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La dificultad para respirar (que también se conoce como disnea) puede resultar una experiencia aterradora, pero se pueden aliviar sus síntomas. Este trastorno puede tener su causa en un problema médico u ocurrir en personas sanas debido a ejercicios extenuantes, temperaturas extremas, altitudes elevadas y la obesidad. [1] Para controlar la disnea, debes aprender qué medidas tomar en el momento en que ocurre, consultar al médico y cambiar tu estilo de vida.

Método 1
Método 1 de 4:

Buscar atención médica

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  1. Si la disnea es causada por un problema de salud, entonces debes concertar una cita con el médico para que determine la causa subyacente y te recete el mejor tratamiento. Dependiendo de la causa, el médico puede desarrollar un plan de tratamiento que incluya cambios en el estilo de vida para ayudarte a controlar o aliviar los problemas respiratorios.
    • Entre los síntomas que pueden vincular la disnea con un problema de salud se encuentran los tobillos o pies hinchados, dificultad para respirar mientras estás acostado, escalofríos, fiebre, tos y sibilancias.
    • Debes acudir al médico de inmediato si la disnea aparece de manera repentina o si afecta tu calidad de vida. Debes contactar a los servicios de emergencia si además presentas dolor en el pecho, náuseas o desmayos, ya que esto podría significar que tienes un ataque cardíaco o una embolia pulmonar. [2]
  2. Si la dificultad para respirar aparece de manera repentina, entonces se trata de una disnea aguda. Esta afección requiere atención médica inmediata. El médico te recetará un tratamiento para tratar la causa, que en algunos casos alivia la dificultad para respirar. Sin embargo, si presentas afecciones como el asma, debes controlar los síntomas una vez que el ataque haya disminuido. Las posibles causas incluyen las siguientes: [3]
    • asma
    • intoxicación por monóxido de carbono
    • exceso de líquido alrededor del corazón (taponamiento cardíaco)
    • hernia de hiato
    • insuficiencia cardíaca
    • presión arterial baja (hipotensión)
    • embolia pulmonar (coágulo de sangre en los pulmones)
    • neumotórax (colapso pulmonar)
    • neumonía
    • Pérdida de sangre repentina
    • Obstrucción de las vías respiratorias superiores
  3. La disnea crónica es una afección constante que puede empeorar con el tiempo. Si presentas este trastorno, puedes tomar medidas para evitar las recurrencias, aunque es probable que nunca te liberes de ellas por completo. El médico puede ayudarte a desarrollar un plan de tratamiento para controlar la enfermedad. Las causas de la disnea crónica incluyen las siguientes: [4]
    • asma
    • enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
    • mal estado físico
    • insuficiencia cardíaca
    • enfermedad pulmonar intersticial
    • obesidad
  4. Lidia con la ansiedad y el estrés . Estos estados pueden provocar dificultad para respirar, en especial si eres propenso a los ataques de pánico. [5] Puedes aprender mejores estrategias de afrontamiento que te ayuden a aliviar la tensión en el pecho y respirar con mayor facilidad. Si tienes problemas para controlar el estrés o la ansiedad, puedes hablar con un consejero o un terapeuta.
    • Puedes llevar a cabo actividades para aliviar el estrés (como el yoga, la meditación o caminar en medio de la naturaleza).
    • Expresa tu creatividad.
    • Consume una dieta sana y equilibrada y minimiza la ingesta de cafeína, alcohol y azúcares.
    • Descansa lo suficiente.
    • Conversa sobre tus problemas con una persona de tu confianza.
  5. Una vez que el médico diagnostique la causa de tu dificultad para respirar, puede ayudarte a controlar este trastorno. Algunas personas pueden lograr eliminar la disnea por completo, mientras que otras solo logran limitar su recurrencia. El plan de tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida. [6]
  6. Es probable que el médico te recete un medicamento, un inhalador o un concentrador de oxígeno para ayudarte a controlar la afección. El tratamiento dependerá de la causa subyacente del trastorno. [7]
    • Por ejemplo, la disnea provocada por la ansiedad se puede tratar solo con medicamentos para la ansiedad.
    • El asma y la EPOC se pueden tratar con un inhalador.
    • Las alergias se pueden tratar con medicamentos (por ejemplo, antihistamínicos).
    • Si los pulmones no logran absorber el oxígeno suficiente, entonces es probable que te receten tratamientos con oxígeno. Por ejemplo, una persona que tiene EPOC grave puede presentar problemas para respirar y requerir tratamientos con oxígeno.
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Método 2
Método 2 de 4:

Realizar cambios en el estilo de vida

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  1. A veces, la mejor solución para la disnea es enfrentar los problemas con calma. Evita esforzarte demasiado, ya que podrías provocar un brote. En lugar de esto, debes separar más tiempo en tu agenda para que puedas relajarte, moverte lentamente y tomar descansos frecuentes. [8]
    • Pide ayuda cuando la necesites.
    • Comunica tus necesidades a las personas que te rodean. Puedes decirles lo siguiente: "Me encantaría ir de compras contigo, pero tendría que descansar en las bancas cada 15 o 20 minutos".
    • Evita aquellas actividades que te obliguen a esforzarte demasiado.
  2. Deja de fumar . Esta actividad daña los pulmones y dificulta la respiración. Además no solo puede causar disnea, sino que puede empeorar alguna afección subyacente (que constituye la raíz de los síntomas). [9]
    • Si necesitas ayuda, debes consultar con el médico sobre las medidas de asistencia para dejar de fumar (por ejemplo, el uso de un parche, goma de mascar o medicamentos).
  3. Baja de peso si sufres de sobrepeso u obesidad. El peso adicional en el cuerpo hace que te resulte más difícil moverte, lo que facilita el desarrollo de la disnea. Esto es especialmente cierto si tienes que realizar demasiada actividad física o cambiar de altitud (por ejemplo, al subir las escaleras). [10]
    • Debes conversar con el médico antes de comenzar una dieta nueva o un programa de ejercicios.
    • Puedes probar con una calculadora de calorías (como la aplicación MyFitnessPal) para mantenerte al día con tu ingesta de calorías y la cantidad que estás quemando.
    • Consume una dieta saludable y equilibrada que conste de verduras y carnes magras.
    • Limita el consumo de bocadillos azucarados y gaseosas.
    • Toma bastante agua.
  4. Si tiendes a quedarte sin aliento con facilidad, el ejercicio ligero puede ayudarte a reducir las recurrencias de este trastorno. Cuanto mejor se encuentre preparado tu cuerpo para la actividad, es menos probable que experimentes dificultad para respirar. El ejercicio también puede mejorar el flujo de aire en el cuerpo. [11] Debido a que presentas dificultad para respirar, es importante que comiences de a poco. Trata de caminar durante unos minutos o realiza ejercicios acuáticos.
    • Debes consultar con el médico antes de comenzar un programa de ejercicios nuevo.
    • Debes detenerte en cuanto sientas dificultad para respirar. Siempre puedes volver a intentarlo una vez que tu cuerpo se sienta preparado.
  5. Estos elementos pueden irritar la garganta y los pulmones haciendo que se contraigan y ocasionen dificultad para respirar. [12] Si reduces la exposición a contaminantes y alérgenos, lograrás respirar con mayor facilidad.
    • Puedes utilizar un filtro HEPA en casa.
    • Evita el uso de productos de limpieza, productos para el cabello, cosméticos y perfumes que contengan productos químicos agresivos, ya que estos pueden irritar las vías respiratorias.
    • Evita pasar demasiado tiempo al aire libre en días con alerta de ozono o polen.
    • Sométete a una prueba para identificar a qué eres alérgico y luego evita esos agentes detonantes.
  6. Las grandes altitudes pueden causar disnea incluso en personas saludables, ya que el aire es menos denso. Debes moverte lentamente y tomar descansos frecuentes para que tus pulmones no se abrumen. [13]
    • Por ejemplo, puedes descansar cada 10 o 15 minutos.
    • A menos que te encuentres debidamente preparado, debes evitar esforzarte demasiado en altitudes superiores a los 2000 m (5000 pies). [14]
  7. El aire fresco no solo te ayudará a calmarte, sino que el ventilador te dará la sensación de que recibes suficiente aire, lo que puede reducir tu necesidad de este elemento. Dependiendo de la velocidad del ventilador, puedes forzar el paso del aire por la nariz y la boca. [15]
    • Como alternativa, también puedes colocarte un paño frío sobre la frente para calmar la ansiedad. [16]
    • Solo debes llevar a cabo estos procedimientos si experimentas síntomas de disnea.
  8. Un humidificador agregará humedad al aire del ambiente, lo que puede ayudarte a respirar con mayor facilidad. Un difusor realiza algo similar, excepto que libera fragancias (como el aceite de eucalipto) que pueden reducir la inflamación y desobstruir las vías respiratorias. [17]
    • Puedes conseguir humidificadores y difusores en tiendas de artículos para el hogar, tiendas de aromaterapia y a través de Internet.
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Método 3
Método 3 de 4:

Respirar con los labios fruncidos

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  1. La respiración con los labios fruncidos es una de las mejores técnicas para lidiar con la disnea que no tiene su causa en un problema de salud. Si corres grave peligro, siempre debes pedir ayuda primero . Esta técnica ofrece los siguientes beneficios: [18]
    • Mejora la cantidad de aire que ingresa a los pulmones.
    • Libera el aire atrapado en el interior de los pulmones.
    • Facilita la respiración.
    • Reduce el ritmo respiratorio.
    • Ayuda al cuerpo a conseguir un mejor ritmo respiratorio, liberando el aire viejo antes de tomar el aire nuevo.
    • Te ayuda a relajarte.
  2. La boca debe permanecer cerrada para que no tengas la tentación de respirar por esa vía. Solo necesitas tomar un pequeño respiro, así que no debes preocuparte por inhalar profundamente durante los 2 segundos.
  3. Puedes y juntar los labios y fruncirlos como si estuvieras a punto de silbar o soplar aire sobre algún objeto. El objetivo es crear una corriente de aire lenta que salga de la boca. [20]
  4. Debes liberar la respiración a través de la boca, dejando que el aire fluya lentamente entre los labios. Tómate los segundos que necesites hasta que todo el aire salga de tu cuerpo antes de volver a respirar por la nariz.
    • La exhalación debe ser más lenta que la inhalación.
    • Continúa respirando a través de los labios fruncidos hasta que sientas que tienes la respiración bajo control. [21]
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Método 4
Método 4 de 4:

Utilizar estrategias de afrontamiento para respirar con mayor facilidad

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  1. Solo debes probar con este procedimiento si la dificultad para respirar que experimentas no es causada por una emergencia médica. Esta técnica es útil para la mayoría de las causas de disnea (además de las emergencias médicas). Coloca tu cuerpo en una posición relajada para que reduzcas la disnea si es causada por una actividad intensa, problemas emocionales, ansiedad, tensión, o cambios en el clima o la altitud. [22]
  2. Siéntate en una silla con los pies apoyados contra el suelo. Relaja los músculos e inclínate ligeramente hacia adelante, extendiendo el pecho sobre tu regazo. Apoya los codos sobre las rodillas para que puedas apoyar el mentón sobre las manos. Deja que la tensión fluya desde tu cuerpo.
  3. Párate a unos pasos de la pared. Relaja los músculos y separa los pies al ancho de los hombros. Deja que las caderas se inclinen hacia atrás. Apoya la parte superior de las nalgas y la parte inferior de la espalda contra la pared. Inclínate un poco hacia adelante con los brazos colgando o descansando contra los muslos. Imagina que la tensión fluye desde tu cuerpo. [24]
  4. Párate frente a un mueble fijo (por ejemplo, una mesa grande o un sofá). Relaja los músculos y separa los pies al ancho de los hombros. Inclínate hacia adelante y coloca las manos o codos sobre el mueble. Coloca la cabeza contra los brazos y relaja el cuello. [25]
  5. Inhala por la nariz y levanta los brazos por encima de la cabeza. A medida que respiras, debes contar hasta 4. Abre las palmas de las manos para ayudar a estirar la pared torácica. Libera la respiración a través de los labios fruncidos y baja los brazos.
    • Descansa durante unos segundos y luego repite este procedimiento 4 veces. [26]
    • Fruncir los labios significa juntarlos y presionarlos en lugar de abrirlos.
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Consejos

  • Si el asma te produce dificultad para respirar, trata de tomar una taza de café. La cafeína puede ayudarte a desobstruir las vías respiratorias.
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