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Existe un motivo por el que muchas personas recuerdan con agrado los años en la universidad. En esa etapa, tendrás más libertad de la que hayas tenido alguna vez, pero aún no cargarás con todas las responsabilidades de la adultez. Sin embargo, las cosas no siempre se sienten así. Es fácil agotarse al asistir a clases, entablar amistades, lidiar con los compañeros de habitación, entre otras cosas más. En lugar de ello, podrás prosperar si tomas el control de la situación desde el inicio.

Parte 1
Parte 1 de 5:

Lidiar con los aspectos académicos de la universidad

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  1. En las clases grandes de primer año, es probable que nadie tome asistencia, lo que quiere decir que no tendrás los mismos problemas que podrías haber tenido en secundaria. Sin embargo, esto no significa que no debas asistir a clase; además, algunos profesores contarán con la política de asistencia. Lo que es más importante, si faltas a clase, te perderás conocimientos valiosos. No te dificultes más la vida al forzarte a estudiar la noche anterior al examen. Asimismo, la universidad es costosa; por ello, si faltas a clase, estarás desperdiciando mucho dinero tuyo o de tus padres (de $50 a $150 por hora de clase, si estás en los EE.UU.). [1]
    • Lee las lecturas y toma apuntes cuando lo hagas. Podrás retener mucha más información si lees de manera activa; además, tus apuntes serán de mucha utilidad cuando se aproximen los exámenes. [2]
    • Participa si la clase lo solicita. Muchos estudiantes universitarios detestan o tienen miedo de hablar frente a grupos; no obstante, si puedes superar este problema, esto te permitirá aprovechar (y disfrutar) mucho más tus clases. No temas equivocarte, ya que el profesor solo quiere que lo intentes y es probable que no haya hecho una pregunta que cuente con una respuesta “correcta” o “incorrecta”. [3]
  2. Debes dedicarles a tus tareas académicas la misma cantidad de tiempo que le dedicarías a un trabajo de tiempo completo, un mínimo de 40 horas a la semana. Estima que dedicarás un promedio de 2 horas adicionales por cada hora que pases en clase. El equilibrio variará según la materia (por ejemplo, la materia de Laboratorio requerirá más horas en clase); no obstante, realizarás gran parte del trabajo más difícil en la biblioteca o tu dormitorio. [4]
  3. Algunas personas plagian porque creen que podrán salirse con la suya; por otro lado, otras lo hacen porque en verdad no saben lo que es. De cualquier modo, serás responsable de ello y te atraparán. Muchas escuelas cuentan con sanciones muy severas para este comportamiento, como reprobar la asignatura de manera automática o colocar una nota especial en tu registro de calificaciones. [5]
    • El plagio evidente comprende a copiarte el trabajo de otro y presentarlo como si fuera tuyo, y emplear las palabras o ideas de otra persona sin citarla.
    • Si no colocas comillas entre las citas, esto también se considera plagio, ya que brindarás información inexacta o incorrecta sobre una fuente. Esto es malo en particular si creas una fuente. [6]
    • Parafrasear de manera inapropiada también se considera plagio. Parafrasear consiste en resumir lo esencial de una idea usando tus propias palabras. No obstante, si mantienes la mayor parte de las palabras de la idea original, esto puede considerarse plagio, en particular si empleas la misma estructura básica de oraciones o si la extensión o el estilo de los fragmentos se asemejan de manera considerable. [7]
    • En un sentido más general, la falta de honestidad académica puede comprender a la acción de pedirles ayuda a otros cuando te han indicado que debes hacer todo el trabajo tú mismo, trabajar con otra persona en un proyecto cuando no se ha permitido la colaboración, y pagarles a otros para que hagan tu trabajo. [8]
  4. Este es un pequeño secreto: muchos profesores se sientan en su escritorio en las horas de oficina, esperando y deseando que cualquiera se acerque. Si eres esa persona, te apreciarán mucho. Si tienes una duda, esta será una manera grandiosa de preguntar, ya que permitirá que el profesor sepa tu nombre. No obstante, puedes visitarlo al inicio del semestre tan solo para saludarlo y presentarte. [9]
    • Sé razonable con tus expectativas. Tus profesores no revisarán tus informes por ti ni te brindarán temas para tus ensayos. No obstante, ellos suelen estar muy felices de hablar contigo sobre tus ideas con el fin de que las aclares.
  5. Muchos estudiantes universitarios consideran que es más natural enviar mensajes en lugar de correos electrónicos; sin embargo, ten en cuenta que tus profesores no te darán sus números telefónicos. Si deseas mantenerte informado sobre tus asignaturas, tendrás que revisar tu correo electrónico con frecuencia. Aquí leerás los avisos de tus profesores, la facultad, etc.
    • Si tus asignaturas emplean un gestor de asignaturas en línea (como Blackboard o uno similar), también tendrás que revisarlos de manera constante. Con frecuencia, las asignaciones y las calificaciones solo se publicarán allí. Si no los revisas con frecuencia, te las perderás.
  6. Esto se refiere a la biblioteca física y las bases de datos en línea. Tus profesores te asignarán muchas de ellas (en particular, al inicio); sin embargo, también tendrás que aprender la manera de investigar por ti mismo. Puedes programar una orientación con un bibliotecario, en particular si nunca has usado los servicios de una biblioteca convencional. Es seguro que no serás el único, así que no sientas vergüenza.
    • La mayor parte de las bibliotecas cuentan con un bibliotecario de referencias para las áreas específicas, como ciencias puras, música o inglés. Si tienes que realizar un proyecto grande, una buena idea consiste en consultar con el bibliotecario de referencias de tu materia. Él estará al día y conocerá las investigaciones más recientes, y podrá indicarte cuáles son las mejores fuentes. [10]
  7. Sin importar tu identidad, es probable que leas cosas con las que no estés de acuerdo. Esto lo hacen a propósito, ya que tus profesores buscan asignarte lecturas desde muchas perspectivas diferentes. Por esta razón, te asignarán lecturas con las que ellos tampoco estén de acuerdo. No tienes que coincidir con los escritores que cuestionen tus creencias, pero intenta identificar qué es lo que piensan y qué los vuelve influyentes. Quizás esto sea parte del motivo por el que te los hayan asignado.
  8. Las universidades requerirán que completes un número determinado de créditos en diversas áreas: educación general (quizás dividida por materias), asignaturas de carrera y cursos electivos. Acude a tu orientador con frecuencia para cerciorarte de estar bien encaminado; de lo contrario, podrías tener que pagar clases de verano o un semestre adicional que no habías anticipado. [11]
  9. Si estudias una carrera de ingeniería, asiste a un curso de literatura. Si estudias poesía, prueba la biología. Estos tan solo son ejemplos. De cualquier modo, estarás expuesto a nuevas personas, nuevas ideas y quizás una nueva asignatura que no sabías que te interesaba. [12]
    • Los empleadores suelen sentir más interés por los postulantes que pueden realizar una gran variedad de actividades (como escribir una oración coherente y analizar fórmulas), en lugar de las personas cuyo enfoque está tan especializado que no pueden lidiar con las muy variadas demandas del mercado laboral moderno. [13]
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Parte 2
Parte 2 de 5:

Lidiar con tu vida social

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  1. Algunas personas consideran que, básicamente, la universidad es una oportunidad para ser libres. Otros creen que las asignaturas son la única prioridad. Es probable que muchas personas se encuentren en un punto medio. Cualquiera que sea tu postura, habrán otras personas que piensen como tú. No te sientas presionado para beber o hacer alguna cosa que no desees.
    • Tomando esto en cuenta, recuerda que la universidad es la etapa en la que aprendes a ser un adulto por tu cuenta. Toma decisiones que coincidan con tus valores y te hagan sentir feliz. Ten en cuenta que, en ocasiones, tú y tus padres (u otras figuras de autoridad) podrían estar en desacuerdo, y no hay ningún problema con ello.
  2. Es difícil compartir una habitación, en particular si nunca has tenido que hacerlo en el pasado. La mejor manera de empezar es conversar sobre la manera en la que se usará el espacio, y respetar las decisiones que se hayan tomado.
    • Esto comprende a las decisiones sobre el espacio físico y el comportamiento. ¿Qué opinas sobre el consumo de alcohol en la habitación, el hecho de organizar fiestas o permitir que las visitas se queden toda la noche? Intenten llegar a un acuerdo y, si no es posible, consulta con el administrador. [14]
    • Si surgen problemas, expresa tus inquietudes. No es de utilidad ser un agresivo pasivo o dejar que las cosas se agraven. Es probable que tu compañero de habitación no haga las cosas a propósito para molestarte, así que bríndale el beneficio de la duda y determina si pueden resolver los problemas. [15]
    • Incluso si tu compañero de habitación y tú se llevan de maravilla, es una buena idea pasar un tiempo alejados. No debes llegar al punto de pasar mucho tiempo con él y no poder entablar otras amistades.
    • Es probable que no toleres a tu compañero de habitación o que sea tu mejor amigo y siempre charles con él; en cualquier caso, podría ser de utilidad que encuentres un lugar fuera de tu habitación en donde puedas estudiar, ya sea la biblioteca o la cafetería local.
    • Si nada da resultados, ten en cuenta que aprenderás habilidades valiosas para las personas, las cuales serán de utilidad para lidiar con personas difíciles en el futuro.
    • Conversa con el administrador si te sientes amenazado por tu compañero de habitación o si este realiza algún comportamiento ilegal. Es probable que puedas cambiar de habitación. Al menos contarás con un registro que indique que has denunciado la actividad y no has participado en ella.
  3. La universidad brinda nuevas libertades, pero también presenta nuevos riesgos. Tu comportamiento no debe perjudicar tu salud.
    • Si vas a consumir alcohol, hazlo de manera moderada y cuenta con un conductor asignado. Asimismo, ten en cuenta que tu escuela podría tener reglas que prohíban beber alcohol en el campus, incluso si tienes la edad suficiente como para beber.
    • Es probable que las mujeres universitarias hayan escuchado muchos consejos a lo largo de los años sobre la manera de evitar las violaciones y otros tipos de ataques sexuales, como no terminar de inmediato su bebida, recorrer caminos bien iluminados, decirle a un amigo en dónde se encontrarán y a qué hora llegarán a casa, etc. No obstante, es esencial que sepas que, sin importar el comportamiento que realices, él único responsable de todo ataque será el agresor, y tendrás el derecho de adoptar medidas legales o de otro tipo. Denuncia los ataques con la policía y conversa con un consejero sobre los próximos pasos a seguir.
  4. Esto aplica en general, ya sea para el consumo de alcohol, faltar a clases, tener sexo o cualquier otra cosa. Tus padres no estarán supervisándote para castigarte; no obstante, serás un adulto que deberá asumir la responsabilidad por sus propias acciones.
  5. Es probable que esta llegue a ser la etapa de tu vida en la que tengas las mayores oportunidades de aprender de las personas de orígenes totalmente diferentes a los tuyos. Tendrás mucha suerte de tener acceso a ello, así que aprovéchalo.
    • Asiste a clases con un enfoque multicultural. Asiste a eventos culturales y conferencias en el campus. Todo esto ampliará tu perspectiva y será de utilidad para determinar tus propios valores. Incluso si llegas a mantener tus ideas con más firmeza, es bueno conocer la opinión de los demás.
  6. No solo te divertirás, también mejorarás tu capacidad de lidiar con personas diferentes, mantener una organización, etc. Incluso podrías percatarte más adelante de que usas estas habilidades y experiencias en tu profesión.
    • Este consejo es doble para los estudiantes transferidos o los que no viven en el campus, los cuales podrían sentirse desconectados de la vida en el mismo.
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Parte 3
Parte 3 de 5:

Controlar tu salud

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  1. Estarás ocupado, rodeado de alimentos pesados y con un presupuesto limitado; pero al mismo tiempo tendrás que cuidarte por primera vez. En esta situación, puede ser fácil optar por consumir lo que haya en el comedor, lo cual no siempre te hará sentir lo mejor posible. Cuídate para contar con la energía necesaria para cumplir con todas tus responsabilidades.
    • Llénate de energía con el desayuno. No todos sienten hambre en la mañana, pero para aquellos que sí, iniciar el día de manera saludable les permitirá afrontar las primeras clases con más facilidad. Ve al comedor y busca alimentos ricos en fibra o proteínas, como el cereal integral, la avena, las frutas frescas, el yogur y los huevos. Ten barras de proteínas y frutas no perecibles en tu dormitorio para consumirlas en las mañanas en la que estés muy apurado.
    • Llénate de energía en el día con el almuerzo y la cena. Podrás obtener la energía que requieres para sobrellevar el día si consumes emparedados con pan integral y ensaladas con proteínas magras. También préstale atención al tamaño de las porciones, lo cual es muy difícil de controlar en las cafeterías, ya que en ellas puedes comer todo lo que puedas. Incluso las cantidades abundantes de alimentos saludables pueden hacer que te sientas perezoso.
    • Consigue bocadillos saludables. Incluso si no cuentas con una refrigeradora o un microondas, podrás mantener algunos alimentos en tu dormitorio, como el pan integral, algunas mantequillas de maní, barras de granola, manzanas, bananas, un poco de carne seca y nueces. Si cuentas con una refrigeradora o un microondas, puedes adquirir leche, yogur, más fruta y hamburguesas vegetarianas. Sé cuidadoso con los alimentos preparados, como la sopa enlatada y las comidas congeladas, las cuales suelen tener mucho sodio.
    • Ten en cuenta que todo se trata de moderación. Con todo lo que estás afrontando, puede ser fácil pensar que la comida es lo único que puedes controlar; no obstante, es esencial que te cerciores de no restringirte demasiado. Por supuesto, de vez en cuando puedes comer una tajada de pizza con tus amigos a altas horas de la noche. Si consideras que tus pensamientos o comportamientos están pisando un territorio peligroso, conversa con el personal del centro de orientación sobre el apoyo para tratar los trastornos alimenticios. [16]
  2. El ejercicio frecuente es una de las maneras más eficaces de controlar el estrés que afrontas como estudiante universitario. Podrías creer que estás demasiado cansado o no tienes tiempo para incluir esta actividad en tu horario; no obstante, esto te brindará mucha más energía, por lo que realmente valdrá la pena. [17] Es probable que tu escuela cuente con un gimnasio al que puedas acceder sin ningún costo.
    • Determina el momento en el cual ir. Podrías intimidarte con un gimnasio hacinado, en particular si eres un principiante. Este estará más lleno al inicio de cada semestre, en la mañana y en la noche. Ve fuera del horario de oficina, si es posible.
    • Puedes solicitar una sesión con un entrenador. Los entrenadores de los gimnasios de las universidades suelen ser estudiantes que pueden evaluar tu nivel de aptitud física y sugerirte un plan de ejercicios.
    • Experimenta nuevos tipos de ejercicio. Es probable que tu gimnasio brinde todo tipo de clases, desde aeróbicos hasta zumba. Asume la responsabilidad de asistir inscribiéndote con un amigo.
  3. Al ser un estudiante universitario, es probable que notes que afrontarás nuevos tipos de depresión, ansiedad, trastornos alimenticios, abuso de substancias, problemas de relaciones, etc. El centro de salud de tu escuela te brindará muchos recursos para ayudarte a desarrollarte a pesar de estos desafíos. No dudes en sacar provecho de estos recursos. [18]
    • Muchas escuelas brindarán sesiones de orientación confidenciales con un profesional certificado o un estudiante de postgrado. Con frecuencia, no se cobrará monto alguno por un determinado número de sesiones.
    • Asimismo, es probable que encuentres grupos de ayuda, en particular los que abordan los problemas comunes entre los estudiantes universitarios.
    • Si sufres una crisis, comunícate de inmediato con el 911 o con la National Suicide Prevention Lifeline (1-800-273-8255), o una línea de ayuda similar en tu región. [19]
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Parte 4
Parte 4 de 5:

Controlar tu situación económica

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  1. Puedes obtener una educación grandiosa en cualquier lugar, por lo que debes evaluar si tu escuela de ensueño en verdad vale la pena. Podrías arrepentirte luego de unos años si los pagos de tus préstamos estudiantiles acaparan gran parte de tu presupuesto mensual, ya que quizás no puedas pagar los costos de un internado genial, ir a la escuela de postgrado o vivir en donde desees. [20]
    • Si vives en los EE.UU. y tienes que pedir dinero prestado, obtén todo lo posible de la ayuda económica federal, antes de solicitar préstamos estudiantiles privados. Los préstamos estudiantiles federales cuentan con menores tasas de interés y planes de reembolso menos estrictos, y los préstamos subvencionados incluso cubren los intereses mientras estás inscrito en la escuela.
  2. Adoptar las responsabilidades de un adulto forma parte de la vida universitaria, lo que implicará que desarrolles un buen historial crediticio. Con frecuencia, es una buena idea solicitar una tarjeta de crédito para estudiantes, lo que será de utilidad para desarrollar tu historial crediticio. Esto permitirá que, al graduarte, tengas un historial decente y una buena calificación crediticia, lo que será de utilidad para obtener un préstamo para un departamento o un auto. [21]
    • No lo consideres como un cheque en blanco para gastar en lo que desees. Deberás seguir contando con un presupuesto y ceñirte a él.
    • No gastes con tu tarjeta más de lo que puedas pagar a fin de mes. Esto evitará que acumules intereses en tus compras, y será menos probable que gastes dinero en algo divertido pero innecesario.
    • Algunas tarjetas de crédito dirigidas a estudiantes (como la tarjeta Discover It) incluso brindan premios por las buenas calificaciones. ¡Cada pequeño aporte te ayudará! [22]
  3. Esta será una responsabilidad más que te quitará tiempo; sin embargo, las actividades sociales cuestan dinero. Evidentemente, muchos estudiantes contribuyen con los pagos de su educación o la pagan por completo. Revisa los programas de trabajo y estudio para estudiantes que puedan brindar más flexibilidad. [23]
  4. Aprovecha el hecho de estar en el campus de una universidad. Además de los juegos deportivos, el campus contará con lecturas, obras teatrales y muchas otras actividades que, con frecuencia, serán más económicas para los estudiantes. Asimismo, algunos negocios locales te brindarán un descuento por ser estudiante.
  5. Podrías beneficiarte al adquirir un plan de comidas en la universidad, lo que dependerá de la cantidad que comas y la facilidad con la que cocines en el lugar en donde vivas. La mayor parte de los planes de comida te brindarán un costo diario o por comida. Revisa tu presupuesto semanal de abarrotes y determina si lo más económico es comer la mayoría de tus comidas en la cafetería o cocinar más.
    • Si cuentas con una beca que comprende un plan de comidas, puedes maximizar tu dinero si consumes la mayor cantidad posible de comidas en el campus. Esto te brindará más dinero para comprar libros o incluso para derrochar de vez en cuando.
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Parte 5
Parte 5 de 5:

Obtener ayuda si la requieres

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  1. Por lo general, los profesores adoran ayudar a los estudiantes, por lo que no debes dudar en acercarte a ellos para pedir ayuda. Sin embargo, no debes esperar al final del semestre. Para ese momento, es probable que ya no puedas enmendar tus calificaciones, y tus profesores estarán ocupados con las responsabilidades del final del semestre. [24]
    • Recuerda que pocas veces los créditos adicionales forman parte de las clases universitarias. Cada asignación cuenta.
    • Si notas que las circunstancias muy atenuantes no te permitirán culminar una asignación a tiempo, comunícate con tu profesor antes de la fecha de entrega. Él preferirá que le pidas que extienda el plazo, en lugar de que le expliques el motivo por el que no has entregado la asignación.
  2. Una de las mayores preocupaciones de los profesores universitarios es que sus estudiantes no cuenten con habilidades de escritura lo suficientemente sólidas como para alcanzar el éxito. Si eres la excepción a esta tendencia, destacarás ante ellos. Muchas escuelas brindan centros de escritura que ayudarán a cumplir las asignaciones complicadas. [25]
    • No solo debes saber sobre ortografía, gramática, puntuación, etc., sino también lo que se espera en diferentes materias con respecto a la estructura de los informes y el estilo de las citas.
    • Puedes acudir al centro de escritura incluso si tienes habilidades de escritor. Todos pueden beneficiarse si otra persona lee sus escritos y recomienda mejoras.
  3. Las universidades suelen brindar comodidades a las personas que las necesitan debido a motivos físicos o mentales. Estas comodidades pueden comprender a los cambios en la manera en la que se rindan los exámenes, se entreguen las asignaciones, etc. No obstante, tendrás que ser proactivo para garantizar estas comodidades para tu persona. [26]
    • Ten en cuenta que, si bien tus profesores son expertos en las materias que enseñan, no están calificados ni cuentan con el cargo adecuado para determinar el tipo de comodidades que cada estudiante requiere. Si te acercas a ellos al final del semestre y les indicas que padeces de una enfermedad mental que ha obstaculizado tu tarea académica, es probable que te muestren empatía, pero no podrán ayudarte.
    • En lugar de ello, acércate lo más pronto posible al sistema de apoyo para personas discapacitadas de tu escuela. Antes de obtener las comodidades, es probable que requieras una certificación de un profesional de la salud mental.
    • Tus profesores no conocerán tu diagnóstico, solo identificarán los cambios que requieres para alcanzar el éxito (como más tiempo durante los exámenes, una política de asistencia flexible, etc.).
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