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Puede ser desafiante hacer el intento de comprar un auto con mal crédito, pero no estás solo. Muchas personas han tenido dificultades con situaciones de mal crédito en algún momento. Existen formas de sortearlo y hay una luz al final del túnel. Cualquier persona puede hacer ciertas cosas para mejorar un poco su crédito, conseguir un préstamo razonable para un auto y comprar uno de buena calidad.

Método 1
Método 1 de 5:

Calcular cuánto puedes costear

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  1. Debes planificar con anticipación la cantidad de dinero que puedes pagar con comodidad por el auto todos los meses, lo cual te será útil para obtener la mejor oferta al momento de negociar. Debes comprender que, si tienes mal crédito, es posible que debas pagar un monto más alto todos los meses, por lo que quizás debas asegurarte de poder costear un auto nuevo.
    • En primer lugar, es necesario calcular tus ingresos totales al mes. Resta tus gastos fijos actuales, como el alquiler, las utilidades, el promedio y el seguro y trata también de obtener un estimado de tus gastos opcionales, como la cantidad de dinero que gastes en el entretenimiento.
    • Una vez que lo hayas calculado, determina cuánto de los ingresos restantes puedes adjudicar a los pagos mensuales de un auto. No olvides incluir en estos pagos el costo del seguro, el combustible y otro tipo de mantenimiento vehicular.
  2. La forma en la que vayas a usar el auto te ayudará a determinar el tipo de auto que necesites. De esta forma, te será más fácil encontrar el auto adecuado al precio adecuado. Debes tomar en cuenta tu estilo de vida y tus necesidades.
    • En caso de que tengas una familia con hijos, quizás necesites un sedán con cuatro puertas. También podrían servirte un hatchback o un auto familiar. Si eres soltero, podrías optar por un cupé más barato de dos puertas.
    • En caso de que debas desplazarte a través de largas distancias, debes optar por un auto con un mayor rendimiento de combustible.
    • En caso de que debas transportar cargas grandes, como materiales de construcción, quizás debas considerar la posibilidad de conseguir un camión.
  3. Debes empezar a investigar autos que se encuentren dentro de tu presupuesto. Identifica la marca (es decir, la empresa que fabrique el auto), el modelo y el año de cada uno de los autos que encajen con tu presupuesto y tu estilo de vida. Debes tratar de conseguir diferentes opciones para así poder buscar la mejor oferta.
    • Las marcas y modelos que busques deben ser confiables. Lee críticas en línea y compara los autos para así evitar que termines pagando reparaciones o mantenimientos costosos más adelante.
  4. En caso de que quieras un auto usado, puedes empezar a revisar precios en el Kelley Blue Book , en el cual encontrarás el valor de determinadas marcas, modelos y años de autos. De esta forma, podrás tomar una decisión informada al comprar el auto y evitarás tener que pagar demasiado.
  5. Elabora un presupuesto . Después de identificar el tipo de auto que necesites y puedas costear, podrás empezar a ahorrar. Debes asumir un máximo de 36 meses de pagos más una cuota inicial y costos de cierre del 20 %. Debes empezar a ahorrar un poco de dinero cada mes incluso antes de encontrar el auto adecuado. De esta forma, cuando llegue el momento, podrás costear la compra del auto.
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Método 2
Método 2 de 5:

Conseguir un préstamo

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  1. Independientemente de quien termine siendo tu prestamista, siempre es inteligente pagar la cuota inicial más grande que puedas costear. Hasta las cuotas iniciales pequeñas (como de $500, por ejemplo) pueden marcar una gran diferencia en el préstamo que obtengas a la larga. [1]
    • En caso de que no necesites el auto de inmediato, quizás lo mejor sea abstenerte del todo de obtener un préstamo y simplemente comprar un auto más antiguo pagando en efectivo.
  2. Quizás tus amigos y familiares puedan ayudarte a pagar por un auto nuevo. Podrían prestarte dinero para ayudarte con la cuota inicial o firmar el préstamo en conjunto contigo. Contacta a tus familiares para averiguar si alguno de ellos tiene la disposición y la capacidad para ayudarte.
    • Debes tener en cuenta que, si un miembro de tu familia firma el préstamo en conjunto contigo y no puedes pagarlo, esa persona será responsable por el préstamo, lo cual podría perjudicar en gran medida su relación.
  3. Al momento de reunirte con un prestamista, debes tener a la mano tus documentos, ya que todos los prestamistas necesitarán ver varios talones de pago, pruebas de identidad (como tu licencia de conducir) y pruebas de residencia (como una factura de electricidad que esté a tu nombre). Es posible que necesiten ver algunos documentos adicionales, pero los mencionados anteriormente son los documentos generales y, tan solo con ellos, quizás puedas hacerte una buena idea de cuánto obtendrás prestado. [2]
    • Ninguna de estas cosas tiene un efecto en tu calificación crediticia, la cantidad de dinero que puedas gastar o cualquier otra cosa por tu parte. Sin embargo, sí tienen un efecto en la forma como te verá el prestamista. Si vas preparado, es más probable que obtengas una oferta justa que la que obtendría alguien de apariencia desventurada y desorganizada.
  4. Estas organizaciones no tienen ánimo de lucro, por lo que sus préstamos cobran tasas de interés más bajas que las de los bancos. Algunas uniones de crédito otorgan préstamos a personas que no sean miembros, pero los que sí lo sean suelen recibir un trato preferencial. Hoy en día, es más fácil que nunca hacerse miembro de una unión de crédito, por lo que debes considerarlas como tu primera opción para obtener un préstamo. [3]
    • Las uniones de crédito, además de tener por lo general tasas de interés más bajas (2 % en promedio en préstamos para autos, en comparación con un 4 %), tienen una mayor probabilidad de tomar en cuenta tus circunstancias particulares y considerar más que solo tu calificación crediticia.
    • Por supuesto, hay una contrapartida. Las uniones de crédito no buscan obtener ganancias, por lo que cobran tasas más bajas. Debido a que cobran tasas más bajas, no tienen márgenes de ganancias tan altos. Por tanto, deben tener cuidado con prestar dinero a demasiados deudores que se encuentren en la categoría de alto riesgo. Considéralo de esta forma: si tu crédito oscila entre mediocre y malo, quizás puedas obtener un préstamo en una unión de crédito. Sin embargo, si tu crédito está por los suelos, tendrás dificultades.
  5. No podrás conseguir las tasas de interés que ofrecen las uniones de crédito en la mayoría de los bancos locales. Sin embargo, esto no quiere decir que estos bancos no tengan ciertas ventajas. Es más probable que un banco local pueda ofrecerte opciones que un banco más grande no pueda. Por ejemplo: [4]
    • Menos tarifas y tasas de interés más bajas que las de los bancos locales. Si bien los bancos más grandes tienen ventajas tecnológicas y logísticas por encima de los bancos comunitarios pequeños y las uniones de crédito, necesitan dinero para costear su red de cajeros automáticos, aplicaciones de avanzada y sucursales en cada esquina.
    • Es menos probable que un banco local sea tan rígido como un banco nacional. Quizás no tenga la flexibilidad de una unión de crédito, pero, en realidad, tendrá una mayor disposición y capacidad para prestarle dinero a una persona y no a una calificación crediticia.
    • Asimismo, los bancos locales tienen probabilidades un poco mayores que un banco grande de otorgar un préstamo más pequeño para un auto más antiguo. Esto puede ser ideal para una persona que quiera reducir al mínimo los pagos de su auto.
  6. En general, las uniones de crédito y los bancos locales tendrán una mayor flexibilidad en cuanto a otorgar préstamos, pero no debes obviar a los bancos más grandes. En materia de prestar dinero a personas con mal crédito, no por nada los bancos nacionales constituyen un componente clave. Ciertos prestamistas nacionales tienen una gran presencia en el mercado de préstamos de alto riesgo para autos, y otorgan una gran cantidad de préstamos que hacen que muchas personas puedan conseguir autos. [5]
    • Averigua cuáles son los bancos en el lugar en donde vivas que estén más involucrados en el mercado de préstamos de alto riesgo para autos y considéralos si tienes dificultades para obtener préstamos en instituciones que ofrezcan intereses más bajos. Si bien es posible que cobren tasas de interés más altas que las de una unión de crédito, estas no serán tan altas como las de algunos prestamistas en línea.
  7. Los prestamistas en línea son bastante diversos. Algunos de ellos tienen una buena reputación mientras que otros son todo lo contrario. En cualquier caso, actualmente están prosperando, y la mayor parte de los préstamos para autos se otorgan a compradores de alto riesgo. Si bien es posible que consigas buenas ofertas, también podrías terminar desplumado. En esta área, debes informarte aún más de lo normal. [6]
    • No existe un solo lugar al cual puedas acudir para obtener críticas respetables e imparciales de todos los prestamistas en línea, por lo que, antes de presentar una solicitud a uno de ellos, tendrás que investigar sobre sus críticas y su reputación. Un buen punto de partida es una entidad como la Oficina de Mejores Negocios en los EE.UU. o su equivalente en el lugar en donde vivas. Sin embargo, una entidad de este tipo no te brindará información detallada sobre el banco como prestamista sino como empresa en general. Si observas que un prestamista en línea tiene una calificación que no sea A (o su equivalente), debes buscar en otro lugar.
    • Otro buen recurso en donde puedes investigar es en una entidad de protección financiera al consumidor (o su equivalente en el lugar en donde vivas) que regule las entidades financieras en términos de su relación con el público. De esta forma, podrás determinar si un prestamista fue sujeto de una investigación o recibió una gran cantidad de quejas.
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Método 3
Método 3 de 5:

Conseguir un auto

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  1. En ocasiones, si compras un auto que haya sido embargado por un banco, esto podría ahorrarte entre 25 y 40 % del costo del auto. Sin embargo, ten en cuenta que, como no podrás pedirle a un mecánico que revise de antemano los autos de este tipo, quizás acabes comprando una chatarra. Aun así, puedes investigar en subastas locales o buscar vendedores en línea si estás dispuesto a correr el riesgo. [7]
    • Ten en cuenta que los autos embargados se venden tal y como están, por lo que quizás tengan problemas de mantenimiento de los cuales debas ocuparte.
  2. Si estás dispuesto a encargarte tú mismo del papeleo, puedes comprar un auto usado a su dueño anterior. Por lo general, si optas por esta vía, puedes ahorrar bastante dinero. Busca en el periódico local o en línea para ver si hay alguien que venda un auto en tu localidad. También podrías consultar en tu red social si hay alguien que esté considerando vender su auto.
    • Los vendedores privados podrían tener una mayor disposición para negociar el precio del auto, por lo que no debes dudar en regatear.
    • No olvides que, al comprar un auto a un vendedor privado, no tendrás ningún recurso legal en caso de que algo ande mal con el auto, y tú serás el responsable de llenar el papeleo.
    • Siempre debes obtener un informe de los antecedentes del número de chasis de cualquier auto que vayas a comprar a un vendedor privado. Asimismo, se recomienda encarecidamente que le pidas a un mecánico que revise el auto antes de comprarlo. [8]
  3. Por lo general, los concesionarios más respetables en una zona determinada son las franquicias y las cadenas nacionales. Las franquicias son los concesionarios que son los únicos que están autorizados para vender modelos nuevos de una marca determinada dentro de un territorio geográfico. Estos concesionarios siempre tienen un inventario de autos usados que obtuvieron en parte de pago, por lo que lo mejor es empezar por allí.
    • Una vez que hayas buscado en concesionarios de franquicia y cadenas nacionales, puedes probar con concesionarios más pequeños que empleen financiamiento de bancos o uniones de crédito y vendan autos usados con un kilometraje mayor. Sin embargo, debes evitar los concesionarios que sirvan como sus propios prestamistas ("compre aquí, pague mucho aquí"), ya que, si bien podrían tener precios atractivos de etiqueta, tienen la mala fama de vender chatarras, ocultar daños y muchas otras cosas. [9]
  4. Antes de comprar un auto, debes tener cuidado de revisar sus antecedentes. El servicio más famoso para obtener informes de antecedentes vehiculares es Carfax, pero también puedes encontrar sitios web que te brinden el mismo servicio de manera gratuita. [10]
    • Debes tener cuidado de fijarte si el auto alguna vez fue siniestrado, se declaró como pérdida total, sufrió daños por inundaciones, es un título de salvamento o si el odómetro alguna vez fue alterado. De ser el caso, es probable que debas evitar ese auto.
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Método 4
Método 4 de 5:

Comprar el auto

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  1. Después de obtener la preaprobación del prestamista, sabrás la cantidad de dinero que puedes gastar. Sin embargo, no hay necesidad de brindarle esta información al vendedor, ya que, si te presentas diciendo que obtuviste una preaprobación de $15 000, es probable que eso sea lo que termines gastando. En cambio, debes tratar de negociar lo más que puedas de antemano.
    • No debes llevar tus papeles de la preaprobación al reunirte con el vendedor en caso de que consideres que sentirás la tentación de mostrárselos.
  2. En caso de que vayas a comprar un auto en un concesionario, es posible que te ofrezca financiamiento. Si bien este suele tener tasas de interés más altas, el concesionario puede ofrecerte otros incentivos (por ejemplo, reembolsos o periodos sin intereses) que hagan que el costo general sea más bajo. Conversa con el vendedor y pídele una cotización para el financiamiento de forma que puedas saber si es adecuado para ti.
    • En el caso de algunos concesionarios, publicitarán que ofrecen financiamiento a personas con mal crédito o que no tengan crédito del todo. Por lo general, estos concesionarios cobran tasas de intereses extremadamente altas, por lo que lo mejor es averiguar primero si puedes obtener un préstamo de un banco, una unión de crédito o un vendedor respetable. [11]
  3. Antes de comprar un auto usado, debes preguntarle al vendedor si es posible que le pidas a un mecánico que examine el auto de forma que te asegures de que no tenga problemas. Este servicio siempre lo debe realizar tu propio mecánico. Debe revisar los frenos, el sistema eléctrico, la compresión, la transmisión y las demás partes del auto para así evitar que compres un auto defectuoso. [12]
  4. Después de comprar el auto, debes tener cuidado de que se te transfiera el título de propiedad a tu nombre. Revisa bien que el número de chasis que figure en el título sea el mismo que figure en el auto. Asimismo, el kilometraje del auto debe ser el mismo o más alto que el que figure en el título. Revisa todo el papeleo adecuado y luego preséntalo al departamento local de vehículos motorizados o su equivalente en el lugar en donde vivas.
    • Debes tener cuidado de obtener una nueva placa para el auto que esté registrada en el lugar en donde vivas.
  5. Es necesario que tu nuevo auto tenga seguro, por lo que debes comunicarte con diversas compañías para así obtener la mejor tarifa. En caso de que tu auto anterior haya tenido seguro, puedes comunicarte con tu compañía de seguros e informarles que compraste un auto nuevo para que modifiquen tu seguro. De esta forma, tendrás la certeza de que tu seguro cubrirá tu auto nuevo.
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Método 5
Método 5 de 5:

Enmendar tu calificación crediticia

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  1. Solo en los EE.UU., aproximadamente 1 de cada 5 personas tiene errores en su informe crediticio, y no podrás saber si eres parte de este grupo (y, si es así, qué tan graves podrían ser los daños a tu calificación crediticia) si no examinas tu propio informe. [13]
    • Investiga la legislación local, ya que es posible que tengas derecho a obtener una copia gratuita al año de tu informe crediticio de las principales agencias crediticia.
    • En caso de que observes que hay un error, deberás informárselo a la agencia crediticia por escrito y mediante correo certificado. Incluye copias de documentos que sustenten tu argumento junto con la notificación. Si bien no es obligatorio informarle también al acreedor de la misma forma y al mismo tiempo, no está de más hacerlo. En cualquier caso, por lo general la oficina de calificación crediticia tendrá alrededor de 30 días para investigar tu reclamo y, si no quedas satisfecho con la resolución, podrías presentar una queja a una oficina local de protección financiera al consumidor.
  2. Una vez que hayas examinado tu informe crediticio, quizás observes algunas tachas en tu expediente que no sean necesariamente errores sino reliquias de cuando eras más joven y más pobre. Si te comunicas con el acreedor, quizás puedas negociar para eliminar estos ítems del informe, aunque esto de ninguna manera está garantizado. [14]
    • Puedes decirle al acreedor que estarías dispuesto a pagarle y saldar tu deuda si es que elimina esos ítems de tu informe crediticio. El acreedor podría hacerte una contraoferta en la que sugiera que, en cambio, indicará que la deuda "se pagó según lo acordado", lo cual, si bien no es tan eficaz, da una mejor impresión que una cuenta moratoria. Independientemente del acuerdo al que lleguen, debes obtenerlo por escrito.
  3. Uno de los componentes de tu calificación crediticia es la proporción de crédito disponible en comparación con el crédito total. Tu calificación se verá perjudicada si utilizas más del 30 % de tu crédito disponible. [15]
    • Por tanto, si es necesario que cierres una cuenta, deberás pagar una cantidad suficiente del crédito restante para contrarrestar la pérdida de esa línea de crédito.
  4. No debes llegar al límite de tus tarjetas de crédito por la misma razón por la que no debes cancelar líneas de crédito de manera abrupta: utilizas una proporción demasiado alta de tu crédito disponible. Si observas que necesitarás una línea de crédito más grande que la actual, debes pedirle a tu acreedor que incremente el límite o bien solicitar una tarjeta nueva. De esta forma, podrás distribuir la misma cantidad de dinero a través de varias fuentes de crédito, lo cual hará que tu utilización de crédito general se mantenga baja. [16]
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