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La peritonitis infecciosa felina (PIF) es una enfermedad poco común que se produce principalmente en gatos menores de dos años que han estado cerca de otros gatos. La PIF es producto de una respuesta inmune inapropiada a un virus común, que se llama coronavirus felino. La mayoría de los gatos que contraen este virus pueden curarse sin tener consecuencias duraderas, pero algunos reaccionan con este síndrome devastador. Existen dos formas, una húmeda y una seca. Si un gato desarrolla PIF, casi siempre es fatal. [1] Para diagnosticar la PIF, reconoce los síntomas, lleva al gato al veterinario y pídele que le haga pruebas. Si al gato se le diagnostica el trastorno, no hay ningún tratamiento, pero puedes proveerle cuidados paliativos.

Método 1
Método 1 de 3:

Reconocer los síntomas de PIF

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  1. Un gato puede dejar de comer o comer menos de lo que come cada día. Debido a esto, el gato puede empezar a bajar de peso. En los gatitos, este detalle puede impedir su crecimiento. Estos síntomas son característicos del tipo húmedo o efusivo de PIF. [2]
    • A pesar de la falta de comida y la pérdida de peso, el abdomen se le puede hinchar y hacer que parezca como si tuviera panza.
    • El gato también puede tener diarrea.
  2. La peritonitis infecciosa felina puede afectar el sistema respiratorio del gato. Este puede presentar problemas para respirar y sibilancias. También puede estornudar con frecuencia y tener congestión nasal. Estos síntomas también son característicos del tipo húmedo o efusivo de PIF. [3]
    • Estos síntomas respiratorios pueden estar relacionados con la acumulación de líquido en la cavidad torácica.
  3. El segundo tipo de PIF es el tipo seco o no efusivo. Si un gato tiene este tipo, entonces tendrá mala salud. Los gatitos pueden tener un retraso en el crecimiento y no evolucionar como deben. Los gatos también pueden mostrar signos de ictericia a través del amarillamiento del interior de los párpados y de la anemia. Un pelaje sin brillo también es común.
    • El gato puede tener fiebre.
    • Los gatos con PIF pueden mostrar síntomas de depresión o letargo.
  4. La versión seca de PIF puede afectar a los ojos. Estos pueden inflamarse o hincharse. Puedes notar el enrojecimiento de las áreas blancas o el revestimiento, y en algunos casos incluso pueden sangrar. Los ojos del gato pueden cambiar de color, generalmente a un tono marrón. [4]
    • El gato puede perder la capacidad de ver.
    • Los problemas oculares pueden ser el único síntoma de esta enfermedad.
  5. La PIF también puede afectar al cerebro. El gato puede presentar problemas de coordinación, por lo que puede tambalearse, perder el equilibrio o tener problemas para caminar. También puede tener temblores o convulsiones.
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Método 2
Método 2 de 3:

Diagnosticar la PIF

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  1. La mayoría de los gatos desarrollan esta enfermedad cuando tienen menos de dos años de edad. Es más común si el gato vive cerca de otros gatos o si ha compartido un área común con muchos gatos. La manera más común es entrando en contacto oral con heces infectadas. Los seres humanos pueden tener el virus en la ropa. Si un gato infectado entra en contacto con un objeto, el virus puede terminar transfiriéndose al objeto. [5]
    • El virus se suele expulsar a través de las heces. Este vivirá hasta 36 horas, aunque puede durar más tiempo en climas más fríos.
    • En la mayoría de los gatos, el virus causará un poco de diarrea y luego desaparecerá por sí solo.
    • El coronavirus felino es algo que solo los gatos pueden contraer. Las personas y los perros no pueden infectarse de coronavirus felino.
  2. La PIF es difícil de diagnosticar, así que llevar al gato al veterinario tan pronto como sospeches que tiene un problema puede ayudarle a hacer un diagnóstico. Asegúrate de decirle al veterinario tantos síntomas como puedas para ayudarle a tener todos los datos. [6]
    • Algunas veces, la PIF solo se puede diagnosticar mediante el descarte de otras enfermedades.
  3. Lo primero que probablemente hará el veterinario será analizar la sangre del gato. Esto le permitirá verificar si presenta anticuerpos de coronavirus. Sin embargo, estos anticuerpos solo indican que el gato ha estado expuesto al virus, no que tenga PIF. El veterinario puede hacer un diagnóstico en función al análisis sanguíneo y a los síntomas que el gato experimenta. [7]
    • Hay algunas anomalías en un análisis de sangre que pueden hacer que el veterinario sospeche de PIF. El veterinario también puede hacer una prueba de titulación para la PIF.
    • El veterinario hará también un conteo sanguíneo, así como un análisis de la función hepática y renal.
  4. El veterinario puede hacerle una radiografía al gato para determinar si tiene líquido en el abdomen o en el tórax. Si la radiografía muestra líquido, el veterinario golpeará la cavidad para extraer el líquido a fin de realizar más pruebas. [8]
    • Esto suele ser suficiente para hacer un diagnóstico; sin embargo, en algunas casos, no se podrá hacer un diagnóstico definitivo.
  5. La forma seca de la PIF es difícil de diagnosticar debido a que el líquido no se presenta en los órganos. Si un diagnóstico diferencial no conduce a un diagnóstico, el veterinario puede hacer una biopsia de los órganos afectados.
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Método 3
Método 3 de 3:

Tratar la PIF

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  1. No hay cura para ningún tipo de PIF. Sin embargo, un gato que tiene la forma seca puede vivir por algunos meses si sigue comiendo, si no ha desarrollado signos neurológicos y si no tiene anemia. Darle al gato un alimento nutritivo de calidad puede ayudarle durante unos meses. [9]
    • Si el gato contrae anemia, puede necesitar transfusiones de sangre.
  2. Los gatos con la forma húmeda generalmente no viven tanto tiempo como los que tienen la forma seca. Para prolongar la vida del gato por un tiempo, puedes drenar el líquido del tórax y el abdomen. [10]
    • Drenar el líquido puede producir una pérdida significativa de proteínas, lo cual hará que el trastorno empeore.
  3. El veterinario puede darle al gato antibióticos si contrae infecciones. A veces administrará inmunodepresores para disminuir los anticuerpos. Además, si el gato tiene problemas oculares, puede prescribir corticoesteroides. [11]
  4. Casi todos los casos de PIF son mortales y no hay tratamiento para el virus. La mayoría de los tratamientos son paliativos y ayudan a mejorar la calidad de vida del gato durante unas semanas o meses. Muchos veterinarios recomiendan que se les haga la eutanasia a los gatos a los que se les ha diagnosticado PIF. [12]
    • Si al gato se le diagnostica PIF, tu familia y tú deben decidir el curso de tratamiento más humanitario y apropiado para el gato.
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