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Tener sentimientos encontrados suele causar confusión y puede hacer que te sientas incómodo, cansado y atascado. El término “sentimientos encontrados” significa tener muchas emociones (que por lo general compiten entre sí) acerca de una persona o una situación. Esto ocurre porque te has encontrado con una persona nueva, una situación nueva, comportamientos nuevos o información nueva para procesar. Tener sentimientos conflictivos no solo se aplica a una relación romántica o una nueva relación. Estos sentimientos pueden suceder con un amigo, un familiar o un compañero de trabajo, así como también alguien que conoces bastante bien. Un ejemplo podría ser cuando amas y admiras a tu mejor amiga porque es amable y cariñosa. Sin embargo, al mismo tiempo sientes celos, porque es popular y atrae la atención de las personas que la rodean. Para afrontar los sentimientos encontrados hacia alguien, debes identificar tus propios sentimientos, buscar una solución y pedir ayuda cuando la necesites.

Método 1
Método 1 de 4:

Identificar tus sentimientos

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  1. Emplea el modelo de identificación de problemas, opciones y consecuencias (PICC, por sus siglas en inglés) para identificar tus sentimientos. [1] El primer paso es identificar todos los sentimientos que tienes con respecto a esa persona. Algunos ejemplos de sentimientos que puedes tener hacia una persona podrían ser inseguridad, intriga, timidez, etc.
    • Haz una lista de todos los sentimientos que puedas identificar. Asegúrate de no categorizar estos sentimientos como buenos o malos, tal como lo harías en una lista de ventajas y desventajas. Simplemente anótalos. Los sentimientos no son “buenos o malos”; todos tienen un sentido.
    • Por ejemplo, tus sentimientos hacia un compañero de trabajo o un conocido podrían incluir desconcierto, respeto, ofensa o exasperación.
    • Tus sentimientos hacia alguien cercano a ti, como tu mejor amigo o un familiar, pueden incluir: amor, decepción, enojo, consuelo, etc.
  2. Identificar sentimientos puede ser difícil. Puede ser de ayuda empezar con una situación que recordaste y luego pensar en los sentimientos. Piensa en un momento reciente que pasaste con esta persona. Escribe una lista de los sentimientos que tuviste durante este tiempo.
    • Es posible que los sentimientos que identifiques no se deban a quién es esa persona ni a su relación contigo, sino a la situación en la que estuviste con ella, o algo específico que dijo o hizo.
    • Por ejemplo, puede ser que hayan tenido una primera cita y hayas tenido una buena primera impresión. Luego, tu cita te lleva a una fiesta en la que no conoces a nadie, y te sientes incómodo o cohibido. En este ejemplo, la situación o el entorno desconocido te hicieron sentir incómodo; no necesariamente la persona en sí.
  3. Es posible que haya otros factores que te hagan sentir de cierta manera. Es posible que no se deba enteramente a la culpa de esta persona. Identifica la fuente específica de cada emoción.
    • Esto es incluso más específico que identificar la situación. Piensa en el momento en que te sientas de cierta manera. Identifica lo que se dijo o hizo inmediatamente antes.
    • Por ejemplo, si te acuerdas sentirte rechazado durante una cita, es posible que recuerdes que te diste cuenta de que tu cita caminaba lejos de ti. Esta pudo haber sido la fuente de tu sensación de rechazo.
    • Al lado de cada emoción y situación en tu lista, escribe lo que crees que fue la fuente del sentimiento.
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Método 2
Método 2 de 4:

Separar tus sentimientos de la persona

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  1. Una vez que hayas identificado tus sentimientos con respecto a la persona y hayas descubierto el momento en que te sentiste de esa manera, tienes que evaluar con más profundidad esos sentimientos. Tus sentimientos encontrados pueden tener diferentes causas. Entender estas causas te ayudará a encontrar una solución.
    • Por ejemplo, si tienes baja autoestima, [2] es posible que no te sientas digno de esta persona y, por lo tanto, no te permitas comprometerte con una relación.
  2. Una razón común por la cual tenemos sentimientos encontrados hacia alguien es porque la persona nos recuerda a alguien de nuestro pasado. Es posible que asignemos inconscientemente ciertas cualidades o expectativas a una nueva persona, en base a nuestra relación y experiencia con la persona en nuestro pasado, en un proceso llamado “transferencia”. [3] Por ejemplo, tu jefe te recuerda al profesor de primer grado y, por lo tanto, no te gusta seguir sus indicaciones.
    • Piensa en las personas en tu vida que te hicieron sentir de una manera similar a como te sientes ahora con esta nueva persona. Trata de identificar un patrón similar.
  3. ¿Te trata con respeto? ¿Es abusiva contigo? Cuando alguien te trata amablemente un minuto y se comporta de una manera agresiva al siguiente, te puede confundir con tus propios sentimientos. Piensa en cómo te tratan las demás personas. ¿Tienes sentimientos encontrados cuando la otra persona te trata de esta manera?
  4. Identificar tus propios sentimientos que pueden o no estar relacionados con la otra persona es vital para que entiendas cómo lidiar con los sentimientos encontrados. Una vez que puedas separar tus propios sentimientos de los sentimientos que te genera esta persona, podrás identificar tus verdaderas emociones de una vez por todas.
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Método 3
Método 3 de 4:

Encontrar una solución

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  1. Ahora tienes una buena idea de qué causó cada sentimiento que tienes acerca de esta persona. Ahora puedes determinar tus elecciones. Anota cada manera en que podrías responder a esta situación. Incluso si la elección no es la ideal, anótala de todas maneras. Esto te dará un panorama completo de tus opciones. Por ejemplo, tu lista para un compañero de trabajo o un conocido podría verse así:
    • Sentimiento: desconcierto.
    • Situación: fui elogiado por un amigo por un proyecto que terminé, pero esta misma persona me criticó una hora después.
    • Posibles opciones: acercarse al amigo, guardármelo para mí, conversar del tema con mis padres, empezar a hablar mal de él en la escuela, contarle la situación al maestro, etc.
  2. Al lado de cada alternativa, anota las posibles consecuencias o resultados que puedes pensar. Tu lista se puede ver así:
    • Opción: acercarme a mi amigo para hablar del problema.
      • Posible consecuencia: mi amigo se siente ofendido.
      • Posible consecuencia: mi amigo toma bien el mensaje.
      • Posible consecuencia: me siento vulnerable al decirle cómo me afectó la situación.
    • Opción: guardármelo para mí.
      • Posible consecuencia: el problema continuará.
      • Posible consecuencia: el problema desaparecerá por sí solo.
      • Posible consecuencia: continuará molestándome.
    • Opción: hablar con mis padres al respecto.
      • Posible consecuencia: me sentiré mejor con respecto a la situación.
      • Posible consecuencia: no cambiará nada en la escuela.
  3. Evalúa los posibles resultados. Piensa acerca de tu nivel de comodidad con cada resultado. Considera cómo te sentirás después de haber tomado una elección. Considera cómo se sentirá la otra persona.
  4. En base a todos los posibles resultados, escoge uno con el que te sientas más cómodo. Esta elección debe ser la que tenga el mejor resultado tanto para ti como para la otra persona involucrada. Empieza con la opción que te dé un resultado necesario y una consecuencia que estés dispuesto a experimentar.
    • En la situación de tu amigo, por ejemplo, empezar a hablar mal de él en la escuela probablemente no sea lo ideal. Las consecuencias podrían ser dolorosas o podrían poner en peligro tu relación con otros amigos. En este momento, tal vez te gustaría empezar por guardártelo para ti. Tal vez tu amigo tuvo un mal día y se desquitó contigo. Quizás te sentías sensible ese día.
    • Prepárate para afrontar las consecuencias mencionadas anteriormente.
  5. Si te das cuenta de que guardar la situación para ti mismo no te da el resultado que esperabas o necesitabas, revisa nuevamente tu lista de opciones y trata de tomar un enfoque diferente. Asegúrate de que lo que elijas sea respetuoso tanto para ti como para las demás personas con las que trates.
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Método 4
Método 4 de 4:

Buscar ayuda

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  1. Puede ser de ayuda tener una perspectiva externa al mismo tiempo que surgen posibles opciones y consecuencias. Pídele a un amigo de confianza que haga una lluvia de ideas contigo para hacer tu lista.
  2. Explicar y definir emociones es un proceso complejo y, por lo general, doloroso. Esta es la razón por la cual la mayor parte del trabajo que se hace en la psicoterapia se enfoca en estos temas. Un terapeuta está capacitado para llevarte por procesos de mayor claridad emocional. También es experto en detectar aspectos que no encajan, los cuales generalmente desconocemos. Las sutilezas pueden aclarar cómo te sientes realmente.
  3. Si te das cuenta de que estás continuamente en una situación que no puedes resolver, busca ayuda profesional para determinar tus patrones. Es posible que también quieras buscar ayuda si sientes que hay un patrón improductivo con la forma en que abordas las situaciones.
    • Además, si descubres que una persona o una situación te trae sentimientos del pasado, lo mejor es buscar un profesional que te ayude a evaluar tus sentimientos. Un terapeuta te puede ayudar a identificar emociones complejas, incluso las que son difíciles de admitir. Un terapeuta puede ayudarte a obtener las habilidades necesarias para acercarte a los demás de una manera productiva que sea respetuosa con todas las partes.
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Referencias

  1. Lecroy 2008
  2. http://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/adult-health/in-depth/self-esteem/art-20047976?pg=2
  3. https://www.psychologytoday.com/blog/in-therapy/201206/clients-guide-transference
  4. LeCroy, Craig W. (2008). Handbook of evidenced-based treatment manuals for children and adolescents (2nd ed.). Oxford: Oxford University Press.

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