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Los tubérculos, como los nabos y las zanahorias, son excelentes ingredientes para sopas y estofados. Estos alimentos se pueden congelar para usarlos fácilmente durante los meses de invierno. Sin embargo, primero se recomienda blanquearlos para mantener sus nutrientes durante su almacenamiento.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Preparar los nabos

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  1. Enjuágalos con agua corriente del grifo. Luego remójalos por unos cuantos minutos para quitar la suciedad y vuélvelos a enjuagar.
  2. Separa los nabos que ya estén perdiendo su firmeza para que los utilices inmediatamente.
  3. Bota las cáscaras o úsalas para hacer compost. Las cáscaras limpias son un buen acompañamiento para los caldos de verduras.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Blanquear los nabos

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  1. Calienta el agua hasta que hierva.
  2. Colócalo cerca de la estufa.
  3. Déjalos blanquear durante dos minutos. [1]
  4. Repite el proceso con varios lotes de nabo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Congelar los nabos

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  1. Sécalos con una toalla de papel o un paño de cocina.
  2. Deja 1,5 cm (1/2 pulgada) de espacio libre.
  3. Sella herméticamente la bolsa ajustando muy bien.
  4. También puedes guardarlos en el refrigerador por un máximo de 3 semanas. [2]
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Consejo

  • No olvides que las hojas de nabo también se pueden blanquear y congelar junto con los nabos. Las hojas se deben blanquear durante dos minutos, al igual que los nabos. Luego colócalas en el baño de hielo y déjalas escurrir. [3]

Cosas que necesitarás

  • Agua
  • Nabos
  • Fregadero
  • Pelador
  • Cuchillo
  • Olla grande
  • Tazón grande
  • Hielo
  • Espumadera
  • Temporizador
  • Colador
  • Paños o toallas de papel
  • Recipientes de plástico

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