Descargar el PDF Descargar el PDF

Todos experimentamos de vez en cuando algún tipo de conflicto. Es inevitable. Podemos tener un conflicto con un jefe, un amigo, un compañero de trabajo u otros seres queridos. Si los conflictos no se manejan adecuadamente, pueden derivar en el quiebre de una relación o un trabajo. Por lo tanto, resolverlos de manera pacífica es una habilidad crucial para desarrollar de por vida que puede hacerte a ti y a los que te rodean mucho más felices.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Conservar la calma

Descargar el PDF
  1. Presta atención a tus emociones y reconoce si es enojo, tristeza o frustración. Si eres capaz de reconocer estos sentimientos, podrás asegurarte de que no te sobrepasen y dañen tu capacidad para resolver conflictos. [1]
  2. Si bien los conflictos generalmente provocan frustración, es importante evitar el enojo a fin de resolver el problema. Las respuestas emocionales manifestadas a través de los gritos y alaridos no ayudarán a resolver los conflictos. Por el contrario, harán que la otra persona se sienta provocada y nublarán tus aptitudes de pensamiento crítico.
  3. Los insultos o las palabras hirientes no ayudarán a resolver nada y es muy probable que luego te arrepientas de haberlas dicho. Algunas preguntas que puedes hacerte antes de hablar son: [2]
    • ¿Qué es lo que quiero decir si digo esto? ¿Es algo constructivo o solo estoy intentando lastimar al otro?
    • Esta afirmación, ¿contribuirá a resolver el problema?
    • ¿Es posible que la otra persona interprete esta afirmación como un ataque?
    • ¿Me enojaría si me dijeran eso a mí?
  4. Si sientes que te estás frustrando o enojando al punto de que no puedes controlar tus emociones, aléjate por unos instantes. Cierra los ojos, respira profundo y organiza tus pensamientos. Cuando te sientas mejor, regresa y conversa sobre el problema con la mente clara. [3]
  5. Quizás no te des cuenta, pero esto puede generar o evitar la resolución del conflicto. Voltear los ojos, resollar y resoplar o hacer gestos de molestia pueden enojar fácilmente a la otra persona, aunque no estés diciendo nada para generar esos sentimientos. Presta atención y evita estas cosas a toda costa. [4] [5]
  6. No todas las personas seguirán estos consejos. Sin embargo, es importante mantener la compostura incluso cuando la otra persona recurra a los gritos, insultos y pierda los estribos.
    • Si la situación de algún modo se vuelve amenazante en el sentido físico o violento, retírate inmediatamente. En este punto, no existe ninguna posibilidad de resolver el problema de manera constructiva si esto sucediera. Además, tu seguridad es muy importante.
    Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 4:

Entender el conflicto

Descargar el PDF
  1. Para poder resolver un problema de manera efectiva, es necesario entender cuál es el conflicto. Puede parecer obvio, pero a veces la gente discute y pelea sin saber realmente cuál es el problema. Tómate tu tiempo para pensar qué es lo que te molesta. [6]
  2. Utiliza un vocabulario claro, específico y no amenazante. Asegúrate de no atacar a la otra persona cuando manifiestes el problema. Incluso si el conflicto lo ocasionó otra persona, no utilices un vocabulario frustrado o acusatorio, ya que podrías ofender al otro y dificultar la resolución del problema.
  3. Cuando hayas dejado en claro tu molestia, tienes que entender la perspectiva de la otra persona sobre el problema.
    • Alienta a la otra persona a que sea abierta y honesta contigo. Hazle saber que quieres resolver el problema para que se sienta cómodo y te exprese exactamente qué es lo que le molesta.
    • Cuando le pidas que explique su perspectiva, no lo hagas en un tono molesto o desafiante. Asegúrate de que se sienta cómodo para expresar sus opiniones.
  4. Así, podrás identificar si la otra persona interpreta el problema de otra forma. No lo interrumpas ni pongas palabras en su boca. Permite que comente el problema a su manera antes de contestarle.
    • Cuando definas el problema, es posible que la otra persona mencione problemas o errores asociados a ti. No te sientas insultado ni estés a la defensiva. Recuerda que la única manera de resolver efectivamente un problema es poner todas las cartas sobre la mesa.
  5. Nuevamente, esto parecerá obvio, pero muchas personas oyen e interpretan las respuestas de manera errónea en relación con la intención original. Asegúrate de estar en la misma sintonía. Comienza con afirmaciones tales como "Entonces lo que quieres decir es que…". De esta forma, te asegurarás de entender el problema correctamente. Además, la otra persona sentirá que estás prestando especial atención. [7]
  6. Es posible que la otra persona también quiera hacerte preguntas. Respeta que la otra persona también está intentando encontrarle una solución al conflicto. No te frustres; responde las preguntas en su totalidad de la misma forma en que te gustaría que respondieran las tuyas. [8]
    Anuncio
Parte 3
Parte 3 de 4:

Resolver el conflicto

Descargar el PDF
  1. Cuando todos estén en la misma sintonía en relación al conflicto, podrás intentar encontrar una solución. Los pasos para establecer una meta son similares a aquellos utilizados para definir el problema:
    • Establece de manera clara cuál sería la solución ideal para el problema.
    • Pídele a la otra persona que haga lo mismo. De nuevo, escucha con atención y no hagas suposiciones.
    • Es posible que la otra persona no tenga clara su meta. Realízale preguntas similares a las que utilizaste previamente para poder establecer una meta. Aliéntalo para que sea lo más específico posible. [9]
  2. Cuando todos hayan expresado una solución posible, intenta encontrar cierta compatibilidad con base en las distintas sugerencias. De esta forma, será más sencillo encontrar una solución. [10]
    • Los desacuerdos tienden a magnificar las diferencias y opacar las similitudes. Invierte esta tendencia buscando similitudes, así sean muy pequeñas. Cualquier interés común es un punto de partida para empezar a construir una solución.
    • Puedes utilizar frases tales como "Bien, parece que estamos de acuerdo en…" para dejar en claro que hay un interés común entre ambas partes. De esta forma, la otra persona estará más dispuesta a cooperar y a comprometerse.
    • Observa un conflicto laboral, por ejemplo. Al definir el problema, ambas partes establecen que no disfrutan trabajar cerca ya que eso los distrae. Desde ese interés en común, se puede realizar un cambio de oficina o escritorio para resolver el desacuerdo.
  3. Es muy probable que la otra persona no esté totalmente de acuerdo con la solución que tú plantees. Recuerda utilizar los intereses comunes para encontrar una solución que se adapte a ambas partes.
    • Discute las ideas de todos para encontrar la solución ideal. Determina qué es lo más importante para cada uno y establece de manera clara qué es importante para ti. De esta forma, se verá más claro a que están dispuestas o no las personas involucradas.
    • Recuerda que, al asumir un compromiso, ninguna de las partes estará completamente satisfecha. Sé lo suficientemente flexible para trabajar con la otra persona en encontrar una solución aceptable para todos.
    • En el ejemplo anterior del conflicto laboral, ninguna de las partes quería trabajar en el mismo sector. Sin embargo, no había oficinas disponibles para reubicarse. Por lo tanto, ambos trabajadores acordaron que no interactuarían entre sí, excepto en los descansos. Ninguna de las partes consiguió exactamente lo que quería, pero la solución fue lo suficientemente aceptable para que pudieran completar sus trabajos de manera efectiva.
  4. Dejar cosas no resueltas representa únicamente una solución temporal. Los problemas no resueltos posiblemente causarán aún más conflicto en el futuro. Intenta encontrar una solución lo más completa posible para evitar más conflictos.
  5. Con el paso de algunas semanas, analiza nuevamente el problema para determinar si la solución propuesta está dando buenos resultados. Si los problemas persisten, analízalo nuevamente para diseñar una solución mejor. [11]
    Anuncio
Parte 4
Parte 4 de 4:

Evitar conflictos

Descargar el PDF
  1. Las discusiones y los desacuerdos pueden ser mucho más breves si las personas dejaran de focalizarse en tener razón. Lo importante no es "ganar" sino resolver el conflicto. [12]
  2. Existen algunas cosas en la vida que no puedes dejar pasar, pero hay otras que simplemente no valen la pena para discutirlas. Antes de abordar algún problema, primero analiza la situación para determinar si realmente es un asunto que valga la pena discutir. De esta forma, podrás evitar un estrés innecesario. [13]
  3. Es posible que seas responsable de algún problema en particular. De ser así, reconoce y asume la responsabilidad para evitar una discusión innecesaria. Comprende que esto no es un signo de debilidad, sino de madurez. [14]
  4. Evita llevar el pasado a las discusiones y no guardes rencores ya que esto únicamente hará que los desacuerdos sean aún más largos y sea más difícil abordar una solución. [15]
  5. Si notas que tienes discusiones y desacuerdos constantemente, es posible que tengas algún problema relacionado con el enojo o el estrés. De ser así, deberías considerar buscar ayuda con un profesional de la salud mental.
    Anuncio

Consejos

  • Para aplacar una situación puedes estar de acuerdo con la otra persona, validar lo que diga o mantener la calma en vez de ponerte a la altura del otro.
  • Cuando encuentres una solución, debes dar lo mejor de ti para colaborar. Comprometerte muy seguido no siempre resultará en una solución que te convenza por completo.
  • Lee libros tales como ¿Por qué tienen éxito o fracasan los matrimonios? , de John Gottman, para conocer mejor tu estilo de conflictos personales y cómo mejorarlos.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Esta página ha recibido 16 337 visitas.

¿Te ayudó este artículo?

Anuncio