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Los niños suelen fingir que están enfermos de vez en cuando; sin embargo, la mayoría de las veces no tienen las tácticas sofisticadas de Ferris Bueller. Algunos niños fingen estar enfermos porque están cansados de las tareas, algunos porque son víctimas de bullying y, algunos, porque simplemente necesitan un descanso. Probar que un niño no está enfermo no es una ciencia exacta, pero en este artículo encontrarás algunas sugerencias si sospechas que tu hijo está fingiendo.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Comprobar los síntomas

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  1. Los niños que describen síntomas vagos que van de una parte del cuerpo a otra sin discreción suelen estar fingiendo. [1]
    • Por otro lado, si sus síntomas son concretos y generalmente se presentan en conjunto (como la secreción nasal y el dolor de garganta o el dolor de estómago y la diarrea), no se trata de una bandera roja.
  2. No dejes la habitación después de alcanzar el termómetro a tu hijo. Muchos niños han conseguido no ir a la escuela por poner el termómetro bajo el fregadero o cerca de una bombilla caliente.
  3. Si tu hijo dice que está vomitando, podrás escucharlo y verlo.
  4. ¿Tu hijo se ve pálido y sudado? La piel fría y húmeda es consecuencia de varios factores, incluyendo la reacción alérgica, el dolor intenso, la ansiedad, la deshidratación y la neumonía. [2]
  5. Algunas veces, los niños se quejan de dolor de barriga. Si no te permite tocar su barriga y se rehúsa a comer o a beber, es probable que tenga dolor abdominal.
    • El dolor abdominal puede ser consecuencia del estreñimiento, de las infecciones virales y ocasionalmente de algo más serio. Llama a tu doctor si tu hijo tiene un dolor abdominal prolongado.
  6. Si sus ojos lucen rojos, rosados o llorosos, pregúntale si le molestan. Aunque puede tratarse de alergias, si tiene legañas puede ser conjuntivitis.
    • Si tu hijo tiene conjuntivitis, llévalo al doctor. Esta infección viral puede ser muy contagiosa. [3]
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Observar los niveles de energía

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  1. Incluso los niños a los que no les gustan los doctores o los medicamentos aceptarán hacer cualquier cosa para sentirse mejor. Si tu hijo rehúsa la atención, probablemente se debe a que no la necesita.
  2. Si pasa de tener ojos caídos a tener ojos vivaces, es probable que esté buscando la oportunidad de ponerse al día con “Arthur”.
    • Mantente atento a cualquier mención de la tarea. Si grita de alegría al pensar que no tendrá que hacer nada, esto puede ser un signo de que trata de evitar algo.
  3. No incentives que se quede en casa. Si quedarse en casa por una enfermedad significa un trato especial y un día de televisión, no le importará retrasarse en la escuela. [4]
    • Los días de enfermedad están hechos para descansar y para recuperarse, lo cual puede incluir ver televisión. Sin embargo, si tu hijo está demasiado activo mientras ve televisión, en vez de estar echado en el sofá y tener los ojos entrecerrados, es probable que tenga otro motivo.
  4. Si le permitiste quedarse en casa y después de veinte minutos de sueño adicional se pone a jugar con bloques de Lego y a correr alrededor, es probable que te haya engañado. No permitas que lo haga nuevamente.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Comprobar la información del día escolar

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  1. Toma nota si tu hijo se enferma convenientemente el día del examen de la constitución de los Estados Unidos. Si no ha estudiado lo suficiente, es probable que busque un día adicional para hacerlo.
    • Si está muy nervioso por una presentación o un examen, es probable que se sienta físicamente enfermo. Ayúdalo a identificar la razón de su nerviosismo y busquen soluciones juntos.
    • Los niños no tienen la consciencia de sí mismos para decir “Me siento ansioso hoy”. [5] Dile que es normal sentir temor y fíjate si puedes ayudarlo a superar su temor. [6]
  2. Algunos niños no compatibilizan con sus maestros. Si tu hijo está fingiendo una enfermedad para evitar a sus profesores, esto puede convertirse en un patrón.
    • Si este es el caso, tendrás que hablar directamente con el profesor de tu hijo para resolver el problema.
    • Averigua si otros estudiantes tienen problemas con este profesor en particular. Si no, puede ser un problema específico con el estilo de aprendizaje o la personalidad de tu hijo.
  3. Aproximadamente, el 30 % de los estudiantes (entre el 6to y el 10mo grado) son víctimas de bullying. Comprensiblemente, estos niños pueden fingir una enfermedad para evitar las burlas. [7]
  4. Los niños con condiciones como problemas de aprendizaje, TDAH, autismo y enfermedades mentales podrían tener dificultades en la escuela. Como la escuela se convierte en un factor estresante habitual para ellos, podrían sentirse enfermos e intentar salir de allí. Los problemas comunes que pueden generar dificultades en la escuela son los siguientes:
    • El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede causar falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Los niños con TDAH pueden ser desorganizados u olvidadizos, tener problemas para quedarse quitos o escuchar a los maestros, soltar cosas o comportarse de una forma socialmente inapropiada. Podrían involucrarse en problemas frecuentemente, obtener malas calificaciones o ser objeto de burlas de sus compañeros. [8]
    • Los trastornos de ansiedad pueden causar problemas de concentración en la escuela (debido a que el niño se preocupa demasiado) y podrían dar lugar a síntomas físicos tales como dolores de cabeza, dolor estomacal o vómitos. Algunos trastornos de ansiedad, tales como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o la ansiedad social, también pueden producir timidez y miedo al bullying. [9]
    • El autismo puede provocar dificultades con el procesamiento del lenguaje, interacción social, necesidad de una rutina y familiaridad, problemas de funcionamiento ejecutivo, dificultades motoras y problemas de procesamiento sensorial. Los niños autistas pueden desconfiar u odiar la escuela debido a sensaciones abrumadoras, confusión social, problemas para mantenerse al día con el trabajo e inconsistencias en el horario diario. [10]
    • Los problemas de aprendizaje pueden causar dificultades con uno o más temas en la escuela. Los niños que tienen problemas con la dislexia , discalculia o disgrafía pueden sentirse avergonzados y no tener deseos de que vean que tienen dificultades, además de sufrir de ansiedad por tareas que impliquen el tema. [11]
    • Los problemas de salud mental como depresión o trastorno bipolar pueden provocar falta de atención, niveles de energía inconsistentes y una falta de interés en actividades que antes se disfrutaba. Las personas que los sufren podrían experimentar síntomas físicos tales como dolor de cabeza o de estómago. [12]
    • La discapacidad de aprendizaje no verbal puede generar dificultades con las funciones ejecutivas, habilidades no verbales, habilidades sociales, control motor y habla desmesurada. Los niños con este problema tienden a tener más dificultades en la escuela media y secundaria, pero existe la posibilidad de que dichas dificultades pasen desapercibidas debido a sus altas habilidades verbales y de memoria. [13]
    • El trastorno de procesamiento sensorial pueden generar aversión a la escuela. El niño podría estar expuesto a estímulos sensoriales abrumadores o dolorosos, o involucrarse en problemas por conductas de búsqueda sensorial (como romper papel o chocar deliberadamente contra las paredes). [14]
    • El trauma puede causar dificultades de concentración, hipervigilancia, cambios en la personalidad y síntomas físicos como dolores de cabeza o de estómago. Un niño traumatizado podría resistirse a ir a la escuela, sobre todo si el evento traumatizante se produjo en ese lugar. [15]
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Decidir si dar permiso a tu hijo de quedarse en casa

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  1. Si aparentemente todos los martes y jueves (los días de gimnasia), el pequeño Samuel tiene un calambre en la pierna, estará bien enviarlo a la escuela.
    • Si honestamente no puedes darte cuenta y no se trata de un patrón, sigue tus instintos.
    • Si tu hijo está realmente enfermo, la escuela lo enviará a casa de todas formas.
  2. No debes enviar a tu hijo a la escuela si tiene la temperatura por encima de 38° C (100,4° F), los vómitos, la diarrea, el dolor persistente o la tos con flema. [16]
    • Esto no es solo por la salud de tu hijo, sino por la salud de los profesores y de los compañeros.
  3. Es difícil de creer que los niños se estresan, pero es así. Algunas veces, el fin de semana no basta para que se recuperen, especialmente si tienen muchos proyectos.
    • Los síntomas inexplicables pueden ser un signo de algo más. La ansiedad, la depresión u otros problemas algunas veces se pueden manifestar de maneras físicas. [17]
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Consejos

  • Si notas que tu hijo está enfermo con frecuencia, pero nunca durante los fines de semana, presta mucha atención la siguiente vez que afirme estar enfermo. [18]
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Advertencias

  • En el extremo opuesto del espectro, algunas veces los niños están enfermos, pero no quieren dejar de ir a la escuela por temor a perderse algún evento importante.
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