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Todas las personas desean que las escuchen y las comprenden. Si crees que nadie te escucha, puedes sentirte fácilmente poco importante, frustrado y solo. Hay muchas razones por las que puedes sentir que nadie te escucha (quizás tu estilo de comunicación no es compatible con el de las demás personas o quizás buscas inconscientemente más atención del que las personas que te rodean pueden darte). Si crees que tus palabras no logran comunicar nada a nadie últimamente, empieza identificando la fuente del problema. Después de eso, enfócate en encargarte de tus necesidades emocionales y en perfeccionar tus habilidades de comunicación.

Método 1
Método 1 de 3:

Investigar el problema

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  1. Pregúntate qué tipo de reacción emocional tienes cuando sientes que nadie te escucha. Por ejemplo, puede que sientas resentimiento porque a los demás no les importan tus ideas o que te sientas inseguro porque la gente parece no aprobarte. [1]
    • Rastrear la fuente del dolor emocional revelará el problema subyacente que necesitas resolver. Etiquétalo anotando lo que sientes cuando lo experimentes. Describe lo que sientes en el cuerpo y la mente, y la experiencia emocional.
    • Por ejemplo, puedes escribir algo como "Cuando alguien me ignora me siento avergonzado. Como si todas las personas estuviesen de acuerdo para ignorarme. Mi cara se sonroja y siento un deseo repentino de patear o golpear algo".
  2. Piensa en cómo abordas a otras personas y qué es lo que buscas de ellas. Pregúntate si eres capaz de responder a otra persona de la forma en que quieres que los demás te respondan. [2]
    • Toma en cuenta los límites de las personas. La otra persona puede tener límites personales que sean distintos a los tuyos.
    • Imagina que trates frecuentemente de hacer que tu marido te preste atención cuando mira un juego de jóquey. Este es notoriamente un mal momento y hará que ambos terminen decepcionados.
  3. Evalúa tus habilidades de comunicación y la manera en que hablas con los demás. Las personas que tienden a comunicarse de manera distinta pueden tener problemas para entenderse entre sí. Pasa algo de tiempo observando qué es lo que sucede en el entorno antes de hablar. Además, toma nota de tus tendencias generales cuando se trata de comunicarte con los demás. [3]
    • Por ejemplo, si hablas con un tono muy suave de voz, puede que las personas no siempre te oigan hablar.
    • Analiza lo que realmente manifiestas. Puede que te ofenda que a las personas aparentemente no les importe tu opinión, pero que siempre te rehúses a compartirla cuando se te da la oportunidad.
  4. Algunas veces, los problemas de comunicación no están relacionados con lo que digas o la manera en que lo digas. La persona con la que tratas de hablar simplemente puede no poder escucharte en este momento. Quizás tenga muchos problemas personales o quizás no tenga la habilidad de empatizar con los demás. [4]
    • No te lo tomes personalmente si alguien que conoces no sabe escuchar. Eso no significa que no seas digno de que alguien te oiga. Después de algunos intentos, considera la posibilidad de no hablar mucho con esta persona.
    • Por ejemplo, quizás tu mejor amigo esté en medio de un divorcio y notes que se desconecta cuando hablas. Su situación actual en casa puede interferir con su capacidad de ser un buen oyente.
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Método 2
Método 2 de 3:

Comunicarte más efectivamente

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  1. Quizás la gente no te escuche si hablas demasiado rápido, si murmuras o si te disculpas por hablar. Habla con voz clara y asertiva, y asegúrate de tener un tono de voz lo suficientemente alto como para que las personas te escuchen. No repitas lo que has dicho una vez que hayas expuesto tu punto de vista. [5]
    • Si no sientes confianza para hablar, la experiencia es la mejor forma de que te sientas cómodo haciéndolo. Practica hablar con otras personas en situaciones de bajo riesgo, como cuando estás con un grupo de amigos.
    • Considera la posibilidad de unirte a una organización como Toastmasters para convertirte en un orador con más confianza.
  2. Capta la atención de la otra persona diciéndole que quieres hablar de algo importante. Di algo como “Necesito hablar de algo contigo. ¿Tienes un minuto?”. [6]
  3. Si tiendes a divagar o a contar historias largas, las personas pueden dejar de prestarte atención o no saber qué es lo que intentas decir. Sé breve cuando tengas algo importante que comunicar. [7]
    • Planificar qué es lo que vas a decir antes de decirlo puede ayudarte a no divagar.
  4. Si estás molesto o alterado, procura no desquitarte con la otra persona. Es probable que no escuche nada de lo que tengas que decir si siente que la atacas. Exprésate con calma y evita insultar o hacer acusaciones. [8]
    • Usa declaraciones en “primera persona” y no en “segunda persona” para que la conversación sea apacible y respetuosa.
    • Por ejemplo, puedes decir “Siento que no te importo cuando no escuchas lo que tengo que decir” en vez de “Obviamente no te importo”.
  5. Si escuchas activamente a alguien, es más probable que haga lo mismo por ti. Enfócate en lo que esa persona dice y no en planificar la respuesta mientras habla. Practica la reflexión para asegurarte de comprender lo que dice y siente. [9]
    • Reflejar significa repetir la opinión de alguien con tus propias palabras. Un ejemplo de una frase reflejada es “Se oye como si estuvieras resentido porque no vine a verte la semana pasada. ¿Es eso cierto?”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Lidiar con las emociones negativas

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  1. Sé consciente de cuánto vales y recuérdate a ti mismo las buenas cualidades que tienes. No te permitas sentirte poco digno de cariño y atención solo porque algunas personas no te hayan escuchado. [10]
    • Evita hablarte a ti mismo negativamente. Acostúmbrate a usar en cambio un diálogo interno estimulante y positivo.
    • Mantener una autoestima saludable hará que puedas conectarte más fácilmente con los demás.
  2. Si tienes relaciones positivas en la vida, cultívalas. Acércate a las personas que siempre te escuchan o te ayudan, y limita el tiempo que pasas cerca de las que no te apoyen o sean negativas. [11]
    • Asegúrate de apoyar a tus amigos y familiares a cambio cuando lo necesiten.
    • Pasar más tiempo con personas comprensivas y solidarias puede ser suficiente para resolver el problema de sentir que nadie te escucha.
    • Puede ser más difícil si la persona que frecuentemente no te escucha es alguien cercano. Trata de tener una conversación directa con ella.
  3. Tus necesidades son importantes, ya sea que los demás las reconozcan o no. No te descuides de ti mismo. Busca maneras sencillas de cuidar de tu salud física, mental y emocional, aunque no cuentes con la ayuda de nadie más. [12]
    • Por ejemplo, puedes cuidar de tu salud física no olvidándote de desayunar o decidiendo ir a dormir una hora antes de lo habitual.
  4. El arte puede ser una válvula de escape terapéutica para las emociones que parecen no tener a dónde ir. Trata de dibujar, de escribir cuentos o poemas, o de bailar para dejar salir lo que sientes. [13]
  5. Si tienes problemas para lidiar con tus sentimientos por tu cuenta, habla con un profesional. Un psicoterapeuta o un consejero será capaz de ayudarte a lidiar con las emociones que experimentas y de elaborar un plan práctico para que te comuniques mejor con los demás. [14]
    • Parte del problema puede ser seguir con una relación en la que tu pareja no te escucha ni te valora. Un psicoterapeuta puede ayudarte a evaluar la relación que tengas actualmente para determinar si es saludable o no.
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