecer las articulaciones sin ejercer tensión en ellas. Por ejemplo, podrías hacer levantamientos de pierna rectos mientras te recuestas boca arriba.
  4. Estos ejercicios mejoran el flujo de sangre y la oxigenación de los músculos. Esto podría reducir el dolor y la rigidez en las articulaciones. Las actividades de bajo impacto (como nadar o manejar bicicleta) no generarán una mayor tensión en tus articulaciones. [16]
    • Evita las actividades de alto impacto (como correr y saltar) que pueden ejercer tensión adicional en tus articulaciones.

    Variación: el yoga y el pilates pueden ser ejercicios placenteros si tienes hipermovilidad. Estas actividades también ayudan a fortalecer los músculos que les dan soporte a las articulaciones. Sin embargo, asegúrate de conocer tus límites y no trates de estirar demasiado las articulaciones, incluso si el instructor de yoga te anima a hacerlo. Evita las clases de yoga avanzadas, como el yoga con calor, ya que podrían hacer que corras un mayor riesgo de estirar los ligamentos en exceso.

  5. Mantenerte hidratado es una parte importante de la salud de las articulaciones y puede ayudar a evitar que se pongan rígidas o desarrollen dolor. Toma un vaso lleno con agua antes y después de toda actividad, y ten a la mano más agua para tomar durante la actividad. [17]
    • En general, un hombre adulto saludable debe tomar como mínimo 15,5 vasos (4 L) con agua al día. Una mujer adulta saludable debe tomar como mínimo 11,5 vasos (3 L) con agua al día. Podrías necesitar una cantidad mayor, dependiendo de tu peso, el clima en el que vivas y tu nivel de actividad general. [18]
  6. Mantente en una tarea o en una posición por un máximo de 30 minutos cada vez. Si estás haciendo algo que requiere que te sientes o te pares en la misma posición por un periodo largo, haz movimientos compulsivos o cambia el peso que deposites, de modo que tus articulaciones se mantengan activas. [19]
    • Corrige tu postura de forma continua cuando te sientes o te pares, de modo que no ejerzas demasiada tensión en las articulaciones.
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Consejos

  • Es común que tengas hipermovilidad en un lado del cuerpo, pero no en el otro, o que la tengas en algunas articulaciones y no en otras.
  • Las mujeres suelen ser más propensas a sufrir de hipermovilidad que los hombres.
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Advertencias

  • Cuando te hagas la prueba de Beighton, ten cuidado para no causarte una lesión. Detente si sientes dolor al tratar de doblar o estirar las articulaciones.
  • Un puntaje alto en la prueba de Beighton es una señal de hipermovilidad. Sin embargo, esto no significa que tengas el síndrome de hipermovilidad. Debes tener otros síntomas para recibir un diagnóstico del síndrome de hipermovilidad. [20]
  • Si eres hiperflexible, no estires en exceso las articulaciones solo porque puedes, ya sea para lucirte o como un truco para una fiesta. No solo correrás el riesgo de lesionarte, sino que también puedes desestabilizar más las articulaciones. [21]
  • En casos poco comunes, la hipermovilidad es un síntoma del síndrome de Ehlers-Danlos , el cual es un trastorno genético que afecta a los tejidos conectivos, como las articulaciones y los ligamentos. [22]
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