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Incluso los amigos más cercanos atraviesan momentos difíciles. Si bien es importante evitar los altercados siempre que sea posible, no te preocupes demasiado cuando se presenten. De hecho, los conflictos pueden fortalecer las amistades a la larga, así que lidia con ellos rápida y respetuosamente, en vez de evitarlos. Ya sea que hayas tenido una discusión o quieras saber cómo lidiar con los problemas en el futuro, es útil saber más acerca de la resolución de conflictos.

Método 1
Método 1 de 3:

Enfrentar el conflicto

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  1. Tómate un tiempo para pensar qué ha pasado exactamente, qué cosas se dijeron y cuál es el problema real. Tu reflexión será útil para cualquier pelea eventual.
    • En ocasiones, este es un análisis sencillo y fácil, pero otras veces no es tan evidente. Por ejemplo, algunas peleas parecen comenzar por una ofensa casual, pero si se evalúan de cerca, queda claro que esa ofensa fue tan solo un síntoma de un problema subyacente mayor. Asegúrate de reflexionar profundamente acerca del problema y de cuestionar sus causas. [1]
  2. Por más que creas que el conflicto es culpa de tu amigo, asegúrate de cuestionar tu parte en el problema. Es probable que no seas totalmente inocente, y el conflicto se resolverá mucho más rápido si reconoces tu rol en el conflicto.
    • Una buena idea es escribir en un diario acerca de tus pensamientos y reflexionar de esta forma. [2] Si realizas terapia con frecuencia, menciona el conflicto durante la sesión y pregúntale al terapeuta qué opina.
  3. Si bien puede ser bueno hablar con partes desinteresadas (como tus padres o profesores), esfuérzate por no hablar del conflicto con tus amigos. Por más que tengan buenas intenciones, es fácil que la comunicación se distorsione a medida que pasa de una persona a otra, y lo último que querrás es empeorar la situación mientras te tomas un respiro. [3]
    • Esto también aplica a las redes sociales. Publicar actualizaciones de estado en Facebook o tuits acalorados solo intensificará el problema existente y podría crear nuevos conflictos. [4]
    • Si un amigo te pregunta por el conflicto, dile que quisieras hablar del tema, pero que no quieres arriesgarte a empeorar el problema. Si te presiona, pídele que respete tu decisión y cambia de tema.
  4. Muchas veces, la mejor forma de resolver un conflicto es la más manera más directa. [5] En vez de esperar a encontrarlo, comunícate para pedirle que se encuentren un día y horario específicos. De esta forma, ambos estarán preparados para la conversación y evitarán distracciones innecesarias, como el estrés del trabajo o el estudio.
    • Además de evaluar detenidamente el horario del encuentro, también debes tener en cuenta el lugar. Escoge un sitio neutral (como un parque público o una cafetería) para que ninguno de los dos sienta que el otro tiene ventaja.
  5. Si bien puede ser tentador chatear en medios como Facebook, Skype, mensaje de texto o Snapchat, resiste el impulso. Por más que ninguno diga algo ofensivo adrede, los malentendidos son muy frecuentes a través de los medios de comunicación virtuales. [6]
    • Una buena idea es establecer esta regla para que los dos estén en la misma sintonía. Dile a tu amigo que crees que deben evitar el contacto hasta el encuentro para que nada empeore mientras tanto y puedan conversar desde cero. [7]
  6. Preséntate al encuentro a tiempo y con un estado mental calmo. Llegar a horario le demostrará a tu amigo que valoras su tiempo y que estás dispuesto a resolver sus diferencias. Ser calmo te ayudará a superar el problema sin que tus emociones se interpongan. [8]
    • Si sientes que comienzas a enojarte, practica alguna técnica rápida para desestresarte, como enfocarte en tu respiración o manipular los puntos de presión. [9] Si no funcionan, considera la posibilidad de posponer el encuentro, dado que las emociones fuertes pueden alterar o retrasar los intentos por resolver el asunto.
    • Evita el alcohol o el café, dado que estas sustancias pueden causar inestabilidad emocional y nervios.
  7. Procura mantener la conversación enfocada en un hecho o problema en particular, en vez de ofender o culpar al otro. [10]
    • Usa afirmaciones en primera persona para explicar tu parte del asunto. Dile a tu amigo cómo te sientes y qué crees que ha pasado mientras te enfocas en tus acciones y percepciones. Esto te ayudará a no sonar acusatorio ni agravar el problema. [11]
    • Por ejemplo, es mejor decir “Eso que has dicho me ha dolido, y superarlo me resulta difícil”, en vez de decir “Me has lastimado y me resulta difícil perdonarte”.
    • Si te preocupa mantener el rumbo de la conversación, lleva una hoja con notas al encuentro donde destaques los puntos más importantes que quieres compartir. Recuerda no irte de tema al mencionar discusiones u ofensas del pasado.
  8. Al igual que tu amigo tiene la cortesía de escuchar tu versión, ofrécele un oído respetuoso y paciente. Resiste la tentación de interrumpirlo o defenderte, por más que no estés de acuerdo con su interpretación de los hechos. En una interacción justa y recíproca, ambos podrán contarse sus problemas y lograr una mejor comprensión. [12]
    • Reitera cuál crees que es el problema para asegurarte de que ambos estén en la misma sintonía. Por ejemplo, puedes decir algo así como “Está bien, ¿entonces dices que no fueron mis palabras las que te causaron dolor, sino la vergüenza porque lo dije frente a otras personas?”.
  9. Parte de mantener una amistad valiosa es comprender que no siempre estarás de acuerdo con tus amigos. En otras palabras, son amigos no por tener las mismas opiniones, sino por valorarse como personas. [13]
    • Una buena idea es reconocer periódicamente cuánto valoran la amistad a través de la resolución. Es mucho más fácil hablar de las culpas personales si ambos reafirman de forma constante que se quieren y que desean alcanzar una resolución.
  10. Discúlpate . Una resolución significativa requiere las disculpas de ambas partes. Eso no significa que sean culpables por igual ni que deban aceptar una culpa equitativa, sino que reconozcan algo de culpa en la creación del problema. [14]
    • No te disculpes si te resentirás más tarde. Si te disculpas solo por calmar las cosas, te resentirás más tarde y el problema original no se habrá resuelto. Por lo tanto, en vez de ofrecer una disculpa que no es sincera, tómate más tiempo para reflexionar sobre el problema antes de volver a reunirse.
  11. Habla con tu amigo acerca de cuánto pueden esforzarse para evitar problemas similares en el futuro.
    • Pueden evaluar distintas opciones para seguir adelante. Solo asegúrate de que ambos estén en la misma sintonía. [15]
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Método 2
Método 2 de 3:

Buscar ayuda

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  1. Si crees que tú y tu amigo pueden resolver las cosas hablando, hazlo de inmediato. Sin embargo, si te preocupa que ninguno tenga la capacidad de resolver el conflicto de manera independiente, evalúa las opciones para lograr una mediación.
    • Si van a la escuela o la universidad, la institución posiblemente ofrezca un servicio gratuito o a bajo costo que puedan usar para resolver las disputas personales. Averigua cuáles son las opciones en la página web de la institución o llama al administrador para obtener una referencia.
    • Si tu amigo es un compañero de trabajo, puedes hablar con el Departamento de Recursos Humanos para que oficie una resolución del conflicto. No escojas esta opción si se trata de un problema muy íntimo y fuese incómodo si alguien del trabajo se enterara del asunto.
    • Si no encuentras una opción de mediación a través de la institución educativa, habla con un adulto de confianza.
  2. Si has decidido buscar ayuda externa para resolver el conflicto, comunícate con esta parte tan pronto como puedas para comenzar el proceso.
    • Asegúrate de que la parte que escojas no tenga ningún interés en el conflicto. Puede ser útil recurrir a una persona capacitada en resolución de conflictos, como un profesional formado (como un abogado o terapeuta) o un compañero que haya completado una formación de mediación entre pares.
  3. Infórmale al mediador cuál es el mejor horario para que te ayude a escoger un día y horario conveniente para todos.
    • Si tu amigo rechaza la invitación, conserva el optimismo y dale más tiempo. Las personas procesan el conflicto de maneras diferentes y en tiempos distintos, así que el hecho de que no esté listo en este momento no significa que nunca lo esté. [16]
  4. Quizás te veas tentado a recuperar el control del mediador para desahogar tus sentimientos, pero este enfoque solo continuará e incluso empeorará el conflicto. Recuerda que el mediador está para ayudarlos, así que permite que guíe la conversación.
    • Cuando el mediador te haga una pregunta o te pida que aclares tu versión de los hechos, hazlo con calma y de manera reflexiva. Enfócate en tus sentimientos y acciones, en vez de acusar a tu amigo.
  5. Cuando tu amigo hable, escúchalo detenidamente y en silencio. Si bien las situaciones tensas como estas pueden hacer que te resulte difícil escuchar, haz que sea una prioridad, y hazlo con la mente abierta y enfocada. Trata de comprender la perspectiva de tu amigo al ponerte en su lugar, dado que la empatía es una de las mejores formas de resolver los conflictos. [17]
    • Si te encuentras planificando una respuesta mientras tu amigo habla, es muy probable que no estés escuchando con atención. Después de todo, morderse la lengua y escuchar no son las mismas cosas, así que asegúrate de esperar hasta que tu amigo termine de hablar antes de considerar y formular una respuesta.
  6. La conversación será más agradable y productiva si priorizan los aspectos positivos de la amistad durante el intercambio.
    • Una buena idea es tomar pausas regulares durante la sesión cuando se digan algo positivo o recuerden una anécdota positiva. Esto les recordará cuánto se quieren y que aceptan el encuentro porque quieren que la amistad funcione. [18]
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Método 3
Método 3 de 3:

Evitar peleas en el futuro

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  1. La próxima vez, en vez de esperar que el conflicto estalle, corta el problema en desarrollo de raíz. Conozcan los “disparadores” de la relación (es decir, las cosas que tu amigo hace que te molestan o hacen enojar) y compártanlos entre sí. Conocer las manías del otro los ayudará a cambiar el comportamiento y preservar la amistad. [19]
    • Si sientes que comienzas a molestarte con tu amigo, piensa en las opciones para abordarlo. Pueden tomarse una pausa o hablar de inmediato. También puedes escribirle una carta para pedirle que deje de comportarse de esa forma. Lo más importante es abordar el tema de algún modo, en vez de ignorar tus sentimientos hasta que estallen. [20]
  2. Una de las mejores formas de mantener una amistad saludable es adaptar tu actitud con respecto a la culpa y los sentimientos de dolor. El hecho de que sufras no significa que la culpa sea totalmente del otro. Reconoce que, como parte en la amistad, eres parcialmente responsable por mantener un vínculo saludable y por cualquier pelea que se desarrolle. [21]
  3. Ya sea que se trate de tu mejor amigo o tu pareja, pasar cada segundo con los más cercanos puede ser tentador. Sin embargo, es recomendable resistir el impulso y tomarse un tiempo solos de manera periódica. Esto ayuda a evitar riñas en el futuro y hará que la amistad sea más disfrutable en su conjunto. [22]
    • Esto puede ser especialmente útil si ya hay algo de tensión entre ambos. Darse un poco de espacio entre sí ayudará a calmar cualquier resentimiento latente y les recordará cuánto se extrañan. [23]
  4. Las amistades cambian con el tiempo y los conflictos, y a menudo, los amigos que una vez fueron cercanos pierden el contacto. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que las relaciones se pueden preservar a través de la comunicación y la dedicación. Las amistades más cercanas siguen siéndolo porque las partes se dedican tiempo y energía entre sí. Por lo tanto, tómate un tiempo para conectarte con tu amigo de manera regular. [24]
    • Si vives lejos de tu amigo, esto puede ser más difícil, pero enviar un correo electrónico rápido, una tarjeta virtual o un texto es igualmente significativo. Demuéstrale a tu amigo que piensas en él y decide ponerte en contacto a través de una llamada telefónica larga o una conversación a través de Skype tan pronto como ambos tengan tiempo.
  5. Si bien no debes pelear constantemente, recuerda que los conflictos pueden ser un elemento saludable y productivo de la amistad. En vez de considerarlos algo horrible que debes evitar a toda costa, considéralos una oportunidad para construir una mejor comprensión y confianza entre ambos. [25]
    • Si reconoces que las peleas no representan el peor escenario posible, estarás más dispuesto a enfrentar a tu amigo en encrucijadas previas. Dado que no evitarás el conflicto, no permitirás que los problemas existentes languidezcan y empeoren con el paso del tiempo. También notarás que las peleas asumen un carácter distinto y más positivo.
  6. Establece límites . Si la pelea es producto de un límite que se ha cruzado o si sientes que tú y tu amigo necesitan mejores límites, establecerlos es una buena idea. Para ello, tendrás que identificar cuáles son tus límites e informarle a tu amigo qué tipos de conversaciones están fuera de los límites.
    • Por ejemplo, si sientes que tu amigo cruza un límite cuando dice cosas negativas de tu pareja, puedes decirle algo así como “Me molesta que digas cosas negativas de mi pareja. En el futuro, por favor no las vuelvas a decir”.
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Consejos

  • Mantén a otros amigos alejados de la disputa. Por más tentador e incluso natural que sea desahogar tus penas con los demás, esta conducta solo enturbia las aguas y crea más problemas.
  • Una buena idea es tener un gesto simbólico (como comprar flores u hornear galletas) como forma de disculparte. Sin embargo, esto no reemplaza las conversaciones y resoluciones significativas y empáticas.
  • Si las cosas se vuelven un poco frías con tu amigo y no sabes bien cómo retomar el contacto, ten un gesto pequeño que demuestre que piensas en él. Puedes etiquetarlo en una foto retro de Instagram de ambos o enviarle un enlace de una galería de fotos bonita o un artículo que creas que podría gustarle. Esto le demostrará que te importa y que piensas en él sin presionarlo por hablarte directamente. [26]
  • Habla del tema. A las personas no les gustan las peleas silenciosas. Callar solo empeorará las cosas. Habla con tu amigo; funcionará.
  • Algunas personas pueden ser un poco rígidas con respecto a las peleas. Si tu amigo es así, espera un tiempo después de la pelea para que se calme. Luego, resuelvan las cosas.
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Advertencias

  • Si la resolución se vuelve acalorada o violenta, aléjate. No harás ningún progreso si las cosas se vuelven tensas, y es muy probable que el conflicto y la amistad se vean incluso más perjudicados.
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