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Es posible que te encuentres con un perro agresivo al salir a la calle o que el perro que tengas empiece a actuar agresivamente contigo. La clave para ganarse la confianza de un perro agresivo radica en tener paciencia y ser constante. Muévete lentamente en todo momento y preséntate de una manera no amenazante. Ofrécele bocadillos y refuerzo positivo todas las veces que puedas. Presta atención a los signos de advertencia (como gruñidos) y no olvides protegerte si es necesario.

Método 1
Método 1 de 3:

Acercarte al perro cuidadosamente

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  1. Ve a hacer lo que tengas que hacer como siempre y abstente de acercarte al perro para tocarlo, a menos que muestre un interés directo en ti. Es posible que sienta cada vez más curiosidad por ti y que intente darte un manotazo o un golpe para entrar en contacto. Si eso ocurre, quédate quieto hasta que el perro esté satisfecho.
  2. Si no es tu perro, es una buena idea preguntarle al dueño (si está presente) si puedes acariciar al animal. Por lo general, se negará si el perro es agresivo, con lo que entenderás que el vínculo tendrá que producirse a distancia, si es que deseas tratar de establecerlo. Si ves a un perro agresivo corriendo sin su dueño, es una buena idea mantener la distancia y llamar a la oficina local de control de animales para que te ayuden.
    • Puedes decirle al dueño algo como “Qué perro tan bonito. ¿Está bien si lo acaricio?”.
    • Si se trata de un perro abiertamente hostil y sin compañía, quizás no sea conveniente que te acerques lo suficiente como para tratar de leer sus placas. El perro puede morderte o arañarte. En vez de eso, espera a los agentes de control de animales.
  3. Por lo general, un perro interpretará como un acto agresivo el hecho de que lo mires directamente a los ojos, lo cual hará que te responda de la misma manera. En vez de eso, trata de encontrar un punto focal que esté justo sobre la cabeza del perro. También puedes mirar una de sus orejas o su collar.
    • Si de manera accidental miras directamente al perro, aparta la mirada con rapidez. Esta medida a menudo evitará cualquier conflicto adicional.
  4. Ya sea que estés sentado, de pie o agachado, trata de colocarte en un ángulo indirecto con respecto al perro. Si interaccionas con el perro de forma frontal, puedes intensificar su agresividad. No te sorprendas si el perro se acomoda para mirarte directamente. Si eso ocurre, basta con que cambies ligeramente de posición para volver a estar en un ángulo indirecto. [1]
  5. Si decides acercarte al perro, no te muevas en línea recta. En vez de eso, camina en línea curva, tratando de acercarte a un costado del perro. Avanza solo unos pasos cada vez y haz una pausa si percibes algún signo creciente de agresividad. [2]
  6. Ofrecerle un bocadillo directamente con la mano no es una buena opción cuando interaccionas con un perro agresivo. Sin embargo, puedes arrojar un puñado de bocadillos pequeños, como trozos de queso, cerca del perro. Si el perro sigue dudando, trata de apartar la mirada un momento para animarlo. [3]
    • Si no es tu perro, asegúrate de pedirle permiso al dueño antes de darle comida. Es posible que tenga una dieta especial o que reaccione negativamente a los bocadillos.
    • Este es un método de refuerzo positivo especialmente bueno para los dueños de perros. El perro puede asociarte con una buena comida e incluso puede esperar con ansias que le prestes atención.
  7. Si has pasado suficiente tiempo con el perro como para que te responda positivamente, puede ser el momento de dar el siguiente paso. Acércate lentamente al perro y extiende una sola mano. Mantenla con la palma hacia arriba y en el aire durante un rato. Si el perro la olfatea, es una buena señal. Si no lo hace, puedes volver a intentarlo dentro de un rato. [4]
    • Sé muy cuidadoso con este paso, pues hace que estés vulnerable a un ataque. Observa atentamente el lenguaje corporal del perro. Si gruñe, si empieza a dar manotazos en el suelo o si pone las orejas hacia atrás, probablemente sea mejor que te detengas y vuelvas a intentarlo más tarde.
    • Si el perro se relaja lo suficiente, puedes incluso tratar de acariciarlo con delicadeza. Sin embargo, procura hacerlo por un costado o por la parte posterior del cuerpo. Aléjate de su cara.
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Método 2
Método 2 de 3:

Ser constante y solidario

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  1. Recuerda los rasgos positivos que posee el perro. Por ejemplo, puede ser muy afectuoso con sus juguetes favoritos. Es posible que tengas que enfrentarte a contratiempos cuando trates de entablar una relación con el perro, pero mantén el rumbo y sigue tratando de hacer progresos. Si te frustras demasiado, aléjate un poco del perro y recupera el control antes de volver a interaccionar con él.
  2. Dedica un tiempo a observar sus conductas cotidianas. ¿Se asusta y se vuelve agresivo durante una tormenta? ¿Le asusta que se acerquen otros hombres? ¿Se enfada y se pone en guardia por la comida? Identifica las áreas que propician las malas conductas y trata de evitarlas. Prepara al perro para triunfar. [5]
    • Tendrás una ventaja aún mayor si conoces el pasado del perro. Por ejemplo, si pasó hambre cuando era más pequeño, es posible que muestre una actitud defensiva con respecto a la comida. Por lo tanto, la hora de comer no será el mejor momento para un primer acercamiento.
    • No descartes la posibilidad de que seas tú la causa de la agresión. Es posible que el perro reaccione mal ante tu presencia. Si este es el caso, entonces será más difícil que establezcas un vínculo con este. [6]
  3. Los perros pueden percibir el estrés y responderán negativamente a este. Mantén las distracciones ruidosas al mínimo en casa (por ejemplo, bajando el volumen de la televisión). Limita las reuniones grandes. Mantén la casa ordenada y limpia, y no tengas muchos juguetes tentadores que no sean para perros. [7]
    • Para que esta medida funcione, necesitarás la ayuda de todas las personas que viven en la casa. Trabajen juntos para que las interacciones con el perro sean consecuentes.
  4. Los perros se desenvuelven mejor cuando tienen un territorio privado que puedan proclamar como propio. Coloca al perro en una jaula durante una parte determinada del día y luego deja la jaula abierta y accesible. Coloca todos los juguetes y los tazones de comida y agua del perro en un área de la casa. Mantén esta área fuera del alcance de los niños y de otras mascotas.
  5. Es habitual que los dueños no quieran pasar tiempo con mascotas agresivas. Sin embargo, eso solo hace que el perro tenga un exceso de energía que quemar. En vez de eso, sácalo a pasear de forma controlada o pasen tiempo tumbados en el jardín sin nadie más alrededor. [8]
  6. Puedes pedirle a un especialista en perros que vaya a tu casa o puedes programar la asistencia a una clase de obediencia canina. En el caso de los perros que son demasiado agresivos (especialmente con otros perros), es probable que una sesión privada sea la mejor opción, al menos al principio. Busca un entrenador de perros certificado en tu área buscando en Internet o poniéndote en contacto con el American Kennel Club (AKC) de la localidad (si vives en Estados Unidos). [9]
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Método 3
Método 3 de 3:

Prestar atención a los signos de advertencia

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  1. Asegúrate de velar por tu bienestar y el de los demás cuando trates de interaccionar con un perro agresivo. Algunos perros pueden atacar sin darse cuenta de lo que hacen, así que recurrir a la razón no siempre es eficaz o útil. Haz todo lo que esté a tu alcance y recuerda que algunos perros nunca serán el compañero amistoso ideal.
  2. Cuando el perro se vuelve agresivo, pone el cuerpo en posición de ataque. Puede agacharse hasta el suelo a fin de prepararse para saltar o puede lanzarse hacia delante y hacia atrás. También puede tratar de moverse a un costado de tu cuerpo para hacer un ataque sorpresa.
    • Ten cuidado si un perro te mira directamente a los ojos y trata de mantener un contacto visual directo. Este es un movimiento agresivo. Para tratar de distender la situación, desplaza la mirada a otra parte de la cara del perro, como su oreja izquierda. Sin embargo, no dejes de observar al perro por si decide acercarse a ti.
  3. Un perro puede bajar la cabeza y tratar de empujar tu pierna reiteradamente. También puede mordisquearte la pierna o el pie para que te muevas en una dirección determinada. Estos mordiscos pueden volverse más agresivos si te rehúsas a obedecer. [10]
    • Cruza los brazos sobre el pecho o simplemente mantén las manos en alto para evitar que te mordisquee. Repite la orden “No” con voz firme. Mantente firme o muévete lentamente en otra dirección, sin perder de vista al perro en ningún momento.
  4. La cola es un buen indicador de los sentimientos del perro. Sin embargo, es fácil hacer una lectura errónea. El hecho de que el perro “menee” la cola no significa necesariamente que tenga sentimientos amistosos. Un perro también puede “menear” la cola de forma nerviosa. Los movimientos circulares y desenfrenados son una indicación de cordialidad. [11]
    • Un meneo nervioso es más rígido y controlado. Fíjate si mueve la cola horizontal y rígidamente.
  5. Esto es en lo que la mayoría de las personas se fijarán de inmediato, ya que es una señal clara de agresión. Enseñar los dientes también es una advertencia. Si respondes a esta advertencia, es muy posible que el perro se retraiga. [12]
    • Puedes responder diciendo “No” con voz tranquila o ignorar por completo la conducta sin dejar de observar al perro atentamente. Si optas por alejarte por seguridad, hazlo despacio y con el cuerpo mirando al perro.
  6. Si observas algún signo de agresividad en el perro, es conveniente que acudas a un veterinario para pedirle consejo y asistencia. Es posible que examine al perro en busca de una causa física, como artritis, de la agresividad y el dolor. También puede recomendarte un entrenador de perros o un tipo de adiestramiento específicos. [13]
    • El veterinario puede recomendar el uso de collares y correas especiales para evitar que el perro se acerque o que muerda a otras personas y a otros animales.
    • El veterinario del perro también puede recomendar un ansiolítico para mantener al perro tranquilo.
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Consejos

  • Trata de que las normas para el perro sean constantes y prácticas. Cambiar las reglas puede frustrar al perro e incrementar la agresividad.
  • No trates de forzar la amistad con el perro. Recuerda que un paso pequeño para ti puede ser un salto de fe para un perro temeroso y agresivo.
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Advertencias

  • Si no eres capaz de controlar a tu propio perro, es posible que tengas que buscarle un hogar nuevo. Ponte en contacto con un refugio canino local para que te ayuden.
  • No descargues la frustración con el perro golpeándolo o gritándole. Eso solo intensificará su agresividad y hará que el problema empeore.
  • Asegúrate de mantener al perro lejos de los niños y de otras mascotas hasta que tengas la certeza de que pueda controlar sus impulsos agresivos. Aun así, probablemente sea mejor vigilar al perro en todo momento.
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