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A la mayoría de las personas se les empieza a caer los dientes de leche más o menos a los 6 años. Si tienes un diente flojo que te ha estado volviendo loco por semanas, pero te atemoriza jalarlo, ¡no tengas miedo! Puedes sacar un diente flojo molesto sin muchos problemas. Si sigues algunos trucos fáciles, ¡tendrás ese diente bajo tu almohada esperando al hada de los dientes antes de que te des cuenta!

Parte 1
Parte 1 de 2:

Sacarte el diente

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  1. Lo bueno de usar la lengua para aflojar el diente es que puedes hacerlo en casi cualquier lugar. Mueve el diente de un lado a otro; es válido que hagas todo lo que puedas con tu lengua, mientras no lastime tu diente.
    • Puedes sentir un escozor en la base de tu diente, cerca de la raíz. Es una señal de que el diente se está preparando para salir.
  2. Todos los días, con un dedo limpio puedes mover el diente flojo cuidadosamente. [1] Esto sacará el diente poco a poco y de manera natural. Sin embargo, no lo debes mover con fuerza.
    • Asegúrate de lavarte las manos bien con jabón y agua tibia antes de usar este método.
  3. ¡Otra manera de sacar un diente flojo es simplemente comiendo un bocadillo normal y saludable! Las manzanas o peras son opciones excelentes por su cáscara dura y su textura crujiente. [2]
    • Si tu diente está muy flojo, puede serte difícil morder los alimentos. Sin embargo, morder con otros dientes y después masticar puede ayudarte a aflojarlo.
    • Si el diente no está muy flojo y muerdes fuerte, puede dolerte. Ten cuidado hasta que sepas cómo se siente morder con el diente.
  4. Cuando un diente está muy flojo, incluso empujarlo un poquito puede hacer que se caiga. A veces inclusive cepillarte es suficiente para que el diente se caiga (o se afloje más). Cepíllate como de costumbre (al menos dos veces al día), asegurándote de no presionar demasiado el diente flojo. [3]
  5. [4] [5] Jala el diente para aflojarlo, aunque todavía no esté listo para salir por sí solo o aunque no quieras jalarlo. Con un poco de gasa esterilizada y tus dedos, toma el diente y jálalo o muévelo.
    • Si no quieres jalarlo, puedes usar el mismo método, moviéndolo un poco. La gasa puede ayudarte a absorber la sangre que salga.
    • También puedes ponerte un poco de anestesia oral en el área del diente y las encías antes de jalarlo, como si te preocupara lastimarte.
  6. Si te parece que tu diente no va a salir, a lo mejor todavía no esté listo para salir, así que ten paciencia. [6] Si tu diente flojo no te lastima, distrae ni molesta a tus otros dientes, no tienes por qué preocuparte por esperar.
    • Por lo general, los dientes de leche se caen en el orden en el que aparecieron, empezando alrededor de los seis o siete años. [7] Sin embargo, los dientes pueden caerse en un orden diferente y en momentos distintos. El dentista examinará tus dientes y responderá cualquier pregunta que tengas sobre el aflojamiento de tus dientes.
  7. Por lo general, es mala idea que saques un diente que está ligeramente flojo pero que no está listo para salir. Forzar a un diente a salir puede lastimarte, hacerte sangrar en exceso y tal vez causarte una infección. Si lo fuerzas antes de que el diente permanente esté listo para salir, puedes tener problemas más adelante, como un diente torcido o falta de espacio para que el otro diente salga. [8]
    • No es buena idea que uses trucos para forzar al diente, como atar el extremo de una cuerda alrededor del diente, el otro extremo alrededor de la manija de la puerta y después cerrar la puerta de golpe. Si lo haces, puedes romperte el diente o causarte otra lesión.
    • Si sacas tu diente por casualidad antes de que esté listo para salirse naturalmente, comunícate con tu dentista, quien puede asegurarte de que resolverá el problema.
  8. Si tu diente de leche te duele y no saldrá hagas lo que hagas, no dudes en pedir ayuda. Programa una cita con tu dentista; podrá decirte lo que evita que tu diente se salga con normalidad y hasta puede sacártelo sin dolor alguno.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Lidiar con un diente después de haberlo sacado

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  1. Puedes sangrar un poco después de que tu diente se caiga. Luego, debes usar agua para hacer gárgaras o escupir algunas veces hasta que no te salga sangre.
    • No te preocupes si te parece que sangras mucho. Cuando sangres en el área del diente, la sangre se mezclará con la saliva, lo cual puede hacerte parecer que sangras más de lo normal.
    • Puedes preparar una solución para hacer gárgaras con ¼ de cucharadita de sal y ½ taza de agua tibia. Remueve para mezclarla y haz gárgaras con esa solución. La sal ayuda a combatir la infección.
  2. Aunque tu diente se haya aflojado tanto que apenas se sostenga, puede sangrar un poco cuando se caiga. No te preocupes, ya que es completamente normal. Si te sucede, ponte una bolita de algodón en el hueco en el que estaba el diente para absorber la sangre. [9]
    • Muerde la gasa para mantenerla en su lugar unos 15 minutos. Por lo general, debes sangrar durante un periodo de tiempo menor. Si no dejas de sangrar, llama al dentista.
  3. Si tu boca te duele un poco después de que se te salga el diente, no esperes a que el dolor desaparezca por sí solo. Un analgésico de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno puede aliviarte el dolor; solo asegúrate de tomar la dosis adecuada para tu edad y estatura, según las instrucciones de la botella.
    • Pídele un adulto para que te ayude a tomar la correcta dosis de medicamentos.
    • Los niños no deben tomar aspirina a menos que un doctor lo indique.
  4. Enfriar el área puede ayudarte con cualquier dolor que puedas sentir después de que se te caiga un diente. Coloca algunos pedazos de hielo en una bolsa de plástico (o una bolsa de verduras congeladas) y envuélvela en una tela. Sujétala contra tu mejilla en el lugar en el que te duele de unos 15 a 20 minutos. Con el paso del tiempo, el dolor, la hinchazón e inflamación desaparecerá poco a poco. [10] [11]
    • También puedes comprar compresas frías ya preparadas en la mayoría de las farmacias. Funcionan de la misma forma que las compresas hechas en casa.
  5. La mayoría de los dientes que se caen naturalmente no deben dolerte por mucho tiempo. Sin embargo, a veces cuando un diente se afloja o cae por una lesión o enfermedad dental, puede dolerte o dañarse un poco. A veces hasta pueden aparecer problemas más serios, como los abscesos (burbujas llenas de fluidos causadas por infecciones). Si no los tratas, esos problemas pueden hacer que te enfermes. Por lo tanto, asegúrate de acudir al dentista si ese dolor no desaparece por sí solo.
    • A veces pueden quedarse pedazos de un diente después de que se caiga. Por lo general, también se saldrán en poco tiempo. No obstante, si hay algún enrojecimiento o dolor causado por un pedazo de diente que se ha quedado, comunícate con un dentista para que te ayude. [12]
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