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Así como lo sabe cualquier persona que ha visto jugar a dos cachorros, morder es una acción natural en los perros, un remanente de su instinto depredador, así como una señal de sentimientos como miedo, egoísmo y dolor. [1] No obstante, los cachorros que juegan también se enseñan mutuamente a no morderse demasiado. Con la enseñanza correcta (la cual idealmente se debe iniciar a una edad temprana), la socialización y otros entrenamientos, es posible enseñar a los perros (incluso a los mayores) a no morder. Ten en cuenta que golpear a un perro no es parte de este proceso de enseñanza.

Método 1
Método 1 de 2:

Entrenar a un perro desde una edad temprana

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  1. [2] Deja que la familia original de tu perro asuma parte de la carga de enseñanza antes de que tu familia se haga cargo del trabajo.
    • En el caso de los perros (así como con otros animales, incluyendo los humanos), una función importante del juego es la enseñanza. Los cachorros utilizan gritos de dolor y se niegan a seguir jugando para enseñarse mutuamente sobre las diferencias entre mordidas lúdicas y mordidas dolorosas. Asimismo, la mamá de los perros desempeña un rol instructivo importante en las semanas formativas de la vida de un cachorro, rol que es difícil de replicar o reemplazar.
  2. Este procedimiento simple no solo evitará que te encuentres frente a una camada de cachorros no deseados, sino que también reducirá las tendencias de deambular y pelear que pueden provocar que algunos perros muerdan. [3]
  3. Los perros nerviosos o asustadizos son más propensos a actuar de forma impredecible y contraria a un comportamiento normal, e incluso pueden llegar a morder. Expón a tu perro joven a otros animales y personas en una amplia variedad de entornos para que así las situaciones sociales normales tengan menos probabilidades de causarle miedo. [4]
  4. Es posible que esto no parezca tan directo como cuando tratas de enseñarle a tu cachorro a “no morder”; no obstante, enseñarle órdenes comunes como “siéntate”, “quieto”, “ven” y “déjalo” suelen ser bastante efectivas a fin de prevenir las mordidas. Podrías pensar que simplemente le estás enseñando a tu cachorro a obedecer, pero también le estarás enseñando a ser paciente.
    • Los perros que tienen un pobre control de sus impulsos tienen más probabilidades de morder cuando sus necesidades no se satisfacen de inmediato.
    • Por ejemplo, enseñarle a tu perro la orden “déjalo” a fin de evitar que tome una golosina que está frente a su nariz hasta que le digas “tómalo” puede ser particularmente útil para evitar las mordidas. [5]
  5. [6] Tu perro no sabrá de manera innata qué tan sensible es la piel humana a los dientes caninos afilados. Enséñaselo de la misma manera en que se lo enseñes a una camada de cachorros. Cuanto antes empieces este proceso, será mejor.
    • Juega con tu cachorro y deja que mordisquee tu mano. Sin embargo, tan pronto como sientas que la punta de un diente toca tu piel, da un “grito” demostrativo y renquea tu mano, lo cual indicará que esta acción te dolió y que ya no jugarás si sigue así. Tan pronto como el perro deje de mordisquearte o una vez que lama tu mano inerte, felicítalo y empieza de nuevo el proceso.
    • Si no es suficiente el hecho de demostrar que tu mano no es interesante para el juego, emplea un tiempo de espera. Deja la habitación durante 10 a 20 segundos después de gritar para dejarle en claro que morder no es parte del tiempo de juego. Amplía el tiempo de espera y reduce el umbral de lo que constituye una mordedura a medida que tu perro aprenda.
  6. [7] A medida que tu perro aprenda a ser más cuidadoso durante las mordidas de juego, eleva mucho más el estándar de tal modo que cualquier mordisco en tu piel sea visto con desaprobación. Utiliza las mismas técnicas que en el paso anterior; no obstante, también trata lo siguiente:
    • Dale un juguete o hueso masticable cuando tu perro empiece a mordisquear tu piel. Ten listo el juguete y preséntaselo rápidamente. Así aprenderá que estos son objetivos aceptables para su instinto de mordisquear.
    • Distrae a tu perro con una golosina en una mano mientras lo acaricias con la otra mano. Esto es particularmente útil para los perros que tienden a mordisquear o morder cuando reciben caricias. Con el tiempo, la falta de concentración en la mano que lo acaricia se volverá normal, incluso si no tienes una golosina que lo distraiga.
    • Haz que disfrute los juegos sin contacto, por ejemplo, traer cosas. Muéstrale a tu perro que hay muchas formas de jugar que no involucran mordisquear tu piel.
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Método 2
Método 2 de 2:

Enseñar nuevos trucos a perros mayores

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  1. Como lo dice un dicho antiguo, resultará más difícil cambiar los hábitos y comportamientos de un perro mayor. Permite que la paciencia y persistencia sean tus aliados.
  2. [8] Hay aerosoles comerciales disponibles que harán que tu piel o ropa tengan un olor o sabor desagradable para tu perro. Por ejemplo, si tu perro tiende a mordisquear tu antebrazo, rocía el aerosol en la manga de tu camisa mientras juegan.
    • También puedes buscar versiones caseras de ese producto disuasivo.
  3. Castigar a tu perro nunca es la mejor forma de manejar una situación. Así, en el caso de las mordidas, solo tiende a infundirle miedo y agresión y, además, representa una invitación a jugar con más brusquedad, todo lo cual promueve más mordidas. Utiliza los siguientes métodos de asociación negativos junto con los métodos “gritar y detener”.
    • Rocía un chorro de espray de menta (como Binaca) en la boca de tu perro cuando muerda. No le gustará ni el sabor ni la sensación del espray. [9]
    • Utiliza un collar que le presione el cuello o que lo pellizque si te sientes cómodo de hacerlo. [10] Ponle una correa a tu perro mientras juega y dale un tirón firme pero no muy fuerte cuando muerda o mordisquee. Existen diferencias de opinión sobre si los collares que presionan el cuello son aceptables para usarse en perros, por lo tanto, utiliza tu mejor juicio.
  4. Todos los perros son diferentes y entrenar a un cachorro o a un perro mayor puede ser una tarea frustrante y aparentemente infructuosa. No tienes que avergonzarte por buscar ayuda de profesionales entrenados y experimentados.
    • La American Society for the Prevention of Cruelty to Animals ( ASPCA , por sus siglas en inglés, o Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales) recomienda buscar un especialista en comportamiento animal certificado ( CAAB o ACAAB ), un especialista en comportamiento veterinario (diplomado en ACVB ) o un entrenador de perros profesional y certificado ( CPDT ) con experiencia demostrada en lidiar con perros que muerden. [11]
    • Si es posible, entrena a tu perro en tu casa en vez de enviarlo a una escuela de entrenamiento. El entrenamiento es más efectivo cuando se realiza en el entorno familiar en el que se espera más comúnmente el comportamiento entrenado. [12]
  5. Incluso el perro mejor entrenado que nunca ha mostrado tendencia a morder puede morderte de forma inesperada o también a un familiar o invitado. Algunas veces, el dolor del cual no puedes ser consciente puede ser causa de una mordedura inesperada.
    • Si hay comportamientos (por ejemplo, juegos bruscos o golpes suaves en la cabeza) que pueden desencadenar que tu perro muerda, informa a tu familia e invitados que no lo hagan.
    • Enseña a las personas que te rodean a ser conscientes de las señales de que tu perro o cualquier otro morderá de forma inminente. Estos incluyen tener las orejas inmovilizadas y pelaje erguido, así como mostrar rigidez del cuerpo, ojos abiertos con una mirada directa y enseñar los dientes (de forma parecida a un bostezo). [13]
    • Enseña a las personas que te rodean a, en el peor de los casos, responder al perro amenazante. Deberán mantener la calma, ser firmes pero evitar el contacto visual y, si el perro ataca, enroscarse y protegerte la cara, garganta, pecho y dedos (haciendo puños). [14]
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Consejos

  • Leer sobre los perros que muerden puede disuadirte a tener uno, en especial si tienes una experiencia limitada con perros. No obstante, recuerda que un perro bien entrenado podría ser el amigo más feliz y leal que jamás tendrás.
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