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Hablar con alguien que está muriendo nunca es fácil. Lo más importante es que le ofrezcas tu amor y tu presencia en vez de preocuparte por llenar los silencios o cómo decir el mensaje más perfecto. Si bien pasar tiempo con alguien que está muriendo es emocionalmente difícil y sobrecogedor, hablar con esa persona puede no ser tan difícil como crees e incluso puede darles a ambos un tiempo para ser honestos, estar gozosos y compartir cariño.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Saber qué decir

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  1. No tienes que fingir que tu ser querido no está muriendo ni tampoco actuar como si las cosas estuvieran bien cuando en realidad no es así. Esa persona agradecerá tu honestidad y franqueza, y no querrá que actúes como si no pasara nada. Por otro lado, debes tratar a tu ser querido con amabilidad y asegurarte de ser sensible a sus necesidades. Quizá te quedes corto de palabras, pero si no estás seguro, asegúrate de decir algo que lo haga sentir mejor, en la medida de lo posible.
    • A algunas personas y culturas les incomoda hablar de la muerte. Si a tu ser querido le incomoda, evita hablar de este tema. [1]
  2. Otra cosa que puedes hacer cuando hables con tu ser querido es preguntarle cómo mejorarle el día. Pueden ser recados sencillos, como hacer un par de llamadas o incluso llevarle un bocadillo. Quizá tu ser querido quiera un masaje de mano o solo escuchar un buen chiste. No tengas temor de preguntarle qué puedes hacer para menguar el dolor. Tu ser querido podría pensar que pedirte ayuda sería una carga, así que toma la iniciativa y pregúntaselo tú. Si esa persona realmente no necesita ayuda, acéptalo y pasa a otro tema.
  3. Quizá tu ser querido quiera hablar sobre un viejo recuerdo o tenga una historia o idea que contar. Debes animarlo a hablar, aunque el tema sea doloroso o serio. Solo apóyalo y hazle saber que te importa lo que tiene que decir. Si no piensa claramente o ha perdido el hilo de pensamiento, también podrás ayudar. Anímalo mirándolo a los ojos y haciendo las preguntas correctas cuando termine su turno de hablar. [2]
    • Si la persona realmente se agita al hablar, puedes sugerirle que lo haga más lento o que tome una pausa. Pero en general, esa persona tiene el derecho de hablar, así que deja que empiece.
  4. Si bien debes ser honesto y franco con la persona que está muriendo, también puedes frenar tus palabras cuando sea necesario. A veces, el exceso de honestidad solo transmite dolor y hará que perciba su falta de control, porque no puede hacer nada para detenerlo. Por ejemplo, si tu madre te pregunta si tú y tu hermano siguen peleados, lo mejor quizá sea decirle que están arreglando las cosas, aunque seas el único que pone de su parte. En estos casos, brindar un poco de alivio puede ser mejor que decir la cruda realidad.
    • Cuando rememores estas mentiras blancas, no te arrepentirás de haberlas dicho. Sin embargo, quizá te arrepientas de ser demasiado honesto cuando el momento hubiera sido mejor con una mentira blanca.
  5. Quizá creas que cuando una persona está muriendo todo tiene que ser solemne, pero quizá el otro tenga otros planes. Quizá solo quiera pasar sus últimos días riéndose, hablando sobre fútbol o contando viejas historias graciosas. Si tratas que todo tenga un tono serio, tu ser querido podría querer que cambies de tema para aligerar las cosas de vez en cuando. Está bien hacer chistes, contar algo gracioso que te pasó en la mañana o preguntarle si tiene ganas de ver una comedia. Aligerar el tono de las cosas puede alegrar esta situación tensa. [3]
  6. La audición suele ser el último sentido en perderse antes de morir. Quizá creas que no tiene sentido hablarle a alguien en coma o descansando, pero quizá tu ser querido pueda escuchar muy bien tus palabras. Solo el sonido de tu voz le traerá paz y confort. Di lo que piensas, aunque no estés seguro de si va a escucharte. Tus palabras marcarán la diferencia, aunque la persona no responda de inmediato o no pueda oirte. [4]
  7. Si tu ser querido está llegando al final, podría sufrir alucinaciones debido a los medicamentos o a la desorientación. Si este es el caso, puedes hacer dos cosas. Si la persona ve algo desagradable y tiene miedo o siente dolor por ello, puedes persuadirlo diciéndole que en realidad no hay nada. Pero si la persona ve algo agradable y parece contenta con la visión, entonces no tiene sentido decirle que está alucinando. Solo déjala con esa sensación placentera. [5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Saber qué hacer

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  1. Muchos sienten que tienen que decir las palabras precisas para mostrar su amor a alguien que está muriendo para darle paz. Si bien es un buen gesto, si pasas todo tu tiempo tratando de formular frases perfectas, podrías quedarte sin palabras. Es más importante que empieces a hablar sin sentirte demasiado inseguro y que le dejes en claro cuánto lo quieres y te preocupas por él.
  2. Quizá creas que lo mejor para ofrecerle a una persona moribunda es decirle palabras tranquilizadoras, pero, de hecho, a veces lo mejor es ser un buen oyente. Tu ser querido quizá quiera rememorar los viejos tiempos, hablar sobre lo que piensa sobre el final de su vida o incluso reírse de un evento reciente. No tienes que interrumpirlo ni ofrecerle tus sabias palabras o tus propios pensamientos. Está bien que lo mires a los ojos, le tomes de la mano o solo lo acompañes en cuerpo y en espíritu. [6]
    • Míralo a los ojos o tómalo de la mano mientras te habla. No tienes que decir mucho para mostrar que estás siendo todo oídos.
  3. Quizá te preocupe si es la última vez que le vas a hablar, si es la última vez que te llamará por tu sobrenombre o si alguna vez podrás reírte con esa persona otra vez. Si bien es natural sentirse así, puedes reservar todo esto para después de visitarlo para que puedas centrarte en la compañía que le haces, disfrutando cada momento que pases con él y no dejando que la preocupación impida que te compenetres con el momento por completo. [7]
  4. Si bien es probable que la tristeza, el pesar o incluso la ira te sobrecoja, no puedes tener esa cara siempre con el moribundo. Si bien no debes mentir y fingir que has aceptado toda la situación, no debes hablarle a tu ser querido con los ojos hinchados e inconsolablemente cada vez que lo veas, sino podrías hacerlo sentir peor. Procura infundirle gozo y optimismo cuando sea posible. Tu ser querido ya tiene muchas cosas encima, y darle tu pésame por su inevitable muerte todo el tiempo quizá no sea lo que espera.
  5. Si bien hablar y escuchar a la persona que está muriendo es importante, recuerda que lo más importante es que tus acciones muestren tu preocupación. En otras palabras, visítala lo más seguido que puedas y llámala para preguntarle cómo está cuando no puedas. Esto significa mirar películas, ver un álbum de fotos, jugar a las cartas o hacer lo que a ustedes les gusta hacer. Significa visitarlo cuando dices que lo vas a hacer y demostrarle tu amor en todo lo que haces. [8]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Saber qué evitar

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  1. Quizá tengas sentimientos encontrados con la persona que está muriendo y la relación entre ustedes quizá tampoco haya sido siempre perfecta. Aun así, es mejor hablar con esa persona antes de que sea demasiado tarde. Si un ser querido está muriendo, aunque tengan una relación difícil, lo importante no es saldar una cuenta ni poner las cosas claras, sino estar con él en un momento de gran necesidad. Si esperas demasiado para hablarle, podrías quedarte sin oportunidad para hacerlo.
  2. Quizá tengas sentimientos encontrados con esa persona y olvides decirle las palabras más importantes. Aunque nunca se las hayas dicho antes o no se lo hayas dicho en años, es importante que le digas “Te quiero” mientras todavía tienes tiempo significativo con esa persona. Te arrepentirás si no encuentras una oportunidad para decírselo. Deja de buscar el momento más perfecto para ser honesto y solo sé sincero con tus sentimientos.
  3. Cuéntale sobre tus recuerdos favoritos o las fortalezas que desarrollaste gracias a él. Este podría ser un momento muy emotivo, pero esa persona realmente querrá saberlo.
  4. Es tentador decirle a un moribundo que todo va a estar bien. Sin embargo, la persona de seguro conocerá muy bien su estado físico y te agradecerá por tu apoyo sin endulzar las cosas. Céntrate en hacerle compañía en vez de darle falsas esperanzas cuando el final está muy cerca. [9]
  5. Tu ser querido aún se preocupa por ti y querrá saber cómo te va. Compartirle las buenas nuevas de tu vida lo pondrá feliz, ya que se sentirá parte de tu vida. Además, si esa persona ya va a partir pronto, se sentirá reconfortado sabiendo que estás en una buena situación. [10]
  6. Aunque no sepas qué decir, procura no decir nada en las líneas de “Todo es el plan de Dios” o “Todo pasa por algo”. A menos que esa persona sea profundamente religiosa o emplee ella misma esas palabras, este tipo de frases puede ser un poco frustrante. Incluso puede dar a entender que él merece morir y sufrir por algún motivo, y que no tiene sentido combatirlo ni enojarse. Más bien, enfócate en el hecho de acompañarla en vez de razonar por qué podría estar muriendo.
  7. Si a tu ser querido le quedan pocos días o meses, no es el momento de darle consejos médicos no solicitados. Es muy probable que esa persona haya probado todo y haya considerado todas las opciones, además este tipo de comentarios solo son frustrantes, hirientes y desconsiderados. Esa persona solo quiere estar en paz a estas alturas. Sugerirle otras opciones solo la estresará o la enojará.
  8. Si la persona está muy cansada o solo quiere disfrutar de tu presencia, no la obligues a conversar contigo. Esto es distinto a querer animar a un amigo triste, además es probable que tu ser querido esté exhausto física y emocionalmente. Aunque quieras conversar o creas que hablar es mejor que no decir nada, deja que él decida si debes o no hablar. No debes obligarlo a usar demasiada energía durante estos tiempos difíciles. [11]
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Consejos

  • Sé cortés y comprensivo sin ser sensiblero.
  • Habla sobre el proceso de la enfermedad y de tratamientos médicos solo si la persona lo desea. Su vida estará centrada en estos puntos diariamente y podría ser el foco de su atención.
  • Quizá tengas opiniones firmes sobre la vida después de la muerte, la resurrección, el nuevo nacimiento, la existencia de Dios, la religión, etc. Salvo que estés seguro de que el moribundo comparte esas creencias contigo, abstente de compartirlas y sobre todo no trates de imponérselas . Esto no se trata de ti.
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