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Las personas más fuertes son las que perseveran frente a los obstáculos, guían a otras personas a través de situaciones peligrosas y se mantienen con la cabeza en alto mientras los demás se desmoronan. Si deseas volverte más fuerte, debes esforzarte por perfeccionar tus mejores cualidades y superar tu negatividad. Este proceso no resultará sencillo, pero la fortaleza y la resiliencia que desarrollarás, te ayudará a sentirte seguro y preparado para asumir cualquier cosa.

Método 1
Método 1 de 3:

Practicar la fortaleza mental

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  1. Debes dar un paso hacia atrás y examinarte lo más honestamente posible, preguntándote a ti mismo en qué sobresales y, qué te irrita y por qué. Este proceso puede resultar difícil, pero el reconocimiento de tus tendencias es el primer paso para controlarlas y volverte una persona más fuerte. [1]
    • Por ejemplo, si te pones a la defensiva cuando alguien critica tu trabajo, es probable que te preocupe demasiado el fracaso o que tengas poca confianza en ti mismo. Puedes trabajar en aspectos más profundos de tu personalidad para que las críticas no activen tu actitud defensiva.
    • Para reconocer tus propias tendencias, debes tratar de anotar las ocasiones en las que te has sentido asustado, aterrado o preocupado y cómo reaccionaste. También puedes pedirle a un amigo o colega que te señale estos momentos.
    • Incluso el proceso de descubrir tus propias fortalezas y debilidades puede volverte una persona más fuerte. Se necesita coraje y fuerza para observarse a uno mismo de manera honesta. Además, una vez que detectes aquello en lo que necesitas trabajar, te sentirás motivado a asumir el desafío.
    • Si tienes problemas para identificar tus fortalezas, puedes utilizar una encuesta en línea a través de VIA para encontrar varios informes. [2]
  2. La capacidad de mantenerte fuerte cuando las cosas se tornan difíciles es una cualidad crucial. Debes descubrir lo que necesitas hacer para mantenerte relajado y en control durante una situación estresante. Luego, practica todo lo que puedas durante situaciones más calmadas hasta que conviertas este ejercicio en algo natural. [3]
    • Puedes probar estrategias como la respiración profunda, contar hasta 10, caminar rápido o tomar té o agua. También puedes tratar de enviar un mensaje de texto a tu hermano o un amigo, o revisar las redes sociales por un minuto o dos.
  3. Esfuérzate por desarrollar la confianza en ti mismo lentamente. Es natural mostrarse inseguro a veces, pero si controlas este aspecto, evitarás tomar decisiones difíciles y resistirás situaciones adversas. Si te das cuenta de que tienes un pensamiento negativo, debes desafiarte a ti mismo para convertirlo en uno positivo, un proceso que se conoce como replanteamiento. Si no te sientes seguro al momento de tomar una decisión, debes utilizar toda la información con la que cuentes, decidirte por la mejor alternativa posible y ceñirte a ella con confianza, sin arrepentimientos.
    • Por ejemplo, si tienes un pensamiento negativo como “Definitivamente fracasaré”, debes cambiarlo por algo como “El fracaso es una posibilidad, pero solo estará asegurado si no lo intento”.
    • Debes identificar tus talentos y asumirlos. De esta manera, te sentirás único y realizado, lo que te ayudará a mejorar la confianza en ti mismo.
    • Cambia tu forma de pensar y observa las situaciones alarmantes como momentos en los que tienes una oportunidad excelente para crecer. Debes aceptarlas y llevarlas al límite para descubrir de qué eres capaz realmente.
    • Ten en cuenta otras distorsiones cognitivas que podrías tener, ya que podrían afectar tu forma de pensar y percibir a los demás. [4]
  4. Debes reservar al menos unos minutos de tiempo a solas todos los días para ponerte en contacto contigo mismo. ¿En qué sueles concentrarte? ¿Es eso en lo que deseas gastar tu energía mental? Primero, debes aceptar tus pensamientos tal y como son. Luego, esfuérzate por cambiarlos lentamente en fortaleza, confianza en ti mismo y motivación.
    • Puedes probar con la meditación para concentrarte mejor y calmar tu mente. Debes esforzarte por relajarte, aumentar tu conciencia y concentrarte para que logres mantenerte equilibrado y tranquilo en situaciones estresantes.
  5. Es normal que te sientas estresado y abrumado de vez en cuando. Debes reconocer la preocupación, el pánico o el estrés y no castigarte por ello, ya que eso solo te hará sentir irritado. En su lugar, debes recurrir a técnicas reconfortantes y calmantes para superar esas emociones. [5]
    • Si estás molesto o enojado, esto no significa que no seas una persona fuerte. Las personas fuertes también se sienten abrumadas. La verdadera fortaleza mental consiste en saber aceptar, respetar y superar las emociones para evitar que te controlen.
  6. Si aún no te sientes capaz de asumir los desafíos y dificultades de tu vida, está bien que pidas ayuda. Trata de abrirte con un amigo o un familiar de confianza, o habla con un consejero o un terapeuta si te resulta más cómodo.
    • Si pides ayuda, esto no significa que seas débil. De hecho, esto demuestra que eres lo suficientemente fuerte como para saber cuándo pedir ayuda a otras personas y lo suficientemente valiente como para buscarlas cuando las necesitas.
    • Si hablas con un amigo o un familiar, puedes decirle algo como: “No me he sentido fuerte o seguro últimamente y creo que si hablo con alguien lograré sentirme mejor. ¿Te molestaría escucharme durante unos minutos?
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Método 2
Método 2 de 3:

Fortalecer el cuerpo

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  1. Para volverte físicamente más fuerte, es necesario que realices un trabajo continuo y dedicado, pero valdrá la pena debido a la confianza y la fuerza que experimentará tu cuerpo más adelante. Debes establecer metas y hacer que el entrenamiento forme parte de tu rutina diaria para desarrollar músculos fuertes y aumentar tu resistencia.
    • Puedes realizar ejercicios cardiovasculares como correr , manejar bicicleta , o nadar unas cuantas veces a la semana. También puedes ponerte a prueba incrementando las distancias que recorres e inscribiéndote en carreras como maratones y triatlones.
    • Programa una rutina de levantamiento de pesas para concentrarte en trabajar todos los grupos musculares de tu cuerpo. A medida que vas mejorando, debes levantar más peso y llevar a cabo más repeticiones.
    • También puedes inscribirte en un deporte de equipo (como fútbol, voleibol o baloncesto) para realizar ejercicio cardiovascular en un entorno competitivo.
  2. Debes desafiar a tu cuerpo para que complete más repeticiones o más sesiones de entrenamiento con menos tiempo para que aprenda a adaptarse y recuperarse más rápido. Debes estirarte y comer bien para cuidar de tu cuerpo entre sesiones y evitar lesionarte. [6]
    • Por ejemplo, si vas a realizar series de 3 carreras con 1 minuto de descanso entre cada serie, debes reducir ese intervalo de recuperación a 55 segundos y luego a 50. Debes modificar los intervalos lentamente para evitar agotarte demasiado.
  3. Come de forma saludable para ayudar a que tu cuerpo se sienta mejor. Debes comer bien para sentirte mejor y aprovechar al máximo tus entrenamientos. Consume alimentos enteros y frescos como frutas, verduras, carnes magras, pescado, nueces, legumbres y granos integrales.
    • Debes evitar los alimentos procesados y la comida chatarra (por ejemplo, gaseosas y comida rápida) y esforzarte por limitar tu consumo de azúcar.
  4. Mejora tu flexibilidad para ayudar a que tus articulaciones resistan el estrés. Una mayor flexibilidad te ayudará a evitar lesiones y aprovechar al máximo tus entrenamientos. Debes estirar los músculos después de ejercitarte para alargarlos cuando aún se encuentran calientes y evitar que te duelan más adelante. [7]
    • Evita estirarte antes de comenzar a entrenar. En su lugar, debes probar con un calentamiento de 5 a 10 minutos (por ejemplo, caminatas, saltos a la cuerda o brincos de mariposa) y luego estirarte un poco una vez que estés caliente.
    • Puedes probar con el yoga para llevar a cabo rutinas de estiramiento que desafían al cuerpo mientras relajan la mente.
  5. La fortaleza mental y física están estrechamente relacionadas. Si fuerzas a tu cuerpo a funcionar en situaciones incómodas, puedes hacer que desarrolle una mentalidad de “mente sobre materia”, en la que te encuentras lo suficientemente fuerte a nivel mental como para soportar condiciones físicas difíciles. Esto constituye un reto, así que debes avanzar de a pocos para superar un malestar físico a la vez. [8]
    • Inventa rutinas pequeñas e incómodas y esfuérzate por mantenerlas (por ejemplo, tocar todas las ramas de un árbol durante un paseo). Estos procedimientos te hacen adquirir el hábito de ejercitar la fuerza de voluntad mental sobre tu cuerpo.
    • También puedes probar cosas como ducharte con agua fría, caminar o correr descalzo, o ceñirte a una dieta repentina (por ejemplo, dejar de comer dulces o comida rápida).
    • Debes aclimatarte lentamente. Por ejemplo, si decides tomar duchas frías, debes comenzar a bajar la temperatura unos cuantos grados todos los días.
  6. Tu cuerpo puede acostumbrarse a realizar los mismos tipos de ejercicios todo el tiempo, lo que puede hacer que se estanque tanto en su estado mental como físico. Debes ampliar los límites de lo que puedes lograr con métodos más retadores y alternativas de acondicionamiento físico que nunca antes has intentado. [9]
    • Puedes probar actividades como kickboxing, artes marciales o entrenamientos en medio de la naturaleza.
    • Debes desafiarte con regímenes de entrenamiento desconocidos para mejorar tu fortaleza mental y física y tu resistencia.
  7. Para volverte más fuerte, no solo debes ser recio y tener una buena resistencia. También significa saber mantener la calma y responder en situaciones físicamente exigentes. Debes aprender acerca de técnicas de supervivencia que te ayuden a superar el peligro y practicarlas en situaciones de baja presión para que sepas qué hacer si ocurre un desastre. [10]
    • Puedes practicar tus habilidades de supervivencia acampando o asistiendo a clases de entrenamiento de supervivencia en medio de la naturaleza.
  8. Si te enfrentas a un desafío que parece imposible, o simplemente te sientes cansado o desmotivado, recuerda que el proceso de ponerte en forma es tan importante como los resultados. Al esforzarte por estar sano y fuerte, desarrollas la fuerza mental y física y la capacidad de recuperación para convertirte en una persona más fuerte.
    • Aún es importante que reconozcas tus limitaciones físicas. No te lances de cabeza a un ejercicio que nunca has intentado o una dieta extrema. En su lugar, debes establecer un objetivo final y tomar las medidas necesarias para alcanzarlo de una manera que sea segura para tu cuerpo.
    • Reconoce la diferencia entre el dolor y las lesiones y evita hacerte daño. Si eres nuevo en el entrenamiento físico intenso, considera la posibilidad de trabajar con un entrenador personal.
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Método 3
Método 3 de 3:

Mejorar la resistencia todos los días

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  1. Establece metas y cíñete a ellas . Para comenzar, debes establecer metas pequeñas y alcanzables, y determinar 1 o 2 cosas que deseas lograr cada día o semana. Luego, combínalas con unos cuantos objetivos en el largo plazo para que tengas algo por qué luchar. Luego, concéntrate en afinar las imperfecciones y trabaja tan duro como puedas para alcanzar tus objetivos.
    • Es probable que sea difícil trabajar para alcanzar tus metas, pero cuanto más practiques y percibas los logros que consigues, más fácil te resultará.
    • Prueba con objetivos a corto plazo (por ejemplo, completar proyectos en el trabajo o la escuela unos días antes de la fecha límite, preparar un plato nuevo para la cena todas las semanas o salir a caminar un poco todos los días para mantenerte en forma).
  2. Las personas fuertes utilizan sus errores como oportunidades de crecimiento para convertirse en personas más resistente y exitosas. En lugar de castigarte por un error, debes dar un paso atrás y verificar qué sucedió, qué hiciste mal y qué puedes hacer para evitar lo mismo la próxima vez. [11]
    • No desperdicies energía sintiendo lástima por ti mismo o inventando excusas. Debes reconocer tus errores y confiar en que lograrás hacer las cosas mejor en el futuro.
  3. Si deseas que la gente piense que eres fuerte, debes hacer lo posible por mantener una actitud positiva y enfrentar situaciones difíciles sin quejarte. Las quejas constituyen una pérdida de tiempo y te hacen parecer quejumbroso e ineficaz. Debes actuar como la persona fuerte, decidida y segura que eres, de manera que otros deseen parecerse más a ti.
    • Si necesitas desahogarte (todos lo necesitamos a veces), trata de hacerlo en privado. Puedes escribir tus pensamientos o canalizar la energía acumulada de manera positiva (por ejemplo, a través del ejercicio).
    • Compartir sentimientos negativos no es lo mismo que quejarse. En lugar de quejarte, trata de decir lo siguiente: “No creo que esta sea la mejor forma de llevar a cabo este proyecto. ¿Por qué no lo intentamos de otra manera?”. Debes ofrecer soluciones diferentes y mostrarte receptivo con los pensamientos de los demás.
    • Resiste las ganas de preocuparte. Si compartes tus preocupaciones con demasiada frecuencia, podrías transmitir una falta de confianza en ti mismo a los demás.
  4. Piensa en aquello de lo que estás huyendo o evitando, y esfuérzate por enfrentarlo. Debes dejar atrás todos los hábitos escapistas que puedas tener y volver a tu realidad, aceptando la vida tal y como es mientras te comprometes a realizar todo lo que deseas. [12]
    • Trata de separarte de tus principales distracciones para que puedas aclarar tu mente. Trata de apagar el televisor, el teléfono o la computadora por una noche o incluso durante algunos días para corregir tu concentración.
  5. Nunca te volverás más fuerte si te limitas a hacer cosas con las que te sientes cómodo. Debes tratar de salir de tu zona de confort para probar nuevas actividades y estar abierto a las experiencias que sueles evitar de forma natural. [13]
    • ¿Qué es lo que más te aterroriza? Debes decidirte a superar el miedo. Por ejemplo, si odias hablar en público, puedes preparar y dar un discurso en la boda de un amigo. Si tienes miedo al agua, puedes tomar clases de natación.
  6. Es mucho más difícil tomar en consideración a otras personas que actuar únicamente por tu propio bien. Las personas fuertes siempre cuidan de los demás cuando lo necesitan. Debes ser fuerte para apoyar a tu familia y amigos cuando necesiten a alguien a quien acudir. Si ves a un extraño que necesita ayuda, debes socorrerlo. Cuando te encuentres en un problema de grupo, debes ser el primero en ofrecer ayuda.
    • Asegúrate de que tu familia se encuentre bien atendida. Debes ser una persona digna de confianza y responsable para que sepan que pueden contar contigo.
    • Muéstrate firme y toma las riendas de la situación cuando sea necesario un líder. Por ejemplo, si te encuentras dentro de un edificio y suena la alarma contra incendios, debes ser el primero en ayudar a tranquilizar a la gente y ponerla a salvo.
  7. El cambio es parte de la vida, y una persona fuerte comprende que no puede tener todo el control de las cosas que le rodean. Debes concentrarte en realizar lo que puedas por alcanzar el éxito y lograr tus objetivos, al mismo tiempo que haces las paces con el hecho de que algunas cosas siempre estarán fuera de tu control. [14]
    • Debes tener confianza en que lograrás adaptarte a cualquier situación que se te presente y aprenderás de los desafíos que enfrentas.
    • Acepta las situaciones difíciles y los cambios no deseados sin sacarlos de proporción. Recuerda que ya has pasado por momentos difíciles y volverás a hacerlo en el futuro.
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Consejos

  • Debes aprender otras habilidades de regulación emocional para mantener la felicidad personal, el éxito y una buena relación con los demás. [15]
  • Debes tomar decisiones basadas en tus propios valores en lugar de hacer lo que hace la mayoría.
  • Evita compararte con los demás. Es natural que las personas enfrenten el estrés de diferentes maneras, por lo que es probable que lo que a ti te abruma no le afecte tanto a otras personas (o viceversa). Debes concentrarte en ti mismo y realizar los cambios que te ayuden a sentirte mejor.
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