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La leche y otros productos lácteos son las mejores fuentes de calcio y vitamina D, nutrientes necesarios para tener huesos fuertes y saludables. Es por ello que se recomienda que las personas de más de dos años beban leche descremada o al 1 % todos los días. [1] Sin embargo, esto puede ser difícil si odias su sabor, olor o consistencia, y sientes que tienes que atragantarte para beberla. Si no te gusta la leche, hay formas de disimular el sabor, olor y textura para que te resulte más fácil beberla. Si ninguno de estos trucos funciona, considera la posibilidad de usar un sustituto de la leche. [2]

Método 1
Método 1 de 3:

Agregarle sabores a la leche

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  1. Es probable que puedas comprar leche de fresa o chocolate hecha en el supermercado. Sin embargo, si la mezclas con jarabe, podrás controlar mejor el sabor al agregar la cantidad que desees según tu gusto. [3]
    • Comienza por agregar una pequeña cantidad de jarabe y revuelve bien. Cuando se disuelva por completo en la leche, pruébala y evalúa si quieres agregar más. Si viertes una gran cantidad a la vez, se acumulará en el fondo del vaso.

    Variación: si los jarabes son demasiado dulces para ti, prueba con miel. Existen distintos tipos de miel con sabores y hierbas disponibles. Prueba distintas combinaciones hasta encontrar la que te guste.

  2. Las jaleas y conservas se mezclan fácil con la leche, y pueden darle un gusto dulce que disimula el sabor al lácteo. Las jaleas o conservas espesas también modificarán la textura. [4]
    • Las frutas muy ácidas, en especial los cítricos, el kiwi y la piña cuajan la leche, aunque es seguro beberla. Sin embargo, si no te gusta la leche, esto empeorará el problema.
  3. Muchas personas que beben té le agregan leche, pero también puedes hacerlo al revés. La leche absorberá el sabor del té, y hará que sea más sabrosa para beber. [5]
    • El té chai tiene un sabor muy bueno para mezclar con la leche. Los tés de hierbas también proporcionan una combinación interesante de sabores. Experimenta hasta encontrar una que te guste.
  4. El chocolate caliente puede ser una exquisitez relajante cuando hace frío. Si usas una mezcla de chocolate caliente en polvo, calienta la leche y revuélvela con el polvo.
    • La forma más sencilla de calentar la leche es en el microondas. Solo se necesitan entre 45 y 60 segundos para que la leche esté lo suficientemente caliente para preparar el chocolate. No es necesario que la lleves a hervor.
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Método 2
Método 2 de 3:

Mezclar leche con otras comidas

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  1. En vez de beber la leche sola, sumerge una galleta dulce o un pedazo de pan para empaparlo con leche. Luego, come la parte mojada. Antes de notarlo, habrás tomado toda la leche. [6]
    • El pan es una opción más saludable que las galletas si planeas hacerlo todos los días.
    • También puedes usar biscotti, que está diseñado para mojarse en un líquido antes de comer. Existen muchas variedades que no tienen tanta azúcar como las galletas dulces.

    ¿Lo sabías? Mojar las galletas y otros productos horneados promueve una liberación más rápida y sencilla de los compuestos químicos responsables del sabor. Por lo tanto, las galletas y otros productos horneados sabrán mejor al estar mojados.

  2. Si comes avena instantánea en el desayuno, puedes usar leche (en vez de agua) para mezclarla. Posiblemente no sientas el sabor de la leche en absoluto. En todo caso, la avena sabrá incluso mejor.
    • Sigue las instrucciones del paquete al pie de la letra si usas leche, en vez de agua. Algunas marcas requieren calentar la leche por separado y luego revolver con la avena, mientras que otras requieren que la leche y la avena se calienten juntas.
  3. El cereal seco en leche es una combinación clásica, y una forma de tomar leche. Existen distintos tipos de cereales que pueden darle sabor a la leche, por lo que no tendrá su sabor característico. [7]
    • Los cereales azucarados suelen ser la mejor opción para disimular el sabor de la leche. No son tan saludables para el cuerpo si se comen de manera regular, pero puedes comerlos para darte un gusto. El cereal de chocolate convertirá la leche en chocolatada.
    • No tengas miedo de combinar las tácticas. Por ejemplo, puedes probar cereal con rodajas de fruta y leche con sabor.
  4. Escoge ingredientes con sabores que te agraden, preferentemente una mezcla de frutas y vegetales. Agrega todo en una licuadora y añade una taza de leche. Licúa hasta incorporar bien todo. [8]
    • Algunas frutas (en especial, el kiwi y la piña fresca) pueden cuajar la leche. Puedes beber el batido de forma segura si lo haces de inmediato. Sin embargo, si preparas una gran cantidad con anticipación y la dejas en el refrigerador, se echará a perder.
  5. Existen muchas recetas, en especial de cazuelas y otros productos de panadería, que incluyen leche. Por más que no sea así, generalmente puedes reemplazar cualquier ingrediente líquido por leche sin problemas. [9]
    • Por ejemplo, si preparas una sopa condensada (como de tomate) de lata, puedes agregar un tarro de leche, en vez de agua. Esto no modificará el sabor de la sopa, y quizás te guste más la textura de la preparación.
    • Si planeas comer una sopa enlatada que no requiere agregar agua, posiblemente no sea bueno que añadas leche. Sin embargo, si se trata de una sopa de pescado o a base de crema, generalmente podrás agregar un poco de leche (solo la hará un poco más líquida).
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Método 3
Método 3 de 3:

Obtener calcio de otras fuentes

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  1. Otros productos lácteos (como el yogur y el queso) tienen casi la misma cantidad de calcio que la leche. Incluso el helado proporciona una cantidad importante de calcio, aunque se debe consumir con moderación. [10]
    • Por ejemplo, puedes comer una porción de yogur en el desayuno, y un emparedado de queso fundido en el almuerzo.
    • Si tampoco te gusta el sabor de la leche con el cereal, puedes mezclarlo con yogur.
  2. Existen muchas comidas y bebidas, incluyendo los cereales y el jugo de naranja, que tienen calcio agregado. Revisa el paquete o recipiente para leer la etiqueta que indica que el producto es fortificado. [11]
    • También puedes consultar la cantidad de calcio y vitamina D por porción en la etiqueta nutricional.

    Consejo: la vitamina D es necesaria para que el cuerpo absorba el calcio, así que asegúrate de que las comidas o bebidas que consumas como sustituto de la leche estén fortificadas con ambos. Las mujeres y los hombres de menos de 50 años deben consumir entre 400 y 800 unidades internacionales de vitamina D por día, junto con al menos 1000 mg de calcio.

  3. Si no te gusta la leche, puedes probar una alternativa que te guste y puedas tomar como reemplazo. Existen muchas variedades de leches no lácteas, incluyendo la de almendra, soja, coco, avena, cáñamo y anacardo. [12]
    • El objetivo de incluir leche en tu dieta es obtener calcio y vitamina D. Revisa detenidamente las etiquetas de las leches alternativas para asegurarte de que incluyan los nutrientes que necesitas.
  4. Las verduras de hojas verdes tienen un alto contenido en calcio y vitamina D. Si no soportas beber leche, estos pueden ser buenos sustitutos. Puedes incorporarlos con facilidad en prácticamente cualquier comida.
    • Puedes comer estas verduras como guarnición, incorporarlas en emparedados o mezclarlas en sopas o cazuelas.
    • Para el desayuno, prueba huevos revueltos con espinaca, o prepara un omelet con espinaca y champiñones. También puedes licuar espinaca o col rizada para preparar un batido para el desayuno.
    • Ten en cuenta que no absorberás tan bien los nutrientes de estas fuentes vegetales como lo harías con las fuentes animales. Sin embargo, estos alimentos proporcionan muchos otros beneficios, por lo que vale la pena incorporarlos.
  5. Si sueles comer atún en lata (como en una ensalada o cazuela), reemplázalo por salmón, dado que es una buena fuente de vitamina D y calcio. Si bien el salmón y el atún tienen sabores distintos, el primero queda bien con prácticamente las mismas comidas que el atún. [13]
    • Si preparas una receta que incluye atún y lo reemplazas por salmón, la cantidad de salmón en lata que uses será la misma.
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Consejos

  • Si eres un niño, diles a tus padres o tutores que no te gusta la leche. Quizás puedan ayudarte a pensar en otras opciones que hagan que te resulte más fácil tomarla.
  • Hierve y pela almendras para mezclar con leche y preparar leche de badam. Puedes tomarla fría o caliente.
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Advertencias

  • Si beber leche te causa náuseas, cólicos o diarrea, quizás seas intolerante a la lactosa. Pide una cita con tu médico para que te proporcione un diagnóstico oficial y hablar de las opciones de tratamiento. [14]
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