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La pereza es un problema desagradable que le pasa a todos de vez en cuando. Tal vez te sientas poco inclinado a encargarte de las tareas del día, a quedarte sin hacer nada, a distraerte con facilidad o simplemente no tienes motivación. La pereza es algo con lo que todos lidian, pero desarrollando buenos hábitos, organizando tus prioridades y dejando de pensar en lo negativo, podrás impulsar tu vida.

Método 1
Método 1 de 3:

Motivarte

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  1. La razón principal de la pereza es la falta de motivación. Puedes desanimarte por una gran cantidad de tareas o simplemente no sientes que valga la pena motivarte por los retos cotidianos. [1]
    • Piensa en el panorama general. Puede ser fácil perderse en las tareas cotidianas y no darse cuenta de a dónde te diriges. Separa un poco de tiempo cada día para hacerte recordar cómo una tarea actual contribuye con metas más grandes para tu vida. Pueden ser metas financieras, deportivas o educativas que te ayuden con tu carrera y tu vida personal. Haz una lista de las razones por las que quieres terminar una tarea.
  2. Tal vez te sientas menos motivado a hacer algo sientas que es insignificante. Permanece optimista y, cuando completes una tarea, felicítate. Esto también evitará que te pongas perezoso, porque verás los frutos de tu trabajo.
    • Ya sea un ejercicio, actividad escolar o laboral, asegúrate de tener metas objetivas y que puedas alcanzar a lo largo del camino. Anótalas y táchalas a medida que las logres.
  3. La pereza puede ser un ciclo vicioso. Puede ser un tipo de odio hacia ti mismo. Cuando eres perezoso y no puedes completar una tarea, puedes caer en la depresión que hace que sea menos probable que sigas adelante. [2]
    • Si te dices constantemente que eres ocioso, siempre lo serás. De ahora en adelante, no te hables de esa manera. Debes decirte repetidas veces que eres una persona de acción. Imagínate como alguien trabajador que termina todas las tareas necesarias. Hazlo todos los días por 30 días hasta que se convierta en un hábito.
    • Separa tiempo para relajarte. Existe la tendencia a siempre asociar la inactividad con la pereza. Esto produce culpa y puede perpetuar más la pereza. En vez de culparte, date tiempo para relajarte sin culpa. [3]
  4. En vez de hacerlo todo solo, ponte en una situación en la que tus amigos y familiares te ayuden a motivarte. La responsabilidad grupal es un motivador excelente para mantenerte en forma, hacer tus deberes y dirigirte hacia tus metas. [4]
    • Si quieres estar más en forma, haz ejercicios junto con un amigo o busca una clase de ejercicios. Sentirás que desanimas a los demás si faltas a una clase y será más probable que mantengas el ritmo. Si es una meta académica, encuentra un amigo en la clase que te ayue a estudiar y a seguir por el buen camino.
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Método 2
Método 2 de 3:

Reducir la procrastinación

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  1. A veces, parte de procrastinar es llenar tu día con tantas tareas adyacentes que te cuesta ver lo que en realidad estás haciendo. Busca indicadores útiles que estén incluidos en tu procrastinación, como por ejemplo: [5]
    • sentarte a hacer algo importante y después decidir salir a tomar un café o a comer un bocadillo;
    • llenar tu día con tareas no indispensables;
    • volver a leer las notas o correos electrónicos muchas veces antes de decidir qué hacer con ellos.
  2. Muchas personas se ven inclinadas a hacer lista de tareas. Sin embargo, pueden hacer que tu día se vea abrumador y sin incorporarlas tangiblemente en él son simplemente ilusiones vanas. Tienes que considerar cuánto tiempo tienes y cuánto tiempo te tomará cada tarea para realizarla con eficacia y prevenir un día de pereza. [6]
    • Asegúrate de saber cuánto tiempo te tomará cada tarea. Esto reduce las probabilidades de que dejes las cosas para después porque trabajarás junto con un horario tangible. Además, debes darte cuenta de que puede aparecer algo que altere tu horario. Eso está bien. Todo lo que tienes que hacer es agregarlo a tu horario y modificar tu día.
    • Establece los límites. Las personas que son más propensas a dejar las cosas para después deben evitar mezclar su vida privada con el trabajo. Suponer que terminarás tu día laboral a las 5:30 p. m. te obliga a ser productivo dentro de cierto periodo de tiempo.
  3. Tal vez procrastines cuando sientes que tienes que hacer tantas cosas que prefieres ni siquiera empezar a hacerlas. La mayoría de las personas creen que se esfuerzan más de lo que en realidad lo hacen. Esto es debido a que las personas se sienten demasiado abrumadas y divididas por tareas interminables. Viven en un mundo de constante estimulación e información. Simplifica tu vida y será menos probable que te sientas abrumado por la inactividad. [7]
    • Evita los medios de comunicación por una semana. No toda la información que se consume a diario de todos los medios de comunicación es útil. A menos que tengas que consumir cierta información por tu trabajo, deja todo lo demás por una semana. No veas televisión, no leas los periódicos, no uses las redes sociales, no navegues en línea por diversión ni veas videos en Internet. A lo mejor quieras crear tu propia regla para este consejo.
  4. Por ejemplo, si ves un montón de papeles que deben tirarse, bótalos a la basura de inmediato. No es importante, pero tienes que hacerlo tarde o temprano. Si lo conviertes en un hábito, dejarás de tener una lista de tareas interminables que hacer después.
    • Esto será difícil al inicio, pero te ayudará a desarrollar un buen hábito. La tendencia a dejar las cosas para después puede agravar la procrastinación y la pereza.
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Método 3
Método 3 de 3:

Empezar bien el día

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  1. No presiones el botón de repetición del despertador ni regreses a dormir, sino más bien sal de tu cama para empezar tu día. Es más probable que te mantengas con energía si empiezas tu día activo. [8]
    • Esto requiere de práctica para convertirse en un hábito. Coloca tu despertador al alcance de tu brazo. Esto te asegurará que en realidad te salgas de la cama antes de presionar el botón de repetición del despertador.
  2. Es más probable que empieces tu día como atontado si no has dormido bien. Esto también puede afectar tu motivación y capacidad de no tener pereza el día siguiente. Descansa bastante para asegurarte de estar en las mejores condiciones cuando te levantes en la mañana, sintiéndote bien descansado, rejuvenecido ¡y listo para empezar tu día!
    • Cada persona necesita diferente cantidad de horas para dormir con el fin de funcionar al máximo, pero debes dormir al menos seis o siete horas. Aparta todos los aparatos electrónicos cuando te relajes para dormir. Ponte lo más cómodo posible y aparta cualquier distracción que mantenga tu mente activa.
  3. Haz ejercicios a primera hora del día. Esto mantendrá tus niveles de energía altos y aprovecharás tus máximos niveles hormonales. También se ha demostrado que el ejercicio ayuda a concentrarte el resto del día. [9]
    • No dejes de desayunar. El desayuno tiene beneficios fisiológicos, pero también efectos que mejoran la salud mental y el estado de ánimo. Desayunar sano mantendrá tus niveles de energía altos, el funcionamiento de tu cerebro al máximo e incluso mejorará tu memoria y concentración. [10]
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