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Sentir fastidio por los demás puede deberse a dos fuentes básicas: la persona misma hace algo realmente irritante (como en la mayoría de los casos) o (todos lo han hecho antes) hace algo completamente normal, como respirar, y por alguna razón te fastidia tremendamente. Hallar una forma de lidiar con cualquier situación es un bueno para tu perspectiva y probablemente también para tu salud.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Lidiar con personas fastidiosas

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  1. Respira profundamente . Respirar profundamente, desde el diafragma, puede reducir la cantidad de estrés que siente tu cuerpo. [1] Cuenta tranquila y lentamente hasta diez. Imagínate en la playa. Deja que el sonido interno de las olas y de las gaviotas te inunden. Siente la niebla del agua en tu rostro y permite que te tranquilice. Canaliza tu recuerdo más tranquilizante; el sentimiento de un ser querido, el recuerdo de un éxito, la felicidad de no tener algún deber que hacer.
  2. Este paso consiste en manejar las expectativas. Muy a menudo, tenemos ideas muy específicas acerca de cómo deben comportarse las personas y qué deben hacer, y nos sentimos fastidiados cuando no logran cumplir con nuestras expectativas. Solemos denominarlo “Normas comunes de decencia”. Si bien esperar que los demás sean básicamente decentes es una idea válida, puede provocar una molestia real y, en ocasiones, infelicidad. Existe otra forma de hacerlo:
    • Establece expectativas bajas. No pierdas la fe en la humanidad, pero tampoco esperes que las personas te sorprendan con sus modales, su consideración y su discurso. Si no esperas mucho de los demás, lo apreciarás más cuando hagan algo que se ajuste a tus estándares. Establecer expectativas razonables es clave para ser menos fastidioso. [2]
  3. ¿en qué me beneficia? “¿Qué obtengo al sentirme fastidiado?”. Si piensas en ello, probablemente no obtengas mucho. Tal vez te sientas superior a otra persona. ¿Pero realmente quieres que tu juicio de quien eres se derive de lo que otras personas hacen o de lo que tú mismo haces? Tu identidad será mucho más fuerte si la basas en tus propias acciones en lugar de en las de los demás.
  4. [3] La mayor parte del tiempo, cuando alguien nos molesta, sentimos una emoción tan fuerte que es difícil no reaccionar. Es ahí cuando decimos algo que no debemos o hacemos algo de lo que nos arrepentimos. La mayoría de las veces, nuestro arrebato hace que la situación empeore en lugar de mejorarla. Después de respirar profundamente, céntrate y tómate un momento para ver si reaccionar vale la pena tu tiempo. Podría no hacerlo.
    • Por supuesto, si un compañero de trabajo acaba de terminar una diatriba sexista, probablemente sea bueno decir algo como “Steve, no creo que sea apropiado comparar a las mujeres y a las vacas de esa manera”. Pero si un compañero de trabajo te acaba de hacer la misma broma por la vigésima vez, no darle la satisfacción de una reacción probablemente te sirva mejor a largo plazo.
  5. Presta atención a tu lenguaje corporal . Fruncir el ceño , mirar con furia y otro lenguaje corporal desagradable transmite ira y desprecio. Además estos gestos también son contagiosos, así que si van dirigidos a la persona que te molesta, es probable que también se moleste contigo. Antes de que lo sepas, las cosas empeorarán. En la medida de lo posible, mantén la calma, el comportamiento sereno, sin demostrar nada que sugiera que estás molesto.
  6. En lugar de asumir que la persona fastidiosa intenta molestarte, asume que no sabe lo que hace. El hecho es que la mayoría de las personas no tiene la intención de molestarte. Probablemente no se dé cuenta de que lo que hace es irritante. En otras palabras, probablemente se encuentre dentro de su propio mundo y ni siquiera esté consciente de ti. Recuerda que piensas más en ti mismo que cualquier otra persona y lo mismo se aplica para todos los demás.
  7. Un niño pequeño te molesta en el avión; un hombre habla en voz alta en su teléfono celular; una señora te hace la misma pregunta dos veces. Todas ellas son cosas pequeñas. En el esquema general de las cosas, no tienen importancia. Puedes mejorar considerablemente tu calidad de vida al aprender a dejarlas ir, dejar de preocuparte por ellas y a concentrar tus esfuerzos y recursos limitados en aquellas cosas que realmente importan para la mayoría de las personas: amigos, familia, salud y seguridad, innovación, aventura y recuerdos que perduren.
    • Acepta las cosas que no puedas cambiar. Puedes cambiar tú mismo, el papel higiénico y la decoración de tu casa, pero no podrás cambiar a nadie más. Concentra tus energías en las cosas que puedas cambiar y las personas a tu alrededor te notarán.
  8. Sin importar quién seas o lo que hagas, siempre habrá alguien que no te entienda o que piense en ti de una manera poco halagadora. No trates de ganarles a aquellos que son apáticos u hostiles contigo, porque sería inútil. Te irritará no poder agradarle a todos tanto como crees merecer. Este deseo viene de un egoísmo y es tóxico.
    • Sin importar quien sea, alguien sentirá desagrado por ti. Ya sea que se deba a una carrera, una religión, una etnia, un género, una preferencia sexual o una clase social, le será muy difícil para verte como un ser humano en tu propio derecho. Es posible para alguien superar ese prejuicio, pero sucede rara vez y nunca se produce de manera rápida.
    • Demuéstrale a la persona que te odia que está en un error al hacer las cosas a tu manera. Lo mejor que puedes hacer para combatir la ignorancia o el prejuicio es olvidarlo, seguir viviendo tu vida y demostrarle con el ejemplo que está en un error. Demuéstrale lo increíble que eres. No se lo restriegues en la cara, solo vive tu vida. Las personas no lo noten serán probablemente aquellas que no tengan salvación.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Lidiar con tu propio fastidio

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  1. ¿Qué es lo que te provoca? ¿Se trata de algo realmente irritante, como un hermano que repite el mismo sonido del cual le pediste en repetidas ocasiones que pare o es algo inofensivo, como alguien que respira ruidosamente? [4] Si lo que te molesta es algo inofensivo, probablemente haya algún problema subyacente que no hayas solucionado, ya sea sobre la persona o sobre ti mismo.
  2. [5] Da un paso atrás e imagina la manera en la que te comportas cuando estás fastidiado. ¿Te imaginas siendo alguien con quien todos quieren estar?, ¿o eres petulante, cascarrabias, amargado, depresivo de quien las personas se alejan? Existe una gran probabilidad de que cuando permites que otras personas te molesten, te conviertas en el tipo de persona que te desagradan. La mejor motivación para cambiar ese hecho es admitir que probablemente no quieras convertirte en esa persona.
  3. Si estás molesto con alguien sin saber por qué o si te sientes frustrado debido al hecho de que estás molesto, prueba este truco. Formula un consejo que te gustaría darle a esa persona. Suponiendo que la persona le ha hecho una broma a un amigo tuyo y quieres decirle “Sé considerado con los demás”. Ahora, en lugar de darle ese consejo a la otra persona, dale la vuelta y determina si dicho consejo puede aplicarse a ti. Sí, ¡a ti! ¿Hay alguna forma en la que puedas ser considerado con otras personas?, ¿puedes hacer que el buen humor prevalezca?, ¿puedes considerar la manera en la que tu amigo pueda haber pensado que la broma fue graciosa? En ocasiones, el consejo que tanto queremos dar es simplemente aquel que nosotros mismos debemos recibir.
  4. Sin duda es posible que la razón por la que algo o alguien nos parece irritante es porque nos recuerda a nosotros mismos; no queremos creer que eso es lo que en verdad somos, de modo que nos distanciamos de esa persona o cosa al generar irritación y enojándonos. Hazte la siguiente pregunta: ¿la razón por la que me molesta se debe a que la otra persona refleja algo con lo que me identifico mucho?
  5. Estar molesto puede ser una señal que indique que estás demasiado sumergido en tu zona de confort . Trata de cambiar las cosas. Reorganiza los muebles de tu habitación, lee libros de autores que desafíen tus creencias fundamentales, viaja al extranjero. Cambiar algo en tu vida que te haga salir de tu zona de confort y te permita entrar en un territorio nuevo puede disminuir tu irritación y fortalecer tu compasión .
    • Cualquier cosa que te ayude a crecer y a madurar podrá disminuir la irritación hacia otras personas. Mientras más aprendas acerca del mundo y mejor entiendas las motivaciones de las personas, menos esperarás de ellas. La clave para la felicidad es tener expectativas bajas.
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Consejos

  • El pensamiento positivo puede reducir la irritación que sientes hacia los demás.
  • Sé consciente de que Internet también puede dejarte con una sensación de fastidio, solo que esta vez hacia personas anónimas cuyos rostros no puedes ver. Procura no tomarte en serio las interacciones negativas que tengas en Internet, mantén el sentido del humor y aléjate cuando las cosas se sientan turbulentas. Al día siguiente todo parecerá muy diferente después de una buena noche de sueño.
  • Si alguien te molesta (p.ej. tu hermano), sal de la habitación en la que se encuentra y ve a otro lugar para tranquilizarte. Posteriormente puedes volver.
  • Mientras más dulce sea la persona que te molesta, más amargado te sentirás. Soluciona tus propios problemas antes de descargarlos en los demás.
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Advertencias

  • Ten en cuenta que a veces puedes minimizar la envergadura de un problema al observar cada incidente por separado. Examina los patrones que indican conflictos reales y serios que necesiten una conciliación. Discute la situación con amigos de confianza que se encuentren fuera de ella o con un consejero en caso de que comience a molestarte demasiado en lugar de simplemente reaccionar. En todas las situaciones en las que hay conflictos más profundos reaccionar o exagerar te pone justo en donde te quiere esa persona: quedarás en ridículo o cruzarás la línea, metiéndote en problemas.
  • Ten cuidado con lo que veas como una conducta fastidiosa. Si exageras demasiado una situación, corres el riesgo de apartar a las personas y de dar la impresión de ser tú el irritante por ser tan quisquilloso, desconsiderado y antipático.
  • Ten en cuenta que el desdén, el desprecio y el miedo son actitudes contagiosas. Evita reforzar tu fastidio o desprecio por la persona que te irrita al imponer tu opinión en los demás acerca de la razón por la que tan fastidiosa. Un grupo de personas despectivas es un espectáculo desagradable que pronto se convierte en intimidación dentro del entorno laboral, escolar y en otras situaciones.
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