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Si los gérmenes en un baño público te ponen nervioso o recientemente te enteraste de los beneficios de estar de cuclillas sobre el retrete, quizás quieras considerar defecar de pie. Definitivamente tiene sus beneficios, incluyendo permitir que las deyecciones se realicen con mayor rapidez, relajar los músculos del canal anal y evitar el esfuerzo excesivo. Si quieres cambiar la forma como defecas y no sabes cómo, lee este artículo para encontrar instrucciones detalladas y aprender más sobre los beneficios de cambiar tu rutina al ir al baño.

Parte 1
Parte 1 de 8:

Ubica un baño y reúne tus suministros.

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  1. Si estás en un negocio, busca un letrero que te indique el baño más cercano. De no serte posible encontrar uno, pregúntale a un empleado en dónde se encuentra el baño más cercano. Asegúrate de que en el baño haya papel higiénico, jabón y un lavabo que funcione. [1]
    • No uses productos como las toallitas húmedas perfumadas o las duchas vaginales, ya que pueden ocasionarte infecciones en la zona genital. [2]
    • Intenta no preocuparte por avergonzarte si debes preguntar en dónde está el baño. No olvides que las funciones corporales son naturales y normales.
    • Si estás nervioso en cuanto a compartir el baño con otras personas, pregunta si hay un baño privado en el edificio.
    • Si prefieres usar toallitas húmedas al defecar, lleva un recipiente portátil de toallitas húmedas en tu bolso, mochila o bandolera si lo tienes.
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Parte 2
Parte 2 de 8:

Cierra la puerta con cerrojo para tener privacidad.

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    Ubica el cerrojo en el cubículo o la puerta del baño. Asegúrate de que el cerrojo del baño esté asegurado para evitar los posibles encuentros vergonzosos. Debes asegurarte de tener la paz que te brinda la privacidad total, sobre todo si estás tratando de defecar de pie por primera vez o estás nervioso en cuanto a usar un baño público. [3]
Parte 3
Parte 3 de 8:

Bájate los pantalones o levántate la falda o el vestido.

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    Bájate la ropa para asegurarte de que el proceso sea eficiente y limpio. Si llevas puesta una falda o un vestido, quizás en cambio sea más conveniente que te los levantes. Esto te será de ayuda para ponerte en cuclillas con comodidad. [4]
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Parte 4
Parte 4 de 8:

Ponte en cuclillas sobre el retrete.

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    Flexiona las rodillas sobre el retrete y colócate en cuclillas. Asegúrate de que tu cuerpo esté directamente sobre el retrete. Inclina la cabeza y el abdomen hacia adelante al hacerlo para asegurarte de que las nalgas y el recto apunten hacia el retrete. Como otra alternativa, coloca los pies sobre el asiento del retrete y agáchate con las rodillas flexionadas. Prueba con este método únicamente si tienes un buen sentido del equilibrio o puedes sujetarte de la barra a un lado del cubículo del baño. [5]
    • Es casi imposible hacer una deyección al estar completamente de pie. Colócate en cuclillas sobre el retrete para hacer una deyección adecuadamente.
Parte 5
Parte 5 de 8:

Procede con la deyección.

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    Excreta las heces mientras estés en cuclillas sobre el retrete. Estar en cuclillas al defecar hace que las deyecciones sean más fáciles, ya que permite que el ángulo anorrectal se expanda por completo. Esto hace que se cree un camino claro para que la deyección pase a través del canal anal y ayuda a que no te esfuerces. [6]
    • Pasar mucho tiempo en el retrete puede ocasionar inflamación en las venas del colon, hemorroides y estreñimiento. Siéntate o ponte en cuclillas sobre el retrete únicamente por tanto tiempo como sea necesario para hacer una deyección. No dediques tiempo adicional a leer o usar tu teléfono. [7]
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Parte 6
Parte 6 de 8:

Permanece en cuclillas al limpiarte.

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  1. Limpiarte de atrás hacia adelante podría ocasionar infecciones o irritación, ya que puede propagar bacterias entre la uretra y los genitales. [8] Para este paso, usa ya sea el papel higiénico que se te proporcione o las toallitas húmedas.
    • No te excedas al limpiarte. Por muy limpio que quieras estar, asegúrate de que tus movimientos no sean demasiado fuertes, ya que esto puede irritarte la piel. Si tienes dificultades para limpiarte, usa toallitas húmedas sin perfumar. [9]
    • ¡Recuerda tirar de la cadena al terminar!
Parte 7
Parte 7 de 8:

Lávate las manos.

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  1. Frótate las manos como mínimo durante 20 segundos, asegurándote de limpiar partes como entre los dedos, el dorso de las manos y las muñecas. Enjuágate el jabón de las manos con agua tibia. Sécate las manos con una secadora cercana o un papel toalla o toalla de tela limpios. [10]
    • Si no tienes jabón y agua, usa un desinfectante para manos a base de alcohol. Usa un producto como mínimo de un 60 % de alcohol para asegurarte de que haya una desinfección adecuada. [11]
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Parte 8
Parte 8 de 8:

Conversa con tu doctor si tienes ansiedad acerca de defecar.

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  1. De ser así, quizás esa ansiedad se deba a un motivo subyacente. Ya sea que te cohíban tus funciones corporales o tengas miedo a los gérmenes, un profesional médico puede ayudarte a explorar y remediar esos sentimientos. Ten en cuenta que la ansiedad de este tipo es muy común, y no temas ser honesto con tu doctor en cuanto a tus sentimientos. Él está ahí para ayudarte sin juzgarte. [12]
    • Si no defecas cuando lo necesitas, esto puede ocasionar estreñimiento y otras complicaciones médicas. Quizás sea difícil, pero debes hablar con tu doctor de forma que puedas abordar tus sentimientos y evitar estos riesgos. [13]

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