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La luxación de rótula es una enfermedad común que afecta a las patas traseras de muchos perros, en especial los de raza pequeña, como los shih tzu. [1] Este problema ocurre cuando la rótula se mueve fuera de su posición normal, por lo que también se le conoce como desplazamiento de rótula. Aprende a diagnosticar este problema en los shih tzu para así poder garantizar que tu mascota reciba un tratamiento adecuado.

Método 1
Método 1 de 3:

Identificar los síntomas de una luxación de rótula

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  1. Un signo común de una luxación de rótula sucede cuando el perro evita usar una pata trasera. Quizás pueda moverse a la perfección y no sentir dolor, pero podría evitar dar un paso de vez en cuando. Asimismo, podría mantener una pata trasera en el aire por varios pasos antes de volver a descenderla. [2]
    • Esto se debe al bloqueo mecánico de la articulación de la rodilla que ocurre a causa de las fallas en su anatomía. Luego de unos pasos, la pata volverá a su posición normal y el perro seguirá caminando sin problemas.
    • La luxación de rótula ocurre en las patas traseras. Esto significa que el perro podría depositar todo su peso en las patas delanteras.
  2. En algunos perros, la luxación de rótula podría afectar las dos patas. Si este es el caso, el animal podría dar saltos similares a los de un conejo con ambas patas juntas.
    • Si tu perro tiene esta enfermedad en ambas patas, es probable que tenga dificultades para saltar hacia los muebles o las superficies bajas.
  3. En los casos graves o a largo plazo, el perro podría desarrollar problemas secundarios. Uno de ellos podría ser la artritis en la articulación. La pata o la articulación podrían estar hinchadas o rígidas. Si el perro usa la pata con menos frecuencia, también podría desarrollar una atrofia muscular en ese lado, lo que significa que los músculos de la zona afectada serán más pequeños que los del otro lado. [3]
    • Asimismo, el perro podría cojear con la pata afectada, lo que evitará que pueda caminar con ella.
  4. Un perro puede desarrollar una luxación de rótula a cualquier edad. Muchos de ellos suelen presentar síntomas cuando son cachorros, ya que este es un problema relacionado con los músculos de las patas. Los perros pueden empezar a mostrar los síntomas entre las 8 y las 10 semanas de edad.
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Método 2
Método 2 de 3:

Diagnosticar la luxación de rótula

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  1. Si crees que tu perro tiene una luxación de rótula, deberás llevarlo al veterinario. Él podrá realizar un examen físico para identificar la enfermedad. Primero observará cómo camina y le tocará las patas traseras. El veterinario tratará de identificar la atrofia muscular y el movimiento lateral en la rótula que no debería ocurrir. [4]
    • Se puede diagnosticar una luxación de rótula solo con el tacto, ya que se podrá sentir cómo se sale de su lugar al estirar la pata durante el examen.
    • En los casos que no sean evidentes, el veterinario podría estirar la pata del animal y ejercer una presión lateral leve en la rótula, lo que puede bastar para hacer que se salga de su lugar.
  2. Incluso si el veterinario cree que se trata de una luxación de rótula luego de realizar el examen físico, aun así, se deberá tomar una radiografía de la pata para así evaluar por completo la anatomía subyacente. Esto es importante en especial si se contempla la opción de realizar una cirugía correctiva.
    • El veterinario tendrá que revisar las radiografías para observar los ángulos de los huesos, lo que le brindará información vital sobre los procedimientos quirúrgicos más adecuados para el animal.
  3. En los casos leves de luxación de rótula, se podrá controlar el dolor y la inflamación del perro mediante el uso de AINE. El veterinario también te brindará un programa de ejercicios de rehabilitación física para ayudar a tu mascota a ganar fuerza en el músculo del muslo.
    • También deberás controlar el peso del perro. El peso adicional de la obesidad puede ejercer más tensión en la articulación de la rodilla.
  4. Si los perros evitan dar pasos con frecuencia o tienen dificultades para saltar, esto podría indicar que los cambios están más marcados; en cuyo caso, podría requerirse una cirugía correctiva para proteger la articulación de la etapa inicial de la artritis.
    • La cirugía correctiva consiste en profundizar la hendidura en la que reposa la rótula, ajustando la cápsula articular y, en ocasiones, modificando el ángulo de la espinilla, de modo que la rótula repose en una línea más recta con el hueso del muslo. [5]
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Método 3
Método 3 de 3:

Aprender sobre la luxación de rótula

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  1. La rótula es una parte vital de la anatomía de la rodilla. La rodilla es un gínglimo que está compuesto por el fémur (o hueso del muslo) desde la parte superior, y con la tibia (o espinilla) desde la inferior. Cuando el músculo grande del muslo se contrae, este jala la espinilla y hace que la rodilla se ponga recta. Sin embargo, no jalará la espinilla de forma directa, sino que lo hará a través de un sistema tipo polea formado por la rótula. [6] Para que este sistema funcione, el músculo del muslo deberá jalar en línea recta. La luxación de rótula hará que se jale en un ángulo y que la rótula se salga de su lugar.
    • Los problemas que hacen que la rótula se salga de su lugar pueden variar. Las cápsulas articulares flojas son uno de estos problemas, ya que no permitirán que la rótula esté firmemente asegurada. Otro problema es que la hendidura en la que la rótula reposa puede ser muy poco profunda, lo que fomentará un movimiento lateral que no debería ocurrir. Los músculos también podrían jalar en cierto ángulo debido a la forma arqueada de los huesos de las patas traseras del perro. [7]
  2. Los perros pequeños son muy propensos a sufrir luxaciones de rótula. Esto significa que la raza shih tzu es muy vulnerable a esta enfermedad. La luxaciones de rótula son comunes en los perros con patas cortas o arqueadas, como el perro salchicha, el lhasa apso, el yorkshire terrier o el shih tzu.
    • Esta enfermedad puede surgir en perros de cualquier edad, pero los signos suelen presentarse a una edad temprana, ya que es un problema mecánico que afecta a la dirección en la que se jalan los músculos y a la anatomía. Muchos perros empiezan a mostrar los signos entre las 8 y las 10 semanas de edad. [8]
  3. Los casos más leves se consideran de primer grado, mientras que los más graves son de cuarto grado. El primer grado ocurre cuando la rótula tan solo se sale de su lugar y regresa por sí sola. El segundo grado es similar, pero de vez en cuando se tendrá que regresar la rótula a su posición de forma manual. [9]
    • El tercer grado ocurre cuando la rótula ya no regresa a su posición. Esta se quedará fuera de su posición si no se regresa de forma manual. La rótula solo se quedará en su posición normal por un tiempo breve.
    • El cuarto grado es el más grave. La rótula permanecerá fuera de su lugar y no se le podrá regresar a su posición de forma manual.
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