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Muchos jinetes novatos (e incluso algunos profesionales) necesitan ayuda de vez en cuando para determinar si su caballo está enfermo o lesionado. Si conoces los síntomas físicos y de comportamiento propios de las enfermedades o las lesiones, esto te ayudará a determinar si tu caballo necesita atención veterinaria. No obstante, ten en cuenta que, si alguna vez tienes inquietudes en torno al bienestar de tu mascota, debes comunicarte de inmediato con el veterinario.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Evaluar los síntomas físicos

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  1. Estos son su pulso o frecuencia cardiaca, su frecuencia respiratoria y su temperatura.
    • Pulso: la frecuencia cardiaca normal de un caballo es de 25 a 42 latidos por minuto. Para revisar su frecuencia cardiaca, coloca la palma de la mano en su pecho, justo detrás del codo izquierdo, y siente los latidos. Cuenta la cantidad de latidos que tenga en un minuto; esta es su frecuencia cardiaca. También puede ser de utilidad que calcules de forma rutinaria su frecuencia cardiaca en reposo. Conocer la frecuencia constante o normal de tu caballo te permitirá detectar las anomalías en la frecuencia cardiaca con más facilidad. Ten en cuenta que los latidos acelerados de forma constante cuando el caballo está en reposo (es decir, una cantidad mayor al límite superior habitual de 42 latidos por minuto) pueden ser un signo de una enfermedad cardiaca o una infección. Si notas que tu caballo tiene latidos acelerados incluso en reposo, debes hacer que el veterinario lo revise. [1]
    • Frecuencia respiratoria: la frecuencia respiratoria normal en los caballos es de 10 a 24 respiraciones por minuto. Para revisar la frecuencia respiratoria del tuyo, párate y observa cómo se mueve su pecho. Un movimiento hacia dentro y hacia afuera contará como una respiración. Cuenta cuántas respiraciones tiene por minuto. Lo mejor es hacerlo cuando esté reposando, de modo que sea una indicación de su frecuencia respiratoria normal. Asegúrate de esperar como mínimo media hora luego de que se ejercite. Una frecuencia respiratoria elevada durante el reposo puede indicar la presencia de diversos problemas, incluida una infección, una alergia, líquido en los pulmones, una enfermedad cardiaca y quizás cáncer. Todos estos problemas requieren atención veterinaria. [2]
    • Temperatura: la temperatura equina normal es de 37 a 38 °C (de 98 a 101 °F). Una temperatura por encima de los 38 °C se considera elevada. Debes supervisar la temperatura de tu caballo si alcanza los 38 °C. [3] Si la temperatura se encuentra entre los 38 y 38,8 °C, mídela en intervalos de un par de horas hasta que la fiebre desaparezca. [4] Si la temperatura se eleva por encima de los 38,8 °C, tendrás que llamar al veterinario. Esta temperatura alta es un signo de una infección o una inflamación grave. [5]
  2. Observa si tiene alguna descarga poco común y pegajosa, como el pus amarillo o verde. Esta podría ser una señal de que tu caballo está enfermo. Si ves algún signo de sangre, comunícate con el veterinario de inmediato. [6]
    • Al revisarle los ojos, observa si lucen hundidos o si el área parece un poco ahuecada. Este podría ser un signo del síndrome de Horner, una enfermedad relacionada con el sistema nervioso que es común en muchos animales. [7] También observa si los párpados lucen caídos o si su tercer párpado (por lo general, en la esquina de cada ojo) sobresale hacia arriba y se mueve por encima del ojo. Estos suelen ser síntomas de una infección o síntomas adicionales del síndrome de Horner. Además, si el animal no puede abrir los ojos por completo, tendrás que consultar con un veterinario. [8]
  3. Un pelaje opaco es un signo de que el caballo está en mal estado, carece de los nutrientes necesarios o no se asea de forma apropiada. Si este es el único síntoma, es probable que no sea una emergencia, pero será una buena idea que se lo menciones al veterinario la próxima vez que lo veas. No obstante, si es uno de varios síntomas que has notado, tendrás que llamarlo de inmediato. [9]
    • También puedes evaluar la elasticidad de su piel a fin de determinar si está deshidratado. Levanta la piel que cubre sus hombros con cuidado. Cuando la sueltes, esta debe regresar de inmediato. Si notas que se queda colgando, esto significa que está deshidratado. Los caballos pueden deshidratarse si no toman suficiente agua o si pierden más líquido del que consumen. Otra manera de identificar la deshidratación es revisarle el hocico y sentir lo húmedas que están las membranas que recubren los labios y las encías. Estas deben sentirse húmedas y resbalosas. Si se sienten secas y pegajosas, esto significa que el caballo está deshidratado. Si lo está, asegúrate de que tenga acceso a agua y llama al veterinario. [10]
  4. El estreñimiento y la diarrea son signos de que algo anda mal con el caballo. Podrías notar que hace esfuerzo para defecar, pero que no expulsa nada (estreñimiento). Por otro lado, podría producir heces más líquidas de lo usual (diarrea). En ambos casos, debes consultar con un veterinario. [11]
    • Si notas sangre en las heces del animal, el problema será urgente.
  5. La orina concentrada puede tener un color oscuro, pero también la que contiene sangre o los componentes de la misma. Si la orina luce oscura de forma inusual con frecuencia, tendrás que consultar con un veterinario.
    • Si crees que la deshidratación es la causa de una orina oscura demasiado concentrada, recuerda que puedes revisar la elasticidad de la piel del caballo a fin de determinar si está a punto de sufrir una deshidratación.
    • Siempre que sea posible, toma una muestra de orina para dársela al veterinario a fin de que la analice.
  6. Las encías de la mayoría de los caballos son rosadas o un poco pigmentadas, tal como las de las personas. Si levantas el labio del caballo y las encías lucen muy pálidas, muy oscuras o con apariencia turbia, o de color rojo brillante, tendrás que comunicarte con el veterinario inmediatamente.
  7. Un caballo no debe sudar de manera abundante cuando reposa, salvo que haga mucho calor. La sudoración suele ser un signo de que el caballo tiene fiebre, miedo o dolor.
    • Ten en cuenta que los caballos pierden electrolitos, como el sodio y el cloruro, en su sudor. Esto significa que se deshidratarán al sudar de forma abundante. Por lo tanto, es importante que llames al veterinario si el tuyo suda mucho y se rehúsa a comer y tomar agua. [12]
  8. Si luce como si estuviera parado de forma extraña, esta será una señal de que siente dolor en alguna parte de su cuerpo.
    • Por ejemplo, si se para inclinado hacia atrás, con las patas traseras colocadas debajo de su vientre y las delanteras sobresalidas hacia adelante, este por lo general es un signo de que no quiere depositar peso en la parte delantera porque le duelen las pezuñas. El dolor en las pezuñas puede ser un signo de la laminitis.
    • Asimismo, si se estira al pararse (es decir, si sus pezuñas delanteras están muy alejadas y las traseras están muy hacia atrás), este podría ser un intento por aliviar los retortijones abdominales o el malestar intestinal. Si crees que el animal sufre de malestar intestinal, comunícate con el veterinario para que te oriente.
  9. Determina si se mueve de forma rígida o con un andar modificado. Si se mueve de forma rígida o tensa, podría tener dolor o músculos o articulaciones inflamados. Tendrás que observarlo por un tiempo. Al fin y al cabo, el caballo tan solo podría tener rigidez luego de un ejercicio vigoroso, y quizás solo necesite una caminata suave para recuperar todo su rango de movimiento.
    • No obstante, debes llamar al veterinario si se pone más rígido y se rehúsa a moverse luego de una caminata suave.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Evaluar los síntomas del comportamiento

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  1. Esto quiere decir si no responde de la manera habitual, como saludarte relinchando o darle golpes a la puerta del establo para pedir comida.
    • Este comportamiento suele ir de la mano con un cambio en el lenguaje corporal. Por ejemplo, podría empezar a mantener la cabeza baja y las orejas podrían no moverse ni responder a los sonidos del entorno. [13]
  2. ¿Camina de un lado a otro con más frecuencia que lo habitual o tiene dificultades para calmarse? Un caballo inquieto y que no se relaja en su establo de la forma habitual debe supervisarse con mucha atención. Debes llamar al veterinario si empieza a lanzarse al suelo, si se recuesta y se levanta de forma reiterada, o si se patea el vientre. Estos pueden ser signos de cólicos y no deben pasarse por alto.
  3. Los caballos son animales que pastan, lo que significa que comen poco, pero con mucha frecuencia. Las investigaciones indican que no comer incluso por 6 horas puede hacer que un caballo tenga la predisposición a desarrollar úlceras estomacales, lo que destaca la importancia de los patrones alimenticios constantes para su bienestar. Comunícate con el veterinario si notas que tu caballo se rehúsa a comer o tomar agua, o que no sigue su horario de alimentación constante. [14]
    • Observa cómo come y si bota mucha comida mientras lo hace. La dieta de un caballo es rica en fibra y estos animales tienen que masticar y triturar mucho antes de ingerir. Los molares grandes en la parte posterior del hocico son los equivalentes equinos a las piedras de molino. Si tu caballo tiene dolor de diente o los dientes se han desgastado de manera irregular y hay una punta afilada en la mejilla o la lengua, el animal dejará caer comida de su hocico. En ocasiones, esta comida estará parcialmente masticada y en bolas, las cuales luego se caen del hocico. Este síntoma y comer de forma desordenada en exceso son signos del malestar dental, y deben considerarse como motivos para llamar al veterinario. [15]
    • Lo mismo aplica para los caballos que mastican, pero no pueden ingerir. Estos suelen lucir hambrientos, mastican su alimento, pero luego bajan la cabeza, en cuyo punto la comida suele caerse de su hocico. Esto puede deberse a una molestia en la parte posterior de la garganta, como una úlcera o una espina entre los dientes, la comida atorada en el esófago o las infecciones como el botulismo. [16]
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Consejos

  • Siempre ten el número del veterinario a la mano (o memorizado).
  • Como regla general, debes conocer a tu animal. Si algo cambia o te preocupa, comunícate con el veterinario para que te oriente.
  • Siempre cuida bien de tu caballo, o podría morir por una enfermedad.
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Referencias

  1. Essential Equine Studies. Julie Brega. Editorial: J A Allen
  2. Essential Equine Studies. Julie Brega. Editorial: J A Allen
  3. Essential Equine Studies. Julie Brega. Editorial: J A Allen
  4. Essential Equine Studies. Julie Brega. Editorial: J A Allen
  5. Essential Equine Studies. Julie Brega. Editorial: J A Allen
  6. Essential Horse Health: Kieran O'Brien. Editorial: David & Charles
  7. http://www.eyevet.ca/horner.html
  8. http://www.aces.edu/pubs/docs/A/ANR-0589/index2.tmpl
  9. Essential Horse Health: Kieran O'Brien. Editorial: David & Charles
  1. Essential Horse Health: Kieran O'Brien. Editorial: David & Charles
  2. Essential Horse Health: Kieran O'Brien. Editorial: David & Charles
  3. Essential Horse Health: Kieran O'Brien. Editorial: David & Charles
  4. Essential Horse Health: Kieran O'Brien. Editorial: David & Charles
  5. Essential Horse Health: Kieran O'Brien. Editorial: David & Charles
  6. Principles of Equine Dentistry. David O'Klugh. Editorial: CRC Press
  7. Principles of Equine Dentistry. David O'Klugh. Editorial: CRC Press

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