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Si pescaste demasiados peces para la cena, tendrás que encontrar una manera de preservarlos, ya que no se conservarán frescos por mucho tiempo en el refrigerador. Considera que congelar los pescados es una de las mejores maneras de conservarlos. Además, dado que no siempre es temporada de pesca, tal vez quieras guardar algunos para un momento posterior del año, algo que podrás lograr si los congelas enteros o en filetes.

Método 1
Método 1 de 3:

Mantén frío el pescado

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  1. Los frutos de mar y el pescado de agua dulce son susceptibles a echarse a perder. Lo mejor será que mantengas el pescado lo más frío que puedas hasta que lo congeles. Cuando lo transportes a tu casa desde el mercado, guárdalo en una hielera o en una bolsa para congelar a fin de que se mantenga fresco, junto con un poco de hielo u otros alimentos congelados. [1]
  2. El hielo es la manera más efectiva de enfriar el pescado para transportarlo a casa desde el lugar donde lo hayas pescado. Hasta puedes usar el hielo para matar a los peces chicos, ya que los inmoviliza casi de inmediato. Usa hielo molido para este propósito. Por cada 450 gramos (1 libra) de pescado necesitarás al menos 900 gramos (2 libras) de hielo. [2]
  3. En el caso de los peces chicos, solo ponlos (vivos) sobre el hielo, como estarían en el agua, es decir, acomódalos como si estuvieran nadando, no acostados sobre un lado. [3]
  4. Quítales las escamas, la cabeza y las branquias. [4]
    • Quítale las escamas al pescado. Para hacerlo, usa la parte sin filo de un cuchillo. Pasa el revés del cuchillo por debajo de las escamas, desde la cola a la cabeza del pescado. Sigue haciéndolo hasta que las hayas retirado todas, enjuaga el cuchillo mientras lo haces. [5]
    • Una vez que hayas limpiado el interior del pescado, guárdalo en hielo, dentro de una hielera. [6]
  5. Cuando se derrita, vuelca el agua y coloca más hielo en la hielera. [7]
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Método 2
Método 2 de 3:

Prepara y congela el pescado

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  1. Filetea el pescado. Sostén la cola, corta por debajo de la carne justo por encima del espinazo y avanza hacia la cabeza. Una vez que hayas cortado el filete, usa el cuchillo para quitarle la piel, si lo deseas. Para hacerlo usa una técnica similar: comienza cerca de la cola y pasa el cuchillo por debajo de la piel, cortando hacia afuera. [8]
    • Guarda cada filete en una bolsa para el refrigerador y sácale todo el aire que puedas antes de cerrarla. La bolsa se debe ajustar todo lo posible alrededor del pescado. [9]
  2. Si quieres congelar el pescado entero, sin las escamas y las entrañas, por supuesto, sumérgelo en agua salada antes de congelarlo. El agua ayuda a que se forme un glaseado que protegerá al pescado. [10]
    • Precongela una charola para el horno poniéndola en el congelador por 5 minutos. Añade una cucharadita de sal en 950 mililitros (1 cuarto) de agua y revuelve hasta que la sal se disuelva. [11]
    • Sumerge el pescado brevemente y acomódalo en la charola. Vuelve a poner la charola en el congelador rápidamente. [12]
    • Una vez que el agua de la superficie del pescado se haya congelado, repite el proceso un par de veces más para que se forme una capa. [13]
    • Envuelve el pescado congelado en papel para congelar. Asegúralo con cinta adhesiva y vuelve a acomodarlo en el congelador. [14]
  3. Querrás que se congelen tan rápido como sea posible y colocarlos separados será la manera más sencilla de lograrlo. [15]
  4. Los pescados muy grasosos, como el atún y el salmón, pueden durar congelados por alrededor de 3 meses. Los pescados sin grasa, como el bacalao o el lenguado, se conservarán en el congelador por alrededor de 6 meses. [16]
  5. Cuando descongeles el pescado, asegúrate de que permanezca en el envoltorio en el que lo hayas congelado, a fin de que mantenga el sabor y la textura. [17]
    • Para descongelar mariscos, colócalos debajo del chorro de agua fría a fin de mantenerlos fríos mientras se derrite el hielo. [18]
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Método 3
Método 3 de 3:

Usa métodos alternativos para congelar el pescado

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  1. Tal como el glaseado de hielo, uno de gelatina de limón protegerá al pescado y, además, le dará sabor. [19]
    • Hierve 1 1/2 tazas de agua. Mientras se calienta el agua, añade 1/2 taza de jugo de limón a 1 3/4 tazas de agua, junto con 1/2 taza de gelatina. Cuando hierva el agua, añádela a la mezcla de gelatina de limón y deja enfriar. [20]
    • Sumerge cada pescado en el glaseado. Después de sumergirlo sacude el exceso de gelatina. No querrás que haya una cobertura demasiado gruesa sobre cada uno. [21]
    • Envuelve en papel. Puedes usar ya sea bolsas o papel para congelar. Extrae todo el aire que puedas del envoltorio. Congela el pescado. [22]
  2. Algunos expertos creen que poner el pescado en agua, especialmente en recipientes grandes, puede dañar los filetes. Para estar del lado seguro, usa un recipiente chico con apenas el agua suficiente como para que cubra el pescado o congela solo pescados chicos y enteros, ya que la piel aportará algo de protección. [23]
    • Usa agua simple y muy fría. También puedes usar agua ligeramente salada. [24] Vierte agua en una charola poco profunda o en bolsas para congelar. [25]
    • Añade los filetes o los pescados chicos. Sumerge el pescado en el agua y asegúrate de que esta lo cubra por completo. [26]
    • Congela el pescado. Cubre los recipientes o sella las bolsas. Tapa los recipientes o cierra las bolsas y congela el pescado. No olvides escribir la fecha en la etiqueta. [27]
    • Si usas un recipiente, saca el bloque de hielo con el pescado cuando esté congelado. Puedes poner el bloque de hielo en una bolsa con cierre o envolverlo en papel para congelar antes de volver a almacenarlo en el congelador. [28]
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Consejos

  • Mantén el pescado frío en todo momento, aun antes de congelarlo. Ten en cuenta que se estropea con mucha facilidad.
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