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No es fácil lidiar con personas controladoras, dado que son muy manipuladoras y pueden hacerte sentir que te has aislado de los demás. Afortunadamente, existen muchas formas de lidiar con este tipo de personas. En el momento, intenta conservar la compostura y evita reaccionar. Después, asegúrate de imponer los límites necesarios para que no vuelva a sacarte de tu zona de confort. Por último, aprende a cuidarte más a ti mismo para evitar que esta persona controladora absorba todas tus energías.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Lidiar con los encuentros difíciles

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  1. Generalmente, las personas controladoras buscan una reacción por parte de sus víctimas. Además, no suelen responder bien a la resistencia o la crítica. Por ejemplo, si adoptas una postura agresiva o irritable, es posible que este comportamiento sea contraproducente. En lugar de combatir el fuego con más fuego, intenta conservar la calma. [1]
    • Por ejemplo, si tu pareja comienza a criticarte por no haber colgado la toalla exactamente en el lugar que ella quiere después de tomar un baño, es importante que te defiendas tu postura y que tengas un diálogo pacífico. No pierdas la calma.
    • Por ejemplo, puedes decirle "Comprendo que quieres que las toallas estén colgadas de determinada forma. Sin embargo, yo prefiero colgarlas así porque _____. Estoy dispuesto a colgarlas ahí si cambiamos _____ o si puedo colgarla donde yo quiera y dejar ese espacio para ti".
    • De todas formas, si tu pareja quiere modificar un límite acordado o preestablecido, asegúrate de defender tu postura con calma. Por ejemplo, puedes decirle "Hemos acordado_______ la semana pasada. ¿Recuerdas?".
  2. Por más que su mal comportamiento no tenga justificación o excusa, a veces puede ser útil descubrir por qué las personas actúan de esta forma. Con frecuencia, esto se debe a problemas emocionales subyacentes. Poder comprender la situación te ayudará a decidir cómo abordar la necesidad de control de los demás. En el momento, intenta descubrir qué es lo que la persona quiere lograr al querer controlar la situación. [2]
    • Por ejemplo, si vives con tu novia y ella suele ser controladora, quizás haya visto que has dejado varios envoltorios en la encimera de la cocina durante algunos minutos mientras atiendes una llamada. Quizás te diga "¿Por qué has atendido la llamada antes de limpiar este desorden?".
    • Es muy probable que el problema aquí no sea el desorden en sí. Por lo general, esto tiene un origen más profundo. Quizás sufra ansiedad o sus padres hayan sido muy controladores o le hayan inculcado la importancia de ordenar las cosas como un comportamiento correcto.
    • Pregúntale por qué el orden de tus acciones es tan importante para ella para poder comprender el problema y proporcionarle la información necesaria. Quizás tu novia no haya considerado algo que a ti te resulte obvio.
    • Por ejemplo, puedes preguntarle “¿Hay un motivo en particular por el cual has querido que limpie antes de atender la llamada?”.
    • También puedes decirle "Sé que no te gusta que deje los envoltorios vacíos. Mi teléfono ha sonado y he atendido la llamada. Ahora que he terminado, me ocuparé de ordenar las cosas".
    • Evita ponerte a la defensiva. Si el problema que ha molestado a la otra persona no tiene mucha importancia, considera la opción de disculparte. Por ejemplo, puedes decirle "Lamento no haber ordenado. Sé que tener la cocina ordenada es importante para ti".
  3. Por lo general, las personas controladoras suelen disfrutar las disputas por el poder e intentan involucrar a los demás en discusiones inútiles que posiblemente no tengan sentido. Este tipo de personas necesita sentirse victoriosa. Para evitar darle esta satisfacción, evita cualquier tentativa de involucrarte en una disputa por el poder. [3]
    • También puedes negarte a discutir. Por ejemplo, si tu pareja comienza a buscar pelea, puedes decirle “Creo que tenemos que hablar de este tema, pero preferiría hacerlo cuando estemos más tranquilos. ¿Podemos hablar mañana por la noche?”.
    • A la larga, tendrás que enfrentar los problemas subyacentes y ser capaz de establecer límites .
  4. Lo último que querrás hacer con una persona controladora es enojarte o molestarte. Este tipo de persona disfruta al provocar a los demás para desestabilizarlos y conseguir lo que quieren. Limita tus reacciones emocionales al máximo. Una reacción desmedida solo animará su comportamiento. [4]
    • Respira profundo al interactuar con una persona controladora. Para desconectarte durante la conversación, intenta pensar en algo relajante, como una playa paradisíaca.
    • En el caso de que tengas que reaccionar, utiliza respuestas evasivas para ganar tiempo como, por ejemplo, "No estoy seguro. Déjame pensar un poco más".
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Establecer límites claros

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  1. Independientemente de la situación en la que te encuentres, ten en cuenta que tienes derechos. No renuncies a ellos solo por tener que interactuar con alguien complicado. Las personas controladoras tienen la capacidad de meterse en la cabeza de los demás, haciéndoles olvidar sus derechos básicos como seres humanos. Recuerda que mereces ser tratado con respeto. [5]
    • Todos los seres humanos tienen el derecho fundamental a ser tratados con respeto, a expresar sus opiniones, a decir "no" sin sentir culpa y a tener puntos de vista diferentes.
    • Si has tenido que lidiar con personas controladoras por mucho tiempo, quizás te hayas olvidado de que tienes derechos. Antes de interactuar con alguien, asegúrate de recordarlos y de tenerlos en mente a la hora de establecer límites.
    • Por ejemplo, si tu pareja es muy controladora, quizás te exija que pases más tiempo con ella, en lugar de salir con tus amigos. Si no tienes ganas de quedarte en su casa mirando una película, es probable que quiera hacerte sentir culpable por esto. A medida que impongas tus límites, ten en cuenta que tienes derecho a decir no sin sentirte mal al respecto.
  2. El primer paso para establecer límites es recuperar el control. Si bien es imposible controlar las acciones negativas de los demás, puedes controlar tus reacciones ante su comportamiento. Recuerda que tienes opciones a la hora de abordar los límites. [6]
    • Con frecuencia, las personas simplemente aceptan la personalidad controladora de los demás. Sin embargo, recuerda que tienes derecho a evitarlas. Por ejemplo, si tu padre es muy controlador, puedes decidir no ir más a las reuniones familiares.
    • Libérate de estos patrones. Piensa "Yo controlo si permito que esto suceda o no. Me niego a ser una víctima". Decide que quieres buscar tu independencia y exige respeto.
  3. Las personas controladoras siempre intentan desafiar los límites de quienes las rodean. Además, disfrutan al saber que han quebrantado los límites de los demás. Por lo tanto, asegúrate de establecer límites claros. Dile exactamente cuáles son los comportamientos que tolerarás y cuáles son los que no soportarás. [7]
    • Define cuáles son las situaciones que ya no tolerarás ni aceptarás. Es posible que aceptes ciertos pequeños comportamientos, como tener reglas acerca de dónde colocar la ropa o los platos sucios. Sin embargo, otras circunstancias pueden ser más difíciles de tolerar.
    • Recuerda las cosas insensatas que la otra persona hace. Por ejemplo, quizás no te importe dejar tu teléfono de lado durante una cita con tu pareja. Sin embargo, quizás ella espere que lo apagues y lo guardes en un lugar fuera de la vista, aunque estén pasando el rato casualmente en su apartamento. Muéstrale que esta regla es irracional para ti.
  4. Asegúrate de ser bien claro a la hora de establecer límites. Una buena idea es escribirlos en un papel y entregárselo a la persona controladora. Sé tan específico y claro como puedas. Dile, sin dar vueltas, qué es lo que estás dispuesto a aceptar y qué es lo que ya no tolerarás en el futuro. [8]
    • Las personas controladoras son complicadas por naturaleza. Harán todo lo posible por ignorar o malinterpretar los límites. Por lo tanto, sé tan directo como puedas a la hora de establecerlos.
    • Por ejemplo, si tienes una pareja muy controladora y quieres establecer límites, puedes decirle "No voy a guardar mi teléfono cada vez que estemos juntos, sobre todo si esperas que me quede contigo la mayoría de las noches. No tengo problema de apagarlo cuando salgamos o miremos una película, pero no voy a apagar el teléfono cada vez que nos veamos. Esta regla termina ahora".
  5. Las personas controladoras no suelen aceptar los límites de inmediato. Recuerda que disfrutan sacar a los demás de su zona de confort para conseguir lo que desean. En caso de ser necesario, recuérdale cuáles son los límites. Si no los respeta, asegúrate de ser claro y asertivo. [9]
    • Ser asertivo no significa ser agresivo, sino ser capaz de hacerle saber respetuosamente que ha violado alguno de tus límites. Mantén la calma y asegúrate de imponerte cuando surja un conflicto.
    • Por ejemplo, quizás estás con tu pareja mirando televisión casualmente. Decides responderle un mensaje a un amigo, ella se enoja contigo y te dice "Eso es muy grosero de tu parte. Yo estoy aquí a tu lado".
    • No respondas con enojo. Una respuesta como "Ya basta. Estoy tratando de hablar con alguien" solo empeorará las cosas. En cambio, responde con calma y con respeto. Por ejemplo, puedes decirle "Ya hemos hablado de esto el otro día. No necesitas toda mi atención en este momento, por lo que tengo derecho a contestar este mensaje. Por favor, déjame terminar y luego seguiré mirando la película".
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Lidiar con las emociones

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  1. Las personas controladoras y complicadas no suelen cambiar fácilmente (si lo hacen). Incluso después de imponer tus límites, quizás sigan surgiendo disputas por poder. Por lo tanto, asegúrate de controlar tus expectativas. Es muy probable que siempre tengas problemas con las personas controladoras, por lo que no deberías esperar un gran cambio. [10]
    • No puedes cambiar a las personas. Aunque te esfuerces al máximo por mostrarle que su comportamiento es dañino, una persona controladora no cambiará a menos que realmente lo desee. Al interactuar con este tipo de personas, recuerda que es muy probable que tengas que volver a imponer tus límites varias veces, además de ignorar las críticas.
  2. Por lo general, las personas controladoras tienen secretos muy íntimos bajo la superficie. Los problemas interpersonales subyacentes (como las personalidades inseguras) suelen manifestarse a través de la necesidad de control. Al enfrentar a alguien así, recuerda que tú no eres el problema. De hecho, es posible que ni siquiera estés haciendo algo malo. El problema es que la otra persona tiene una necesidad imperiosa por controlar a los demás. [11]
    • Si ya sabes por qué es controladora, asegúrate de tenerlo en cuenta en el momento. Esto te ayudará a recordar que tú no eres el problema.
    • Por ejemplo, "Sé que mi padre es muy exigente en cuanto a la elección de mi profesión, pero su padre se ha comportado igual con él. Él no sabe cómo confiar en mis propias decisiones. Su problema no tiene nada que ver conmigo".
    • Evalúa sus tipos de exigencias y pedidos. ¿Están relacionados con un asunto en particular, como la limpieza o la puntualidad? En este caso, quizás la persona tenga determinadas preferencias y necesidades. Si el problema es más generalizado, es posible que tenga problemas de control.
  3. Esto es muy importante a la hora de interactuar de manera regular con una persona controladora. Por ejemplo, si vives con una persona o una pareja controladoras, recuerda que es muy importante que te cuides a ti mismo. Al intentar satisfacer las necesidades de una persona controladora, podrías terminar ignorando tu propio cuidado personal. [12]
    • Recuerda que tienes derecho a cuidarte a ti mismo. Date permiso para ejercitarte, llevar una dieta saludable, disfrutar pasatiempos entretenidos y hacer cosas que te hagan feliz.
    • Invierte el tiempo en tus propias necesidades, aunque ello implique ignorar las críticas. Por ejemplo, si trabajas temprano por la mañana y necesitas levantarte temprano, quizás tu pareja controladora quiera que te acuestes a la misma hora que ella, lo cual es demasiado tarde para ti. Acuéstate cuando quieras y, si tu pareja no es comprensiva o busca pelea, intenta ignorarla y recuerda que tú necesitas levantarte temprano.
  4. A veces, la manera más sencilla de lidiar con una persona controladora es simplemente alejarse. Si las interacciones con ella te resultan muy irritantes o molestas, intenta alejarte. Esto hará tu vida más fácil. [13]
    • Si vives con una persona controladora, intenta limitar el tiempo que pasas con ella durante las comidas y otros encuentros breves.
    • Si trabajas con una persona controladora, intenta limitar las interacciones en la oficina. Por ejemplo, mantén conversaciones breves y escoge proyectos que no requieran un trabajo en conjunto con esta persona.
    • Si vives con un familiar controlador, limita las interacciones en las reuniones familiares. Intenta mantener las conversaciones (como las llamadas telefónicas) lo más breves posible.
  5. Si una relación se vuelve demasiado perjudicial para tu propio bienestar, está bien alejarse. Algunas personas son demasiado tóxicas como para querer cambiar. Si esta persona sigue violando tus límites con frecuencia, termina la relación. La vida es demasiado corta como para compartirla con personas dañinas y controladoras. [14]
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Consejos

  • No permitas que nadie te diga cómo debes administrar o gastar tu dinero, a menos que hayas contratado a alguien para que te asesore. En un matrimonio, ambas partes deben tener el mismo poder de decisión sobre los gastos. Además, esto siempre debe ser negociable.
  • Cuanto más esperes para establecer límites, más difícil será. Si comienzas a ceder a las demandas de la otra persona, establecerás un precedente que será difícil de romper en el futuro.
  • Sigue enfocado en los aspectos positivos de la vida; esto te ayudará a lidiar con la situación.
  • La mayoría de las respuestas para tratar con personas controladoras son el control inverso y la agresión pasiva. Es mejor someterse a la voluntad de los demás sin diagnosticar a la persona. Cada pedido debe ser evaluado de acuerdo a las circunstancias, sea razonable o no. Por ejemplo, no es razonable que tu amigo te pida que dejes de usar el celular por cosas insignificantes cuando estén juntos. Sin embargo, responder un mensaje mientras están intentando ver una película puede ser un poco grosero y totalmente innecesario.
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Advertencias

  • A veces, es posible tener una relación con personas controladoras o manipuladoras. Sin embargo, si no tienes éxito al resistirte al control o la persona es demasiado habilidosa y persistente, esta relación puede ser muy destructiva y podría terminar perjudicando tus relaciones con tus familiares y amigos.
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