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Si has postulado recientemente para ser un prefecto en la escuela o si ya has trabajado como uno, quizás te estés preguntando cómo ser el mejor prefecto posible. Para ser un buen prefecto, es importante recordar que tu papel es ayudar a los profesores y a los estudiantes de la escuela. Si dejas un buen ejemplo a los estudiantes, si sigues las reglas de la escuela y si estás ahí para las personas que te necesitan, puedes estar seguro de que estás cumpliendo exitosamente con todos tus deberes como prefecto.

Método 1
Método 1 de 3:

Dejar un buen ejemplo

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  1. Trata de no frustrarte ni de molestarte enfrente de los demás estudiantes. Como modelo a seguir, debes mostrarles que el optimismo y la buena actitud son esenciales para tener éxito, incluso en situaciones difíciles. [1]
    • Por ejemplo, si tus compañeros se quejan debido a que el próximo baile se ha cancelado, en vez de quejarte con ellos, puedes decir algo positivo como "Sé que es desconcertante que el baile se haya cancelado, pero podemos reunirnos todos para pensar en alguna otra cosa que podamos hacer esa noche para divertirnos".
  2. Ya sea que estés interaccionando con otro estudiante o con un profesor, sé respetuoso. Los demás estudiantes te observarán para saber cuál es la conducta aceptable, así que déjales un buen ejemplo. Como prefecto, si eres irrespetuoso con alguien, lo más probable es que los demás estudiantes crean que esté bien actuar de la misma manera. [2]
  3. Participa en la clase y entrega la tarea a tiempo. Si tienes problemas con una materia, habla con tu profesor o recibe ayuda de un tutor. Los demás estudiantes notarán el esfuerzo que haces en la tarea escolar. [3]
  4. No mientas a los estudiantes ni a los profesores. Tampoco inventes excusas. Si te olvidaste de hacer la tarea, di la verdad. Demuestra a los estudiantes que ser honesto, aunque tengas miedo de las consecuencias, es mejor que mentir.
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Método 2
Método 2 de 3:

Seguir la reglas

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  1. Si la escuela tiene un uniforme, asegúrate de usarlo cada día en la escuela, de que esté limpio y de que no tenga arrugas. Si la escuela no tiene un uniforme, aun así debes vestirte de una manera pulcra y respetable. Lee el código de vestimenta oficial de la escuela para que no lo violes accidentalmente. [4]
  2. Evita las ausencias injustificadas y trata de limitar los días que pierdas en la escuela por estar enfermo. Faltar a la escuela no solo te hace quedar mal, también impide que cumplas tus deberes como prefecto. [5]
  3. Los demás estudiantes notarán si llegas tarde a clases con frecuencia, así que deja un buen ejemplo y llega a clases puntualmente. Si tienes una razón genuina para llegar tarde, asegúrate de tener una nota y de entregarla al profesor cuando llegues a clases. [6]
  4. No salgas al pasillo ni dejes la escuela cuando se supone que debas hacer alguna otra cosa. Como prefecto debes estar disponible y debe ser fácil de encontrarte si los estudiantes o los profesores te necesitan. Si asistes a un internado, asegúrate de estar en tu dormitorio cuando se suponga que debas estar ahí para que los estudiantes acudan a ti si necesitan algo.
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Método 3
Método 3 de 3:

Estar ahí para los estudiantes

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  1. y acogedor. Sonríe y saluda a los estudiantes cuando te cruces con ellos en los pasillos. Además, trata de ser lo más amigable posible cuando hables con ellos. Evita las cosas que te hagan parecer distraído u ocupado, como mirar a tu teléfono o tener la cara enterrada en un libro todo el tiempo.
  2. Comunícate con los estudiantes para que tengas una mejor idea de cómo les va y de qué clase de ayuda puede beneficiarlos. Si un estudiante te plantea algunas preocupaciones, transmite esas preocupaciones a los profesores. Como prefecto, eres el puente entre los estudiantes y los profesores, así que asegúrate de comunicarte con ambos lados para que la voz de cada persona se escuche. [7]
  3. Si un estudiante tiene dificultades con sus clases o tiene problemas para hacer amigos, apóyalo y ofrécele ayuda. No te burles de los estudiantes ni hables de ellos negativamente con tus amigos. Si un estudiante te confía algo, nunca debes compartir esa información con nadie más, a menos que se trate de algo serio que tengas que informar a un profesor. [8]
  4. No elijas favoritos ni acoses a las personas que no te agradan de entre el cuerpo estudiantil. Haz saber a tus amigos que no deben esperar un tratamiento especial de ti y no temas reportar su mal comportamiento. [9]
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