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Si tu esposo o esposa no limpia su desorden, probablemente te sientas como su sirviente. No te preocupes. ¡No eres la única persona! Esa es una queja muy común, aunque hay varias formas de captar la ayuda de tu pareja para ordenar tu casa. Revisa estos consejos útiles para conseguir la ayuda que necesites sin regaños.

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Tener una conversación sobre las tareas de limpieza

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  1. Conversa calmadamente sobre lo que te molesta y quisieras cambiar. Puedes decirle algo como lo siguiente: "Me estoy estresando con el desorden de la casa. Siento como si siempre tuviera que limpiar algo y ya me he cansado". [1]
    • No hay nada malo con ser específicos en este punto, especialmente si hay una o dos cosas que te molestan mucho. Por ejemplo, dile lo siguiente: “El baño siempre es un desastre. Las toallas están por todos lados, la ropa sucia está en el piso y hay pasta dental en el fregadero”.
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Evitar acusar a tu cónyuge

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  1. Evita usar frases como “Siempre”, o “Tú nunca”, ya que tu cónyuge se sentirá inmediatamente a la defensiva. Puedes decir frases como la siguiente: “Desearía que pusieras la ropa sucia en el cesto", en lugar de, “Nunca pones la ropa sucia en el cesto". [2]
    • Tu cónyuge será mucho más receptivo a limpiar si no haces que el problema sea personal. Si te molestas, quizá debas tomarte un momento antes de continuar la conversación.
    • Esta conversación también es una forma excelente de ver lo que hace en ese momento. Quizá no te des cuenta de que tu cónyuge siempre desempolva los muebles hasta que él o ella lo mencionan.
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Trabajar juntos para hacer una lista de tareas

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  1. Siéntate con tu cónyuge y haz una lista coherente de todas las tareas de limpieza que hagas alrededor de la casa. No olvides incluir cosas que hagas solamente una vez cada semana aproximadamente como llevar la basura al basurero o limpiar el piso de la cocina. La lista puede lucir de este modo: [3]
    • Habitación: lava las sábanas, ordena, aspira, desempolva los muebles.
    • Baño: restriega la tina, el fregadero y el inodoro; limpia el piso con un trapeador, cambia las toallas y limpia el espejo.
    • Sala: aspira o trapea, ordena y desempolva los muebles.
    • Cocina: limpia el refrigerador, limpia las encimeras, restriega el fregadero, vacía y carga el lavavajillas y saca la basura.
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Dividirse la lista de tareas entre los dos

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  1. Decidan juntos las tareas en la lista que tu cónyuge hará y las que harás tú. Eso puede ser difícil de hacer, pero conversa sobre si crearán una división justa de tareas o si una persona será responsable de más tareas. Si ese es el caso, conversa cómo se sienten ambos al respecto. Si alguno de ustedes se siente resentido, tendrán que adaptar la lista de forma diferente. [4]
    • Por ejemplo, si no trabajas fuera de casa, pero tu cónyuge trabaja 40 horas a la semana, probablemente no podrá dedicarle tanto tiempo a la limpieza. En este caso, escoge unas cuantas cosas que quisieras que haga como colocar la ropa en el cesto de ropa sucia, encender el lavavajillas, mantener la oficina limpia, etc. El punto es que estén en la misma página, de modo que ambos se sientan felices con el acuerdo de la limpieza.
    • Por ejemplo, si tu cónyuge verdaderamente odia hacer una tarea como trapear, busca algo más que probablemente sea capaz de hacer con constancia como aspirar u ordenar.
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Ser razonable con tus expectativas

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  1. Es más realista comenzar con tareas pequeñas y añadir más a medida que tu cónyuge se vuelva más útil. Por ejemplo, si tu cónyuge nunca limpia su desorden, hacer que ponga la ropa sucia en una cesta y que ordene su área de la habitación es un comienzo fantástico. [5]
    • Probablemente, tengas que adaptar tus expectativas con el tiempo. Si fuiste demasiado ambicioso al comienzo, quizá debas retroceder un poco, o si tu cónyuge hace sus tareas con entusiasmo, los dos podrían agregar más tareas a su lista.
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Trabajar como un equipo

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  1. Desde luego, ordenar no es algo que probablemente te entusiasme. Sin embargo, puedes hacerlo más deleitable. Si tu casa necesita una buena limpieza, enciende un poco de música o un podcast y limpien la casa juntos. [6]
    • Cuando terminen, felicítense unos a otros por hacer un buen trabajo. Pueden salir a tomar un café o dense el gusto de comprar comida para llevar y ver una película.
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Conversar con tu cónyuge cuando requieras más apoyo

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  1. Probablemente estés enfermo, muy ocupado o pienses que tu cónyuge podría ayudarte más. Cualquiera sea la razón, simplemente pídele ayuda con algo específico cuando sea necesario. Eso es mejor que esperar a que tu cónyuge te lea la mente y te sientas frustrado cuando no lo haga. [7]
    • Por ejemplo, dile lo siguiente: “Tengo más reuniones esta semana, así que ¿podrías lavar una tanda de ropa mañana?”.
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Resistir a la urgencia de arreglar las cosas que tu cónyuge haga

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  1. Si continúa viendo eso, dejará de intentarlo del todo. Después de todo, ¿por qué debería doblar la ropa si al final volverás a hacerlo tú ? [8]
    • Si no te gusta la forma en la que tu cónyuge hace algo, no esperes para después corregirlo. En lugar de eso, dile lo siguiente: "Generalmente, dividido la ropa en 3 cargas: ropa blanca, ropa negra y toallas".
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Apreciar lo que tu cónyuge hace

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  1. De alguna manera, modelas el comportamiento que quieres ver en él. Dile a tu cónyuge que notaste cuando recogiste tus platos u ordenaste alrededor de la casa sin preguntar. Es genial sentirse notado y apreciado, de ese modo reforzarás su comportamiento. [9]
    • Puedes decir lo siguiente: “Vi que recogiste los platos del desayuno. Gracias por eso”. ¡Es tan simple como eso!
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Volver a conversar sobre el problema en el futuro

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  1. ¡El hecho de que los dos hayan creado una lista de tareas juntos no significa que esté grabada en piedra! No hay problema si observan cómo van las cosas y hacen ajustes. [10]
    • Por ejemplo, si te quedas embarazada, ya no deberías limpiar la caja de arena del gato. Por lo tanto, tu cónyuge debería hacerse cargo de esa tarea. Probablemente, asumas su trabajo de lavar los platos después de la cena.

Consejos

  • Si lo has intentado todo y todavía tienes problemas para que te ayude, contrata a un ama de llaves que vaya a tu casa de vez en cuando. Te quitará la presión de los hombros y le hará saber a tu esposo que necesitas más apoyo. [11]
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