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Las chinchillas pueden ser mascotas fantásticas, pero suelen tener un temperamento nervioso, y una nueva chinchilla mascota podría ser huidiza y nerviosa, y quizás no quiera pasar el tiempo contigo. Esto es normal para un animal con un instinto salvaje y una preferencia por estar entre los de su especie. El proceso de domesticar a una chinchilla mascota puede tomar semanas, y empieza el día que la llevas a casa. Con amor, paciencia y cuidado, podrás convencerla de que no eres una amenaza y entrenarla para ser una mascota maravillosa.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Llevar a casa a una nueva chinchilla

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  1. No podrás empezar a domesticarla hasta que se sienta segura y relajada en su nuevo hogar. Si le has preparado un lugar cómodo para cuando la lleves a casa, esto la ayudará a adaptarse a su nuevo entorno con el menor nerviosismo y ansiedad posible.
    • Las chinchillas son roedores grandes y les gusta saltar, por lo que necesitarán una jaula grande.
    • Colócale una caja de anidar en el nivel inferior de la jaula. Esto le brindará un lugar al que pueda retirarse si se quiere esconder o tener privacidad.
  2. Evita estimularla en exceso o estresarla el primer día en tu casa.
    • Ofrécele una sola pasa como una muestra bondadosa el primer día, pero no le des muchas golosinas. Su sistema digestivo es delicado y necesita adaptarse poco a poco a su nueva dieta. [1]
  3. Además de prepararle un hogar ideal, tendrás que verificar que sea tranquilo y silencioso como mínimo en las primeras semanas. A las chinchillas y otros roedores no les gustan los entornos ruidosos, pero pueden llegar a tolerar más ruido una vez que se acostumbren y estén cómodos.
    • Mantenla en una habitación silenciosa, lejos de otras mascotas, niños, televisiones u otras fuentes de ruido. [2]
  4. Déjala sola en las primeras semanas. Esto permitirá que la chinchilla se acostumbre a su nuevo entorno desconocido.
    • Dale comida y agua a diario, y solo sostenla lo necesario para limpiar su jaula (en la mayoría de los casos, serás capaz de limpiar alrededor de ella y no tocarla en lo absoluto).
    • Háblale con un tono de voz suave y relajante cuando estés en la habitación. Podrías notar que se esconde, chilla o grita en los primeros días. Estos son signos de estrés y deben volverse cada vez menos comunes a medida que sigas reconfortándola con delicadeza y ayudándola a sentirse segura. [3]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Tocar a la chinchilla

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  1. Tu nueva chinchilla estará abrumada en este momento, y estará acostumbrándose a las vistas y los sonidos de su nuevo hogar. Algunas son amigables por naturaleza, pero otras son más ansiosas y podrían requerir unos días a unas semanas para acostumbrarse, antes de que trates de sostenerla. Mientras tanto, habrá algunas medidas que podrás probar para tratar de hacer que se acostumbre a tu aroma y presencia.
    • En los primeros días, tan solo pasa un tiempo en su habitación y háblale con un tono de voz tranquilo a través de su jaula. [4] Ella no entenderá tus palabras, pero entenderá tu tono tranquilo y tu presencia reconfortante. Ella empezará a asociarte con la seguridad.
    • Abre la puerta de la jaula y deja la mano reposando en el interior. No trates de sostener o tocar a la chinchilla demasiado rápido; de lo contrario, podrías asustarla. Ella podría esconderse de tu mano, pero sigue haciéndolo como mínimo una vez al día. Algunas chinchillas se acercarán a oler la mano y explorar el brazo de inmediato; otras tardarán semanas en sentirse lo suficientemente cómodas como para acercarse. Ten paciencia. [5]
  2. Cuando sientas que está relajada cerca de ti y no actúa agitada, podrás empezar a hacer movimientos pequeños con las yemas de los dedos para tocarle el pelaje. Es una buena idea que lo hagas mientras explora tu mano y brazo a través de la puerta de la jaula abierta, pero asegúrate de tener la habitación asegurada, por si se escapa por la puerta abierta de la jaula.
    • Al principio, los movimientos de los dedos deben ser muy sutiles, para no asustarla. Conforme midas su reacción, podrás decidir si es seguro acariciarla con más firmeza. Siempre sé cuidadoso y nunca le toques la cara ni cerca de la cola.
    • No hagas movimientos súbitos ni ruidos fuertes mientras la sostengas. Recuerda que las chinchillas suelen ser muy nerviosas y se asustan con facilidad.
  3. A medida que la chinchilla se sienta más cómoda, es probable que poco a poco camine hacia tu mano o brazo, o quizás que incluso salga de la jaula y vaya a tu regazo. Deja que explore y evita que se caiga, pero no la sujetes ni la restrinjas. Esto la ayudará a aprender que eres confiable y no una amenaza.
    • Podrías sentir la tentación de ofrecerle golosinas para convencerla de que se te acerque, pero es una buena idea que esperes hasta haber establecido una relación de confianza antes de empezar a darle comida (y luego solo dale golosinas con poca frecuencia, no de forma rutinaria). De lo contrario, podría asociarte con las golosinas y no verte como un compañero, por lo que no estará feliz de pasar tiempo contigo sin recibir un premio. [6]
  4. Con el tiempo, te habrá demostrado que no se siente estresada en tu presencia y se sentirá cómoda tocándote y con que la toques. Este es un buen momento para cargarla con delicadeza.
    • Siéntate en el suelo para que no se caiga a una distancia elevada si salta de tus manos.
    • Siempre usa las dos manos: una con una palma abierta para darle soporte por debajo de su vientre, y la otra para cubrirle el lomo y ayudarla a sentirse segura. Nunca aprietes su caja torácica, la cual es muy frágil.
    • Sostenla cerca de tu cuerpo para darle calor y soporte. Esto también te ayudará a mantener el control si empieza a forcejear (lo que es probable que haga).
  5. Incluso a la chinchilla domesticada más amigable no le gustará sentirse restringida ni que la sostengan por periodos largos. Estos animales son curiosos y ocupados, y quieren pasar el tiempo explorando, no permaneciendo quietas.
    • Presta atención a sus pistas. Bájala de inmediato cuando empiece a retorcerse, chillar o lucir angustiada o ansiosa. [7]
    • Sostenla un par de veces al día por periodos breves, en lugar de largos.
    • No le presentes otras personas por unos meses después de haberla domesticado, y luego hazlo de forma gradual y con paciencia, dejando que lleve el ritmo cuando olfatee la mano de la persona y elija si quiere subirse a su palma abierta.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Identificar a una chinchilla con problemas

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  1. Si la compras a una edad temprana, lo más probable será que tengas éxito socializándola de forma apropiada y haciendo que le guste estar cerca de las personas. No obstante, si por algún motivo consigues una chinchilla mayor que no ha tenido una socialización adecuada cuando era joven, o una que ha sido descuidada o maltratada, tendrás que adoptar cuidados especiales para maximizar las probabilidades de domesticarla. [8]
    • Antes de adoptar a una mascota así, debes tener en cuenta que nada garantiza que una mascota mal socializada pueda rehabilitarse. En algunos casos, quizás nunca llegues a un punto en el que la nueva mascota se sienta cómoda con que la sostengan o incluso con estar en la misma habitación que tú. Si ha sufrido un maltrato fuerte o es más ansiosa por naturaleza, podrías tener que aceptar que lo mejor que puedes hacer es mantenerla cómoda y alimentarla bien en su jaula. [9]
  2. Una chinchilla estresada requiere más paciencia y no se le debe sostener hasta que esté relajada. Los signos más comunes del estrés en una chinchilla son los gritos, los chillidos o los temblores, así como esconderse de ti cuando te acercas. [10] Estos son algunos otros:
    • Rociar orina u orinar en toda la jaula. Es común que las chinchillas muy jóvenes orinen en lugares extraños (como el nido, una repisa o hacia afuera de la jaula), pero las que están muy estresadas también lo hacen. Algunas hembras incluso les rocían orina a los depredadores, por lo que si la tuya te lo hace, es una buena señal de que te teme y te considera como una amenaza. [11]
    • Masticar el pelo o lastimarse. Los roedores muy estresados (y otras mascotas) a veces muerden su pelaje o se lastiman el cuerpo de otra manera.
    • Algunas chinchillas estresadas parecen nunca dormir, ya que siempre están alertas y saltan al primer sonido que emites al acercarte. [12]
  3. La paciencia es vital. Las chinchillas muy temerosas podrían requerir semanas para acostumbrarse a tu presencia oliéndote la mano y escuchando tu voz antes de estar cómodas con el contacto ligero.
    • Si vocaliza o actúa con mucho pánico, no te acerques a la jaula, salvo que vayas a alimentarla, darle agua o limpiar la jaula. Realiza estas tareas con eficiencia, pero no tan rápido como para asustarla más.
    • No la mires a los ojos, lo que puede ser amenazante para un roedor. En lugar de ello, siéntate cerca de su jaula y mira hacia ella con los ojos cerrados, y di palabras reconfortantes con calma, como “Buena chica”. [13]
    • Ofrécele golosinas. Es una mala idea darle golosinas a una chinchilla mascota con frecuencia, pero estas pueden ser de mucha utilidad para calmarla, lo que la ayudará a asociarte con cosas buenas en lugar del miedo. Coloca avena orgánica en la palma de tu mano para atraerla y hacer que se te acerque. [14]
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Consejos

  • Mantén a los niños pequeños y otras mascotas alejados de la nueva mascota, como mínimo durante las primeras semanas.
  • Compra juguetes pequeños para ayudarla a sentirse en casa.
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Advertencias

  • Las chinchillas morderán si están estresadas o tienen miedo. Si apresuras el proceso de domesticarla, podría morderte. En ocasiones, las mordeduras de roedores pueden causar enfermedades o infecciones, así que asegúrate de acudir a un doctor si la tuya te lesiona la piel.
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